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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo monográfico tiene por finalidad establecer los conceptos y


procedimientos que se realizan en el “Warrant y en el Certificado de depósito”.
Estos se encuentran regulados por la Ley de títulos valores Nº 27287. Cuando
nos referimos al Warrant decimos que es el titulo valor que otorga un derecho
prendario mientras que el certificado de depósito otorga un poder jurídico sobre
el bien, que es la propiedad. El Warrant tiende a ser accesorio, ya que no se
puede prendar algo que no es de uno. Primero tengo la propiedad, luego tengo
derecho reales de garantía, por lo tanto si no acredito la propiedad no podré
prendar.

El Certificado de Depósito y el Warrant, son títulos valores a la orden, y estas


se transfieren por endoso y tienen un grado de complementariedad. En
algunos países el Certificado de Depósito y el Warrant se encuentran en su
solo documento. Por lo que aquello se le denomina sistema unicartular. En
nuestro país, el Perú tiene el sistema bicartular. El certificado de depósito y el
warrant se crean con el propósito de que el depositante pueda colocar su
mercadería con diferentes personas; La diferencia está en que del certificado
de depósito, entabla una relación entre el almacén y el depositante, Mientras
que el warrant entabla una relación entre el depositante y el comprador o
acreedor prendario. Los almacenes generales de depósito expiden un
certificado de depósito por los efectos que reciben de esa calidad, y un warrant
anexo a él. Que confiere un derecho de prenda sobre los mismos, de tal
manera que el endoso de éste confiere sólo el derecho de prenda. Mientras
que el endoso del certificado produce la tradición de los efectos depositados,
con el gravamen prendario a favor del tenedor del warrant.
CAPITULO I
RESEÑA HISTORICA DEL WARRANT Y EL
CERTIFICADO DE DEPÓSITO.

1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA.-

Desde los inicios de la humanidad ha existido en el hombre la costumbre de guardar y


almacenar, principalmente alimentos, como una actitud instintiva de preservación y
supervivencia para épocas que pudieran sobrevenir marcadas por la dificultad o por la
escasez.

Esta tendencia a guardar y almacenar, de la que podemos encontrar huellas históricas


en prácticamente todas las culturas, dio origen a instituciones como el ahorro y como
los almacenes generales de depósito que son las instituciones financieras encargadas
por ley de emitir los títulos valores denominados certificados de depósito y warrants,
materia del presente comentario.

Es así que podemos encontrar ya en los relatos bíblicos referencia a las actividades
organizadas de almacenamiento o depósito, como en el caso de la interpretación que
hiciera José del sueño del Faraón relativo a las siete vacas gordas y las siete vacas
flacas, así como las espigas granadas y sin grano, lo que devino en que ante la
profecía de que existirían siete buenos años y siete malos años, se ordenara recoger
el trigo de los campos del faraón durante los años buenos y almacenarlos
aprovechando la abundancia para prevenir la escasez y asegurar el mantenimiento de
las ciudades durante los años malos. Cabe aclarar que, en lo que se refiere a la
evolución histórica de los almacenes generales de depósito, el punto de partida fue el
almacenamiento de productos agrícolas, donde en la civilización milenaria se
organizaron los graneros y despensas del monarca, pero que la industria de guardar
los bienes en almacenes generales de depósito como empresa organizada con fines
comerciales es de un origen relativamente moderno.

Durante los siglos XII y XIII se dio en Europa Occidental, un gran desarrollo de todo lo
relativo al comercio internacional, lo que implicó la necesidad de contar con lugares
seguros donde pudieran guardarse a buen recaudo las mercancías objeto de tal tráfico
patrimonial.

En este sentido, podemos verificar históricamente que la posición geográfica de


Venecia la convirtió en la ciudad más próspera de la Edad Media, principalmente
debido al comercio de mercadería venida de Oriente que se intermediaba a través de
esta ciudad a los mercados europeos.
Los comerciantes que ofrecían por Europa los productos de Oriente adquiridos en
Venecia descubrieron la conveniencia de asociarse, lo que devino en muy poco tiempo
en su transformación en banqueros, dando origen a lo que se podría calificar como
"casas de almacenamiento" que empiezan a emitir recibos de depósito y, actuando
conjuntamente bancos y comerciantes, a conceder préstamos con garantía de tales
recibos de depósito con el solo requisito de que estas casas mantuvieran las
mercancías en su poder, figura histórica en el área de las finanzas a la que se
reconoce con la denominación de "Préstamo Lombarda".

Como podemos apreciar de lo anteriormente expuesto, estamos tratando de los


antecedentes históricos de lo que hoy denominamos certificados de depósito y
warrants, también denominados bonos de prenda. Fue tanta seguridad que brindaban
estos primeros almacenes venecianos que los comerciantes comenzaron a aceptar
dos posibilidades con relación a los recibos de depósito que emitían, cuales son las de
prendar las mercancías en garantía o la de traspasar los derechos que sobre tales
mercancías tenía el depositante, costumbre mercantil recogida y regulada
posteriormente por la legislación italiana desde la cual se extendió a los demás países
europeos para finalmente influir también en las legislaciones de los países de América
Latina.

Posteriormente, el descubrimiento de América revolucionó el orden económico


existente desplazando a las antiguas ciudades comerciales de Italia, que perdieron su
hegemonía financiera, centrándose el comercio internacional en ciudades de España,
Portugal, Inglaterra y Holanda.

En lo que se refiere concretamente al Perú, aunque existen evidencias claras de que


el imperio incaico se utilizaron distintas técnicas para el almacenamiento de diversos
productos, como los muy difundidos tambos, los almacenes generales de depósito
fueron adoptados como institución en razón de la influencia recibida de la legislación
italiana y europea a la que nos hemos referido anteriormente.
Como antecedentes inmediatos sobre la materia, podemos encontrar en la legislación
peruana el Código de Comercio de 1902, que en su artículo 131 reconocía a las
compañías de almacenes generales de depósito como una de las formas permitidas
de constitución de empresa, regulando en sus artículos 197 al 202 lo relativo a su
objeto social, títulos que podría emitir, derechos inherentes a dichos títulos y
responsabilidades del almacén, para finalmente en su artículo 304 indicar la aplicación
de los estatutos del almacén, las normas del Código y las del derecho común a los
depósitos verificados en estas instituciones.

Posteriormente en el año 1907 se dictó la Ley N° 435, referida a la reorganización de


los almacenes de aduana, ampliando las funciones generales de los almacenes
generales de depósito para constituirlos en instituciones oficiales del sistema
aduanero.

En el año de 1918 se promulga la Ley N° 2763 (en aquellos años el gobierno fijaba las
tarifas que se tenían que cobrar por depósito y otras operaciones conexas),
reglamentada por Decreto Supremo N° 85 del 20 de diciembre de 1963, que reguló
esta institución, normas que estuvieron vigentes hasta octubre del año 2000 en que
fueron derogadas por la nueva Ley de Títulos Valores N° 27287, que se limita a
legislar en materia de certificados de depósito y warrants, pero que no regula lo
relativo a la constitución y funcionamiento de los almacenes generales de depósito,
aspecto que de manera insuficiente, por los temas tratados y la jerarquía de la norma,
es abordado por el Reglamento de los Almacenes Generales de Depósito aprobado
por Resolución SBS N° 040-2002 de 19 de enero de 2002.

2. EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO Y EL WARRANT.

2.1. El Certificado de Depósito.-


Los almacenes generales de depósito son instituciones reconocidas y reguladas por la
casi totalidad de sistemas jurídico legales en el mundo y lo mismo sucede, en
consecuencia, con los documentos que estos almacenes emiten de conformidad con
la naturaleza de la prestación del servicio que brindan.

Existe en el Derecho Comparado dos sistemas claramente diferenciados en lo relativo


a los títulos que emiten los almacenes generales de depósito en relación a los bienes
que le son entregados para su guarda.

Un primer sistema es el denominado Unicartular o de Título Único, de aplicación en


países como Holanda, Bélgica, Alemania, Austria y España, como lo fuera
originalmente también en Francia e Inglaterra, sistema por medio del cual ante el
depósito hecho en un almacén autorizado, este emitirá un solo documento que servirá
tanto para acreditar y transferir la propiedad, como para gravar los bienes materia del
depósito.

Un segundo sistema, dentro del que se encuentra el vigente en el Perú, es el


denominado bicartular o de doble título, que es además el que prevalece en la mayor
parte de las legislaciones del mundo y en cuya aplicación, ante el depósito recibido por
una empresa almacenera, se emiten dos títulos diferenciados conocidos como
certificado de depósito y warrant, acreditando el primero de ellos la titularidad del bien
y constituyendo el segundo el documento por el que se podrá respaldar una obligación
constituyendo garantía real sobre los bienes depositados.

El certificado de depósito es pues un documento emitido por los almacenes generales


de depósito que se rigen por el sistema bicartular o de doble título, documento cuya
existencia es reconocida y regulada por la mayor parte de legislaciones del mundo,
con denominaciones como la de "récépissé" en Francia, "cedule" en Bélgica,
"waarenschein" en Hungría, "fede di depósito" en Suiza, aunque en el cantón de
Solothurn se denomina "Iagerschein" y en Portugal "conhecimento de depósito".
Los certificados de depósito son en esencia títulos valores representativos de
mercaderías almacenadas dentro del régimen previsto por ley para los almacenes
generales de depósito, a los que Rubén Segal caracteriza como documentos por
medio de los cuales "la circulación material de las mercaderías (su tradición) se
reemplaza por la circulación económico-jurídica del título representativo. El mismo
posee el doble carácter de constitutivo y dispositivo, además, obviamente, del de
probatorio.

Es por lo dicho que puede afirmarse que al disponer del título se dispone de la
mercadería o en otras palabras, que la entrega de aquel produce los mismos efectos
que la entrega de la cosa.

