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LA REALIDAD DE CAMPO ALEGRE

Campo Alegre es una comunidad que se encuentra ubicada en la isla Puná, en el golfo
de Guayaquil, la cual está integrada por algo más de doscientas familias dedicadas a la
agricultura y a la recolección de concha en los manglares de la isla, en la que no poseen
servicio de agua potable ni alcantarillado para sus hogares.

Así que la única manera de obtener el líquido para las necesidades de la población es
mediante un pozo ubicado cerca del recinto, cuya agua no se encuentra en las mejores
condiciones para el consumo humano.

Durante los años setenta y ochenta supuestamente se realizaron estudios por parte de
Petroecuador en los que dejaba notar la existencia de grandes cantidades de gas,
aproximadamente 1,3 trillones de pies cúbicos e inclusive petróleo en la zona.

Es por esto que el gobierno de Rafael Correa apoyó el proyecto de explotación de los
hidrocarburos del lugar, específicamente de gas.

Juntamente con el gobierno de Venezuela se realizaron los contratos correspondientes


para que se adjudique a la empresa petrolera Venezolana PDVSA el trabajo de
explotación y extracción de gas, que en sus inicios implicaba que las inversiones para la
búsqueda del gas corrían de cuenta y riesgo de la petrolera extranjera, o al menos eso
constaba en el convenio Nº 2008094, en su cláusula dos, en el que se lee que "solo en el
caso de verificarse la existencia de reservas hidrocarburíferas comercialmente
explotables, PDVSA tendrá derecho a recuperar sus costos, gastos e inversiones,
caso contrario nada le deberá Petroproducción o el Estado ecuatoriano".

Las petroleras, antes de la perforación de pozos exploratorios, suelen realizar estudios y


no basarse exclusivamente en la información recibida de empresas que operaron
anteriormente, sobre todo si es información antigua.

Sin embargo, el 26 de junio del 2009 se iniciaron los trabajos por parte de la petrolera
en la que representantes de la estatal de Venezuela calcularon una inversión total de $40
millones de dólares y solamente la perforación del pozo tendría un costo de 15 millones.

Para la fase de perforación se utilizó un taladro Venezolano de poca tecnología, por no


decir, en pésimas condiciones y que a fin de cuentas tuvo un costo de 32 millones de
dólares la ejecución de la misma, y que según los expertos en el tema, un trabajo de
perforación de estas características llegaría a costar no más de 4 millones de dólares.

Después de transcurrir varios meses en la búsqueda del tan mencionado pozo de gas en
la isla Puná, en diciembre del 2009 el presidente de la República, Rafael Correa,
anunció que los resultados de la perforación eran poco productivos e inició un proceso
de exploración. “Hay que revaluar el área para dar paso a nuevas perforaciones”,
comentó el Mandatario.

Cuatro meses después Pdvsa anuncia su retiro de esa área, aduciendo que la cantidad de
gas encontrada en el pozo no había sido la esperada como para ser comercializada.

Esto no hubiese tenido mucha importancia, de no haber sido por la denuncia de un


diario, en la que se indicaba que un mes antes de que se inicie la perforación se habría
firmado un addendum al contrato mediante el cual el Ecuador pagaría a Venezuela los
gastos de perforación.

Es así como se realizó un atraco a nuestro país, en el cual el gobierno Venezolano se


llevó dinero que hubiera servido para la ejecución de importantes obras en nuestro país
y en sí en el mismo recinto Campo Alegre, al cual le contentaron simplemente con la
construcción de una escuela, y todo esto con el apoyo del gobierno de nuestro país.

Es por eso que el Campo Alegre para los Venezolanos, sin duda se ha convertido en un
Campo triste para los Ecuatorianos.

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