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Es así que podemos encontrar ya en los relatos bíblicos referencia a las actividades
organizadas de almacenamiento o depósito, como en el caso de la interpretación que
hiciera José del sueño del Faraón relativo a las siete vacas gordas y las siete vacas
flacas, así como las espigas granadas y sin grano, lo que devino en que ante la
profecía de que existirían siete buenos años y siete malos años, se ordenara recoger
el trigo de los campos del faraón durante los años buenos y almacenarlos
aprovechando la abundancia para prevenir la escasez y asegurar el mantenimiento de
las ciudades durante los años malos. Cabe aclarar que, en lo que se refiere a la
evolución histórica de los almacenes generales de depósito, el punto de partida fue el
almacenamiento de productos agrícolas, donde en la civilización milenaria se
organizaron los graneros y despensas del monarca, pero que la industria de guardar
los bienes en almacenes generales de depósito como empresa organizada con fines
comerciales es de un origen relativamente moderno.
Durante los siglos XII y XIII se dio en Europa Occidental, un gran desarrollo de todo lo
relativo al comercio internacional, lo que implicó la necesidad de contar con lugares
seguros donde pudieran guardarse a buen recaudo las mercancías objeto de tal tráfico
patrimonial.
En el año de 1918 se promulga la Ley N° 2763 (en aquellos años el gobierno fijaba las
tarifas que se tenían que cobrar por depósito y otras operaciones conexas),
reglamentada por Decreto Supremo N° 85 del 20 de diciembre de 1963, que reguló
esta institución, normas que estuvieron vigentes hasta octubre del año 2000 en que
fueron derogadas por la nueva Ley de Títulos Valores N° 27287, que se limita a
legislar en materia de certificados de depósito y warrants, pero que no regula lo
relativo a la constitución y funcionamiento de los almacenes generales de depósito,
aspecto que de manera insuficiente, por los temas tratados y la jerarquía de la norma,
es abordado por el Reglamento de los Almacenes Generales de Depósito aprobado
por Resolución SBS N° 040-2002 de 19 de enero de 2002.
Es por lo dicho que puede afirmarse que al disponer del título se dispone de la
mercadería o en otras palabras, que la entrega de aquel produce los mismos efectos
que la entrega de la cosa.
La cita expuesta en el párrafo anterior, más que una definición de lo que debemos
entender por certificado de depósito, contiene la explicación de lo que tal autor
considera es su principal característica, es decir, que se trata de un título
representativo de propiedad de un bien sujeto a depósito, y que como tal permite la
transferencia del mismo, elemento que hemos destacado por considerarlo importante
para efectos de formular la definición de lo que entendemos por certificado de
depósito.
Dentro de la doctrina nacional Marco Celi, nos indica que este, es el documento anexo
al warrant, pero separable, que solo faculta la transmisión de la propiedad de las
mercaderías, con la obligación para el adquiriente de pagar la deuda mencionada en el
warrant", definición que consideramos incurre en el muy común error de considerar al
warrant como documento principal y al certificado de depósito como documento anexo,
cuando es justamente lo inverso, ya que el certificado de depósito es el que acredita la
propiedad del bien depositado y el warrant es el documento por el cual y mediante su
endoso se puede otorgar prenda sobre el mismo, es decir el certificado de depósito
representa el derecho real de propiedad, que por su naturaleza es un derecho principal
y autónomo, mientras que el warrant solo tiene por función posibilitar la constitución de
un derecho real de garantía que por su naturaleza es accesorio y subordinado al
derecho real principal a que se encuentra adscrito, además de lo pertinente al derecho
crediticio que da origen a la garantía en cada caso específico.
Consideramos que las dos últimas definiciones del certificado de depósito que hemos
transcrito resultan muy simples en su enunciado y carecen de suficiente rigurosidad
científica, aunque los elementos descritos en ellas corresponden sin duda a la
naturaleza y concepto de lo que debemos entender como certificado de depósito.
Con una mejor conceptualización, María del Pilar Vilela, formula una definición según
la cual "El certificado de depósito es el título valor que acredita el derecho de
propiedad sobre la mercadería que está depositada en el almacén general de
depósito, es de carácter privado emitido por una sociedad anónima a nombre del
depositante".