La cita expuesta en el párrafo anterior, más que una definición de lo que debemos
entender por certificado de depósito, contiene la explicación de lo que tal autor
considera es su principal característica, es decir, que se trata de un título
representativo de propiedad de un bien sujeto a depósito, y que como tal permite la
transferencia del mismo, elemento que hemos destacado por considerarlo importante
para efectos de formular la definición de lo que entendemos por certificado de
depósito.

El certificado de depósito es incuestionablemente un documento que configura un


título de naturaleza causal, ya que en él se consigna la razón del depósito de la
mercadería, como por ejemplo con fines financieros o aduaneros, el cual tiene también
la característica de representar con carácter definitivo la propiedad de la mercancía
constituyéndose por ende en un documento que posibilita la tradición del bien por lo
que tiene carácter de título definitivo, que por sus especiales características requiere
de una rigurosa formalidad en lo que se refiere a su emisión, inscripción en la
matrícula del almacén general de depósito y endoso.

Dentro de la doctrina nacional Marco Celi, nos indica que este, es el documento anexo
al warrant, pero separable, que solo faculta la transmisión de la propiedad de las
mercaderías, con la obligación para el adquiriente de pagar la deuda mencionada en el
warrant", definición que consideramos incurre en el muy común error de considerar al
warrant como documento principal y al certificado de depósito como documento anexo,
cuando es justamente lo inverso, ya que el certificado de depósito es el que acredita la
propiedad del bien depositado y el warrant es el documento por el cual y mediante su
endoso se puede otorgar prenda sobre el mismo, es decir el certificado de depósito
representa el derecho real de propiedad, que por su naturaleza es un derecho principal
y autónomo, mientras que el warrant solo tiene por función posibilitar la constitución de
un derecho real de garantía que por su naturaleza es accesorio y subordinado al
derecho real principal a que se encuentra adscrito, además de lo pertinente al derecho
crediticio que da origen a la garantía en cada caso específico.

Por su parte el también autor nacional Ramón Rosales,] define al certificado de


depósito como un documento que " Incorpora los derechos que tiene el depositante
sobre las mercancías depositadas y sirve como medio de traspaso, ya que transfiere a
su adquiriente los mencionados derechos".

Consideramos que las dos últimas definiciones del certificado de depósito que hemos
transcrito resultan muy simples en su enunciado y carecen de suficiente rigurosidad
científica, aunque los elementos descritos en ellas corresponden sin duda a la
naturaleza y concepto de lo que debemos entender como certificado de depósito.

Con una mejor conceptualización, María del Pilar Vilela, formula una definición según
la cual "El certificado de depósito es el título valor que acredita el derecho de
propiedad sobre la mercadería que está depositada en el almacén general de
depósito, es de carácter privado emitido por una sociedad anónima a nombre del
depositante".

Entendemos que al concepto expuesto en el párrafo precedente le faltaría resaltar el


carácter definitivo del título, así como el hecho de tratarse de un instrumento típico que
se rige por un régimen propio, al igual que su capacidad de constituirse en título de
tradición al ser representativo de la propiedad de las mercancías depositadas.
En la doctrina argentina, Frávega y Piendibene, definen al certificado de depósito
indicando que "es el documento que, con carácter definitivo y como constancia de la
cantidad y clasificación de la mercadería recibida dentro del sistema de pérdida de
identidad, emite el elevador o instalación habilitada al efecto a nombre del depositante,
transmisible por endoso y apto para efectuar operaciones de crédito. Es un
instrumento típico, en parte semejante desde el punto de vista formal o en sus efectos
a otros conocidos en la actividad comercial, pero que se gobierna por un régimen
propio".

La definición transcrita en el párrafo anterior, nos parece bastante adecuada y


completa, aunque incurre en el defecto de no haber hecho referencia suficiente a su
calidad de título de tradición, pues no resulta simplemente endosable, sino que tal
endoso implica transferencia de dominio de la mercancía que representa.

El certificado de depósito, al representar la propiedad de los bienes que han sido


entregados para su guarda a un almacén, constituye un documento de naturaleza
causal que tiene carácter de título definitivo y que como tal posibilita la transferencia
de las mercancías que representa por el solo hecho de su endoso con las
formalidades previstas por ley, razón por la que consideramos a esta característica
como imprescindible para la conceptualización de una adecuada definición de este
título.

Otra definición que encontremos es la mencionada Guía rápida de preguntas y


respuestas de la Ley de Títulos valores, la cual señala “El certificado de depósito es el
título valor a la orden que representa el derecho real de propiedad sobre la mercadería
depositada en un almacén general de depósito.

En este sentido, quién posee este título valor es considerado titular o propietario de
dicha mercadería. La entidad facultada para emitir el certificado de depósito es el
almacén general de depósito, el mismo que procederá a emitirlo una vez insertadas
en depósito las mercaderías o productos”.
En conclusión, para efectos del presente análisis podemos definir al certificado de
depósito como un título valor nominado, completo en sí mismo, formal y definitivo,
representativo de una obligación cartular, causal por estar relacionado a un contrato
de depósito, constitutivo y declarativo, que acredita el derecho de propiedad sobre
mercancía depositada en un almacén general de depósito, que contiene constancia de
la cantidad, valorización y clasificación de la misma, que es emitido por el depositario a
nombre del depositante, debidamente registrado en la matrícula pertinente y que
permite la transferencia de propiedad de los bienes que representa por el simple
hecho de su endoso con las formalidades requeridas por ley, de naturaleza típica que
se rige por su propio régimen previsto en las normas sobre la materia.

2.2. El Warrant.-

El Warrant proviene de la voz inglesa warrantg o warranty, que significa garantía y


garantizar, ya a su vez bono o vale de prenda. Desde un punto de vista jurídico
constituye un titulo de crédito unido inesperadamente al derecho de prenda (hoy
garantía mobiliaria) sobre bienes muebles descritos en el.

Según Guía rápida de preguntas y respuestas de la Ley de Títulos valores, “El warrant
es un título valor a la orden que, al igual que el certificado de depósito, también
representa derechos reales sobre las mercaderías depositadas. La diferencia radica
en que el warrant representa un derecho real de prenda a favor del tenedor de dicho
título valor, mientras que la propiedad de las mercaderías corresponde al tenedor del
certificado de depósito. Es decir, el warrant convierte a su tenedor en acreedor
prendario de la mercadería o productos en depósito, mientras que el certificado de
depósito convierte a su titular en propietario de dichas mercaderías.

El warrant es emitido por el almacén general de depósito a solicitud del depositante,


expresando información idéntica al certificado de depósito. Asimismo, constituye el
instrumento que servirá de garantía para que una entidad financiera o cualquier
inversor otorgue financiamiento al depositante o a un tercero endosatario titular del
warrant”.
Tanto el Certificado de depósito y el warrant son títulos causales, pues no se
desvinculan de la relación jurídica fundamental que les dio origen.

Por el warrant la persona adquiere los mismos derechos y privilegios del acreedor
prendario. El tenedor del warrant, en caso de la falta de pago del título, tiene derecho a
que las mercaderías se subasten públicamente por el almacén, a fin de satisfacer su
crédito. Por otra parte, el titular de un Warrant en el concurso de acreedores tiene el
tercer orden de preferencia en la satisfacción de su crédito, conforme a lo dispuesto en
el art. 42º.1 de la Ley General del Sistema Concursal.

El warrant, si bien es cierto no constituye el documento principal de los que se generan


dentro del régimen de los almacenes generales de depósito , por la razón expuesta al
tratar sobre los certificados de depósito donde precisábamos que el warrant tiene la
calidad de accesorio por generar con su endoso un derecho real de garantía que es en
sí un derecho accesorio, resulta incuestionable que desde un punto de vista
económico financiero se trata de un documento de gran importancia y quizá de la
mayor importancia dentro de los que se emiten dentro de este régimen de almacenaje.

Numerosos testimonios y análisis estadísticos sobre la materia nos llevan a reconocer


que las personas o entidades que recurren a los almacenes generales de depósito
para solicitar sus servicios de guarda y conservación de mercadería, lo hacen
mayoritariamente no en razón de requerir un espacio seguro donde almacenar la
misma, sino que más bien por cuanto que aspiran a poder utilizar esos bienes como
una fuente de financiamiento propio en tanto y cuanto los mismos no sean objeto aún
de transferencia a terceros.

El warrant, como título valor que por su simple endoso perfecciona prenda sobre los
bienes que representa, constituye sin lugar a duda un muy importante instrumento de
orden financiero, que da agilidad y a la vez seguridad a operaciones tanto bancarias
como comerciales y que por tanto tiene un carácter no de documento principal pero sí
de documento importante en la relación contractual que se establece entre el
depositario y el depositante y posteriormente entre este y un tercero.
Como señala A. Muro, "El warrant, no es más que un título complementario de otro
que es el 'certificado de depósito', ambos nacen como expresión de un contrato de
depósito sin otro efecto que los propios de su carácter".

El warrant es también denominado en otros países de habla hispana como "nota de


prenda" o "bono de prenda", es un título reconocido y regulado en prácticamente todas
las legislaciones del mundo, denominándose "bulletin du gage" en Francia,
"pfandschein" en Hungría, reconociéndose con igual nombre en el cantón suizo de
Solothurn y "cautela de penhor" en Portugal.

El término warrant es una palabra tomada del idioma inglés aunque proviene del latín
medieval y directamente se deriva del francés "warant': originado en los dialectos de
Francia y Normandía, que constituye una de las formas de garantía admitidas por el
derecho galo, encontrando raíces también en el vocablo "werento" correspondiente al
antiguo alemán, emparentado con la voz "wara"cuyo significado es confianza o
cuidado.

