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Congénita y en el Inmunosuprimido
Jorge Enrique Gómez Marín, MD, PhD
Profesor Asistente
Universidad Nacional de Colombia
Las reacciones adversas son en su mayor parte de tipo alérgico sin relación con la
dosis, entre las principales se encuentran: complicaciones hematológicas en forma de
trombocitopenia, neutropenia, aplasia medular, complicaciones dermatológicas en
forma de erupción y generales como fiebre con o sin erupción y fiebre con vasculitis.
Estas reacciones alérgicas son aún más frecuentes en el caso de los pacientes
inmunosuprimidos. Otras complicaciones se deben a su efecto tóxico como la anemia
hemolítica cuando existe déficit de la enzima glucosa 6 fosfato deshidrogenasa. Existe
el riesgo de ictericia nuclear en el recién nacido por competencia a nivel hepático con
la glucoronoconjugación y a escala sérica por el desplazamiento de la bilirrubina
conjugada, esto se puede prevenir cuando el niño presenta ictericia, utilizando
barbitúricos que aceleren la síntesis de enzimas hepáticas en el recién nacido.
Así pues la tendencia actual es a prolongar el tratamiento más allá del primer año de
vida. En el caso de niños "vírgenes" para tratamiento mayores de un año no existe
evidencia sobre los beneficios de un tratamiento medicamentoso. Sin embargo basados
en nuestros conocimientos actuales sobre la inmunopatogénesis y la evolución de la
historia natural de esta infección y los fármacos disponibles, se puede pensar que es
discutible la instauración de terapéutica a menos que exista alguna evidencia de
replicación parasitaria o actividad inflamatoria en retina o cerebro pues el parásito en
su forma de quiste tisular no es accesible con las drogas actuales. Se ha postulado que
la clindamicina pudiera tener un efecto sobre estos quistes tisulares pero hasta el
presente no existe evidencia que se pueda esterilizar el organismo de estos parásitos
con los fármacos actuales. El objetivo terapéutico es simplemente contener la
replicación. Uno pudiera hacer un símil con los pacientes VIH con anticuerpos para
Toxoplasma , en quienes se preconiza la profilaxis con trimetroprim-sulfametoxazol
(TMP-SMX) cuando los CD4 están por debajo de 200 mm 3 . Sin embargo en los niños
con toxoplasmosis congénita aunque los niveles de CD4 son normales, la producción
de IFN ? por estos linfocitos es baja frente al Toxoplasma pero no contra otros
antígenos. Estos niños pueden tener como base una respuesta inmune preferencial de
tipo Th2 con "tolerancia inmunológica selectiva al Toxoplasma ". Este tipo de
desequilibrio inmune ha sido demostrado que existe durante la toxoplasmosis
congénita (7,8). Como alternativa para determinar necesidad de tratamiento existen
algunos marcadores interesantes como la medición de IgE especifica (9). Igualmente
el seguimiento periódico (por ejemplo trimestralmente) de los niveles de IgG, IgM e
IgA y la realización de perfiles inmunológicos comparados por ELIFA, lo cual permite
determinar si hay rebotes inmunológicos, y que son criterios para reinstaurar
tratamiento según el Grupo de Reims (10).
TRATAMIENTO EN EL INMUNOSUPRIMIDO
Después del tratamiento agudo por 6 semanas se tratará a todos los pacientes con
antibióticoterapia supresiva (profilaxis secundaria) de por vida (mientras los CD4 se
mantengan por debajo de 200 CD4 por mm3) así:
Qué es la toxoplasmosis ?
El parásito se presenta bajo tres formas diferentes: trofozoíto (antes taquizoíto), quistes
tisulares y ooquistes. Estos últimos sólo se producen en los intestinos de los huéspedes
definitivos.
El ciclo vital del Toxoplasma tiene como huésped definitivo al gato, o miembros de su
familia, que tras ingerir alguna de las formas del parásito sufre en las células epiteliales
de su intestino un ciclo asexual y luego un ciclo sexual, eliminándose en sus heces
millones de ooquistes. Cuando estos esporulan se vuelven infecciosos pudiéndose
infectar otros animales por su ingestión. Por debajo de 4 grados C, o por encima de 37,
no se produce la esporulación y los ooquistes no son infecciosos.
Cómo se transmite ?
vía oral a través de la ingesta de carnes, verduras, aguas, huevos, leche, etc.
contaminados por ooquistes o que contienen quistes tisulares: hasta un 25% de
las muestras de carnes de cordero y cerdo y más raros en la carne de vaca.
Los gatos, sobre todo si se manipulan sus excretas, pueden infectar si se
ingieren ooquistes.
