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El Cultivo del Algodón

Párrafo Introductorio

Cuentan que hace mucho tiempo, en el mundo, sus habitantes eran felices, no se conocían
las estaciones porque no había cambios de clima, ni fenómenos atmosféricos. En esa
armonía y felicidad, los habitantes brindaban todos sus tributos a Nazan El Bien. Esta
actitud puso furioso a Darkos El Mal que vivía en las tinieblas, que para vengarse y calmar
su ira creo Chirimita El Invierno. Satisfecho de su obra se dirigió a los habitantes diciendo:
se morirán de frío. Mi nuevo servidor los hará padecer y se les helará la sangre en las venas.
El sol no brillará en el cielo, un perpetuo nublado cubrirá la tierra. El invierno será helado y
dañino. La naturaleza irá pereciendo. Los habitantes gritarán y se retorcerán implorando a
Nazan que les dé calor y castigue a Darkos.
Fue entonces cuando cuatro embajadores, los preferidos y más escuchados a lo alto
suplicaron a Nazan, que derrame calor sobre la tierra. Compadeciendo el Bien, los
convierte en una flor; Anpi la flor del algodón. Despejado el cielo de nubes, la flor llega a
la tierra y se abre, mientras siguen resonando los tambores de los habitantes y las semillas
vuelan y vuelan, y al caer nuevos algodonales nacen y nuevas semillas hasta que todo el
territorio se cubre de blanco. Se hacen telares para tejer la hebra suave del algodón
convirtiéndose en túnicas que cubren a los habitantes de la tierra dándoles calor de vida. El
canto de estos se eleva. El bien ha vencido. Ante todo lo acontecido el demoníaco Mal
enfurecido nuevamente y en un último intento, maldiciendo, se convirtió en "lagarta
rosada" una plaga del algodón.

Texto

El Algodón se ha cultivado en el Perú desde la época de los incas que lo usaban para
confeccionar telares muy vistosos, hermosos y complejos. Esto fue visto por los españoles
cuando llegaron a nuestro territorio, ellos vieron como adaptaron el algodón a casi todos
sus tejidos. Después de unas décadas este cultivo se volvió mundialmente conocido y
popular porque se incrementaron las áreas sembradas y aparecieron cantidad de científicos
que descubrían nuevas variedades en todo el mundo.

Existen variedades de algodón como el Pima que es de fibra más larga y fina. De esta
variedad se obtienen hilos finos; Esta es originaria de Estados Unidos y fue introducida en
el año de 1918 en Piura y que por las condiciones de clima y calidad de los suelos de sus
valles se adaptó perfectamente a esta zona norte de nuestra costa. El algodón Tangüis fue
desarrollado por Fermín Tangüis, su apellido dio el nombre a esta calidad de fibra. La
combinación de la semilla, la tierra y el clima hace que el algodón Tangüis tenga una fibra
larga muy apreciada en el mercado mundial. El algodón híbrido Hazera es una variedad
genéticamente mejorada proveniente de Israel. Ha sido probada con éxito en diferentes
valles de la costa peruana y se cultiva en cuatro zonas de Lambayeque, habiéndose una
productividad que oscila entre los 100 y 120 quintales por hectárea. La fibra de este
algodón es extralarga y es considerada como una de las de mejor calidad del mundo. El
Algodón Nativo y oriundo de la costa norte del Perú, que sigue siendo cultivado hoy en día
en estas zonas desecadas en forma espontánea, como se ha venido haciendo durante
milenios. En general el cultivo del Algodón posee una gran productividad y genera
utilidades en corto plazo seis meses, además que utiliza poca agua.

El algodón peruano se exportaba principalmente en el siglo XIX a Inglaterra, en 1950 Las


exportaciones de algodón representan el 35% de las exportaciones totales del Perú. Y en el
año de 1963 Se cosechan 256,800 hectáreas de algodón, la superficie más extensa que se
haya dedicado a este cultivo en nuestra historia. Sin embargo en el 2009 la superficie
cosechada no pasó de las 32 mil hectáreas, se trata del área sembrada más reducida de
todos los tiempos. La caída en la producción es muy notable, los productores de algodón
enfrentan su peor crisis.

A diferencia de la producción de otros países, la nuestra se ha caracterizado históricamente


por estar dominada por variedades de alta calidad. El tangüis, pero en particular el pima,
son algodones de fibra fina larga y extralarga, respectivamente, uno de los rasgos más
apreciados por la industria hilandera y característica que ha hecho de nuestro algodón uno
de los más cotizados en el mercado mundial.

La pérdida de calidad de la fibra de nuestros algodones es, precisamente, una de las razones
a las que se atribuye la crisis que enfrenta el algodón. Hasta la década de los sesenta había
en la costa peruana varias estaciones de investigación y mejoramiento genético, tanto del
tangüis como del pima. Pero esta estructura, controlada y financiada en gran medida por los
hacendados, se desmoronó con la reforma agraria. A inicios de los noventa, se eliminó los
autogravámenes con que los gremios agrarios sostenían sus gastos. En el caso del gremio
algodonero, esto significó tener que abandonar los últimos esfuerzos que todavía se hacían
en investigación genética de este cultivo en el país. Y así, mientras nuestras variedades se
fueron rezagando, otras siguieron evolucionando.

Otro fenómeno que ha contribuido a generar la condición en que se encuentra el algodón ha


sido el control de las desmotadoras sobre el productor. Estas empresas llamadas así porque
desmotan el algodón en rama, es decir, separan la fibra de la pepa conforman el segundo
eslabón en la cadena, siendo los productores el primero. Desde los setenta, su poder ha sido
cada vez mayor, en especial en el caso del pima, que se siembra sólo en Piura, en donde dos
empresas controlan el mercado. Como consecuencia de su dominio de mercado, las
desmotadoras imponen precios bajos, desmotivando e impidiendo que los productores
inviertan en sus cultivos. Los productores, afirman que el precio que las empresas les pagan
por sus cultivos no les permite cubrir sus costos de producción, y que carecen del poder de
negociación para cambiar la situación.

El algodón es un cultivo de larga tradición histórica en el Perú, que se remonta hasta los
tiempos prehispánicos. Hay una tradición textilera que representa una ventaja comparativa
para el Perú, que como país, tiene ganado un buen prestigio en el ámbito internacional.
Además, a diferencia de otros productos que no generan ninguna cadena productiva, el
algodón genera una cadena productiva completa, cuyo exponente más conocido es
Gamarra. Otro punto a favor es que no requiere producción a gran escala para ser rentable.

Por último, el algodón es una planta perfectamente adaptable a las condiciones áridas y
semiáridas de la costa peruana una cualidad que, de cara al cambio climático y la creciente
escasez del agua, no es poca cosa, sobre todo tomando en cuenta que quienes compiten con
él por las tierras de la costa son plantas muy demandantes de agua, como el espárrago y el
arroz.

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