Dentro de las raíces indoeuropeas de la lingüística se le relaciona con vocablos tales


como "wer, verus y vray"origen también del término "veridicus" relacionado también
con el término germánico "warjan", todos ellos con la acepción común de implicar
garantía de la veracidad de algo.

Hacemos esta referencia lingüística con la finalidad de remarcar lo que constituye la


característica principal y a la vez la esencia de la naturaleza del warrant, es decir su
calidad de título de garantía.

Cabe anotar que en otras latitudes el término warrant posee diversos contenidos
jurídicos y en ese sentido Manuel Ossorio nos recuerda algunas de sus acepciones
que son "auto judicial, mandamiento, libramiento, cédula, despacho, patente, orden de
detención, poder, autorización, testimonio, justificación".
Si a lo expuesto añadimos que el warrant como título es también reconocido en otras
legislaciones como un documento por el cual la sociedad emisora se obliga a vender al
poseedor del título acciones en condiciones particulares pero sin formar parte de su
capital social o en otros casos garantía de estabilidad en el precio reconocido para
títulos que se transan a través de medios bursátiles, debemos llegar a la conclusión de
que, al margen de la importancia incuestionable de este título valor, debe procurarse
buscar un vocablo que no lleve a confusión sobre la naturaleza y funciones del título a
que se refiere, y en tal sentido proponemos adoptar la denominación “bono de prenda”
de amplia utilización en la legislación latinoamericana.

Hechas las aclaraciones etimológicas pertinentes corresponde definir el concepto de


warrant, aclarando, en mérito a lo expuesto anteriormente, que con este vocablo nos
referimos al título valor relacionado con las operaciones de guarda y conservación de
mercaderías que se practican dentro del régimen correspondiente a los almacenes
generales de depósito.

Al respecto, Ramón Rosales, se refiere a este título valor señalando que el warrant “...
conocido en otros países como bono, vale o recibo de prenda, incorpora un préstamo
garantizado sobre las mercancías amparadas por el certificado de depósito y
representa por sí mismo un contrato de prenda”, definición que, en nuestro concepto
resulta insuficiente para caracterizar adecuadamente a este título, por referirse
únicamente a su calidad de garantía de un préstamo, incurriendo en el error de
considerar al warrant en sí mismo como un contrato de prenda.

En efecto, el warrant en sí y por sí no puede ser considerado como un contrato de


prenda o de cualquier otra naturaleza, ya que como ha quedado dicho se trata de un
documento accesorio emitido en razón de un contrato de Depósito convenido dentro
de las características propias del régimen inherente a los almacenes generales de
depósito. Por lo demás resulta claro que la sola emisión del título denominado warrant
no implica la constitución de la prenda, pues para ello se requiere el endoso del
documento, por lo que mal se puede afirmar, como erróneamente lo hace Rosales,
que el warrant constituye por sí un contrato de prenda, dado que resulta jurídicamente
factible que este sea emitido y nunca llegue a ser endosado, lo que implicaría la
existencia del warrant con plena validez, pero sin constitución de prenda sobre los
bienes que representa.

En la doctrina internacional Frávega y Piendibene, expresan que "el warrant es un


instituto de la legislación comercial que regula las relaciones jurídicas entre una
empresa emisora de warrants y el titular de los bienes almacenados en los depósitos
-propios o de terceros- administrados por la empresa y con actitud de ser afectados a
través de su transmisión por endoso a operaciones de compraventa y/o de crédito
mobiliario, instrumentada mediante un título de crédito que, por imperio legal, le otorga
derecho real de garantía especial y privilegio al acreedor prendario".

Consideramos a esta definición bastante completa, debiendo resaltar que al referirse a


su afectación a operaciones de compraventa mediante el endoso, resulta exacto, ya
que tal como lo establece el literal a) del numeral 231.1 del artículo 231 de la nueva
Ley de Títulos Valores N° 27287, el endoso conjunto del certificado de depósito y
warrant transfiere al endosatario la libre disposición de las mercaderías depositadas,
norma que por lo general se encuentra consagrada en la legislación sobre la materia
de otros países, aunque estimamos que la definición en cuestión debió incluir
referencia al carácter de título valor del documento, a su formalidad y registrabilidad en
la matrícula pertinente, así como a su característica de fácil y rápida ejecución.

Concluyendo podemos, desde nuestra perspectiva, definir al warrant como un título


valor nominado, completo en sí mismo, formal y accesorio a un certificado de depósito,
representativo de una acreencia reflejada en una obligación cartular, causal por estar
relacionado a un contrato de depósito y en caso de endoso a derecho crediticio,
constitutivo y declarativo, que acredita la preexistencia de mercancía depositada en un
almacén general de depósito, que contiene constancia de la cantidad, valorización y
clasificación de la misma, que es emitido por el depositario a nombre del depositante,
debidamente registrado en la matrícula pertinente y que permite la constitución en
prenda de los bienes que representa por el simple hecho de su endoso con las
formalidades requeridas por ley (constituyendo además una garantía personal desde
que el endosatario podrá dirigirse también contra el endosante por el saldo que se le
adeude una vez efectuado el remate correspondiente y distribuido su producto), de
naturaleza típica que se rige por su propio régimen previsto en las normas sobre la
materia y de fácil y rápida ejecución por no requerir de trámite administrativo o judicial
alguno al respecto, ni interrupción salvo por muy limitadas excepciones previstas
expresamente en la legislación vigente sobre la materia.

3. NATURALEZA ECONÓMICA DEL WARRANT Y DEL CERTIFICADO

DE DEPÓSITO

3.1. Naturaleza Económica.-

Desde el punto de vista económico ambos títulos permiten la circulación cartular de


bienes y de capitales en el corto plazo a menor costo, así: El certificado de depósito
facilita las transacciones mercantiles sobre bienes de gran cantidad, volumen y valor,
sin cantidad, in que sea necesario el desplazamiento de los bienes en él contenidos.

El warrant, por su parte, constituye un instrumento financiero garantizado, pues


permite obtener un financiamiento en el corto plazo (menor a un año), y en caso de
incumplimiento, el acreedor puede cobrar ese crédito solicitando la venta (remate)
extrajudicial de la mercadería gravada.

En resumen, podemos señalar que ambos títulos contribuyen al desarrollo del


mercado financiero de corto plazo.

3.2. Naturaleza jurídica.-

Como lo hemos señalado, en lo económico constituyen vehículos capaces de


canalizar bienes y dinero de modo seguro y fluido; por ello, es necesario analizar su
naturaleza jurídica a la luz de la doctrina y las normas que regulan a los valores
mobiliarios, dentro de los cuales los títulos valores constituyen una especie.
CAPITULO II
CARACTERISTICAS
DEL WARRANT Y DEL
CERTIFICADO DE DEPÓSITO.

1. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL WARRANT Y CERTIFICADO


DE DEPÓSITO.

Las principales características del warrant y del certificado de depósito son las
siguientes:

1.1. Títulos causados : En el warrant y en el certificado de depósitos se hace


referencia a algunos elementos esenciales del contrato de depósito (obligación
causal), tales como el plazo del contrato, denominación de la almacenera, bienes
depositados, entre otros; decimos que son títulos causados puesto que la obligación
cambiarla se sustenta en la existencia del documento, y en la declaración en él
contenido; esta obligación causal podría considerarse como “causa eficiente”, para la
emisión de ambos títulos.

La obligación causal (derivada del contrato de depósito), que hemos denominado


“causa eficiente” en el caso del warrant no se desliga de la obligación cambiaria, sino
más bien se mantiene indesligable a ella, porque la misma es connatural a la esencia
del warrant, de ahí que la Ley exige que algunos elementos esenciales de la misma
formen parte del título. Lo mismo sucede en el caso del certificado de depósito, donde
el endoso del título tampoco separa la obligación causal de la contenida en el título,
por constituir aquella la causa eficiente y la causa final de su emisión. Así, tanto al
tenedor del certificado de depósito como al del warrant sólo podrán oponérseles (por
parte del endosante y la almacenera) las excepciones fundadas en los elementos de la
obligación causal contenidos expresamente en el título, por ejemplo el plazo del
contrato que determina la vigencia de la prenda; las mercaderías depositadas
detalladas en el warrant, la condición del depósito si está en almacén de campo o no,
entre otras.

En cambio, la obligación causal que sirve de sustento al endoso del warrant, que
hemos denominado «causa final» sí podrá separarse de la obligación cambiaria una
vez que el warrant, sea endosado por segunda vez. En este caso, el deudor sólo
podrá oponer las excepciones de la obligación crediticia que se encuentren
expresamente contenidas en el título, tales como tipo de crédito garantizado, fecha de
vencimiento, tasas de interés, monto de la deuda, en caso se produjeren endosos
posteriores.

1.2. Títulos formales: Porque su texto debe reunir, en su contenido y forma, los
requisitos exigidos por la Ley de Títulos Valores para tener validez. Asimismo, el Art.
226° de la Ley de Títulos Valores autoriza a la Superintendencia de Banca y Seguros a
aprobar los formatos de warrant y certificado de depósitos respectivamente, para lo
cual dicha entidad ha emitido la Res. 0192001 (16.01.01) vigente desde enero de
2001, Asimismo, cabe precisar que ambos títulos son emitidos por el depositario que
es una empresa autorizada y supervisada por la Superintendencia.

Los requisitos que señala la Ley citada para el warrant y el certificado de


depósito respectivamente son los siguientes:

• La denominación del respectivo título y número que le corresponde tanto al


Certificado de Depósito como al Warrant correspondiente, en caso de emitirse ambos
títulos.
• El lugar y fecha de emisión.

• El nombre, el número del documento oficial de identidad y domicilio del depositante.

• El nombre y domicilio del almacén general de depósito.

