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GRUDIZ

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© Germán Rodríguez Udiz 2007 – GRUDIZ
Portada: Fotografía de Gisela Burunat y montaje-diseño Grudiz
Contacto: antigecko@gmail.com
Santa Cruz de Tenerife

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La libertad, en muchos casos, es un concepto promovido por
aquellos que un día ansían poder quitárnosla.

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PLAVAI
Escrito por Germán Rodríguez Udiz
Fotografías Gisela Burunat y montajes Grudiz.
© 2007

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Prólogo

Escrito originariamente como páginas de un blog en internet bajo


el titulo “diario de un muerto”, la obra se extiende y se convierte
en un compendio de historias unidas por el nexo de la muerte del
principal protagonista. Y más allá de eso, todas estas historias
emprenden la misma dirección narrada de forma irreverente y
contraria a las temáticas religiosas.

Dado el debate y la reflexión provocada por la publicación de los


primeros cortos, el resto del libro continúa como ejercicio
reflexivo de lo que es la muerte y de cómo esta importancia es
relativa a nuestro concepto de la vida. Todo esto comprendido en
una historia enlazada por las experiencias subjetivas de varios
personajes que dan frescura y comodidad a la lectura mediante
pequeños cortos comprendidos en varios capítulos.

La muerte relatada desde primera persona nos provoca dudas e


incertidumbres que despiertan nuestra curiosidad. Esta novela de
ficción ya ha tenido sus primeros lectores en la red de redes.
Lectores anónimos que dejaron sus opiniones en el blog
publicado de las cuales se han extraído las siguientes reflexiones:

“...la mente humana no menos que el cuerpo puede ser presa de


la desmembración...”
Necro- Alicante

“A veces el amor, desde lo más profundo es lo que nos hace


seguir. Recuerdo haber estado cerca de la cornisa también... En
mi vida hay un niño, un pequeñín adorable; aún no tiene dos
añitos. Sería una pena que creciera sin madrina, o que creciera
con una madrina que no es capaz de levantar la cabeza para
ayudarle cuando lo necesitara. Mi amor por este chiquitín un día
hizo que me alejara de la cornisa porque yo quiero que mi

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conciencia puede desenvolverse donde él esté.

“Es todo un símil del comportamiento humano: dramatizamos,


nos obcecamos, hacemos lo más dramático y estúpido y luego
nos lamentamos.”

“Es lo que mueve la vida, actuar con egoísmo, las repercusiones


que eso tiene y como se desarrolla todo hasta el momento de
encontrar la solución a lo que tu egoísmo desencadena.”
Untzikume - Pontevedra

“Efectivamente, la muerte no es un balazo en el corazón, no es


un cáncer que te corroe por dentro...si no el olvido… que la
gente no se acuerde de ti para nada...y eso, es lo más doloroso del
mundo, el estar solo.”
Lay – Barcelona.

“La muerte es un tiempo onírico que existe al margen de la vida...


¿y no puede ser posible que la muerte esté envuelta en un sueño?
Fijo que no sabes que lo estas hasta que ya todo es demasiado
tarde...”
Tj – Las Palmas de Gran Canaria.

“Olvidar no es malo, morir sí. Mejor olvidar el motivo, así tu


alma no acarreará agonías”
Angelforhire – Pontevedra.

“Tú decides que rumbo debe de tomar tu vida y también deberías


decidir cuando finaliza pero si lo haces luego quizás te puedas
arrepentir y será tarde”
Brain suicide – Localidad desconocida.

“La muerte no es deprimente ni emocionante, es un hecho de la


vida, simplemente...”
Othar- Santa Cruz de Tenerife

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“Más que muertos lo que estáis es dormidos, inconscientes no
veis que lo que hay de común en todos los momentos de la vida
es precisamente la vida y la vida o vosotros mismos no sois más
que aquello que observa, no confundiros con lo que pasa… eso
no sois vosotros, tampoco el cuerpo. Esa potencia que no quiere
ser arrebatada por las cosas que pasan, que no quiere depender de
lo que sucede para ser, esa rebelión es la vida. No hay nada que
ver en el espejo, la vida se siente no se ve.”
Pisaparedes- Barcelona

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INDICE

CAPITULO 1

EL MUERTO SIN CIRCUNSTANCIA ......................................................... 11 

CAPITULO 2

HISTORIA DE ANGELES ........................................................................... 34 

CAPITULO 3

EL POLICIA .................................................................................................. 48 

CAPITULO 4

DE PUZZLES Y OSCURIDAD .................................................................... 60 

CAPITULO 5

DE RACISTAS Y COLORES, PENSAMIENTOS ABORTADOS ............... 81 

CAPITULO 6

LÁZARO ........................................................................................................ 89 

CAPITULO 7

EL HOMBRE QUE CUIDA DE LOS MUERTOS ........................................... 104 

CAPITULO 8

LA ESPOSA DE MASA LICUADA ............................................................ 114 

CAPITULO 9

EL FIN…………………………………………………….... …….………..121

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CAPITULO 1. EL MUERTO SIN CIRCUNSTANCIA

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ESTOY EN LA CORNISA

La ventana es un buen lugar para escapar, los rascacielos


perfectas tentaciones para el cobarde. El suelo que pisamos una
maravillosa puerta de salida para aquellos que han perdido sus
sueños.

El vértigo solo es un sentimiento que nos dice: “no lo hagas.”


Mientras nuestra razón grita “¿cómo será volar?”. La ventana es
una buena salida, dicen. La puerta solo nos lleva a más de la
misma mierda, las cruzamos todos los días, pero las ventanas son
un refugio para el que huye.

¿Son culpables mis ojos de ver lo que me ha enseñado el mundo?


¿Son mis manos culpables de acariciar la áspera cara de la justicia?
Y mis pies? ¿Son mis pies culpables de no saber hacia donde
caminar?