La segunda vía de transmisión es la materno-fetal o congénita dando origen a la
toxoplasmosis congénita;
más raras son la transmisión por transfusiones o por recepción de órganos.
Aunque se ha postulado el contagio interhumano, éste no se ha podido
demostrar.
Manifestaciones clínicas
Generalidades
Toxoplasmosis en el VIH+
Por lo general, sobre la base de estudios seroepidemiológicos, la afectación del SNC por
el Toxoplasma se considera una reactivación de una infección crónica latente. Se
presenta con frecuencia en pacientes que ya se sabe que tienen SIDA pero en algunos
casos es la primera manifestación de este síndrome.
La forma de presentación suele ser subaguda con síntomas que aparecen durante
semanas y el deterioro general precede a los trastornos de la conducta y a los síntomas
focales.
Toxoplasmosis ocular
Toxoplasmosis en el inmunocompetente
Prevención
Importancia
Normas de prevención
Con el objetivo de detectar una posible infección latente por Toxoplasma gondii, las
personas infectadas con el VIH deberían ser analizadas una vez conocido el diagnóstico
VIH+ para detectar la presencia de anticuerpos IgG a Toxoplasma.
Además, todas las personas seropositivas, pero especialmente aquellas con serología
negativa a Toxoplasma, deben tener en cuenta las fuentes más comunes por las que se
contrae la infección de Toxoplasma:
Profilaxis
Profilaxis primaria
Dada que la frecuencia de pacientes VIH+ que tienen infección por Toxoplasma
es alta y que el riesgo de desarrollar una toxoplasmosis cerebral también lo es
cuando descienden sus CD4, se piensa que es importante disponer de una pauta
de profilaxis para evitar este problema.
No se sabe a ciencia cierta cuándo se debe empezar con la profilaxis primaria de
la toxoplasmosis cerebral en el paciente infectado por el VIH, aunque se
recomienda el inicio de la misma en todo paciente con anticuerpos frente al VIH
con serología IgG positiva a Toxoplasma cuando las cifras de sus CD4 sean
inferiores a 100/mm3
En estudios de profilaxis de la neumonía por Pneumocytis (NPC) se ha visto que
el cotrimoxazol (TMP-SMZ) es eficaz también en la profilaxis de la toxoplasmosis
cerebral: las dosis diarias recomendadas son las mismas que en el caso de la
NPC
Si los pacientes son intolerantes al tratamiento con cotrimoxazol, se recomienda
como alternativa un régimen que también es eficaz contra la NCP: pirimetamina
(PMT) + dapsona. También puede considerarse el tratamiento profiláctico con
atovaquona con o sin PMT.
Los datos de que se dispone actualmente no permiten recomendar monoterapia
profiláctica con dapsona, PMT, azitromicina o claritromicina. Del mismo modo, la
pentamidina en aerosol no confiere protección contra la toxoplasmosis cerebral,
por lo que no se recomienda como profilaxis.
Las personas con serología negativa a toxoplasma que no estén siendo tratadas
con un régimen profiláctico anti-NPC que se sepa eficaz también frente a la
toxoplasmosis cerebral deberán volver a ser analizadas para el anticuerpo IgG a
la toxoplasma cuando su recuento de linfocitos CD4 sea menor de 100
células/mm3 para determinar si han seroconvertido y por tanto están en riesgo
de contraer encefalitis por toxoplasma. Los pacientes que hayan seroconverrtido
deberán ser tratados con las normas profilácticas descritas más arriba.
Profilaxis secundaria
Después del tratamiento de la toxoplasmosis cerebral son frecuentes las recaídas ya que
los fármacos empleados en el tratamiento son poco eficaces frente a los quistes. Por ello
es necesario que los pacientes continúen el tratamiento inicial con un tratamiento de
mantenimiento que evite las recidivas. Así, los pacientes con episodios previos de
toxoplasmosis cerebral deben ser tratados con terapia supresiva de por vida.
Profilaxis en niños
Profilaxis en embarazadas
Aproximación al tratamiento
Otros posibles regímenes mantienen la PMT y el ácido folínico, a los que añaden bien
azitromicina, claritromicina o atovacuone. Como terapia de rescate se utiliza azitromicina
a dosis de al menos 2 tomas orales de 900 mg el primer día, luego 1200 mg/día durante
6 semanas, y posteriormente 600 mg/día (los pacientes de menos de 50kg de peso
reciben la mitad de las dosis); por vía intravenosa se utilizan dos dosis de 500mg el
primer día, luego 500mg/día durante 9 semanas, y finalmente el régimen oral.