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BICENTENARIO DE CHILE

CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN

Las banderas flamean por doquier. La mayoría de las casas, locales comerciales,
hospitales y oficinas fiscales, las hacen flamear al viento, que con orgullo se suma a las fiestas
patrias. Su aporte, es vital para que las banderas flameen, los volantines se eleven, el carbón
se encienda y el humo suba al cielo, como si la patria estuviera elevando una plegaria al
altísimo y al Dios del universo.
El destino quiso que la patria, comenzara su independencia, en el mes de Septiembre,
casi al inicio de la primavera, cuando la adrenalina comienza a salir de su descanso y aletargo
invernal.
Los hermosos colores de la bandera, se cruzan y entrecruzan, con la mantita de tres
colores. El volantín, el trompo y la cueca se cruzan y entrecruzan, saliendo de lo más
profundo de nuestras raíces nacionales.
El asao’ y las ramadas se entrecruzan con los saraos y las enramadas. El español y el
indio. El sarao y el asao’ al palo. El salón y el cahuín, se urden, se entrelazan, se mezclan y se
recrean: ayer, hoy y mañana.
La cueca, el vino tinto y la chicha nos alegran, pero ¿de qué nos alegran?. ¿La Patria
está satisfecha?. ¿Hemos cumplido en 200 años, con los sueños y anhelos de los padres de la
Patria?. ¿Hemos pagado la deuda de sangre que tenemos con los cientos de héroes anónimos
que dieron la vida por la independencia de su Patria?.
Todo parece indicar que hemos alcanzado algunos logros, pero aún no podemos decir
que nuestra Patria es una Nación Desarrollada, o que hemos eliminado la pobreza y nos
encaminamos raudos, hacia el progreso efectivo y real.
Hace 100 años atrás, esto es en el centenario de la Patria, dos chilenos tuvieron el
coraje y asumieron el deber patriótico de desnudar, los vacios que resquebrajaban el alma
nacional.
Algunas sensibles almas, no les gustó que desnudaran sus pecados y pusieron su grito
en el infierno. Es así, que sus súplicas llegaron al Congreso Nacional y el mismísimo Gonzalo
Bulnes, ilustre y distinguido Senador, fue quien pidió en el ruedo político, las penas de
infierno para el mentado doctor Julio Valdés Cange, autor de las injurias más humillantes y
canallas, emitidas contra los chilenos de sangre azul y noble estirpe.
Casualmente, sin saberlo en 1988, comencé a plasmar un balance de los 200 años. Era
evidente que el país no llevaba buen rumbo y aunque parecía, que podría haber una salida,
tenía mis aprehensiones de la tropa de llegaría en calidad de inmigrantes. Allí venían muchos,
que se creían próceres, héroes o enviados del Olimpo. ¿Podrían estos socialdemócratas,
adosados en el Kremlin, o alguna de las sucursales, que ya amenazaban con eclipsarse o
colapsar sus catedrales, o caerse sus murallas o estatuas monumentales, cambiar la dura
realidad chilena?.
En 1990 inicié la tarea de armar un equipo que pudiera abarcar el máximo de ámbitos
de análisis históricos. Así se podría trabajar mejor y contar con tiempo suficiente para
elaborar un análisis amplio y profundo de los 200 años de independencia.
En 1994, cuando logré formar un equipo, en la reunión inicial para ponernos de
acuerdo en como operacionalizar esta inquietud, un intelectual de peso arremetió contra el
proyecto. Nos increpó, puesto que sin ser historiadores, no teníamos el derecho para

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pronunciarnos sobre los 200 años del Chile independiente y soberano. Ella era tarea y deber
de los historiadores, distinguidos y escasos personajes de la intelectualidad nacional
Ante semejante balde de agua fría el equipo se disolvió y quedé solo navegando con esta
idea, la que felizmente no abandoné y me aferré a ella como el náufrago se aferraría a una
tabla, que se le aparece en medio del naufragio.
Curiosamente, cuando comencé a estudiar la historia, me encontré con la sorpresa de
que un profesor había realizado el mismo trabajo cuando se cumplió el centenario. El fue
capaz de realizar un análisis crudo de la realidad social de Chile centenario y causó tal estupor
en la aristocracia, que se dieron a la tarea de ubicar a semejante personaje, que había osado
mancillar el honor de los pudientes del país.
Finalmente, cuando llegó la recta final para emprender el trabajo opté por trabajar 200
páginas, para analizar y reflexionar en torno a los 200 años de la Independencia de Chile,
como República Soberana.
No ha sido fácil hacerme el tiempo para acometer la empresa y plasmar en el papel la
gran cantidad de ideas que me daban vuelta.
Sin embargo, los temas, a partir del año 2007, comenzaron a acotarse cada vez más y
opté por abordar fundamentalmente, los más potentes, a la llegada de 2010. Por eso decidí
ponerle el diente a la Política, la Economía y la Educación, dado que llegaron a ser los temas
del minuto final, previo al Bicentenario.
Dejé en menor cantidad de hojas a otros temas del quehacer nacional, que siendo
también relevantes, no concitaron, el mismo interés, que los anteriormente mencionados.
Estos temas, se escuchaban con menos fuerza, en la Prensa o la TV.
Me llama, felizmente, la atención, la irrupción en la arena política, la opinión de la
nueva generación de políticos. Por ende, aunque éramos pocos los que creíamos que en
cualquier minuto irrumpirían, se han hecho finalmente presente.
Primero fueron los Pingüinos, que con mucha nitidez, demostraron que sabían muy
bien lo que querían y expresaban en forma muy creativa, sus puntos de vista. Pasó el
tiempo y como los políticos de todos los colores les defraudaron, han arremetido nuevamente,
precisando con mucha claridad, lo que ellos desean: EDUCACIÓN PUBLICA EN MANOS DEL
ESTADO.
Enriquez-Ominami, es la otra cara visible de que la nueva generación de políticos
jóvenes que irrumpe, con toda la indolencia y la fuerza de los jóvenes y no está dispuesta a
callar, bajar los brazos o, dejarse avasallar.
Espero que estas 200 páginas de compilación, análisis y reflexión, sean un punto de
partida para profundizar el quehacer de los políticos en estos 200 años. Son ellos los que
deben hacer política, pensando en el bien común de la Patria y no en mezquinos intereses
personales, partidos políticos, de grupos, amigos o familiares.
Este es un pequeño aporte, pero creo que es un aporte serio y profundo que tiene más
de 20 años de maduración y representa lo visto, lo vivido y el anhelo de los más pobres y
necesitados, ya que siempre he trabajado entre ellos.
Les invito a compartir estas 200 páginas, enriquecerlas y hacer suyas las reflexiones
pertinentes.
En Viña del Mar, a 18 de Septiembre de 2009.

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