• La clase y especie de las mercaderías depositadas, señalando su cantidad, peso,


calidad y estado de conservación, marca de los bultos y toda otra indicación que sirva
para identificarlas indicando, de ser el caso, si se tratan de bienes perecibles.

• La indicación del valor patrimonial de las mercaderías y el criterio utilizado en dicha


valorización.

• Modalidad del depósito con indicación del lugar donde se encuentren los bienes
depositados, pudiendo encontrarse en sus propios almacenes o en el de terceros,
inclusive en locales de propiedad del propio depositante.

• El monto del seguro que debe ser contratado por lo menos contra incendio,
señalando la denominación y domicilio del asegurador. El almacén general de depósito
podrá determinar los demás riesgos a ser cubiertos por el seguro, en cuyo caso éstos
serán señalados en el mismo título.

• El plazo por el cual se constituye el depósito, que no excederá de un año. En caso


de bienes perecibles, no excederá de noventa (90) días, salvo que la naturaleza del
bien y el almacén general de depósito lo permitan.

• El monto pendiente de pago por almacenaje, conservación y operaciones anexas o


la indicación de estar pagados.

• La indicación de estar o no las mercaderías afectas a derechos de aduana, tributos u


otras cargas a favor del Fisco; en cuyo caso se agregará en el título la cláusula
"Aduanero" inmediatamente después de su denominación y en tal caso le será de
aplicación además la legislación de la materia

• La firma del representante legal del almacén general de depósito.


El Certificado de Depósito y el Warrant emitido por personas autorizadas a operar
depósitos aduaneros autorizados, a los que se refiere el inciso k) del párrafo anterior,
se Regirán por la legislación especial de la materia, siéndoles de aplicación supletoria
las disposiciones de la presente Ley.

1.3. Títulos representativos de derechos reales: El certificado de depósito es un


titulo valor de tradición porque atribuye un derecho de propiedad, el warrant, contiene
un derecho de crédito que se encuentra unido a una garantía real. Ambos
documentos forman una unidad cambiaria o cartular; pero endosados por separados
permiten la separación de los atributos de la propiedad sobre los bienes depositados.

1.4. Títulos a la orden transferibles por endoso: se emiten a nombre de una


persona determinada (el propietario o su representante). El primer endoso del warrant
debe registrarse en la almacenera y en el propio certificado de depósitos (en el
anverso). En cambio, el primer endoso del certificado de depósito no es necesario que
se registre en la Almacenera. Ambos títulos se encuentran destinados a la circulación.

1.5. Derechos cartulares: El warrant genera las acciones cambiarias propias de otros
títulos valores tradicionales, consistente en el cobro del saldo insoluto en el proceso
ejecutivo; no obstante, la principal función de este título es asegurar el pago del crédito
de una forma más efectiva, mediante la venta (remate) extrajudicial de las
mercaderías en él incorporadas.

2. SUJETOS INTERVINIENTES.

En estos títulos valores, intervienen necesariamente:

2.1. El almacén general de depósito o depositario, que es la sociedad anónima que, a


solicitud del depositante de las mercaderías, emite tanto el certificado de depósito
como el warrant.
2.2. El depositante, que es la persona que acopla determinadas mercaderías en un
almacén general de depósito, recibiendo por ello tanto el certificado de depósito como
el warrant. Es el primer tenedor de ambos títulos valores y obligado principal al pago
del crédito garantizado por el warrant.

Ahora bien, el depositante puede endosar a otras personas uno o ambos títulos
valores, por lo que aparecerá un nuevo sujeto: el endosatario, nuevo titular del
certificado de depósito, del warrant o de ambos documentos, según corresponda.

3. REQUISITOS FORMALES ESENCIALES. (art. 224º de la NLTV)

3.1. Tanto el warrant como el certificado de depósito deben contener idéntica


información respecto a la mercadería en depósito. De acuerdo al artículo 224º de la
Nueva Ley de Títulos Valores, entre los requisitos de forma que deben contener
ambos documentos, tenemos la denominación de cada uno de ellos, que justamente
sirve para distinguir los derechos que cada cual representa. Esto es, debe
necesariamente señalarse en un caso "certificado de depósito" y 'Warrant" en el otro
caso. Igualmente, ambos documentos deben tener una numeración, debiendo
corresponder a ambos documentos el mismo en el caso de haberse expedido
conjuntamente, con lo que se logra vincularlos a las mismas mercaderías depositadas,
lo que resulta importante en la determinación de los derechos que sus respectivos
tenedores tengan sobre dichos bienes. De lo contrario, sería difícil conocer con certeza
el warrant que se remata a través de las publicaciones de venta, más aún si el
Almacén general de depósito, el depositante y las mercaderías fuesen las mismas,
pero correspondientes a diversos certificados de depósito y warrants.

3.2. El lugar y fecha de emisión es de interés para conocer la legislación, competencia


notarial, plazos del depósito o de prescripción y otros derechos vinculados que deban
ejercitarse.
3.3. El nombre, identificación y domicilio del depositante, tienen importancia para los
tomadores de estos valores; pues es éste quien tiene la calidad de obligado principal y
será contra él que se dirijan las acciones derivados de ambos títulos en su caso, por lo
que existe interés en identificarlo adecuadamente.

3.4. El "nombre", que según el Glosario de la ley debe entenderse la denominación


social del Almacén general de depósito, debe constar en ambos documentos,
constituyendo ello una información muy importante para el tenedor, quien se dirigirá a
dicho emisor para exigir los derechos que cada documento le reconoce. Tal como por
ejemplo, retirar las mercaderías, inspeccionarlas, verificarlas, sacar muestras, solicitar
el remate, realizar y registrar los endosos, etc. Gracias a esta información se logra
identificar al depositario, que si bien no asume obligaciones cambiarías estrictamente,
si tiene las responsabilidades propias de un depositario. Igualmente, esta información
servirá para que los tomadores que sean empresas del sistema financiero determinen
sus límites legales en cuanto a la tenencia de warrant de cada Almacén general de
depósito, lo que no puede superar del 60% de su patrimonio efectivo, según el art. 204
de la Ley Nº 26702.

3.5. La descripción detallada de las mercaderías, que consta en ambos títulos, ayuda
a apreciar, determinar e identificar los bienes depositados, por lo que se exige para
fines de esa información necesaria para los tomadores, que se señale su clase,
especie, cantidad, peso, calidad, estado y demás elementos necesarios, advirtiendo
en su caso de que se tratan de bienes perecibles. Una adecuada y detallada
descripción ayudará a los tomadores a conocer y tener certeza acerca de las
mercaderías representadas por los títulos y decidir su negociación.

3.6. No sólo se señalará el valor patrimonial de las mercaderías depositadas, sino que
el AGD (Almacén General de Depósito) debe señalar el criterio utilizado en tal
valorización, lo que constituye una novedad respecto a la anterior ley; tal sería, por
ejemplo, que se señale que la valorización ha sido hecha por determinado perito,
teniendo en cuenta su valor en el mercado londinense o en la Bolsa de Productos de
Lima, o que se trata del valor según factura de venta presentada por el depositante, o
que es un valor comercial en Lima según peritos del mismo AGD que podría prestar tal
servicio adicional si cuenta con autorización de la SBS. Esta información tendrá pues
suma importancia para los tomadores y para el mercado.

3.7. Es importante señalar el lugar donde permanecerán los bienes depositados.


Ordinariamente dicha mercadería debe encontrarse en los locales de propiedad del
AGD; sin embargo, ello no es indispensable; pues muchas veces se tratan de
mercaderías especiales que requieren ser guardadas en ambientes que cuenten con
estructura especial que no pueda disponer el depositario, por lo que el AGD puede
acordar con el depositario mantener las mercaderías bajo guarda en local de terceros,
especialmente acondicionados y bajo convenios que al efecto tenga con los
propietarios de dichos locales; e, inclusive en locales de propiedad del mismo
depositario (almacén de campo), que obviamente pasarán a la posesión y uso del
AGD, en modo tal que se cumpla con la condición que la ley exige de la desposesión
del bien depositado y entrega física del mismo al depositario; pues como sabemos, un
bien no sujeto a registro, como son los bienes y mercancías que son objeto de
depósito en un AGD, para ser constituidos en depósito y afectados en garantía real,
requieren de la desposesión y entrega física al acreedor o a un tercero que es el
depositario, encargado de la guarda del bien en provecho del acreedor prendario,
exigencia que se cumple a cabalidad en este caso, con la intervención del AGD que
justamente hace la labor de depositario, que debe recibir el bien en posesión, dejando
de ser el depositante propietario su poseedor, aun cuando los bienes se encontrasen
en local de su propiedad o se le permitiese sustituirlos.

3.8. Con fines de seguridad, se exige que todas las mercaderías depositadas en un
AGD con emisión de estos títulos valores, estén por lo menos asegurados contra el
riesgo de incendio. Puede el AGD exigir, según los riesgos previsibles a la naturaleza
de cada mercadería, que se contraten otros seguros, como sería por ejemplo contra
robo en caso de mercaderías depositadas fuera de sus locales (almacén de campo).
La denominación social y domicilio de la compañía de seguros, así como en su caso
los demás riesgos asegurados, deberán constar en el mismo documento, con lo que
se dará mayor información, seguridad, protección y confianza a los tomadores.

3.9. Tratándose de mercaderías propias del giro social de depositantes que se dedican
a la actividad comercial, es decir, de activos corrientes, generalmente el plazo del
depósito no suele ser largo. Por ello, se explica que el plazo máximo del depósito no
debe superar de un año; admitiéndose sin embargo en la práctica que este plazo, en
ocasiones, pueda prorrogarse mediante la renovación del depósito, para lo cual se
requiere que el AGD lo admita y la naturaleza del bien lo permita. En el caso de bienes
perecibles, el plazo máximo del depósito es de 90 días, igualmente este plazo es
prorrogable si la naturaleza del bien lo permite.

