Está en la página 1de 4

"Un día me preguntaron por mi apellido y entré en pánico" 23/12/08 10:53

Laura Alcoba, hija de militantes de la guerrilla montonera que ha narrado su propia


historia

"Un día me preguntaron por mi apellido y


entré en pánico"
IMA SANCHÍS - 23/12/2008

Tengo 40 años. Nací en La Plata (Argentina) y vivo en


París desde los 10 años. Estoy casada por segunda vez
y tengo 3 hijos. Licenciada en Literatura, especializada
en el Siglo de Oro. Soy profesora universitaria. Huyo del
dogmatismo. Espiritualmente, tengo sobre todo
preguntas

Lléveme a sus 7 años.

La palabra clave es embute:no está en los diccionarios, pero resume el año


que pasé en la casa de los conejos, en La Plata, donde el movimiento de
resistencia que eligió la lucha armada contra los militares golpistas argentinos
había instalado su imprenta clandestina.

¿Embute es algo así como escondite?

Sí, el miedo, la clandestinidad, todo eso que fuera de aquella casa no se podía
decir. A los 7 años tenía que poder sostener un falso nombre, Laura Guerra, y
soportar el peso de que un error mío podía acabar con la vida de la gente a la
que yo amaba.

¿Allí vivía con su madre?

Sí, y con un matrimonio, Daniel y Diana; pero allí se reunían todos, llegaban
con los ojos vendados. Mi madre imprimía el periódico clandestino de los
montoneros, pero aparentemente criábamos conejos.

¿Iba al colegio?

Mi padre fue detenido y mi madre estaba en busca y captura. Cuando llegaron


mis papeles falsos empecé a ir a una escuela de monjas, pero fui sólo un par
de meses. Debía mentir sobre quiénes eran mis padres y nadie debía saber
dónde vivía. Un día fui al colegio con un abrigo heredado de mi tío que llevaba
bordado el apellido de mi madre.

¿Nadie lo vio?

No, pero no volví al colegio, durante meses viví encerrada en aquella casa,

http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html Página 1 de 4
"Un día me preguntaron por mi apellido y entré en pánico" 23/12/08 10:53

No, pero no volví al colegio, durante meses viví encerrada en aquella casa,
sola y callada. A veces iba a casa de la vecina, un personaje importante para
mí.

¿Por qué?

Era muy bonita, para mí era una especie de princesa y con ella jugaba como si
fuera una muñeca grande. "¿Qué zapatos me pongo con este vestido?", me
preguntaba. Me encantaba estar con alguien cuyas preocupaciones eran
ligeras. Pero un día me preguntó por mi apellido y no supe contestar. Entré en
pánico. "Laura, me llamo Laura y no tengo apellido", le dije.

¿Tenía buena relación con sus padres?


Fue todo muy complicado. Cuando nos fuimos de la casa de los conejos y mi
madre pudo escapar a Francia, yo me fui a vivir con los abuelos y pude visitar
a mi padre cada quince días durante dos años y medio, hasta que me reuní
con mi madre.

Su padre era un guerrillero, ¿por qué no lo mataron?

Los tres tuvimos mucha suerte. A mi padre lo detuvieron en un simple control


de policía, era un preso legal y a ellos no se les podía asesinar tan fácilmente.
El gran peligro era la Triple A, los grupos paramilitares que funcionaban sin
uniforme, que secuestraban, torturaban y asesinaban. De ese circuito nadie
salía vivo.

¿Cuál fue su suerte?

Habernos ido de la casa de los conejos dos meses antes de que fuera atacada
un día de reunión. Diana acababa de dar a luz una niña, se encontraron todos
los cuerpos menos el de la niña, Clara, que hoy es una de esas jóvenes
buscadas por las Abuelas de Mayo. Si vive, tiene 32 años. Encontrarla sería
hermoso y terrible, porque a esos jóvenes los han criado los asesinos de sus
padres.

¿Cómo se ha llevado con su madre?

Mis padres pretendían cambiar el mundo, pero yo muy pronto fui consciente de
que no era esa la infancia que hubiera querido y tuve cierto resentimiento. El
libro me ayudó a superarlo, pero temía la reacción de mi madre, que jamás
habla de ese momento de su vida. Le di el manuscrito.

