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Dia de Muertos en La Cultura Maya
Dia de Muertos en La Cultura Maya
PRESENTACION
Para mucha gente ha sido una sorpresa, el hecho de que los mayas sigamos
con la tradición de celebrar los días en que nos visitan los difuntos; celebración que
hemos heredado de nuestros antepasados.
Los mayas creen que todos los seres vivos resucitan (ka’put síijil), por ello
cuando se muere una persona, se le coloca en la mesa de tal forma que su
cabeza este orientada hacia el poniente de color oscuro que representa la noche y
la muerte, de igual forma cuando se sepulta al difunto, se le ponen todas sus
pertenencias, como el machete, la ropa, maíz sombrero zapatos, etc., así cuando
regresen tendrán todo. Las almas que llevaron buena vida tienen el privilegio de
estar en un lugar deleitoso donde no existe el dolor ni el sufrimiento y hay
abundancia de comida y bebidas; donde crece el yaxché, árbol sagrado, bajo cuya
sombra descansan eternamente. Con excepción de las almas que van al infierno,
todas las demás retornan anualmente a la tierra para disfrutar de una semana de
vacaciones entre sus familias.
De tal forma que el Janal Pixan o Comida para las Ánimas, es una
ceremonia especial en la que interviene toda la familia. Las mujeres son las
encargadas de elaborar los alimentos y colocar el altar para las ofrendas, los niños
y jóvenes acarrean flores, ayudan a limpiar los caminos, a blanquear las
albarradas, a lavar los trastes y ropas y adornar los altares. Los hombres mayores
traen leña, calabazas, maíz, frijoles tiernos de la milpa, limpian detrás de las
albarradas, excavan el agujero (horno) debajo la tierra para el (pib) panes de maíz
rellenos carne de pollo para el octavario de los finados.
Con toda anticipación, la gente maya se prepara para recibir a sus difuntos, la
familia entera limpia detrás de sus albarradas y las pintan de blanco al igual que
las tumbas u osarios de sus difuntos en los cementerios, en las casas construyen
el Máakan (Enrramada hecha de huano y plantas, adornada con flores) en el cual
se pone el altar de tal manera que este de frente al oriente, son adornadas con
flores de x-pujuk, x-tes, x-muul, teresitas, y otras de colores amarillos moradas,
blancas y rojo vino, casi siempre se prepara en la cocina de la casa o en el patio
de la misma.
Tiene que estar comunicado, generalmente existe una entrada extra en los
terrenos, si no existiera, entonces se improvisa y se prepara un camino con velas
por donde se cree pasarán los difuntos hacia el altar. También dos días antes se
tienen que lavar todos los trastes, las jícaras y toda la ropa sucia de la casa,
dejando la batea limpia y un recipiente con agua y jabón para que cuando las
ánimas lleguen, se laven las manos y la cara. Si hay trastes y ropa sucia se cree
los difuntos lo lavarán, para vergüenza del familiar vivo. La concepción maya del
día de muertos, es muy diferente a la Occidental aunque hoy en día hay
elementos de esta cultura en la celebración.
Los mayas creen en el (ka’a put siijil), por ello, las animas retornan
anualmente a la tierra para disfrutar de una semana de vacaciones entre sus
familiares y como agasajo es costumbre dedicarles rezos y comidas, de aquí que
la costumbre sea conocida como el Janal Pixan o “comida para las almas”, día de
muertos o finados.
Días antes del festejo, llueve como una señal de la presencia de los difuntos. Si es
una llovizna ligera, se cree que son las ánimas que van llegando; en cambio, si es
una lluvia fuerte, entonces es para que se limpien y para que humedezca la tierra
y no haya mucho polvo a su paso. Las ánimas vienen encabezadas por la muerte,
Aj Puch (señor de la muerte). Algunas familias todavía cuidan la costumbre de
ponerles a los niños y niñas en la mano una cinta roja para que la muerte no se los
lleve. La ofrenda o comida de la muerte se le dispone detrás del máakan o
enramada, en una jícara colgada de un ch’uyub se le ponen las patitas, costillas,
alas, cabeza y demás huesos de la gallina guisada, eso se le ofrenda y una vela
blanca, para que le lleve tiempo comérselo y le de tiempo suficiente a los difuntos
para que disfruten la comida que se les ha ofrecido y estén un ratito más con sus
familiares, ya que si se le da la comida con mucha carne a la muerte (Aj Puch), al
igual que a los difuntos, éste acabaría rápido su comida y como es el guía
principal y tiene que visitar muchas casas, al terminar primero, se iría y podría
olvidar a los difuntos en la tierra para siempre.
