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INTRODUCCIÓN.
Las rocas karstificables son las rocas en las cuales se pueden formar cuevas por
procesos de disolución en agua de una parte de esta rocas. Las más conocidas y
frecuentes son las calizas y dolomías, mientras que otras rocas conocidas son el yeso,
anhidrita, conglomerados y sal común. Sin embargo, también existen cuevas de
disolución en cuarcitas, carbonatitas y mármoles.
Este artículo describe en un modo resumido las características de las diferentes rocas de
karst.
El yeso y la anhidrita son rocas evaporíticas y aunque son muy frecuentes en las
columnas estratigráficas, sus afloramientos son mucho más escasos que las de las rocas
carbonatadas. Este último es debido en gran medida a su gran solubilidad que hace que
desaparecen con mucha facilidad (simplemente son disueltas en relativamente poco
tiempo).
El yeso y el anhidrita son dos minerales íntimamente relacionados, pudiéndose
transformar el uno en el otro según las circunstancias. El yeso es un sulfato de calcio
con cierta cantidad de agua y el anhidrita es el mismo sulfato de calcio sin agua. La
formula de yeso es CaSO4*2(H2O) y la de anhidrita es CaSO4.
El yeso y la anhidrita ya se ha tratado en el artículo “La solubilidad y disolución de
yeso.” Aquí repito algunos datos de este artículo.
LOS CONGLOMERADOS.
Los conglomerados son sedimentos compuestos de cantos rodados cuyos espacios entre
los cantos pueden estar llenos de matriz (arcilla y otros materiales de grano fino) o de
cemento (precipitado después de su deposición). Los cantos provienen de la erosión de
cualquier otra roca (las rocas carbonatadas incluidas), son transportados sobre una
distancia relativamente corta (pero suficiente para redondear los cantos) y suelen ser
depositados en abanicos. Si los abanicos se han formado en aguas someras del mar, los
materiales finos suelen ser eliminados por la acción de las olas y corrientes, dejando un
conglomerado cuyos espacios internos pueden ser rellenados con cemento. También es
frecuente la deposición en abanicos aluviales donde los materiales finos suelen quedarse
como matriz.
Si los cantos proviene principalmente de las erosión de calizas y dolomías, se formará
un conglomerado carbonatado. La cementación de una roca carbonatada suele ser la
calcita lo que da como resultado una formación muy susceptible a la karstificación.
La formación de cuevas en conglomerados carbonatados con matriz, aunque menos
frecuente, también es posible, pero las paredes suelen ser mucho más inestable.
En los Pirineos hay una cueva en conglomerados de más de 13000 metros, la Cova
Cuberes (Lérida) y en Burgos está la espectacular Cueva Fuentemolinos (Puras de
Villafranca) de más 4000 metros. Solo son dos ejemplos.
Conglomerado con un alto porcentaje de calcita (Fuentes de Peñacorada).
La sal común, también llamada sal gema o halita, es una roca evaporítica todavía mucho
más soluble que el yeso (350 gramos por litro) y por tanto sus afloramientos tienen una
vida geológica muy corta. La mayoría de esos afloramientos se encuentran en zonas más
bien desérticas (Argelia, Israel, Golfo Pérsico, etc.) donde no son disueltos directamente
por las lluvias.
La mayoría de la sal se ha formado en el mar por precipitación directa causado por
aumentos de salinidad por evaporización del agua en partes restringidas de la costa o
por disecación completa del mar (como ha ocurrido en el Mediterráneo).
La formula de la sal común es (NaCl), y también es llamado cloruro sódico o cloruro de
sodio.
La sal es muy plástica y por tanto no suele tener fracturas o otras aperturas lo que
dificulta la circulación interna del agua. Normalmente la sal es disuelta en el contacto
con rocas permeables que aportan y evacuan el agua que disuelve la sal. Esta disolución
puede ser muy rápida debido a la gran solubilidad de la sal en el agua.
LAS CARBONATITAS.
