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Una incursión en el mundo de

la locura, mental y social, que


no puede ser menospreciada

FICHA TÉCNICA:

Título original: Birdy


Nacionalidad: EEUU
Año: 1984
Dirección: Alan Parker
Guión: Jack Behr, Sandy Kroopf
(basado en la novela de William Wharton)
Producción: Alan Marshall
Dirección de Fotografía: Michael Seresin
Montaje: Gerry Hambling
Dirección Artística: Stewart Campbell, Armin
Ganz
Música: Peter Gabriel
Diseño de Vestuario: Kristi Zea
Reparto: Matthew Modine (Birdy), Nicolas Cage
(Al Columbato), John Harkins (Dr. Weiss), Sandy
Baron (Sr. Columbato), Karen Young (Hannah
Rourke), Bruno Kirby (Renaldi), Nancy Fish (Sra.
Prevost), George Buck (Padre de Birdy), Delores
Sage (Madre de Birdy), Robert L. Ryan (Joe Sa-
gessa), James Santini (Mario Columbato)
Duración: 120 min. (Color)

Festival de Cannes 1985


Gran Premio Especial
del Jurado

SINOPSIS:

Un adolescente de Filadelfia siente una gran pasión por los pájaros. Esta afición desata en él
un deseo irresistible de aprender a volar. Este interés le lleva incluso a apartarse del mundo y
a hacer diversos experimentos, algunos de los cuales ponen en peligro su vida. El mejor ami-
go de Birdy es Al, el prototipo de joven sano y normal. Los dos intervienen en la guerra del
Vietnam, de la que Birdy vuelve convencido de que es un pájaro.

HOJA INFORMATIVA

Nº 55
Enero 2005
COMENTARIOS:

Birdy (1984) es la quinta película de Alan Parker (Londres,


1944) entre Pink Floyd: The Wall (1982) y Arde Mississipi
(1988). Este director inglés se hizo famoso con el trabajo: El
Expreso de Medianoche en 1978, película sobre las condicio-
nes durísimas de las cárceles turcas. Luego su itinerario se
hizo más errático pero también en Arde Mississipi denunció
una situación de injusticia social: La segregación racial en
EEUU. Birdy quiere ser una denuncia, tanto de la situación de
guerra como de los enfermos mentales, pero se difumina en
medio de muchas imágenes y situaciones menos concretas.
Es la historia de dos adolescentes de Filadelfia hasta su lle-
gada a la adultez, posibles candidatos a la guerra; el guión
original versaba sobre la segunda guerra mundial pero lo
convirtieron en la del Vietnam, ninguna mejor ni peor... Birdy
(Matthew Modine) vive obsesionado por los pájaros, su capacidad de volar hasta el punto de intentar imitarles, ponien-
do en peligro su vida. Al Columbato (Nicolas Cage) es su mejor amigo y contempla las locuras de su amigo con indul-
gencia o tal vez, comprende que la conducta de su amigo le reserva otros momentos más difíciles que justificarle por
querer volar. Podríamos traducir birdy como “volado”, (bird es pájaro) y relacionaríamos mejor el contenido con los
personajes. Birdy, ya desde niño, muestra una obsesión y admiración por los pájaros y su capacidad de volar que nos
aproxima a una faceta de su carácter con rasgos psicóticos, por otra parte, la mayoría de la gente normal tenemos al-
gún rasgo que podríamos llamar psicótico o neurótico. Sólo una situación extrema y aquí aprovechan para introducir los
efectos nocivos de la vida militar y la guerra, la que permite que lo que era simplemente un rasgo se convierta en una
situación permanente. Las consecuencias de las guerras sobre la psique de los militares sólo se puso de manifiesto
después de la primera guerra mundial pero no ha sido hasta las consecuencias de la guerra del Vietnam, sobre los sol-
dados estadounidenses que se ha hecho una clasificación médica y ha convertido la llamada cobardía en stress pos-
traumático. Birdy prefiere “volarse”, a enfrentase a situaciones que cree no va a poder o saber resolver mientras que su
amigo permanece en la cordura ¿no es también una especie de esquizofrenia?. Pero, ¿ quién está libre de preferir volar-
se antes que enfrentarse?. Es una respuesta normal ante la situación de stress que en inglés se define como: fight or
fly; lucha o vuela. El problema de Birdy es que no sabe volar. La película muestra un mundo feroz en la que una criatu-
ra que no vive la misma realidad que los demás no es atendida, ni cuidada ni comprendida salvo por su amigo de infan-
cia, Al que pone el contrapunto a la esquizofrenia, presentándolo como equilibrado, insertado y adaptado a una socie-
dad que a través de la guerra, enloquece a su otro, sin embargo este problema no está dibujado y es mejor quedarse
con con la figura de Birdy. La interpretación de Matthew Modine pone de manifiesto una
elasticidad corporal que siempre llama la atención en este actor que le permite man-
tener posturas, alegóricas de un pájaro, difíciles de imitar para una persona desen-
trenada. Si su interpretación no es tan brillante como la de Nicolas Cage, quizá po-
dríamos buscar la explicación en lo histriónico de su personaje o en la prueba que
significa para los actores interpretar la locura: o se llevan todos los premios o son
denostados. También es un canto, escaso en el cine, a la amistad entre hombres, a
la solidaridad y el cuidado de ambos, sin miedo a la fácil interpretación de confundir-
lo con amor; amistad, cuyo fin se adivina a lo largo de la historia y también produce
una sensación de no querer verlo, porque ¿quién puede vivir entre cuerdos y querer
a un volado? Es tener que escoger entre la mayoría y los otros, esos a los que lla-
mamos locos y encerramos porque no sabemos qué hacer con ellos o porque nos
recuerdan rasgos propios que no queremos ver. La dirección de Alan Parker es bas-
tante equilibrada para conseguir dar credibilidad a la cordura y la locura, extremos
representados por la amistad, sin caer en los efectivismos lógicos que se podría es-
perar de un guión como este. La guerra más parece la excusa que la finalidad, el
escenario que desencadena lo que está en gestación. En todo caso no la tomaría
como una película sobre la situación de guerra ya que no se desarrollan muchos te-
mas planteados. Aun no siendo reconocida como su mejor película es una incursión
en el mundo de la locura, mental y social, que no puede ser menospreciada.

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