Los primeros en hacer acto de presencia son las almas de los niños, las cuales
llegan a la tierra en la madrugada del 31 de Octubre, este es el día de los niños.
Para recibirlas debidamente, adornan el altar con trompillos, chuchitos, pixtones, y
otros juguetes silvestres, con flores y velas de muchos clores, algunas familias les
dedican a manera de desayuno, ofrendas de atole de maíz nuevo (a’ sa’) y elotes
sancochados, también puede ser chocolate con panes de harina hechos de figuras
de animalitos frutas y golosinas que los niños acostumbraban comer y jugar en
vida. En la región centro de Quintana Roo, este acto tiene lugar en las iglesias
mayas, solo algunas familias los hacen en sus casas. Las personas que llegan a la
ceremonia son obsequiadas con las viandas ofrendadas.
pedazos de caña, yuca, ñame, naranja dulce y otras golosinas. Para compartir el
máatam o regalo de las ofrendas al terminar los rezos en las casas, los vecinos se
convidan mutuamente, así se puede ver desfilar a las personas y niños por los
diversos altares del lugar saboreando las comidas y golosinas, en un ambiente de
fiesta. Por la noche, se enciende una vela sobre cada tumba y en el camino de
cada altar “para que las almas de los niños-ángeles iluminen su camino”.
Como ya se dijo, tanto en el día de los niños como en el de los adultos, se tiene el
cuidado de poner un plato mas de comida sobre la mesa acompañada de una
jícara de agua fresca y una vela blanca, atrasito del numero de platos de comida
que se ofrenda en el momento.
Esta ofrenda es para las ánimas solas que no tienen parientes quienes se
acuerden de ellas. Aunque también a un lado del altar familiar se puede colocar
una mesa pequeña cubierta con un mantel blanco, sobre la que se pone dicha
ofrenda.
Durante los días que siguen de noviembre, sólo algunas familias se ocupan de
rezar y hacer ofrendas a sus difuntos, pues en la zona centro de Quintana Roo se
puede celebrar a los muertos en cualquier día del mes de noviembre a diferencia
del resto del área de la península de Yucatán que se celebra en la primera y
segunda semana de noviembre.
(BIIX)
Mas adelante, al llegar la octava (bix), el final de los ocho días de asueto
que se dio a las almas se les despide con los lujos iguales a los que recibieron a
su llegada. El día siete de Noviembre, tiene lugar la despedida de los niños y el
día siguiente la de los grandes. Entre las comidas que se ofrecen en ambos días,
se incluye como platillo especial el chachak waj, o tamales, un pastel de masa de
maíz, relleno de carne de pollo y coloreado de achiote; estos pueden ser
pequeños o grandes, cuadrados o redondos, es al gusto de las familias, el
cocimiento se hace en el “pib” u horno que se e excava en la tierra.
Si alguna persona, de casualidad muere un poco antes y durante esta fecha
se le llama kuch kib (cargador de velas). Los recién muertos cargarán con todas
las velas, panes, pibes y flores de los difuntos, serán los novatos del año, de los
difuntos con mas antiguedad. Sus parientes vivos no podrán hacerle sus ofrendas
porque se cree que su alma todavía vaga en la vida terrenal, se esperarán hasta el
siguiente año para que pueda gozar de las ofrendas. También no se debe
encender las velas que sirven para despedir a los difuntos, ya que estos se las
darán al alma del recién muerto para que lo lleve agarrando y se cree que durante
un año se quemará las manos con la cera de las velas.
Dicen los ancianos, que el alma de la persona que acaba de morir es el último de
la fila de los difuntos que visitan el mundo de los vivos, por ello es que los difuntos
más antiguos lo hacen su cargador, y descansará hasta que otra persona muera
en vísperas de los finados y lo releve de su carga (kuch); sea rico o pobre no
habrá privilegios.
Nota.
-Cuando muere una persona, se hace su velación durante las 24 horas, después
se le entierra.
-A los 3 días de muerto, se le hace unos rezos cantos para recordarle a su espíritu
que ya no pertenece al mundo terrenal.
-Al año de haber muerto, se le hace otros rezos conocido como (cavo de año) o
aniversario de su muerte, ofrendándole comida en la casa de la familia. (Por ello,
la creencia de no hacer los finados cuando hay un recién muerto, hasta el
siguiente año de su muerte).
Bibliografía:
Testimonios: Isidro Caamal Cituk, Marcelino Poot Ek, Higinio Kauil, Crecencio Pat,
Pedro Tec, Lucio Dzidz.