Te lo digo con el alma del que ha perdido el hambre y la decisión


del que suspira fuerte deseando que ese sea su último aliento: No
puedo más.

Suena el eco de mis palabras desde aquí arriba, como si estuviera


frente a un barranco inmenso. A mis pies hay hormigas estúpidas,
justo detrás del sentimiento de vértigo.

A mi espalda se refleja mi propio ser en una ventana, confuso y


agarrándose con fuerza a las paredes sabiendo que no hay donde
hincar los dedos. Estas manos que son las asesinas, las culpables,
las que han escrito esta carta… las que me hicieron abrir las
ventanas, siguen incluso ahora sin saber lo que deben agarrar.

Este descontrol que no entiendo…estos ruidos en mi cabeza, no


me dejan elegir el mejor momento para dar un paso firme… solo
puedo pensar: si mis manos son mías, si mis pies son míos y mi

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cabeza es mía, si este cuerpo es el mío…. ¿Qué coño soy yo? Una
suma de posesiones orgánicas… y sin embargo nunca fui
materialista.

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EL TIEMPO PARA UN SUICIDA

El vacío es un inerte trozo del espacio en el que no existe ninguna


materia, ni siquiera el vacío es nada. Quiero no pensar, vaciar mi
mente pero se llena continuamente de ideas como si un flujo de
líquido se escurriese entre mis dedos. Uso mis manos, mis brazos,
todo lo que puedo para taparme la cabeza. ¡no quiero pensar!
Solo quiero caer.

Alguien me dice: “Perdón” “gracias” “te quiero” “ven conmigo”,


alguien que no está ahí, tan solo palabras que mi mente saca a la
luz para mostrarme lo que ya no podré oír. Nadie vendrá a esta
cornisa a pedirme perdón , de compañía solo silencio.

“Eres la persona mas especial que he conocido, ojalá estemos


juntos siempre” no, no oiré nada mas, tan solo el viento que
pulula por el exterior de este edificio tan alto y que me
acompañará hasta el suelo… hasta la puerta definitiva, y mis
malditas divagaciones.

He escuchado con claridad una frase directamente lanzada a mis


tímpanos desde el córtex cerebral: “Dime que eres alguien que no
encuentra su salida y teme escoger la errónea.” Y murmullo con
rabia, inclinando mi cuerpo hacia el vacío, mientras araño mi
nuca insistentemente: “La salida está en el suelo, está ahí abajo, se
dónde está… no hay mas, el resto de puertas son parte de una
ratonera”

Antes de poder darme cuenta ya estoy cayendo al vacío. La brisa


de las alturas fue mas valiente que yo y me dio el empujón que
me faltaba mientras apretaba mi cabeza con fuerza intentando
evitar la entrada de la conciencia. Pensé que la caída sería mucho
mas rápida pero sé que tardaré en morirme. Maldita sea, tardaré
en dejar esta vida. Quiero fallecer y olvidarlo todo, no quiero

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pasar por el dolor sino simplemente desaparecer como una
mosca en un parabrisas.

El tiempo se ha parado. Al fin y al cabo el tiempo no existe, tan


solo es una percepción subjetiva del paso de las cosas. Cuando
uno cae al vacío solo pasa una cosa, tienes pánico, no puedes
pensar en nada mas, por tanto el tiempo cambia. Nuestra
percepción del mismo cambia.

Por fin puedo dejar de pensar, ese flujo de ideas imparable se ha


quedado atrás. El miedo se ha afincado en todos mis poros.
Quizás no era buena idea lo de morir.

Pero son preguntas demasiado inútiles para realizarlas en este


momento…ahora sería mas apropiado preguntarse: ¿caeré de cara
o de cruz? Sea como sea la suerte está echada.

Vaya un momento para el humor negro… al fin y al cabo ya no


oiré mas chistes ni carcajadas, no veré mas sonrisas ni…
Susana… Susana… un escalofrío y de repente no puedo dejar de
mover las manos buscando algo a lo que agarrarme.

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SI MI VIDA ES MÍA…

Me revuelvo, intento volar, intento alargar mis brazos para


agarrarme a alguna ventana y es entonces cuando la velocidad de
mi caída se hace patente. Toda la sangre de MI cuerpo se dirige a
MI garganta, MIS ojos quieren escapar, siento frío mientras caigo
como un peso muerto y lo que deseo es sentir la temperatura tibia
de un abrazo.

Estamos atados por sensaciones físicas, por estímulos, por cosas


cuya naturaleza dista totalmente de lo espiritual. ¿Qué será de mi
cuando MI cuerpo desaparezca? MI memoria, MI inteligencia y
negatividad me hacen a MI… o ¿qué demonios soy? No puedo
comprender que nunca me lo planteara hasta ahora… ¿qué soy
aparte de cuerpo, de…células, tripas, sangre y masa encefálica?

Me cobijo en MI miedo, he de parar el tiempo como sea…


Susana… esa cara no se deja de plasmar en todas las ventanas que
pasan a gran velocidad. Joder, maldita sea, la velocidad no se
detiene, sigo cayendo como peso muerto. Todo lo que estaba
lejano ahora está cerca, la acera que seguramente destrozaré con
MIS dientes dice hola. La gente mira y grita, se aparta y sacan
fotos con sus móviles.

Grito desgarrando MIS cuerdas vocales sabiendo con toda


seguridad que será el último sonido que emitiré. Intento recordar
las razones por las cuales quise acabar con MI vida pero no
encuentro ninguna lo suficientemente buena como para dejar de
existir… ¿es posible que mi negatividad haya quedado en la
cornisa? Vale, pues ahora solo me hacen falta las alas.

Extiendo MI mano con fe, si me agarro a algún bordillo, a alguna


cornisa como aquella de la que salté…quizás pueda empezar de
nuevo. Error, la velocidad hace que el impacto sea brutal. MI
brazo ha quedado destrozado y MI cuerpo gira a toda velocidad

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sacando de mi cabeza todo atisbo de racionalidad. Me golpeo con
otras cornisas. Poco a poco me roban la vida y cuando llego al
suelo solo soy un trozo de carne licuada.