En este sentido, quién posee este título valor es considerado titular o propietario de
dicha mercadería. La entidad facultada para emitir el certificado de depósito es el
almacén general de depósito, el mismo que procederá a emitirlo una vez insertadas
en depósito las mercaderías o productos”.
En conclusión, para efectos del presente análisis podemos definir al certificado de
depósito como un título valor nominado, completo en sí mismo, formal y definitivo,
representativo de una obligación cartular, causal por estar relacionado a un contrato
de depósito, constitutivo y declarativo, que acredita el derecho de propiedad sobre
mercancía depositada en un almacén general de depósito, que contiene constancia de
la cantidad, valorización y clasificación de la misma, que es emitido por el depositario a
nombre del depositante, debidamente registrado en la matrícula pertinente y que
permite la transferencia de propiedad de los bienes que representa por el simple
hecho de su endoso con las formalidades requeridas por ley, de naturaleza típica que
se rige por su propio régimen previsto en las normas sobre la materia.
2.2. El Warrant.-
Según Guía rápida de preguntas y respuestas de la Ley de Títulos valores, “El warrant
es un título valor a la orden que, al igual que el certificado de depósito, también
representa derechos reales sobre las mercaderías depositadas. La diferencia radica
en que el warrant representa un derecho real de prenda a favor del tenedor de dicho
título valor, mientras que la propiedad de las mercaderías corresponde al tenedor del
certificado de depósito. Es decir, el warrant convierte a su tenedor en acreedor
prendario de la mercadería o productos en depósito, mientras que el certificado de
depósito convierte a su titular en propietario de dichas mercaderías.
Por el warrant la persona adquiere los mismos derechos y privilegios del acreedor
prendario. El tenedor del warrant, en caso de la falta de pago del título, tiene derecho a
que las mercaderías se subasten públicamente por el almacén, a fin de satisfacer su
crédito. Por otra parte, el titular de un Warrant en el concurso de acreedores tiene el
tercer orden de preferencia en la satisfacción de su crédito, conforme a lo dispuesto en
el art. 42º.1 de la Ley General del Sistema Concursal.
El warrant, como título valor que por su simple endoso perfecciona prenda sobre los
bienes que representa, constituye sin lugar a duda un muy importante instrumento de
orden financiero, que da agilidad y a la vez seguridad a operaciones tanto bancarias
como comerciales y que por tanto tiene un carácter no de documento principal pero sí
de documento importante en la relación contractual que se establece entre el
depositario y el depositante y posteriormente entre este y un tercero.
Como señala A. Muro, "El warrant, no es más que un título complementario de otro
que es el 'certificado de depósito', ambos nacen como expresión de un contrato de
depósito sin otro efecto que los propios de su carácter".
El término warrant es una palabra tomada del idioma inglés aunque proviene del latín
medieval y directamente se deriva del francés "warant': originado en los dialectos de
Francia y Normandía, que constituye una de las formas de garantía admitidas por el
derecho galo, encontrando raíces también en el vocablo "werento" correspondiente al
antiguo alemán, emparentado con la voz "wara"cuyo significado es confianza o
cuidado.
Cabe anotar que en otras latitudes el término warrant posee diversos contenidos
jurídicos y en ese sentido Manuel Ossorio nos recuerda algunas de sus acepciones
que son "auto judicial, mandamiento, libramiento, cédula, despacho, patente, orden de
detención, poder, autorización, testimonio, justificación".
Si a lo expuesto añadimos que el warrant como título es también reconocido en otras
legislaciones como un documento por el cual la sociedad emisora se obliga a vender al
poseedor del título acciones en condiciones particulares pero sin formar parte de su
capital social o en otros casos garantía de estabilidad en el precio reconocido para
títulos que se transan a través de medios bursátiles, debemos llegar a la conclusión de
que, al margen de la importancia incuestionable de este título valor, debe procurarse
buscar un vocablo que no lleve a confusión sobre la naturaleza y funciones del título a
que se refiere, y en tal sentido proponemos adoptar la denominación “bono de prenda”
de amplia utilización en la legislación latinoamericana.
Al respecto, Ramón Rosales, se refiere a este título valor señalando que el warrant “...
conocido en otros países como bono, vale o recibo de prenda, incorpora un préstamo
garantizado sobre las mercancías amparadas por el certificado de depósito y
representa por sí mismo un contrato de prenda”, definición que, en nuestro concepto
resulta insuficiente para caracterizar adecuadamente a este título, por referirse
únicamente a su calidad de garantía de un préstamo, incurriendo en el error de
considerar al warrant en sí mismo como un contrato de prenda.