3.10. Con los mismos fines de prestar adecuada información para los tomadores de
ambos documentos, se exige que los pagos pendientes por los servicios prestados por
el AGD estén señalados en el mismo documento; o, en su caso, indicar que ya han
sido pagados por el depositante. De este modo, quien adquiere uno cualquiera de
esos títulos valores, estará en pleno conocimiento de los pagos hechos y/o por hacer a
favor del AGD, quien emite ambos títulos y debe ser la primera interesada en dejar
constancia de tales pagos en su favor para oponerlos y hacer valer frente al último
tenedor. Debemos recordar que existe una prelación de acreencias especial en este
caso, según se señala en el art. 234.

3.11. Ante la posibilidad de ingresar en depósito mercaderías no nacionalizadas y/o


con obligaciones tributarias y aduaneras pendientes, siempre con fines de información
al mercado y a los tomadores, se exige que el AGD consigne la declaración del
depositante de encontrarse los bienes libres o afectos a gravámenes a favor del fisco,
quien en ese caso tendrá derecho preferente sobre las mercaderías representadas por
ambos documentos y el tenedor que ejercite sus derechos, deberá atender en primer
lugar tales acreencias preferentes por el hecho de haber sido consignadas en el
mismo título. Existe una regulación especial para estos casos que deberá observarse,
por lo que títulos valores emitidos con obligaciones aduaneras o tributarias pendientes
de cumplimiento, quedarán evidenciados gracias a la cláusula pertinente que se
incorporen en su texto, señalando que se tratan de “certificado de depósito aduanero”
o “warrant aduanero”. Estos documentos, conforme señala en modo especial el
párrafo final de este artículo, estarán sujetos en primer lugar a las normas especiales
que la autoridad aduanera y tributaria señalen y sólo supletoriamente le serán de
aplicación las disposiciones de esta ley (Ver arts.17 al 21, D.S.08-95-EF).

3.12. Como quiera que la emisión de ambos títulos lo hace el AGD, debe firmarlos
como tal, a través de su representante facultado para ese efecto, obligando sólo desde
entonces al AGD en su calidad de depositario y emitente de estos valores, en los
términos que contienen los documentos expedidos.

CAPITULO III
TRANSFERENCIA
DEL WARRANT Y DEL
CERTIFICADO DE DEPÓSITO
TRANSFERENCIA DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO Y WARRANT.

1. CIRCULACIÓN DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO Y DEL WARRANT:

Ambos títulos, tanto el certificado de depósito como el warrant están destinados a la


circulación mediante, el endoso. Ya que ambos son títulos valores a la orden, su
transferencia se produce por medio del endoso.

1.1. El endoso: El endoso en un acto formal, escriturario, unilateral, incondicional y


accesorio, que tiene por objeto la transmisión del título y la legitimación de su
poseedor para el ejercicio de los incorporados.

1.1.1. Clases de endoso: El warrant y el certificado de depósito sólo pueden ser


endosados en propiedad, en fideicomiso, que sería una forma del endoso en
propiedad, y en procuración. En el caso del warrant, este también podrá ser endosado
con la cláusula "sin responsabilidad" o con la cláusula "para embarque". A
continuación desarrollamos brevemente algunas de las modalidades señaladas.

1.1.1.1. Endoso en Blanco: Esta es una modalidad del endoso en propiedad.


En este caso basta indicar la fecha y la firma del endosante. En el certificado de
depósito, puede utilizarse desde el primer endoso; mientras que en el warrant sólo
después del primer endoso, para que se constituya la prenda sobre la mercadería
depositada.
1.1.1.2. Endoso con la Cláusula “Sin responsabilidad”: Esta modalidad
sólo es aplicable al warrant, puesto que se trata de un título de crédito. Mediante esta
cláusula se libera al deudor de responder por el saldo insoluto de la acreencia, en caso
que el producto del remate no alcanzare a cubrir la totalidad de la obligación. Para el
acreedor representa una renuncia a la acción personal para el cobro del saldo insoluto,
mediante el ejercicio de la acción cambiarla (en el proceso ejecutivo). Por aplicación
de lo establecido en el Art. 235.3, literal c) de la Ley de Títulos Valores, esta cláusula
sólo podría incluirse en el warrant cuando éste se endose como garantía y no como
título de crédito, según lo establecido en el Art.232 de la citada Ley. Los efectos de
esta cláusula son los siguientes:

1.1.1.2.1. Se libera al primer endosante de responder por el saldo insoluto del warrant,
luego de efectuado el remate de las mercaderías.

1.1.1.2.2. Aun cuando permite que el título sea transferido posteriormente mediante
endoso, la cláusula «sin responsabilidad», surte los efectos de la cesión de derechos
sin responsabilidad, donde se libera al primer endosante de responder por el saldo
insoluto de la deuda, después de verificado el remate.

1.1.1.3. Endoso “en procuración”, “al cobro”, “en cobranza”, “por poder” u otra cláusula
equivalente que indique un simple mandato: Esta modalidad podrá emplearse para el
warrant y para el certificado de depósito. En este último caso, el endosatario tendrá la
potestad de solicitar la entrega de la mercadería la cual procederá siempre que se
haya cancelado el warrant emitido por la almacenera.

1.1.1.4. Endoso “para embarque” u otra equivalente: Esta es una novedad recogida en
la Ley de Títulos Valores para facilitar el financiamiento de operaciones de comercio
exterior (exportaciones principalmente) donde posiblemente la única o principal
garantía estaba representada por un warrant. El endoso para embarque constituye una
mixtura entre el endoso en propiedad y el endoso en procuración, donde el almacén o
un agente de aduanas se convierten en los nuevos titulares del documento; pero al
mismo tiempo el acreedor (último endosante) mantiene el crédito y la garantía a su
favor, por ello podemos señalar que se trataría de una ficción legal, de ahí que la ley
señale expresamente que la almacenera asume responsabilidad por la custodia de la
mercadería hasta que se produzca la entrega de los documentos de embarque
(conocimiento de embarque y otros) que acrediten la venta real de la mercadería.
Dicha responsabilidad sería similar a la de una fianza solidaria que asumiría la
almacenera frente al beneficiario del warrant.

Más aún, el Reglamento de Almacenes Generales de Depósito obliga a las


almaceneras a contratar un seguro que cubra los riesgos derivados del transporte de
bienes, desde su salida del almacén hasta el momento en que se expida el respectivo
documento de embarque, salvo que dicho seguro sea contratado directamente por el
depositante, el agente o el cargador, respectivamente; en ese último caso la póliza
deberá cubrir los mismos riesgos y ser endosada a favor del almacén.

1.1.2. Efectos del Endoso: Como quiera que la finalidad del endoso es permitir la
circulación del título valor, los efectos de dicho acto jurídico se pueden dividir en dos
grupos: generales para todo título valor y específicos, en función a la naturaleza de
cada uno de ellos.

1.1.2.1. GENERALES:

1.1.2.1.1. Legitima al tenedor el titulo valor para que pueda hacer valer los
derechos, incorporados en el conforme a ley.

1.1.2.1.2. Transmisión de los derechos inherentes al título.

1.1.2.1.3. Garantiza el pago del título.

1.1.2.2. ESPECÍFICOS:
1.1.2.2.1. Del Certificado y del Warrant conjuntamente: si ambos títulos son
endosados a una misma persona, se transfiere la libre disposición de la mercadería
depositada.

Esta modalidad permite la consolidación de las calidades de acreedor prendario y de


propietario de la mercadería, por lo tanto de acuerdo al Art.1090, inc.6 del Código Civil,
dicha consolidación producirá la extinción de la garantía real que se hubiere
constituido.

1.1.2.2.2. Del Warrant por separado: confiere un derecho crediticio garantizado


con una prenda sobre los bienes depositados. Dicha garantía cubre las comisiones,
intereses y el capital de la obligación crediticia.

1.1.2.2.3. Del Certificado de Depósito por separado: transfiere el derecho de


propiedad sobre la mercadería con el gravamen prendario a favor del tenedor del
warrant.

Tanto el endosatario del warrant como el del certificado de depósito, pasan a integrar
la relación jurídica emanada del contrato de depósito. Así, en el primer caso, tendrá
derecho a inspeccionar la mercadería, a autorizar el retiro parcial de la misma, etc.
Mientras que el endosatario del certificado asume la calidad de propietario de la
mercadería -se subroga en el lugar del depositante- por ello deberá pagar el
almacenaje y los impuestos, si fuere el caso, al momento de retirar la mercadería.

1.1.3. Formalidad del primer endoso del warrant y constitución de la garantía real: A
diferencia del certificado de depósito, el primer endoso del warrant debe transcribirse
(copiarse) en el Registro de endosos de la Almacenera, asimismo, debe contener las
especificaciones siguientes, (Art.232.1 de la Ley de Títulos Valores):

1.1.3.1. La fecha en que se hace el endoso: Es importante que se consigne la


fecha del endoso, pues en ese momento el warrant es concebido como título de
crédito. No obstante, la falta de este requisito no invalida el endoso, pues haciendo
una interpretación de las normas generales contenidas en la Ley de Títulos Valores, la
omisión de este requisito haría presumir que se hizo con fecha posterior a la emisión
del título o en su defecto en esa misma fecha, dado que se trata del primer endoso.

1.1.3.2. El nombre, número oficial de identidad y firma del endosante: Este


requisito es esencial para que el endoso se considere válido, según las reglas
generales contenidas en la Ley de Títulos Valores. No obstante el error en la
consignación del documento oficial de identidad no invalida el endoso.