El momento llegó, estoy muerto.

MI vida está rota, MI vida está jodida pero si MI vida es mía,


¿Que soy yo?

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LA PUERTA CERRADA

Pensé que el dolor era otra cosa pero ahora que debería sentirlo
no lo siento. Veo un brazo caer al lado de mi cuerpo, ya no es
mío, ahora aterriza como un ser aparte. Sigo siendo la misma
persona aunque sin brazo, noto que mis costillas están rotas
aunque no las siento, posiblemente estén diseminadas por el
tórax. Las piernas están, están bastante torcidas y magulladas,
como si las hubiese atropellado un camión. Tengo un pie al lado
del hombro, nunca fui tan flexible… la cabeza está partida, lo sé,
fue increíble el sonido del impacto. Pero sigo siendo yo, solo que
no tengo nada. Mis posesiones están rotas.

Susana, solo te veo a ti, Susana. Acariciando mi piel en aquella


cama que teníamos en esa casa que terminé vendiendo. No sé por
qué tuve ganas de vivir cuando te recordé pues tu falleciste hace
dos años, quizás ahora pueda volver a verte. Creo que estoy
muerto, al menos no escucho mi corazón. Ya no es mío.

Silencio, la gente está callada mirándome. Algunos lloran, debe


ser por la impresión al verme desparramado sobre el asfalto.

Veo otro brazo, este no es mío. Maldita sea, joder. Caí sobre un
señor anciano. No estaba pensado, no puede ser, no soy un
asesino ¡solo soy un muerto! ¿Acaso este señor anciano era mi
conciencia? ¿Quizás la aplasté?¿ No volverá a hablarme? No sé si
esto sería una buena o una mala noticia.

Alguien viene corriendo hacia mí, no conozco a esta mujer,


parece preocupada.

Esto resulta duro para mí, la mujer empuja mi cuerpo como si


fuera una piedra, me aparta sin miramiento manchándose las
manos de sangre. Grita, está gritando por el señor. Oh, joder, soy

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un asesino. Ese pobre hombre no pudo elegir, maldita sea, y ni
siquiera estando muerto puedo librarme de la culpa.

La gente está agitada, se tapan los ojos y yo puedo ver mis


vísceras esparcidas por el suelo. No puedo cerrar los ojos, no
puedo parpadear…no estoy viendo por mis ojos… ahora mismo
no entiendo lo que pasa.

Yo soy una virtualidad, una sensación de poder elegir. Ahora soy


pensamiento pero no puedo entender lo que pasa… ¿qué ocurre
cuando estando muerto no mueres? ¿Qué pasa cuando vives sin
cuerpo? Yo no entiendo nada, solo sé que estando arriba he
llegado a la puerta y estaba cerrada.

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OLVIDAR, MORIR POCO A POCO

Recuerdo cuando era joven. Aún me resultaba sencillo sonreír y


realizar cosas que hoy por hoy serían autenticas proezas como
dejarme llevar por la música. En realidad aunque ahora quisiera
no podría bailar con este cuerpo destrozado hirviéndose sobre un
gran caldero de asfalto. De joven creía que el mar conectaba con
el cielo a lo lejos y me sentía emocionado al bañarme entre las
nubes. La razón acabó con mis sueños y mi realidad.

Aún puedo ver mi brazo desprendido, la gente lo mira con terror,


es más… algunos ya no miran. Apartan la mirada pero lo curioso
es que siguen ahí, atraídos por el olor del sufrimiento ajeno. Me
da por pensar que quizás los seres humanos somos carroñeros
pero hemos olvidado ese legado genético por las normas sociales.
No sería la primera vez que ocurre algo similar. Quizás algo les
dice en su interior “comete ese cadáver”

De cualquier modo agradezco que esta masa de personas no se


abalance a morder mi cuerpo y a tragar mi carne, mas que nada
por pudor. Me daría vergüenza que además de ser el espíritu
amargado de un suicida pudiese ser una comida nefasta.

No puedo cerrar los ojos y empieza a ser molesto no poder dejar


de ver mi cuerpo muerto.

Mis vísceras se extienden por el suelo, resulta difícil pensar que


estamos rellenos de eso. Todas esas cosas horribles en
funcionamiento son capaces de mover nuestro cuerpo, de
llevarnos por un ascensor hasta una cornisa, por ejemplo. No sé
cual de estos restos será mi estómago pero sea cual sea debe
contener un estupendo sándwich que tomé antes de tirarme. Sé
que como última cena deja mucho que desear, al fin y al cabo…
yo dejo mucho que desear.

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Debería estar muerto, es decir, no debería poder pensar… mi
cuerpo está destruido pero sigo vivo. Quizás dentro de poco deje
de poder hacerlo. De hecho empiezo a olvidar cosas como mi
propio nombre.

No puedo ver el cadáver del señor sobre el que me precipité,


quizás esté pasando por lo mismo que yo. Seguramente
preguntándose ¿Qué pasa? ¿Por qué puedo ver a mi nieta pero
no puedo moverme para decirle que no pasa nada?

Sé que no me puede escuchar pero yo pienso que le hablo. Decidí


terminar con mi vida por… joder… ahora mismo no sé por qué...
debió ser algo importante. ¿Lo decidí realmente? Lo siento señor,
no recuerdo por qué me tire de allí arriba, ahora mismo no sé ni
cómo llegué a la cima, si me tiré por una ventana o me lanzaron
desde la azotea…

No me lo puedo creer, empiezo a olvidar quien soy… ¿la muerte


es el olvido? Olvidar por tanto… ¿es parte del camino hacia la no
existencia? O quizás suponga poder superar el pasado… estando
muerto solo se me ocurre una palabra…una palabra que acabo de
olvidar.