DE DEPÓSITO
Las principales características del warrant y del certificado de depósito son las
siguientes:
En cambio, la obligación causal que sirve de sustento al endoso del warrant, que
hemos denominado «causa final» sí podrá separarse de la obligación cambiaria una
vez que el warrant, sea endosado por segunda vez. En este caso, el deudor sólo
podrá oponer las excepciones de la obligación crediticia que se encuentren
expresamente contenidas en el título, tales como tipo de crédito garantizado, fecha de
vencimiento, tasas de interés, monto de la deuda, en caso se produjeren endosos
posteriores.
1.2. Títulos formales: Porque su texto debe reunir, en su contenido y forma, los
requisitos exigidos por la Ley de Títulos Valores para tener validez. Asimismo, el Art.
226° de la Ley de Títulos Valores autoriza a la Superintendencia de Banca y Seguros a
aprobar los formatos de warrant y certificado de depósitos respectivamente, para lo
cual dicha entidad ha emitido la Res. 0192001 (16.01.01) vigente desde enero de
2001, Asimismo, cabe precisar que ambos títulos son emitidos por el depositario que
es una empresa autorizada y supervisada por la Superintendencia.
• Modalidad del depósito con indicación del lugar donde se encuentren los bienes
depositados, pudiendo encontrarse en sus propios almacenes o en el de terceros,
inclusive en locales de propiedad del propio depositante.
• El monto del seguro que debe ser contratado por lo menos contra incendio,
señalando la denominación y domicilio del asegurador. El almacén general de depósito
podrá determinar los demás riesgos a ser cubiertos por el seguro, en cuyo caso éstos
serán señalados en el mismo título.
1.5. Derechos cartulares: El warrant genera las acciones cambiarias propias de otros
títulos valores tradicionales, consistente en el cobro del saldo insoluto en el proceso
ejecutivo; no obstante, la principal función de este título es asegurar el pago del crédito
de una forma más efectiva, mediante la venta (remate) extrajudicial de las
mercaderías en él incorporadas.
2. SUJETOS INTERVINIENTES.
Ahora bien, el depositante puede endosar a otras personas uno o ambos títulos
valores, por lo que aparecerá un nuevo sujeto: el endosatario, nuevo titular del
certificado de depósito, del warrant o de ambos documentos, según corresponda.
3.5. La descripción detallada de las mercaderías, que consta en ambos títulos, ayuda
a apreciar, determinar e identificar los bienes depositados, por lo que se exige para
fines de esa información necesaria para los tomadores, que se señale su clase,
especie, cantidad, peso, calidad, estado y demás elementos necesarios, advirtiendo
en su caso de que se tratan de bienes perecibles. Una adecuada y detallada
descripción ayudará a los tomadores a conocer y tener certeza acerca de las
mercaderías representadas por los títulos y decidir su negociación.
3.6. No sólo se señalará el valor patrimonial de las mercaderías depositadas, sino que
el AGD (Almacén General de Depósito) debe señalar el criterio utilizado en tal
valorización, lo que constituye una novedad respecto a la anterior ley; tal sería, por
ejemplo, que se señale que la valorización ha sido hecha por determinado perito,
teniendo en cuenta su valor en el mercado londinense o en la Bolsa de Productos de
Lima, o que se trata del valor según factura de venta presentada por el depositante, o
que es un valor comercial en Lima según peritos del mismo AGD que podría prestar tal
servicio adicional si cuenta con autorización de la SBS. Esta información tendrá pues
suma importancia para los tomadores y para el mercado.
3.8. Con fines de seguridad, se exige que todas las mercaderías depositadas en un
AGD con emisión de estos títulos valores, estén por lo menos asegurados contra el
riesgo de incendio. Puede el AGD exigir, según los riesgos previsibles a la naturaleza
de cada mercadería, que se contraten otros seguros, como sería por ejemplo contra
robo en caso de mercaderías depositadas fuera de sus locales (almacén de campo).
La denominación social y domicilio de la compañía de seguros, así como en su caso
los demás riesgos asegurados, deberán constar en el mismo documento, con lo que
se dará mayor información, seguridad, protección y confianza a los tomadores.