¿Y cómo reaccionó?

Lloró mucho, pero me dijo: "Me hace bien que lo cuentes". Fue importante para
mí porque sé que estaba contando algo que le dolía mucho: por la culpa que
siempre ha sentido por ponerme a mí en esa situación y por otra culpa extraña
que comparto.

La del superviviente.

Sí. Diana, Daniel y toda aquella gente están muertos y yo he escapado. Hay
que darle un sentido a ese milagro o a ese azar.

¿Cómo transcurrieron sus vidas?

Al cabo de tres años, cuando lo liberaron, mi padre se reunió con nosotras en


http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html Página 2 de 4
"Un día me preguntaron por mi apellido y entré en pánico" 23/12/08 10:53

Al cabo de tres años, cuando lo liberaron, mi padre se reunió con nosotras en


París, pero ya no pudieron rehacer juntos su vida.

¿Usted y su madre pudieron superar la sombra de lo vivido?

Por mi parte ha habido cierta incomprensión. La herida que me quedó ha sido


grande por las situaciones de angustia y de no infancia que viví, el miedo y la
responsabilidad que me atenazaban. Durante mucho tiempo me pregunté por
qué decidieron llevarme a esa clandestinidad en lugar de dejarme con los
abuelos.

Veintisiete años después volvió a la casa de los conejos.

Lloré y lloré; y tomé conciencia de que debía contar la historia. En mi recuerdo


todo lo que tenía que ver con ese lugar era horrible, pero cuando empezaron a
aflorar los recuerdos en mi mente, me di cuenta de que también hubo
momentos luminosos.

¿Qué vio?

A mi madre imprimiendo los periódicos; la hermosura de Diana, que para mí


era como un hada con su niña en el vientre; los conejitos blancos, que se
multiplicaban...

¿La vida es puro azar o hay un sentido?


Esa es mi gran pregunta, mi obsesión. Cuando miras hacia atrás, tienes la
sensación de que todo es una sucesión de hechos necesarios. Si es así, el
milagro de haber sobrevivido tiene un sentido: no malgastar la vida que no
pudo vivir Diana, quizá esté aquí para contarlo; pero a la vez eso implica tener
una misión, y eso no me lo creo.

COMENTAN EN LA BLOGOSFERA DE ESTE


ARTÍCULO

153 blogs enlazando a artículos de La


Contra
Mostrando el Top 150 de las
entradas de blogs.
« ‹ 1 2 3 4 5…› »

El apabullante ruido de los


emprendedores
Hace aprox. un día Cyblioteca

Sueños atrapados: 50.000


visitas!
Hace aprox. un día Atrapando
sueños

Eric Villalón: “Queremos


demostrar la capacidad de los
discapacitados”
Hace 3 días Mi gato Calcetines

Els rebels del benestar


Hace 5 días Biblioteca - Ceip Sant
Jordi Lleida

http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html Página 3 de 4
"Un día me preguntaron por mi apellido y entré en pánico" 23/12/08 10:53

L’escola encara no ha entrat al


segle XXI
Hace 5 días Psico-Ajuda

Quieres que tu blog aparezca aquí?

El azar

"El azar es la única explicación posible y soportable. Fue así, sobreviví". La


casa de los conejos,editada en Francia por Gallimard y ahora en España por
Edhasa, cuenta cómo una niña de 7 años ve el mundo y el peligro. Con su
padre en la cárcel, su madre, guerrillera montonera perseguida a muerte, se
hace cargo de una imprenta clandestina disfrazada de criadero de conejos. El
azar o el destino salvará a madre e hija, quien, 27 años después, vuelve a la
casa y recupera una memoria olvidada que hoy evoca entornando los ojos.
"Ahora lo veo como si estuviera ahí mismo". El sentimiento de sobrevivir
mientras los otros mueren la ha llevado a otro libro e intuyo que a una vida de
búsqueda.

LA VANGUARDIA, el diario más vendido en Catalunya


Copyright La Vanguardia Ediciones S.L.
All Rights Reserved - Aviso Legal - Contacte con nosotros - Publicidad

http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html Página 4 de 4

También podría gustarte