Esta debe ser mi agonía. La muerte lenta que nadie esperaría al


caer de un edificio.

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UNA SÁBANA BLANCA

Alguien está apartando a la gente, se acercan unos policías y


aunque no puedo ver más que sus piernas, por su proximidad,
puedo adivinar su primera reacción. Uno de ellos da unos pasos
hacia detrás y vomita. El otro se queda paralizado viendo la
terrible escena. Supongo que es lo peor que han visto en sus
vidas.

A decir verdad, aunque empiezo a ver turbia mi propia vida, creo


que también es lo mas horrible que he visto. Mi cuerpo
destrozado, sin esperanzas de salvación. Y sobre todo, el hecho
de darle asco a tanta gente, es una pesadilla.

Uno de ellos me ha tapado con una manta, ahora solo puedo ver
el color blanco. Es una sensación liberadora pero opresiva, me
siento tan inútil sin poder hacer nada… pero al menos puede que
termine olvidando que mi cuerpo está destrozado.

Oigo, sigo escuchando. Ahora es todo lo que puedo hacer. Voces


de distinta índole, mujeres, hombres, jóvenes y viejos aliviados al
estar mi cuerpo tapado pero aún preocupados por la otra víctima.
Se preguntan entre ellos lo que pasó, que si alguien vio algo. Uno
de ellos dice:

- Si, yo estaba en la tienda trabajando y vi como ese tipo se


precipitó desde lo alto del edificio. Creo que es un suicida, no lo
sé. Fue horrible, cayó sobre el peatón que está allí tendido y…
mierda. ¡es una desgracia horrible!

La voces se confunden, todos hablan a la vez tras la información


dada. Un suicida… ¿es eso lo que soy? Algo debió pasarme para
haberme querido matar pero no puedo recordar, solo sé que
acabé con la vida de un peatón inocente.

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“¡Apártense, por favor! Dejen espacio para la ambulancia” El que
dice esto debe ser el que vomitó, lo juraría por su voz temblorosa
y compungida.

Blanco, odio el blanco y odio las voces. Quiero que todo pare ya,
no puedo luchar más contra estos sentimientos pero no puedo
gritar, no puedo quejarme ni pedir perdón por haberme matado
de esta forma. Estos ojos que no se cierran y esta realidad que no
puedo cambiar, sobre la que no puedo decidir… este olvido que
me corroe el alma… no puede ser real, es como un sueño, un mal
sueño.

Pasos a mi alrededor, el blanco de la manta se oscurece y empiezo


a ver movimiento si bien no lo siento. Están trasladando mi
cuerpo, eso creo. Un gran silencio se produce justo antes de un
golpe seco, el sonido de un coche empieza a sonar y una alarma
machaca sin cesar. Las voces de unas personas comentan mi mal
estado, sienten asco, no se atreven a levantar la manta. Uno de
ellos intenta desdramatizar hablando de otros temas. Creo que no
tienen relación conmigo pero nunca lo sabré, la alarma está muy
alta para mi gusto.

Mi nombre, no recuerdo mi nombre. Ahora no sé quien soy, es


algo que me confunde y me pone aún más nervioso. Si pudiese
cambiar el pasado estoy seguro que hay algo que podría
mejorar… ¿Cómo fui tan idiota como para pensar que la muerte
era una solución? La muerte no dará continuidad a mi yo, lo está
destruyendo… merezco la muerte por mi estupidez. Creo que
puedo mover la cabeza ¡Si! ¡Puedo mirar un poco a mi alrededor!
No es posible, los de la ambulancia se darían cuenta…sigo sin
poder parpadear y no noto el tacto de la manta… ¿entonces
cómo me muevo? Me siento agotado y eso que mi cuerpo no
puede sentir…

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Recuerdo una frase inconexa que no sé que puede significar para
mí: “La ventana es un buen lugar para escapar, los rascacielos
perfectas tentaciones para el cobarde.” Y yo debo ser uno que no
sabe a dónde llevan su cadáver.

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LA CRUELDAD DEL RECUERDO OLVIDADO

Vienen a mi debilitada mente imágenes que seguramente no


podré volver a ver, sonidos que no podré volver a escuchar…
por encima de este color blanco, que es el único que puedo
atisbar, hay un paseo lleno de hojas secas… mas allá de la sirena
de la ambulancia un viento acaricia mis oídos.

En realidad es una ligera brisa, como las mejores palabras de


cariño… algo que te rodea y te hace sentir bien. Yo, sea quien
sea, camino por esa gran avenida otoñal, mis zapatos… puedo
verlos por debajo de mis pantalones y mi chaqueta larga, son
negros y terminados en punta, me gustan.

Sale vaho de mi boca pero resulta tan agradable el paseo que el


frío no parece molestarme. Siento el frío, oigo la brisa, veo el
paseo…estoy ahí. Puede que todo haya sido un sueño. ¿La vida
es esto? Es preciosa. Pero sigo sin recordar mi nombre… sea
como sea si esto es la vida no quiero morir nunca. Miro mis
manos, la derecha tiene un guante negro de cuero…la
izquierda… me falta.
El ruido de un golpe me devuelve al color blanco de la sábana.
Rápidamente soy liberado de ese color tan incómodo y dejo de
oír la brisa para ver mi cuerpo destrozado encima de una camilla
en un cuarto lleno de cadáveres que, como yo, están tapados con
telas blancas. Dos personas me miran con asco mientras sujetan
la sábana que me cubría.

La realidad es que no podré caminar más por una avenida… no


sé qué será de mí ahora.

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¿QUÉ ES UN ÁRBOL?