3.9. Tratándose de mercaderías propias del giro social de depositantes que se dedican
a la actividad comercial, es decir, de activos corrientes, generalmente el plazo del
depósito no suele ser largo. Por ello, se explica que el plazo máximo del depósito no
debe superar de un año; admitiéndose sin embargo en la práctica que este plazo, en
ocasiones, pueda prorrogarse mediante la renovación del depósito, para lo cual se
requiere que el AGD lo admita y la naturaleza del bien lo permita. En el caso de bienes
perecibles, el plazo máximo del depósito es de 90 días, igualmente este plazo es
prorrogable si la naturaleza del bien lo permite.
3.10. Con los mismos fines de prestar adecuada información para los tomadores de
ambos documentos, se exige que los pagos pendientes por los servicios prestados por
el AGD estén señalados en el mismo documento; o, en su caso, indicar que ya han
sido pagados por el depositante. De este modo, quien adquiere uno cualquiera de
esos títulos valores, estará en pleno conocimiento de los pagos hechos y/o por hacer a
favor del AGD, quien emite ambos títulos y debe ser la primera interesada en dejar
constancia de tales pagos en su favor para oponerlos y hacer valer frente al último
tenedor. Debemos recordar que existe una prelación de acreencias especial en este
caso, según se señala en el art. 234.
3.12. Como quiera que la emisión de ambos títulos lo hace el AGD, debe firmarlos
como tal, a través de su representante facultado para ese efecto, obligando sólo desde
entonces al AGD en su calidad de depositario y emitente de estos valores, en los
términos que contienen los documentos expedidos.
CAPITULO III
TRANSFERENCIA
DEL WARRANT Y DEL
CERTIFICADO DE DEPÓSITO
TRANSFERENCIA DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO Y WARRANT.
1.1.1.2.1. Se libera al primer endosante de responder por el saldo insoluto del warrant,
luego de efectuado el remate de las mercaderías.
1.1.1.2.2. Aun cuando permite que el título sea transferido posteriormente mediante
endoso, la cláusula «sin responsabilidad», surte los efectos de la cesión de derechos
sin responsabilidad, donde se libera al primer endosante de responder por el saldo
insoluto de la deuda, después de verificado el remate.
1.1.1.3. Endoso “en procuración”, “al cobro”, “en cobranza”, “por poder” u otra cláusula
equivalente que indique un simple mandato: Esta modalidad podrá emplearse para el
warrant y para el certificado de depósito. En este último caso, el endosatario tendrá la
potestad de solicitar la entrega de la mercadería la cual procederá siempre que se
haya cancelado el warrant emitido por la almacenera.
1.1.1.4. Endoso “para embarque” u otra equivalente: Esta es una novedad recogida en
la Ley de Títulos Valores para facilitar el financiamiento de operaciones de comercio
exterior (exportaciones principalmente) donde posiblemente la única o principal
garantía estaba representada por un warrant. El endoso para embarque constituye una
mixtura entre el endoso en propiedad y el endoso en procuración, donde el almacén o
un agente de aduanas se convierten en los nuevos titulares del documento; pero al
mismo tiempo el acreedor (último endosante) mantiene el crédito y la garantía a su
favor, por ello podemos señalar que se trataría de una ficción legal, de ahí que la ley
señale expresamente que la almacenera asume responsabilidad por la custodia de la
mercadería hasta que se produzca la entrega de los documentos de embarque
(conocimiento de embarque y otros) que acrediten la venta real de la mercadería.
Dicha responsabilidad sería similar a la de una fianza solidaria que asumiría la
almacenera frente al beneficiario del warrant.
1.1.2. Efectos del Endoso: Como quiera que la finalidad del endoso es permitir la
circulación del título valor, los efectos de dicho acto jurídico se pueden dividir en dos
grupos: generales para todo título valor y específicos, en función a la naturaleza de
cada uno de ellos.
1.1.2.1. GENERALES:
1.1.2.1.1. Legitima al tenedor el titulo valor para que pueda hacer valer los
derechos, incorporados en el conforme a ley.
1.1.2.2. ESPECÍFICOS:
1.1.2.2.1. Del Certificado y del Warrant conjuntamente: si ambos títulos son
endosados a una misma persona, se transfiere la libre disposición de la mercadería
depositada.
Tanto el endosatario del warrant como el del certificado de depósito, pasan a integrar
la relación jurídica emanada del contrato de depósito. Así, en el primer caso, tendrá
derecho a inspeccionar la mercadería, a autorizar el retiro parcial de la misma, etc.
