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PLITICAS Y NORMAS PARA UNA PLANEACION EDUCATIVA

La discusión de este tema es compleja por cuanto se intenta vincular la

planificación educativa y la evaluación con el desempeño del docente. Para ello, se parte

de algunos conceptos sobre la temática que se aborda.

La Planificación Educativa es un proceso mediante el cual se determinan las metas

y se establecen los requisitos para lograrlas de la manera más eficiente y eficaz posible.

En ese proceso se trata de racionalizar la acción en una pauta temporal, en función del

logro de fines bien definidos que se consideran valiosos.

La planificación educativa se caracteriza por ser estructural y dinámica.

Estructural, porque es un todo organizado en el que cada una de sus partes cumple una

función específica e interactúa y se complementa con las otras. Dinámica, porque debe

tener suficiente flexibilidad para admitir las modificaciones que fueren necesarias.

En consecuencia, si aspiramos una buena planificación debemos determinar con

precisión los objetivos y las diversas opciones para conseguirlos y los posibles

contratiempos, así como su resolución; este proceso es continuo y no se refiere solo al

rumbo que se debe tomar, sino también a la mejor manera de como llegar o lograr los

objetivos propuestos. De allí la importancia de ser visionarios cuando hacemos

planificación educativa pues, ello nos facilita definir las estrategias a seguir y por ende

estar seguros en lo que hacemos y no improvisar.

En todo el proceso de planificación esta presente la evaluación. Para ello es

importante analizar las diferentes concepciones que existen sobre el tema. Fuentes,

Chacin y Briceño (2003) plantean que las concepciones sobre evaluación se han

producido en una línea del tiempo que van desde la era precientífica, la antigüedad,

la edad media, la era del renacimiento hasta llegar a la era moderna y postmoderna.

El reconocer la evolución del concepto de la evaluación es fundamental para

los docentes por cuanto ello es determinante para asumir enfoques y concepciones

sobre los diferentes procesos que están implícitos en la toma de decisiones sobre el

acto de evaluar.

Desde ésta perspectiva, se plantea que la evaluación es un tema controversial

porque involucra sentimientos, ideologías y percepciones del docente para interpretar

la realidad del acto educativo en el que están inmersos diferentes actores como son

los estudiantes, facilitadores, comunidad, directivos y todos aquellos entes que en


una u otra manera forman parte del sistema o subsistema en el cual se desarrolle la

evaluación.

La evaluación educativa supone una forma específica de conocer y relacionarse

con la realidad, para tratar de favorecer cambios y mejoras en la praxis docente, lo

cual incide en la trasformación y practica que supone el establecimiento de interrelaciones

culturales, sociales y políticas en el contexto en que se actúa.

Fuentes, Chacin y Briceño (opcit) plantean que la práctica de la evaluación

educativa implica asumir la misión educativa de las instituciones en el siglo XXI en

cuanto a: Aprender a conocer; aprender hacer, Aprender a vivir en armonía con otros y

con el ecosistema, Aprender a ser y Aprender a crear. (pag.48-50)

Señalan así mismo que para interpretar el concepto sobre evaluación educativa es

importante discernir sobre el conocimiento, el aprendizaje, el propósito de la educación,

el significado de la independencia y las bases de las opciones del alumno, visto estos

desde el modelo de diseminación y de desarrollo.

Las autoras antes señaladas, indican que la evaluación esta conformada por un

conjunto de principios, tipos y modalidades y establecen que las estrategias o

instrumentos utilizados por docente dependen de los contenidos a enseñar, sean estos

declarativos o conceptuales, procedimentales y actitudinales. Para cada uno de ellos,

establecen un conjunto de estrategias de evaluación e instrumentos que pueden se

aplicados en diversos momentos del acto educativo.

-  Contextualización y Delimitación del Problema

Desde hace muchas décadas se ha considerado la planificación como estrategia de organización, bien sea en

la estructura social, política, económica, educativa y en todos los ámbitos imaginables que incluyen la vida

del hombre. Es por ello que es considerada para alcanzar el éxito, en cualquier escenario, es necesario

planear acciones en su búsqueda.

A nivel educativo la planificación se ha constituido en un aspecto primordial del éxito o del fracaso tanto del

alumno, como del maestro y por lo tanto del sistema. En este orden de ideas,

el Estado orienta políticas educativas, que van desde una planificación macro a una micro, las cuales

responden a sus intereses, determinando estrategias para garantizar su cumplimiento y requiriendo de

una evaluación de las planificaciones que permita evidenciar que el proceso y los resultados se manejan en

los términos esperados.


Sin embargo, es tarea del docente dar cumplimiento a estos planes y ejecutar las políticas educativas del

Estado, pero en muchos casos esto no ocurre en la realidad, pues es frecuente conseguir maestros que

actúan pedagógicamente sin planificación previa, olvidando el propósito educativo, tal como lo expresa Lanz

(1996) al referirse que en Venezuela a pesar de intereses gubernamentales, la planificación educativa ha

carecido de un seguimiento sistemático y efectivo que garantice la dinámicaescolar, lo cual se refleja en el

cumplimiento, cumplo y miento, para satisfacer requisitos administrativos aunque no se ajuste a la verdadera

práctica pedagógica ni respondan a las necesidades e intereses de los alumnos o a un proceso autorreflexivo

por parte del docente, quienes entonces han venido planteando planificaciones informales a modo de

seguimiento de instructivos, manuales o normas, con interpretaciones subjetivas como un intento de

comprender a los alumnos, el contenido y los ambientes, convirtiéndose en un experimento no sistematizado

y poco vinculado con la administración escolar, en una tarea estéril y tediosa que lejos de facilitar la labor

educativa la sobrecarga al no responder a la realidad y no beneficiar al alumno en su atención integral.

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