- Mira, este nos acaba de llegar. Se tiró de un rascacielos e


impactó sobre un peatón. Me dijeron antes que el otro
tipo también murió aunque no fue al instante, nos lo
traerán desde el hospital en breve.
- Está hecho una mierda, joder. Mira eso… por dios. ¿Y
el brazo izquierdo?
- Un poco de seriedad, anda. Bueno, el brazo se le
desprendió por un golpe con una cornisa durante la
caída, por eso tiene prácticamente todos los huesos
rotos, además de por el impacto contra el suelo, claro.
- Ya imagino…
- La policía se quedó con el brazo, suena gore ¿verdad?
Le mirarán las huellas dactilares para reconocer quien es
y avisar a la familia. No lleva identificación y su
cara…ni un experto en puzzles podría resolver esto.
Otro caso de Plavai ¿no, querido amigo? Jaja, otra
victima de la desmembración…en este caso literal. –
No sé de qué hablan pero las ultimas palabras ha
causado un silencio entre estas personas.

Quizás estos tipos que hablan de mí como si fuese un embutido


me recuerden el nombre que tengo cuando la policía lo sepa. Si
bien no sé que utilidad podría tener eso ahora.
Duro me resulta pensar que mi rostro desconocido está
desfigurado antes de poder verlo… aunque tampoco sé de qué
podría valerme.

Mi alma se va poco a poco como una puta aspirina efervescente.


Se me plantea una duda que creo que ya he tenido…si mi alma es
mía… entonces yo… ¿qué demonios soy? Siento como si mi
cuerpo no estuviera ahí, como si lo que soy estuviese escapando
lentamente hacia lo desconocido, el olvido. ¿De quién es este
cuerpo destrozado que tengo delante?

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Hojas de otoño que caen muertas… pero el árbol no es un
conjunto de hojas… cuando podas un árbol no lo
matas…cuando lo talas aún puede renacer… y sin embargo árbol
no es la raíz ni el tallo ni las hojas… ¿qué es un árbol?

Creo que tristemente todo se resume con un inmenso silencio.

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MUERO COMO UNA HOJA SIN ÁRBOL

Entra en el cuarto una nueva camilla, una mujer muerta con el


torso desnudo, cosa extraña entre tanto cadáver escondido bajo
mantas.

Pronto vuelvo a estar rodeado del color blanco, donde por cierto
han aparecido manchas rojas, supongo que de mi propia sangre.
Mi última visión ha sido el desagradable rostro quemado de una
de las personas que estaba en la habitación. Tenía la mitad de la
cara desfigurada. Me revuelvo, me niego a estar así, noto que me
muevo. No es mi cabeza pero es algo. Mi visión se eleva y pronto
veo por encima de la sábana. Oigo también con perfecta nitidez unos pasos
que se alejan. Si cabía alguna duda, ahora es oficial, estoy muerto… o
debería.

Tengo miedo, siento un inmenso vacío y mi esencia parece disiparse aún más.
No quiero morir, no puedo aunque ya lo esté… no sé por qué pero no
puedo… Es extraño, veo en todas direcciones, es como si me
estiraran la cara y los ojos estallaran dejándome ciego pero a la
vez capaz de verlo todo. Mi oído escucha todo pero el todo es
demasiado confuso.

Esa mujer en la camilla… los hombres del cuarto se acercan a ella


y el señor que la trajo comenta con ironía: “¿Qué? Jajaja ¿A que
preferiríais que estuviese viva?” Puedo escucharlo con dificultad
entre tantos sonidos diferentes, me confunde tanto ruido, hay
risas en la habitación y una frase entrecortada “Ojalá tuviera yo
una así” tras lo cual el de la cara quemada recrimina: Tómate un
poco mas en serio todo esto ¿vale?

Es posible, si, es posible que estos trabajadores tan poco


respetuosos sepan realmente lo que es la vida… una mierda
pasajera… por eso será que no muestran respeto por la

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muerte…se acostumbraron a ella igual que espero poder
hacerlo… ojalá sea rápido.

¡Susana! ¿Qué significa este nombre para mí? ¿Qué es esto que
me ha venido a la cabeza? ¿Es amor? ¿Es pena? ¿Es dolor?

Puede que realmente un árbol sea la raíz y de ahí surja todo…


ahora que no tengo raíz no puedo volver a vivir. Solo me queda la
oxidación, el fallecimiento que como en una planta se produce
lentamente.

No tengo ni manos ni piernas, ni cara ni espalda, pero tengo un


recuerdo…solo un nombre…el de Susana.

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CUANDO SALTAS YA ESTÁS MUERTO

Como una hoja seca en un paseo otoñal, me vuelvo marrón y


luego gris…finalmente mi cuerpo será polvo. No puedo centrar
mi mente en un solo hecho, no puedo ver solo una cosa a no ser
que la imagine… ahora la imaginación es mi arma mas poderosa.

Puedo trasladarme a cualquier lugar con solo imaginarlo,


cualquier cosa es mejor que la realidad. Si me dejo llevar pronto
olvidaré que estoy muerto, quizás eso sea lo que necesito. Olvidar
a Susana, esa persona que ahora es desconocida por la que quizás
estoy muerto…

Cuando no puedes elegir sobre tu cuerpo, lo que te queda es la


imaginación…estés vivo o muerto. Evadirte, imaginarte otra vida.

Resulta agobiante saber que mientras viajas e imaginas, mueres.


Que no sabes lo que pasará mientras, que quizás te apagues
lentamente. Puede que eso no se aleje tanto de lo que tenemos en
vida. Claro que sabiéndote ya muerto te preguntas ¿ahora
desapareceré para siempre?

¿Morir en un sueño es mejor que morir en la realidad o es lo


mismo? Vamos a morir igual, dicen.

Veo una playa mientras el día se duerme poco a poco…el sol


saldrá al día siguiente… muere y nace todos los días… cuando
ves marchar al sol piensas “volverá por el otro lado del mundo”
pero cuando se va la vida… piensas “no volverá a ser lo mismo”.