Mientras que el endosatario del certificado asume la calidad de propietario de la
mercadería -se subroga en el lugar del depositante- por ello deberá pagar el
almacenaje y los impuestos, si fuere el caso, al momento de retirar la mercadería.
1.1.3. Formalidad del primer endoso del warrant y constitución de la garantía real: A
diferencia del certificado de depósito, el primer endoso del warrant debe transcribirse
(copiarse) en el Registro de endosos de la Almacenera, asimismo, debe contener las
especificaciones siguientes, (Art.232.1 de la Ley de Títulos Valores):
1.1.3.4. Monto del crédito directo y/o indirecto garantizado: El monto del crédito
u obligación garantizada representa el valor económico del warrant, mientras que el
importe o valor de los bienes en él consignados representará el valor económico de la
prenda que se constituya con el endoso del warrant. Es importante anotar que
constituye requisito esencial el señalar el signo monetario de la suma dineraria que
representa el valor patrimonial del warrant y de los bienes afectos en garantía. El
monto se podrá indicar en letras y en números según lo establecido en las reglas
generales contenidas en la Ley de Títulos Valores, y en caso de discrepancia entre
ambas se preferirá la suma menor.
1.1.3.7. La indicación del lugar de pago del crédito y/o, en los casos previstos
por el Art.53°, la forma como ha de efectuarse éste: El pago de la obligación cambiaria
debe ser efectuado en el lugar indicado en el propio título, salvo que se haya
estipulado el pago mediante cargo en cuenta, en cuyo caso el cobro se efectuará
presentando el título a la empresa del sistema financiero indicada en el título valor. La
empresa financiera determinará si procede el pago o no, y hasta donde alcancen los
fondos de la cuenta girada, sin asumir mayor responsabilidad que las derivadas de un
encargo de pago a terceros. A falta de indicación de lugar de pago, se entenderá como
tal el domicilio del primer endosante, pues en el caso del warrant los demás
endosantes no asumen obligación cambiaria frente al beneficiario del título, a
diferencia de los títulos valores tradicionales (P. Ej. La letra de cambio o el pagaré).
Resulta claro que el endoso del warrant implica constituir garantía con la mercadería
depositada por un crédito otorgado, constituyéndose de esta manera, de una forma
particularmente sencilla, un derecho de prenda que si bien es cierto contiene rasgos
comunes y hasta cierta regulación normativa similar a la prenda civil (ahora garantía
mobiliaria).
En el caso del título sujeto a protesto habrá que estar a los plazos señalados en el art.
72º de la LTV, y tener en cuenta que según el inciso e) del art. 72º el protesto debe
realizarse dentro de los 15 días posteriores a su vencimiento, en cuyo caso, el tenedor
debe hacer entrega del título valore al fedatario, dentro de los primeros 8 días de los
15 previstos en ellos.
Obtenido el protesto, en los casos que corresponda, el tenedor del título está en
condiciones de hacer valer su derecho cambiario y puede acudir al almacén general
de depósito para pedir la ejecución de la prenda mediante el remate público.
El almacén de depósito, una vez que recibe la petición acompañada el título que da
merito a la petición de ejecución, ordenará no antes de dos días hábiles siguientes al
protesto, o a la constancia sustitutoria o al vencimiento del crédito si el warrant no
fuera protestable, para que sin necesidad de mandato judicial proceda a dar trámite al
proceso de venta de la mercadería depositada, para cuyo efecto deberá publicitar por
cinco días en el Diario Oficial El Peruano, el aviso que describa la mercadería y su
valor nominal señalando en el título, con lo cual se obvia una nueva tasación de los
bienes que serán sacados a remate, debiendo intervenir en el acto del remate un
Martillero Público autorizado, quien adjudicará la mercadería al mejor postor, sin que
tenga que respetarse precio base para el remate.
El proceso iniciado para el remate de la mercadería contenido en el warrant no se
puede suspender ni por muerte ni incapacidad del primer endosante, que es la
persona que constituyó la prenda, salvo que sean de aplicación las normas relativas al
proceso de insolvencia, o disposición distinta de la Ley.