La carbonatita es una roca ígnea, lo que significa que se ha formado por la solidificación
de un magma (roca fundida) en la corteza terrestre, normalmente a una profundidad
considerable (kilómetros). Las carbonatitas provienen probablemente de roca fundida de
la parte superior del manto, que se mueve lentamente hacia arriba derritiendo las rocas
que encuentra en su camino. Si al final la masa de roca se enfría y se solidifica se queda
emplazada en rocas de un origen diferente, a menudo rocas sedimentarias, y por eso son
llamadas rocas intrusivas (o plutónicas).
Las carbonatitas son rocas ígneas muy especiales porque están compuestos
principalmente de calcita (o dolomita), a menudo acompañado por minerales de silicato,
apatito y una variedad de minerales exóticos. Debido a esta riqueza en minerales raros
se ha buscado intensivamente por el mundo entero y hasta la fecha se han encontrado
unas 500 apariciones. La superficie de los afloramientos suele variar entre 1 y 20
kilómetros cuadrados.
Han encontrado numerosas cuevas en carbonatitas que, especialmente en África, suelen
ser explotadas por sus depósitos de guano.
LOS MÁRMOLES.
La metamorfosis transforma las calizas y dolomías en mármol. Según la presión y
especialmente la temperatura el resultado es un mármol con más o menos características
de las rocas originales. Con una metamorfosis de menos de 350 ºC la textura de la roca
y la forma de los fósiles son reconocibles. Si la metamorfosis ocurre por encima de los
500 ºC la recristalización suele dejar una roca de muy poca permeabilidad, lo que
dificulta altamente la formación de cuevas, aunque no lo impide por completo (como
prueba la presencia de cuevas en estos mármoles).
Foto de una carbonatita (foto de uso libre, de Eurico Zimbres).
Una anticlina de mármol en el lago “General Carrera” en Chile con un karst muy
pronunciado (foto de uso libre, por Dentren).
LAS CUARCITAS.
Las cuarcitas son sedimentos de granos de cuarzo endurecidos por un cemento silíceo
(también de cuarzo). La disolución de cuarzo es bastante menor que la de caliza y por
tanto la gran mayoría de las cuarcitas tienen un drenaje superficial. Sin embargo, en
algunos casos especiales, por ejemplo las bordes de las mesetas donde existe un
gradiente hidráulico muy grande, se puede formar cuevas. Otro aspecto es la gran
resistencia de cuarcita contra la erosión y meteorización, que hace que el lento proceso
de disolución puede ser dominante.
El mecanismo de formación es tanto químico como mecánico: el agua meteórica
disuelve con preferencia el cemento dejando los granos (casi) sueltos, que son
fácilmente evacuados por los flujos de agua.
Para la formación de cuevas en cuarcitas tienen que darse cuatro condiciones
importantes:
1) Un gran gradiente hidráulico.
2) Una gran pureza de la cuarcita, para que los protoconductos no se obstruyan con
material totalmente insoluble (por ejemplo silicatos de aluminio).
3) Estratos masivos y gruesos con pocas fisuras para que los flujos sean concentrados.
4) Que no hay procesos competitivos con más influencia que la lenta disolución.
Las cuevas en cuarcitas más importantes del mundo se encuentran en Venezuela y Sud
Africa, donde se trata de cuevas de cientos de metros de profundidad y con un
desarrollo desde unos cientos de metros hasta unos 11 kilómetros. Son especialmente
famosas las cuevas formadas en las cuarcitas en las formaciones de Roraima.
Las areniscas en general no son karstificables, excepto algunas areniscas formadas por
granos de cuarzo con cemento calcáreo. El cemento es disuelto dejando los granos
sueltos, análogo a lo que ocurre en cuarcitas. Sin embargo, la formación de cuevas es
bastante raro, probablemente porque los granos obstruyen los protoconductos.
Algunas cuevas importantes son:
EL HIELO.
Aunque como geólogo no considero que el hielo es una roca, si es verdad que en los
glaciares se forman cuevas con características muy parecidas a las de las cuevas
formadas en rocas de verdad. Desde luego que los procesos son inmensamente más
rápidos.
El Roraima es una meseta de cuarcita situado entre Venezuela y Brasil. Estas montañas
dieron a sir Arthur Conan Doyle la inspiración para escribir su clásica novela de
aventuras “El mundo perdido”. La foto es de uso libre por Jeff Jonson.