1.1.3.3. El nombre, domicilio y firma del endosatario: La intervención del


endosatario no lo vincula respecto de las obligaciones cambiarlas derivadas del
warrant. Es decir, su intervención en el título valor es activa, como beneficiario de los
derechos cartulares derivados del warrant, incluyendo la garantía real en él
incorporada.

1.1.3.4. Monto del crédito directo y/o indirecto garantizado: El monto del crédito
u obligación garantizada representa el valor económico del warrant, mientras que el
importe o valor de los bienes en él consignados representará el valor económico de la
prenda que se constituya con el endoso del warrant. Es importante anotar que
constituye requisito esencial el señalar el signo monetario de la suma dineraria que
representa el valor patrimonial del warrant y de los bienes afectos en garantía. El
monto se podrá indicar en letras y en números según lo establecido en las reglas
generales contenidas en la Ley de Títulos Valores, y en caso de discrepancia entre
ambas se preferirá la suma menor.

1.1.3.5. La fecha de vencimiento o pago del crédito garantizado, que no


excederá del plazo del depósito: Esta fecha determina el vencimiento del warrant. A
diferencia de los títulos valores u otros valores mobiliarios, en el caso del warrant, su
vencimiento tiene lugar en la misma fecha en que vence la obligación que garantiza,
por eso debe consignarse en el título valor. Esto se debe a su naturaleza, pues
representa un título de crédito con garantía. La fecha de vencimiento del warrant no
puede exceder la del depósito, por cuanto este último predetermina la existencia del
warrant.
1.1.3.6. Los intereses que se hubieran pactado por el crédito garantizado: Cabe
precisar que en el warrant al igual que en el pagaré, en la factura conformada y en el
título de crédito hipotecario negociable, se permite el pacto de intereses
compensatorios y moratorios, comisiones, reajustes u otras contraprestaciones
permitidas por ley. Los primeros se generarán desde el nacimiento de la obligación
cambiaria hasta su vencimiento y pago efectivo. En tanto que los intereses moratorios
se aplicarán después del vencimiento de la obligación cambiaria, pues por su propia
denominación se generan cuando la obligación ya está vencida ya que su finalidad es
resarcir el retraso en el cumplimiento de la misma. Ahora bien, la tasa del interés
compensatorio podrá ser igual a la del moratorio, por defecto, es decir a falta de
estipulación expresa. Sólo a falta de pacto de intereses y reajustes durante el período
de mora se aplicará el interés legal.

1.1.3.7. La indicación del lugar de pago del crédito y/o, en los casos previstos
por el Art.53°, la forma como ha de efectuarse éste: El pago de la obligación cambiaria
debe ser efectuado en el lugar indicado en el propio título, salvo que se haya
estipulado el pago mediante cargo en cuenta, en cuyo caso el cobro se efectuará
presentando el título a la empresa del sistema financiero indicada en el título valor. La
empresa financiera determinará si procede el pago o no, y hasta donde alcancen los
fondos de la cuenta girada, sin asumir mayor responsabilidad que las derivadas de un
encargo de pago a terceros. A falta de indicación de lugar de pago, se entenderá como
tal el domicilio del primer endosante, pues en el caso del warrant los demás
endosantes no asumen obligación cambiaria frente al beneficiario del título, a
diferencia de los títulos valores tradicionales (P. Ej. La letra de cambio o el pagaré).

1.1.3.8. La certificación del almacén general de depósito que el endoso del


Warrant ha quedado registrado en su matrícula o libro talonario, como en el respectivo
Certificado de Depósito, refrendada con la firma de su representante autorizado: Esta
certificación confiere validez a la prenda sobre los bienes depositados. En ese sentido,
la certificación podría considerarse como un requisito sine qua non para la existencia
de la prenda. La prenda no sólo se registra en la almacenera sino también el
certificado de depósito, con lo cual la misma podrá ser opuesta a los sucesores
tenedores de dicho título valor, quienes tomarán conocimiento de la existencia de
dicha garantía con la tenencia del mismo en su calidad de endosatarios.
CAPITULO IV
EL INCUMPLIMIENTO
DE LA
ACCIÓN CAMBIARIA.
EL INCUMPLIMIENTO DE LA ACCIÓN CAMBIARIA.

1. DE LA NATURALEZA PRENDARIA DEL WARRANT.-

En líneas atrás, nos hemos referido a la constitución de prenda (ahora garantía


mobiliaria) por el endoso del warrant, cabiendo indicar que la regulación de este
Derecho Real de Garantía es la correspondiente a lo previsto en la Ley 28677.

Al respecto Vilela, señala que el endosatario del warrant “ es un acreedor prendario de


naturaleza especial ”, para agregar que tratándose el warrant de un título valor la
obligación cartular incorporada en el mismo se rige por el principio de autonomía y por
ende su segundo endoso implicará una independización de la relación causal que dio
origen al primer endoso e incluso en caso de nulidad del contrato principal el warrant
endosado por segunda vez no correrá tal suerte, todo lo que la lleva a afirmar que en
el caso de endoso de warrant “No se trata de una simple garantía prendaria, sino más
bien de un derecho real incorporado en un título lo cual es muy diferente”

Resulta claro que el endoso del warrant implica constituir garantía con la mercadería
depositada por un crédito otorgado, constituyéndose de esta manera, de una forma
particularmente sencilla, un derecho de prenda que si bien es cierto contiene rasgos
comunes y hasta cierta regulación normativa similar a la prenda civil (ahora garantía
mobiliaria).

2. DERECHO QUE PRESENTA EL WARRANT Y SU EJECUCIÓN.-

La ejecución del warrant conlleva el remate de la mercadería prendada que se


encuentra garantizando el importe del crédito contenido en el Warrant. De acuerdo al
tenor del art. 233 de la Ley de Títulos Valores, el crédito no necesariamente debe estar
determinado, sino que puede determinarse en un futuro o sujetarse a una condición
que conste en documento distinto al Warrant, pero que debe ser referido a éste.
Completamos este criterio con el contenido del art. 10º de la Ley que permite
completar el título respetando los acuerdos celebrados entre el acreedor y el deudor.

Ante el incumplimiento del pago de la obligación contenida en el Warrant, su tenedor


deberá protestar el título contra el primer endosante, es decir, contra la persona que
dio inicio a la emisión del título, a semejanza del emitente en el pagaré. La Ley permite
sustituir el protesto con la constancia sustitutoria que imponen los bancos en el mismo
título ante la falta de pago de la obligación, tal como lo señala el art. 82º.1 de la Ley de
Títulos Valores. Igualmente se permite incorporar en el título la Cláusula de No
Protesto.

En el caso del título sujeto a protesto habrá que estar a los plazos señalados en el art.
72º de la LTV, y tener en cuenta que según el inciso e) del art. 72º el protesto debe
realizarse dentro de los 15 días posteriores a su vencimiento, en cuyo caso, el tenedor
debe hacer entrega del título valore al fedatario, dentro de los primeros 8 días de los
15 previstos en ellos.

Obtenido el protesto, en los casos que corresponda, el tenedor del título está en
condiciones de hacer valer su derecho cambiario y puede acudir al almacén general
de depósito para pedir la ejecución de la prenda mediante el remate público.

El almacén de depósito, una vez que recibe la petición acompañada el título que da
merito a la petición de ejecución, ordenará no antes de dos días hábiles siguientes al
protesto, o a la constancia sustitutoria o al vencimiento del crédito si el warrant no
fuera protestable, para que sin necesidad de mandato judicial proceda a dar trámite al
proceso de venta de la mercadería depositada, para cuyo efecto deberá publicitar por
cinco días en el Diario Oficial El Peruano, el aviso que describa la mercadería y su
valor nominal señalando en el título, con lo cual se obvia una nueva tasación de los
bienes que serán sacados a remate, debiendo intervenir en el acto del remate un
Martillero Público autorizado, quien adjudicará la mercadería al mejor postor, sin que
tenga que respetarse precio base para el remate.
El proceso iniciado para el remate de la mercadería contenido en el warrant no se
puede suspender ni por muerte ni incapacidad del primer endosante, que es la
persona que constituyó la prenda, salvo que sean de aplicación las normas relativas al
proceso de insolvencia, o disposición distinta de la Ley.

La otra causa por la cual se puede suspender el proceso de remate es desde el


momento que se notifique al almacén general de depósito la orden que emane de
autoridad judicial o arbitral; sin embargo, en estos casos, la suspensión procederá
previo depósito del importe del crédito garantizado, sus intereses y los gastos. Dicho
depósito será entregado a petición del titular del warrant, bajo garantía que a juicio del
juez sea suficiente para respaldar en caso de devolución de la cantidad entregada.

Si no se inicia el proceso para suspender el remate y transcurren treinta días sin que
se haya notificado, se extingue la garantía. Esta norma merece comentario especial
debido a que establece un plazo de caducidad muy estrecho en la medida que la
garantía caduca cuando ha transcurrido el plazo de treinta días de la entrega de la
garantía, sin que se haya notificado la demanda de suspensión del remate.

Tal medida depende del tribunal arbitral o del órgano jurisdiccional, y como bien
sabemos en el primer caso, el plazo queda muy estrecho considerando el tiempo que
toma constituir el tribunal arbitral y notificar; en el caso del órgano jurisdiccional las
recargadas labores de este último hacen prácticamente imposible que se califique la
demanda, se admita y se notifique dentro de los treinta días indicados.