He olvidado dónde estoy y lo que soy, tan solo me extraña no


tener cuerpo, volar como una partícula de aire… la soledad y a la
vez la libertad absoluta de una hoja seca que vuela sin
preocupación pues la suerte ya está echada.

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EL CICLO

Entre el frío y el calor, los desiertos y los bosques…las piedras y


los mares, hay vida. Esa simple chispa de electricidad que nos
convirtió en seres vivos, ese aliento que nos dio nuestra
independencia como seres cuando respiramos por primera vez.
Vida es lo que comes, lo que respiras, todo lo que te rodea. Sin
eso no seriamos nada.

Aunque muertos siempre estamos en el mismo ciclo, nos comen,


nos respiran, nos beben… la muerte es un concepto equivoco y
aunque parezca extraño, en el tarot se dice claro, la carta de la
muerte significa cambio. Cambio de estado, de tener conciencia a
vivir sin ella. De poder elegir a no tener la necesidad de hacerlo.

Ahora que estoy muerto lo sé. Desconozco por qué acabó mi


vida, no sé si esta tuvo sentido. Solo sé que estos pensamientos
han sido producto físico de un cerebro en oxidación, de un
cuerpo en descomposición que se negaba a callar, alma
atormentada. Yo soy cuerpo, como materia soy infinitamente
transformable.

No muero pero pierdo mi recuerdo, mi decisión, mi yo mismo.


Ya no puedo ver ni escuchar, como imaginaba, todo se resumen
con un gran silencio.
No hay nombres para recordar, no hay momentos en los que
recrearse…no hay nada, solo un deseo de seguir pensando y una
voz interior que te dice: “ya no hay de qué hablar, ya no hay con
quien…”

Quedará una camilla en un cuarto con un cuerpo destrozado…


una entre tantos cuerpos muertos. Y la vida seguirá, seguirá
confundiendo a los vivos, maltratándolos, amándolos y
matándolos… todas las noches tendrán un pensamiento: “¿qué es
la muerte?”

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Y la temerán porque no conocen una forma de vivir sin dudas.
Yo empiezo a conocerla pero nadie puede escucharme.

Digo adiós a mi lucha, quiero ser lo que nunca fui, una hoja
llevada por el viento, sin árbol. Sin raíces que me aten a la prisión
del pensamiento consciente.

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CAPITULO 2 - HISTORIA DE ÁNGELES

34
Un día antes del suicidio

LUZ EN LA ROPA.

Todos los días del señor veo caer en las garras de la muerte a
seres maravillosos y desconocidos. Día tras día escucho el llanto
de nuevos entes que entran en el mundo.
Estoy en la antesala, en el límite entre la vida y la muerte, a veces
como un mero espectador, otras veces, como un salvador que
hace milagros.

Mi bata es blanca, mi piel es negra, mi corazón es rojo, rojo como


la sangre infectada de drogadictos y como la limpia y pura de los
recién nacidos. Blanca la bata… verde el pijama, como la
esperanza.

Por salvar o ver marchar a gente hago muchos sacrificios, aparto


mi vida a un lado. A veces pienso si soy yo el que necesita que le
salven la vida.

La gente se cree que todo lo que hago lo realizo con seguridad


pero muchas veces hay q jugársela… todo sea por la vida.

No estoy casado, no tengo hijos… bueno, mi esposa es la vida,


mis hijos eran las personas que salían de aquí curadas y también
aquellos que no salían bien… incluso tenía hijos que morían a
diario… con el tiempo se convierte en rutina; intentas no pensar
en la gente como en hijos, piensas en cáncer, sida, úlceras…
Perder muchos hijos resulta doloroso. La enfermedad es mi
enemigo, aunque yo siempre intenté no llevarme nunca mal con
nadie… Hay veces que pienso que ojalá fuese capaz de curar
todas las enfermedades pero justo cuando pienso eso me doy
cuenta de que la mayor enfermedad del mundo es la falta de
amor.

35
Podría solucionarlo fácilmente si saliese a la calle bailando y
abrazando a cada una de las personas q me encuentro
metiéndome en su vida y dándolo todo para hacerles reír. Si,
suena fácil, total, solo somos unos pocos miles de millones en
toda esta esfera azul sin importancia. El principal problema es
que no pagan por eso, sino, estaría encantado de vivir con ese
trabajo. O no… seguramente no.

Ahora pienso porque estoy en mi día libre, sino no creo que


estuviese pensando estas tonterías. Vaya, el techo está sucio.
Quizás debería hacer algo en vez de estar aquí tumbado y
malgastando mi libertad. Lo malo de las personas como yo es que
no saben ser libres porque pasan mucho tiempo encerradas.
Algunos incluso dejan sus días libres por el hospital.

Debe ser que los ángeles no saben quitarse las alas.

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PARQUE
Bueno…me acabo de dar cuenta de que mi piel no es negra ¡es
marrón oscura! Vaya, lo que hace el aburrimiento… si lo llego a
saberlo antes no habría soportado que los racistas me llamasen
negro de mierda. Podría decirles: Disculpe señor, pero dos cosas:
a) la mierda por lo habitual no es negra, a no ser que su mierda
esconda sangre…y no quiero meterme en las causas del posible
desgarro anal que se lo habrá provocado. b) lo correcto sería
llamarme marrón mierda, que a todos efectos es mas realista.

Si, así me sentiría mejor, o no. “Yo quiero un doctor de verdad,


no un mono de mierda” Me gusta esa manía de la gente de
hacerlo todo de mierda. Este país es muy extraño, muy racista,
pero podría ser peor. Podrían obligarme a llevar bata negra y a
llamarme arcángel de la muerte infernal. Así seguro que nadie me
contrataría.

