Está en la página 1de 2

La vida: sendero de amor

Un joven se acercó hacia su párroco y le preguntó algo que retumbaba en su


mente desde varios meses atrás: “Muchas veces he escuchado hablar de Cristo y
decir de él que es un Dios de amor, pero ¿qué es el amor?, ¿cómo puedo saber
que soy amado?, pues mi época, mi amada época, ésta, la que me ha tocado vivir,
en la que muchos como yo no sabemos quiénes somos ni hacia dónde nos
dirigimos, qué es lo que queremos de entre tantas ofertas que el mundo nos
presenta, es un tiempo difícil.” El sacerdote, con una mirada serena y profunda,
respondió a aquel muchacho: “Hijo, el Cristo de quien has escuchado y ha
perturbado tu corazón con su mensaje, es el Dios del amor, es decir, el Dios de la
entrega; una entrega que es plena; una, de cuya expresión el mundo ha sido
partícipe; una, que ha rebasado el prototipo humano. Este Dios ha querido que
participes de su amor, ha querido que camines unido a él por este sendero.
Sendero ha sido llamado, pues es aún más estrecho que una vereda. Unido a él
como una rama al tronco; que estando adherida, vivir puede. Y para ello te ha
entregado la vida, su gracia y a sí mismo, para que como él te ha entregado todo,
así puedas entregar todo. Por eso, ahora que él ha tocado tu corazón, deja que te
ame y sábete amado; has de este amor una experiencia y con ella, víveLo.”

Además, con gran tino, agregó: “Ciertamente éstos son tiempos difíciles, pues
«como son los hombres, así son los tiempos» (San Agustín). Y si éstos son tiempos
de crisis, de grandes conflictos, son porque los hombres están en crisis y entre
grandes conflictos. Ésta es tu época, tu amada época, de la cual no hay que
derramar lágrimas, sino que hay que entregarse como oblación, ya que éste, tu
tiempo, es un tiempo propicio para la santidad. Querido hijo, ánimo, sé valiente, sí
se puede, has la prueba y verás, déjate llevar, déjate amar y comienza a amar.
¿Qué es lo más fácil y lo más fuerte en este tiempo? «Lo más fácil es el placer y lo
más fuerte, la riqueza». Ante esta realidad, déjate cautivar por «lo más útil y lo
más sabio, Dios que es la verdad» (Inspirado en un fragmento griego anónimo).”.
El joven, asombrado, respondió: “En verdad, soy tan importante para Dios que me
ha amado dándome la vida e invitándome a ser la barca que le sirva llevándolo
entre la marea. Reconozco que es un reto, pero tengo la certeza de que no estoy
solo.”

Y dijo con fuerte voz: “Te doy gracias, Señor, porque has querido que camine por
tu sendero de amor. Gracias por darme la vida, por querer compartir tu propia
vida. Te quiero seguir, pero tengo miedo. Sólo te pido que sanes mi miedo con tu
amor, y así, te ame, y que la recompensa de ese amor sea amarte cada día más.”

Estimado joven, tú, el entusiasta, el que busca lo más deseado y el que quiere un
sentido para vivir, has recibido el don de la vida e invitado a caminar junto a él por
el sendero del amor.

¿Aceptas?

¡Entrega Todo por Cristo!

¡Sé valiente!

También podría gustarte