Considerando esta circunstancia, la caducidad y prescripción en materia de los títulos


valores en general se norma en el sentido de decretar la caducidad computada desde
la fecha de presentación de la demanda. En todo caso, la practicidad de la norma del
art. 233º.5 dependerá de que en el warrant se haya pactado una cláusula arbitral
específica a efecto que de hecho se sometan a un órgano arbitral, de tal modo que
permita realizarse la notificación dentro del plazo y evitar la caducidad del derecho en
cuanto a la garantía antes aludida.
Por otro lado, cabe recordar que en inciso 8) del art. 132º de la Ley del Sistema
Financiero y de Seguros dispone: “La ejecución de los warrants que garantizan
obligaciones con empresas del sistema financiero por su tenedor, con exclusión de
cualquier tercer acreedor del constituyente, concursado o no. La presente disposición
no afecta los derechos de los Almacenes Generales de Depósito de cobrar los
almacenajes adeudados y gastos de remate al ejecutar los warrants”. En tanto que el
inciso 9 del mismo artículo establece que “los valores, recursos y demás bienes que
garantizan obligaciones con empresas del sistema financiero, cubren preferentemente
a éstas”.

En cuanto a los bienes dado en warrant a favor de una empresa del sistema
financiero, estos respaldan todas las deudas y obligaciones propias, existentes o
futuras asumidas para con ella por el deudor que los afecta en garantía, siempre que
así se estipule expresamente en el contrato (texto según Ley Nº 27851, que modificó
el art. 1º de la Ley Nº 27682, que a su vez modifico el art. 172º de la Ley Nº 26702 –
Ley del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y seguros).

Las medidas cautelares que se dispongan respecto de tales bienes, valores o


recursos, sólo surten efectos luego que la empresa disponga sobre ellas los cargos
que correspondan por las deudas vencidas de su titular a la fecha de notificación de
dicha medida, y siempre que dichos bienes, valores o recursos no se encuentren
sujetos a gravamen alguno en favor de la empresa del sistema financiero. Igual norma
es aplicable tratándose de valores, recursos o demás bienes dados en garantía para
afianzar obligaciones de terceros.

3. ACCIÓN CAMBIARIA.-

Conforme a lo dispuesto por el artículo 235.2 de la Ley de Títulos Valores N° 27287, el


tenedor del warrant tendrá acción cambiaria contra el primer endosante del warrant
cuando el producto del remate del bien prendado resulte insuficiente para satisfacer la
deuda, norma que implica la imposición al acreedor de recurrir al mecanismo de venta
forzosa del bien prendado como requisito previo a la cobranza de la deuda en la vía
jurisdiccional.

4. PROTESTO DEL WARRANT.-

Como todo título valor la falta de cumplimiento del pago oportuno, en este caso del
importe correspondiente al crédito garantizado, amerita el protesto del título, el cual,
conforme a lo previsto por el artículo 233.2 de la Nueva Ley de Títulos Valores Nº
27287, se formalizará contra el primer endosante del warrant y con las formalidades
previstas por la misma ley para el protesto por falta de pago de la letra de cambio.

El texto del antes referido artículo 233.2 de la Ley de Títulos Valores, como la mayor
parte de las normas que esta ley contiene en materia de certificados de depósito y
warrants, ha sido tomado casi literalmente de la derogada Ley N° 2763 que en su
artículo 16 también indicaba que el protesto del warrant se formalizaba con los mismos
requisitos previstos para el protesto de la letra de cambio.

La Guía rápida de preguntas y respuestas de la Ley de títulos valores señala, “Ante el


incumplimiento del crédito garantizado por el warrant, el tenedor podrá solicitar el
protesto por falta de pago, debiendo diligenciarlo contra el primer endosante, o cumplir
la formalidad sustitutoria, de ser el caso.

Luego de dos días de obtenido el protesto del warrant o la constancia de la formalidad


sustitutoria, el almacén general de depósito efectuará, a pedido del tenedor, la venta
extrajudicial de los bienes depositados, a fin de que éste pueda hacerse cobro del
crédito otorgado a su endosante.

Si en el título se incluyó la cláusula de liberación de protesto, se entiende que el


tenedor no necesitará de la constancia del protesto para solicitar la venta extrajudicial
de la mercadería.”
5. VENTA DE LAS MERCADERÍAS.-

Son dos los casos en que procede la venta extrajudicicial de las mercaderías
depositadas por el warrant y el certificado de depósito. El primero de ellos se presenta
cuando a solicitud del tenedor del warrant debidamente protestado o con la constancia
de la formalidad sustitutoria, el almacén general ordena, sin necesidad de mandato
judicial, la subasta de los bienes depositados. Para ello, deberá publicarse durante
cinco días un aviso que describa las mercaderías y su valor nominal, en el diario oficial
El Peruano.

El segundo caso se presenta cuando las mercaderías depositadas no ha sido retiradas


del almacén general al vencimiento del plazo del depósito o cuando estén expuestas a
riesgos de destrucción o deterioro.

6. EL CUMPLIMIENTO DE LA ACCIÓN CAMBIARIA.-

1. Generalidades.-

La obligación cambiarla contenida en el warrant, así como en los títulos valores en


general se verifica o cumple mediante el pago. Como quiera que se trate de una
obligación de dar suma de dinero, la entrega de éste bien extinguirá de un modo
natural a aquella.

En aplicación de las reglas generales sobre pago contenidas en el derecho común, el


mismo debe verificarse al acreedor o su representante en la fecha y según las
condiciones pactadas. Así, podemos advertir que el pago comprende dos aspectos
bien definidos: uno subjetivo y otro objetivo, como se analizará a continuación.

1.1. Aspecto subjetivo: Comprende ambos lados de la relación jurídica


patrimonial de naturaleza cambiarla, esto es el lado activo (acreedor o tenedor) y el
lado pasivo (deudor o deudores cambiarlos). Así, el pago será válido si se efectúa a la
persona del tenedor legitimado conforme al propio título, ya sea porque éste fue girado
a su orden o porque su derecho se sustenta en una serie regular de endosos. En este
último caso, quien paga verificará dos cosas: que la cadena de endosos no se haya
interrumpido; y que el tenedor sea la persona que presenta el título al cobro. De otro
lado, quien efectúa el pago deberá expresar si lo hace por cuenta propia, en calidad de
obligado principal o solidario, o si lo hace por cuenta de un tercero, en favor de quien.
Esta regla no será de aplicación en los títulos valores de garantía donde el endoso
posterior al primero no genere una obligación cambiaria para quien lo efectúa, nos
referimos específicamente al warrant y al título de crédito hipotecario negociable. En
cambio, en la factura conformada ello sí sería aplicable, pues los posteriores
endosantes sí quedan vinculados cambiariamente.

1.2. Aspecto objetivo: Comprende el monto de la obligación (quantum) y la forma


en que ésta corresponderá ser cumplida.

Así en los títulos valores de garantía la obligación cambiaria comprende el monto del
crédito, y los intereses compensatorios y moratorios. Además, en caso de tratarse de
un crédito otorgado por una empresa del sistema financiero, incluirá las comisiones,
gastos y demás conceptos que ellas están facultadas a cobrar.

2. Los efectos del pago.-

Los efectos del pago, en términos generales son los siguientes:

2.1. Libera al deudor de su obligación cambiarla,


2.2. Extingue las garantías incorporadas en el título valor, con lo cual las
mercaderías se liberan de la prenda sobre ellas constituida.

2.3. Suspende la ejecución del título, si fuera el caso, esto incluye tanto las
acciones extra-cambiarias como las cambiarias.

3. Oportunidad y lugar de pago.-

El pago de la obligación debe efectuarse el día de su vencimiento. Por regla general


las obligaciones no pueden ser pagadas por anticipado, es más el acreedor está
facultado a rechazar todo pago por anticipado. Así, quien efectúa un pago por
adelantado lo hace bajo su cuenta y riesgo. La única diferencia la encontramos en el
pago parcial, pues la propia ley citada señala que el tenedor no puede rechazar un
pago parcial, regla que en todo caso beneficia al deudor, pues le permite reducir su
obligación.

La Ley de Títulos Valores señala la forma y lugar como debe verificarse dicho
cumplimiento, de modo general. No obstante, en lo concerniente al warrant también se
establecen algunas reglas especiales.

Respecto del lugar de pago, la ley citada señala como lugar de pago el domicilio
consignado en el propio título, así el Art.232°.1 en su inciso g) establece que el texto
del primer endoso contendrá la indicación del lugar de pago del crédito y/o, en los
casos previstos por el Art.53% la forma como ha de efectuarse éste.

Así, en los casos que el pago deba efectuarse directamente al tenedor del warrant, el
mismo se realizará en el lugar designado en el título. A falta de esa designación se
aplicarán las reglas generales contenidas en la Ley (artículo 66°.3), esto es, se tendrá
como lugar de pago el domicilio que figure junto al nombre de quien resulte ser el
obligado principal del título; o, en su defecto, en el domicilio real del obligado principal,
si éste fuera conocido.

Sólo hay obligación de registrar el primer endoso en la almacenera, el deudor no podrá


saber quién es su acreedor hasta el momento en que le sea presentado al cobro el
título valor.

En cambio, si se ha previsto que el pago se efectuará mediante "cargo en cuenta",


cláusula que deberá constar en el propio título, en este caso, la forma de pago se hará
a través del sistema financiero, para lo cual, el acreedor deberá presentar el
documento o título valor al establecimiento financiero en él señalado. De no contar con
fondos suficientes la cuenta objeto de cargo, el tenedor recibirá el pago parcial, si lo
hubiere, y además, podrá solicitar la respectiva constancia de "No pago por falta de
fondos", la cual surtirá los efectos del protesto.

En este caso, la entidad financiera que interviene, actúa como mandatario del titular de
la cuenta objeto de cargo. La ley requiere que exista una autorización expresa de parte
del titular dirigido a la empresa financiera por las consecuencias que se pueden derivar
para el deudor"; entendemos que, de no contarse con dicha autorización la entidad
financiera estaría obrando por su cuenta y riesgo

4. Forma de pago.-

La única forma de pago que extingue la obligación cambiaría es que se realiza en la


fecha y modos convenidos. Respecto del modo de pago, éste debe ser total y en la
moneda convenida o en su defecto empleando la moneda de curso legal.