Estoy en un parque y todas estas cosas no me dejan verlo y


disfrutarlo. Ayer aquel hombre se negó a que le atendiera por el
simple hecho de que mi piel era negra. Bueno, es marrón, lo
descubrí hace nada. Como médico me cuesta entender lo que
hizo pensar a ese hombre que el contacto conmigo era
perjudicial.
¿Qué le pasa a la gente de este país? Quizás debería agradecerle al
tipo que dijo esas cosas por causarme el estrés que me ha traído a
este parque. Intento no tomarme estas cosas en serio, pero hay
momentos en los que uno no puede evitar la rabia.

Mi puño negro aterrizó en una pista blanquita como la leche, si


bien luego tornó a roja… creo que luego se volverá negra, o mas
bien morada. Bonita paradoja.

Pero no es correcto, mi labor es curar, no golpear. Si alguien no


quiere ser atendido, lo correcto es irme y llamar a otro médico.
Debo respetar incluso a los idiotas irrespetuosos. Es lo que

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tenemos los ángeles, sabemos lo que deberíamos hacer pero lo
que nos convierte en adorables es que en algunas ocasiones
rompemos la baraja.

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CUANDO SE REGRESA A LA JAULA

Ante mí está la gran jaula. Dentro corren como locos un puñado


de personas con batas blancas, no me hace falta verlo.
Seguramente ahora esté muriendo alguien que sufrió un accidente
de tráfico, en maternidad alguna madre le da el pecho a su hijo.
Desde lejos se ve mas claro que nunca, en ese edificio está lo
mejor y lo peor de cada casa.

Un edificio grande, cierto…pero con tantas historias dentro que


se asemeja mas a un planeta de locos.
Hay cola en esta carretera, se ve que hoy el ángel negro llegará un
poco tarde.

Recuerdo cuando estaba de prácticas y pensaba que no podría


asumir la responsabilidad. Veía a un niño herido gravemente y
sentía lo que debe sentir cualquier persona.
La llamada de anoche estuvo simpática, a partir de hoy seré el
médico de una ambulancia por tiempo indefinido. La imagen del
hospital debió ser herida por aquel puñetazo al racista. Mientras
se piensan qué hacer y esperan que el hombre no denuncie, me
veré en una jaula móvil sin mi bata blanca.

¿Es más libre el pájaro si sacas la jaula al parque?

Todas estas retenciones de tráfico… ya veo por qué son, veo un


coche que impactó con otro, todos parecen estar bien. La policía
está con ellos. Han tenido suerte, el ángel negro pasó rozando. Y
ahora va a una jaula, bonita imagen.

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SANGRE

Mi primer servicio en la ambulancia. Una llamada que no se hizo


esperar.
Llegué tarde pero según parece alguien estaba esperándome para
tirarse de un edificio. Estos pingüinos, creen que pueden volar…
En fin, manos a la obra. Me resulta extraño tener que esperar a
llegar a la zona donde espera el paciente, las distancias en el
hospital son ligeramente inferiores a esta… es como si… como
si…eso. Como si estuviese en una ambulancia a toda leche
saltándose semáforos, algo parecido a los pasillos llenos de
camillas y personas esperando ser atendidas.
Miro al frente, todos los coches se apartan rápidamente, parece
incluso peligroso. Hagan paso, cuando tengan un accidente ya
nos pararemos. Increíble, desde hace no mucho mi humor se ha
vuelto algo negro… mmm, quizás sea marrón.

Creo que esto de la ambulancia tiene su lado divertido, empiezo a


tener ganas de ponerme al volante para cometer locuras… ¡vaya
tirón de cuello! El muy bruto del conductor acaba de pegar un
frenazo tremendo, no sabía que eso también se incluía con el
paquete de conducción temeraria. Incluso me imaginaría mas un
derrape antes de un freno en seco.
- Vamos doctor, con prisa, es bastante grave. – El chofer,
casi me mata y quiere que me baje de un salto de la
ambulancia.
- Creí que lo tuyo era traer al doctor, no matarlo... mas
que nada digo para ahorrar llamar a otra ambulancia –
Espero que haya pillado el sarcasmo. De momento me
mira con desesperación y sale corriendo. No parece
momento para demostrar que mi sangre es fría.

Voy detrás con cierta prisa, creo que es hora de salvar a alguien y
yo no estoy hecho para esto de las urgencias en la calle. El

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edificio es altísimo ¿quién pensó que hacía falta un médico para el
que se tiró desde ahí?
Hay una marabunta de gente rodeando la escena, siempre me
resultó curioso nuestro apetito por el dolor ajeno. Se apartan ante
los golpes de mis auxiliares, no obstante yo tengo que empujar de
nuevo para pasar, pues la masa de gente se reorganiza
rápidamente. No quieren perder su butaca.
La escena está acordonada, se han dado prisa. Una mujer llora
desesperadamente al otro lado del cordón policial, es sujetada por
agentes.

Veo, veo ¿quién es? Una sábana blanca, un vómito y un hombre


tumbado rodeado de enfermeros. Debería posicionarme con los
enfermeros pero primero levanto la sábana blanca. Es lo que nos
hace adorables a los ángeles, a veces… rompemos la baraja.

Nunca había visto a un ser humano en este estado. Me revuelve


el alma y me extrae lágrimas invisibles. Este pingüino no pudo
volar y ahora está jodido. Es la peor imagen que he visto en mi
corta vida como médico, no solo porque le falte un brazo sino
porque su cuerpo ha perdido la consistencia, sus huesos están
rotos, dudo que alguno se salvara.

Voy corriendo a por el otro sujeto, me están informando de los


datos que conocen o han obtenido. El pingüino se precipitó
sobre este pobre peatón. Quizás pueda salvarlo, aún respira pero
para eso debo tomar decisiones, desconectar. Me dicen que se
llama Lázaro… pues voy a salvarte la vida.
Adiós yo mismo, hablamos luego, es hora de trabajar.