Si no se inicia el proceso para suspender el remate y transcurren treinta días sin que
se haya notificado, se extingue la garantía. Esta norma merece comentario especial
debido a que establece un plazo de caducidad muy estrecho en la medida que la
garantía caduca cuando ha transcurrido el plazo de treinta días de la entrega de la
garantía, sin que se haya notificado la demanda de suspensión del remate.
Tal medida depende del tribunal arbitral o del órgano jurisdiccional, y como bien
sabemos en el primer caso, el plazo queda muy estrecho considerando el tiempo que
toma constituir el tribunal arbitral y notificar; en el caso del órgano jurisdiccional las
recargadas labores de este último hacen prácticamente imposible que se califique la
demanda, se admita y se notifique dentro de los treinta días indicados.
En cuanto a los bienes dado en warrant a favor de una empresa del sistema
financiero, estos respaldan todas las deudas y obligaciones propias, existentes o
futuras asumidas para con ella por el deudor que los afecta en garantía, siempre que
así se estipule expresamente en el contrato (texto según Ley Nº 27851, que modificó
el art. 1º de la Ley Nº 27682, que a su vez modifico el art. 172º de la Ley Nº 26702 –
Ley del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y seguros).
3. ACCIÓN CAMBIARIA.-
Como todo título valor la falta de cumplimiento del pago oportuno, en este caso del
importe correspondiente al crédito garantizado, amerita el protesto del título, el cual,
conforme a lo previsto por el artículo 233.2 de la Nueva Ley de Títulos Valores Nº
27287, se formalizará contra el primer endosante del warrant y con las formalidades
previstas por la misma ley para el protesto por falta de pago de la letra de cambio.
El texto del antes referido artículo 233.2 de la Ley de Títulos Valores, como la mayor
parte de las normas que esta ley contiene en materia de certificados de depósito y
warrants, ha sido tomado casi literalmente de la derogada Ley N° 2763 que en su
artículo 16 también indicaba que el protesto del warrant se formalizaba con los mismos
requisitos previstos para el protesto de la letra de cambio.
Son dos los casos en que procede la venta extrajudicicial de las mercaderías
depositadas por el warrant y el certificado de depósito. El primero de ellos se presenta
cuando a solicitud del tenedor del warrant debidamente protestado o con la constancia
de la formalidad sustitutoria, el almacén general ordena, sin necesidad de mandato
judicial, la subasta de los bienes depositados. Para ello, deberá publicarse durante
cinco días un aviso que describa las mercaderías y su valor nominal, en el diario oficial
El Peruano.
1. Generalidades.-
Así en los títulos valores de garantía la obligación cambiaria comprende el monto del
crédito, y los intereses compensatorios y moratorios. Además, en caso de tratarse de
un crédito otorgado por una empresa del sistema financiero, incluirá las comisiones,
gastos y demás conceptos que ellas están facultadas a cobrar.
2.3. Suspende la ejecución del título, si fuera el caso, esto incluye tanto las
acciones extra-cambiarias como las cambiarias.
La Ley de Títulos Valores señala la forma y lugar como debe verificarse dicho
cumplimiento, de modo general. No obstante, en lo concerniente al warrant también se
establecen algunas reglas especiales.
Respecto del lugar de pago, la ley citada señala como lugar de pago el domicilio
consignado en el propio título, así el Art.232°.1 en su inciso g) establece que el texto
del primer endoso contendrá la indicación del lugar de pago del crédito y/o, en los
casos previstos por el Art.53% la forma como ha de efectuarse éste.
Así, en los casos que el pago deba efectuarse directamente al tenedor del warrant, el
mismo se realizará en el lugar designado en el título. A falta de esa designación se
aplicarán las reglas generales contenidas en la Ley (artículo 66°.3), esto es, se tendrá
como lugar de pago el domicilio que figure junto al nombre de quien resulte ser el
obligado principal del título; o, en su defecto, en el domicilio real del obligado principal,
si éste fuera conocido.
En este caso, la entidad financiera que interviene, actúa como mandatario del titular de
la cuenta objeto de cargo. La ley requiere que exista una autorización expresa de parte
del titular dirigido a la empresa financiera por las consecuencias que se pueden derivar
para el deudor"; entendemos que, de no contarse con dicha autorización la entidad
financiera estaría obrando por su cuenta y riesgo
4. Forma de pago.-
En el caso del warrant, el pago parcial podría importar que se liberen parte de las
mercaderías, hasta por un valor equivalente al pago efectuado. Asimismo, el tenedor
del warrant podrá solicitar el protesto o la modalidad sustitutoria por la diferencia no
cubierta, para solicitar el remate de la mercadería gravada, conforme a ley.