Seguidamente analizaremos el pago parcial, el pago adelantado y el pago en moneda


extranjera, con el propósito de determinar sus efectos jurídicos.
4.1. Pago parcial: Por regla general, hemos señalado, el acreedor cambiario no
puede rehusar un pago parcial. Esta regla constituye una excepción para la teoría del
pago en las obligaciones que se rigen por el derecho común. Por tanto, en esos casos,
quien efectúe el pago parcial podrá exigir que se le entregue un comprobante donde
conste el pago efectuado, y una copia certificada (notarial o judicial) del título valor que
contenga la constancia del pago parcial. El pago parcial podrá verificarse en la fecha
de vencimiento, durante la diligencia del protesto o después; pero eso sí, no podrá
verificarse antes de la fecha de vencimiento.

En el caso del warrant, el pago parcial podría importar que se liberen parte de las
mercaderías, hasta por un valor equivalente al pago efectuado. Asimismo, el tenedor
del warrant podrá solicitar el protesto o la modalidad sustitutoria por la diferencia no
cubierta, para solicitar el remate de la mercadería gravada, conforme a ley.

4.2. Pago adelantado: En el caso del warrant la ley citada permite el pago
anticipado, no como un derecho del deudor, sino más bien como un derecho del
tenedor del certificado de depósito, que puede ser el propio deudor o un tercero. La ley
establece algunos requisitos para que pueda verificarse el pago anticipado, así como
los efectos que produce.

En principio, debe existir acuerdo entre el tenedor del certificado de depósito y el


tenedor del warrant, que es el acreedor del crédito cambiario. Este requisito es de
suma importancia, porque el pago anticipado podría vulnerar el derecho del acreedor,
ya que la deuda genera intereses, los cuales se perderían de aceptarse un pago antes
del vencimiento. Entonces, ambos pagador y acreedor establecerán el valor presente
de la deuda, liquidando intereses, entre otros conceptos.

Una vez acordado el pago adelantado, el tenedor del warrant entregará dicho título
debidamente cancelado al tenedor del certificado de depósito, con lo cual la
mercadería quedará libre de todo gravamen.
En cambio, de no existir acuerdo, el tenedor del certificado de depósito entregará a
la administración del almacén general de depósito el monto total del importe del
warrant según el registro del primer endoso conforme consta en dicho almacén,
incluyendo los intereses que corresponda hasta la fecha de vencimiento. La
almacenera asume responsabilidad por la suma recibida. Hecho ese pago podrá
liberarse la mercadería y entregarse al tenedor del certificado de depósito, sin que sea
necesaria la presentación del warrant. A su vez, la almacenera comunicará el pago del
warrant a su tenedor, registrado como último endosatario.

Si el último tenedor del warrant, registrado en la almacenera (o señalado en el


certificado de depósito), fuera una empresa del sistema financiero nacional, la
liberación de la mercadería procederá únicamente con el consentimiento expreso de la
empresa financiera tenedora del warrant, “salvo que se constituya en depósito y ante
el mismo almacén general de depósito el valor total de las mercaderías según el texto
del título”. Es de advertir que la norma sub-examine otorga dos privilegios a las
empresas del sistema financiero, tenedoras de un warrant, cuando se trate de un pago
adelantado. Así, en principio, se les considera tenedoras, tanto si están registradas en
el almacén general como en el propio certificado de depósito (donde siempre se
registra el primer endoso y no los posteriores), por ello, aún cuando hubiere existido un
segundo endoso del warrant, la almacenera siempre solicitará la conformidad o
consentimiento de la empresa financiera en su calidad de primer endosatario. El
segundo privilegio se refiere al quantum, es decir al monto de la suma que deberá
pagar el tenedor del certificado de depósito, en caso no existiera consentimiento
expreso del tenedor del warrant; el cual será igual al valor total de las mercaderías,
consignado en el propio warrant. No obstante, corresponderá a la empresa tenedora
del warrant determinar si la suma es mayor al monto de la deuda, en caso hayan
existido pagos parciales del crédito, de lo contrario estaría generándose la figura de un
pago en exceso o plus solvendo, en perjuicio del deudor o de quien efectúe el pago.

4.3. Pago en moneda extranjera: Por regla general el pago de un título valor
expresado en moneda extranjera podrá verificarse ya sea en la misma moneda o en
moneda nacional. En caso se emplee la moneda nacional, la equivalencia de pago se
efectuará tomando como referencia el tipo de cambio venta de la respectiva moneda
que la autoridad competente publique en el diario oficial el día del vencimiento, o en su
defecto, de la publicación inmediata anterior.
En cambio, si el pago se efectuase en fecha posterior al vencimiento, se tomará como
referencia el tipo de cambio venta elegido por el tenedor del warrant, entre el que
corresponda al día de pago o el tipo de cambio de la fecha de vencimiento de la
obligación cambiaria

Como excepción, los títulos valores expresados en moneda extranjera serán


pagados en la misma moneda, en los siguientes casos:

4.3.1. Si el lugar de pago indicado en el título está ubicado en el extranjero.

4.3.2. Si ello se ha pactado de modo expreso en el propio título, mediante la


cláusula de pago en moneda extranjera.

4.3.3. En los demás casos previstos en la ley.

Así, en el caso del warrant, para que el pago proceda únicamente en moneda
extranjera será necesaria la inclusión de la cláusula "pago en moneda extranjera";
pues de lo contrario el deudor estará facultado a pagar en moneda nacional.

5. Otras formas de extinción de la obligación cambiaria.-

Finalmente, cabe precisar que la obligación cambiaría contenida en el warrant podrá


ser cumplida empleando otros mecanismos destinados a extinguir las obligaciones, los
cuales están regulados por el derecho común; siempre que exista un consentimiento
de parte del acreedor. Nos referimos, por ejemplo, a la dación en pago, transacción,
compensación y novación. En el caso de la consolidación, la misma operaría si es que
el tenedor del warrant se convierte además en tenedor del certificado de depósito.

6. Liberación de la mercadería.-

En los casos que el tenedor del warrant incurriese en mora, esto es, que a pesar de
haberse vencido el plazo del crédito garantido por el warrant no lo cobra, ni lo protesta,
ni lo ejecuta; o, si rechaza el ofrecimiento de pago, o es desconocido, o se niega a
devolver el título, o ante situaciones similares, el tenedor del certificado de depósito
puede disponer de las mercaderías de su propiedad transcurrido 15 días calendario
desde la fecha de vencimiento del crédito señalado en el warrant, plazo que coincide
por lo demás con el máximo previsto para lograr el protesto, lo que asegura que se
trata de mora del acreedor, por lo que el tenedor del certificado de depósito tiene
expedito su derecho de depositar ante el AGD el monto del crédito (y si se trata de
empresa del sistema financiero, el monto del valor de las mercaderías) y disponer
libremente de las mercaderías; pues este artículo señala que la liberación debe ser en
la misma forma prevista por el art. 236.

7. Duración del contrato.-

La ley de títulos valores establece que la duración máxima del contrato de depósito de
almacenamiento es de un año y cuando se trata de efectos predecibles, la citada ley
señala que el plazo será de 90 días salvo que la naturaleza del bien o la almacenera
permitan una extensión de este ultimo.

Por aun parte la ley general de aduanas señala que el almacenamiento de


mercancías bajo el régimen de depósito aduanero tiene un período máximo de seis
meses, computados a partir de la autorización expedida por la autoridad aduanera,
bajo un régimen aduanero distinto, transcurrido el plazo si la mercancía no ha sido
solicitada a otro régimen aduanero o solicitado su despacho a consumo, la misma
cae en abandono legal.

El contrato de depósito financiero culmina por las causas siguientes:

7.1. Extensión, al vencimiento del plazo del contrato.


7.2. Resolución unilateral del contrato, invocada por:

7.2.1. El tenedor del warrant.- cuando solicita la ejecución de la prenda, si al


vencimiento de ese título no se produce al pago por parte del deudor.

7.2.2. La almacenera, cuando saca a remate la mercadería, en caso que la misma


estuviese expuesta a deterioro o por resolución del contrato de almacenaje (Por
incumplimiento de pago de custodia).

7.3. Por pedida del bien objeto de depósito.

CONCLUSIONES

PRIMERO.-

Es responsable el Almacén por los daños sufridos por las mercaderías desde su
recepción hasta su devolución, es por eso que existe un contrato de seguro para el
aseguramiento de las mercancías.

SEGUNDO.-

Los certificados de depósitos son emitidos una vez verificado y acreditado la propiedad
de las mercancías del depositante.

TERCERO.-

El Perú debería adoptar el sistema unicartular y no el bicartular, que trae confusiones,


disconformidad y retardo. En un solo documento estaría, el certificado de depósito que
acredita la propiedad y el warrant que permite prendar esta propiedad. Ósea dos
derechos incorporadas al Título

CUARTO.-
Los almacenes generales de depósito expiden certificados de depósito, por los efectos
que reciben de esa calidad y un Warrant anexo que confiere un derecho de garantía
sobre las mismas, de tal manera que el endoso de este confiere solo el derecho de
garantía, mientras que el endoso del certificado produce los efectos depositados, con
el gravamen a favor del tenedor del Warrant.

BIBLIOGRAFIA

LA NUEVA LEY DE TITULOS VALORES Nº 27287. VILELA


PROAÑO, María del Pilar.- Libro de Títulos Valores de garantía.

TALEVERA QUIROZ, Wilver Ernesto.- Libro de

Derecho Comercial II.

MONTOYA MANFREDI, Ulises.- Derecho Comercial

Tomo II.

DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA.

DICCIONARIO ENCICLOPEDIA JURÍDICA.

LA WEB.

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