4.2. Pago adelantado: En el caso del warrant la ley citada permite el pago
anticipado, no como un derecho del deudor, sino más bien como un derecho del
tenedor del certificado de depósito, que puede ser el propio deudor o un tercero. La ley
establece algunos requisitos para que pueda verificarse el pago anticipado, así como
los efectos que produce.
Una vez acordado el pago adelantado, el tenedor del warrant entregará dicho título
debidamente cancelado al tenedor del certificado de depósito, con lo cual la
mercadería quedará libre de todo gravamen.
En cambio, de no existir acuerdo, el tenedor del certificado de depósito entregará a
la administración del almacén general de depósito el monto total del importe del
warrant según el registro del primer endoso conforme consta en dicho almacén,
incluyendo los intereses que corresponda hasta la fecha de vencimiento. La
almacenera asume responsabilidad por la suma recibida. Hecho ese pago podrá
liberarse la mercadería y entregarse al tenedor del certificado de depósito, sin que sea
necesaria la presentación del warrant. A su vez, la almacenera comunicará el pago del
warrant a su tenedor, registrado como último endosatario.
4.3. Pago en moneda extranjera: Por regla general el pago de un título valor
expresado en moneda extranjera podrá verificarse ya sea en la misma moneda o en
moneda nacional. En caso se emplee la moneda nacional, la equivalencia de pago se
efectuará tomando como referencia el tipo de cambio venta de la respectiva moneda
que la autoridad competente publique en el diario oficial el día del vencimiento, o en su
defecto, de la publicación inmediata anterior.
En cambio, si el pago se efectuase en fecha posterior al vencimiento, se tomará como
referencia el tipo de cambio venta elegido por el tenedor del warrant, entre el que
corresponda al día de pago o el tipo de cambio de la fecha de vencimiento de la
obligación cambiaria
Así, en el caso del warrant, para que el pago proceda únicamente en moneda
extranjera será necesaria la inclusión de la cláusula "pago en moneda extranjera";
pues de lo contrario el deudor estará facultado a pagar en moneda nacional.
6. Liberación de la mercadería.-
En los casos que el tenedor del warrant incurriese en mora, esto es, que a pesar de
haberse vencido el plazo del crédito garantido por el warrant no lo cobra, ni lo protesta,
ni lo ejecuta; o, si rechaza el ofrecimiento de pago, o es desconocido, o se niega a
devolver el título, o ante situaciones similares, el tenedor del certificado de depósito
puede disponer de las mercaderías de su propiedad transcurrido 15 días calendario
desde la fecha de vencimiento del crédito señalado en el warrant, plazo que coincide
por lo demás con el máximo previsto para lograr el protesto, lo que asegura que se
trata de mora del acreedor, por lo que el tenedor del certificado de depósito tiene
expedito su derecho de depositar ante el AGD el monto del crédito (y si se trata de
empresa del sistema financiero, el monto del valor de las mercaderías) y disponer
libremente de las mercaderías; pues este artículo señala que la liberación debe ser en
la misma forma prevista por el art. 236.
La ley de títulos valores establece que la duración máxima del contrato de depósito de
almacenamiento es de un año y cuando se trata de efectos predecibles, la citada ley
señala que el plazo será de 90 días salvo que la naturaleza del bien o la almacenera
permitan una extensión de este ultimo.
CONCLUSIONES
PRIMERO.-
Es responsable el Almacén por los daños sufridos por las mercaderías desde su
recepción hasta su devolución, es por eso que existe un contrato de seguro para el
aseguramiento de las mercancías.
SEGUNDO.-
Los certificados de depósitos son emitidos una vez verificado y acreditado la propiedad
de las mercancías del depositante.
TERCERO.-
CUARTO.-
Los almacenes generales de depósito expiden certificados de depósito, por los efectos
que reciben de esa calidad y un Warrant anexo que confiere un derecho de garantía
sobre las mismas, de tal manera que el endoso de este confiere solo el derecho de
garantía, mientras que el endoso del certificado produce los efectos depositados, con
el gravamen a favor del tenedor del Warrant.
BIBLIOGRAFIA
Tomo II.
LA WEB.