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C.J.D

Sofá, papas fritas, pijama, poca luz y televisión. Noche y


cansancio. Debería estar durmiendo pero estoy tumbado en el
salón. Pude salvar al señor que había sido aplastado por el suicida,
ahora mismo no quiero pensar ni cómo fue. Intento no traerme
trabajo a casa. Me siento satisfecho de haber salvado una vida que
parecía perdida. Al ver el cuerpo del suicida no pensé que el otro
tipo pudiese estar mejor.
Finalmente el señor Lázaro podrá vivir… pero no podrá caminar.

Es de esos finales agridulces, le salvas la vida a alguien y a la vez


te ves obligado a decirle que su vida nunca será igual. Esta vez
fueron unos enfermeros los encargados de dar la noticia.

Para mis sentimientos de culpabilidad y alegría entremezcladas


tengo papas fritas, para Lázaro no me queda nada. El resto del día
fue tranquilo, este caso nos ocupó muchas horas, tantas que no
hubo resto del día.

En la televisión comienzan las noticias, los titulares nunca han


sido alentadores pero desde que las noticias se han empeñado en
ser fábricas de publicidad y conocen la necesidad de lograr
audiencia se han olvidado de informar sobre las cosas crudas que
pasan. Cada vez se parece más a videos de accidentes domésticos,
deportes y humor, con ligeros retazos de realidad.

Hoy sin embargo, el día en el que necesitaba escuchar sus datos


sin importancia, ponen en los titulares un video grabado por
móvil en el que se produce el suicidio que dejó paralítico a
Lázaro. Ahora que lo pienso no deja de ser un video casero, un
muerto, mientras en otros lugares mueren cientos por injusticias.

Según las noticias el muerto se llama C.J.D , solo dan las iniciales,
por supuesto. Querido C.J.D, si supieras que ibas a joder la vida

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de una persona ¿te habrías tirado? ¿O eras tan egoísta que te daba
igual? No sé lo que te llevaría a suicidarte pero como muerto
dejas mucho que desear.

Si las primeras impresiones son las que cuentan, su cuerpo


destrozado no me ha hecho cogerle mucha simpatía a C.J . La
verdad es que había olvidado la imagen de su cuerpo. Su cráneo
roto sobre la acera. Horrible.

Dicen en las noticias que encontraron una nota junto al cadáver


que decía: “Susana, no puedo soportar la realidad.”

Cama, grasa en las manos, pijama, oscuridad y silencio.

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SUEÑO

Pocas personas saben lo que se siente al mirar a la cara de la nada,


a dos agujeros petrificantes de pícara silueta. Pocas personas,
repito, han mirado tus ojos como yo los veo... me dan un poco de
miedo. Tras esa oscuridad atenta se esconde un pensamiento
oculto, no puedo verlo pero tus labios lo comunican con un nudo
que bien podría ser eterno. Parece que por todos lados desborda
el universo, en tu pelo negro, en tus ojos, en tus sueños
despiertos, en tus manos suaves y tu respiración plagada de
estrellas.
Hablo de tú porque aunque no estás te tengo presente como un
hada en mi consciente. Camino y no puedo acercarme a ti pero a
cada paso nuevo suena un caminar que me acompaña, no hay
más pies pero creo que me sigues. Miro atrás y no hay nada. ¿Por
qué tu cuerpo, tan lleno de suavidad y ternura, huye de mí tras
esquinas invisibles en esta ciudad en cuesta donde tanto cuesta
correr tras los recuerdos? Pocas veces eres real, eso es lo cierto...
pero cuando apareces le gritaría al cielo por tratar de engañarme:
¡Tú eres un falso manto de destellos! El universo está a mi lado.
Tú solo eres un pedazo de color negro.

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ENCONTRANDO A LOS HIJOS

Lázaro está acostado, llorando. Lo puedo ver desde el pasillo.


Está solo, mirando de vez en cuando el cielo por la ventana que
está al lado suyo. Una punzada de humanidad me dice que debo
entrar aunque debería ir a la zona de la ambulancia donde me han
dicho que tengo que permanecer, si bien prefiero dar vueltas y
esperar a que me llamen, mi lugar está en los pasillos. Un racista
no me va a alejar de mi sueño.

Entro en la habitación, la otra cama del cuarto está vacía. El


señor triste. Aún debe estar intentando hacerse a la idea de su
nueva condición.

Se percata de mi presencia y mira a mis pies. Baja su mirada


como si estuviese avergonzado por algo. No soporto tal actitud y
me aproximo no sin antes mirar a mis espaldas para asegurarme
que nadie me critica y chismorrea. Lázaro me pregunta:

- Eres el de la ambulancia ¿verdad?


- Si, no es lo que suelo ser, pero ese era yo. Estuve
muchas horas en quirófano también, soy cirujano
especializado en traumatología. Lázaro, te vi llorar, no
debes hundirte ahora.
- ¿Cómo te llamas?
- Me llamo David Umbume
- Doctor Umbume ¿sabe lo que pasa? ¿Por lo que lloro
ahora? Me dijeron su mensaje.
- ¿Cuál? – Me ha pillado un poco fuera de juego.
- Que no podría volver a andar. Que ahora soy paralítico.
– Le noto compungido al decir esto. Llora pero intenta
parecer que no siente nada, no lo logra. Debí suponer
que era ese mi mensaje… quizás no quería decirlo tan
explícito.

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- Eso es cierto. Piense que ahora podría estar muerto,
hemos hecho lo que hemos podido.
- El problema, doctor, es que no puedo soportar la
realidad – Esta frase, es la misma que escribió el suicida.
Me ha golpeado el corazón. No quiero pensar que este
hombre pueda pensar en el mismo final que C.J. Lázaro
sigue hablándome – No puedo imaginarme toda la vida
en una silla de ruedas, sin poder caminar, dependiendo
de otras personas.
- Lo cierto, señor, es que todos dependemos de los
demás, es cuestión de medidas y de acostumbrarse a
una nueva situación. Y usted no es sus piernas, no deje
que el hecho de no poder moverlas haga que el resto se
paralice también. Usted es mucho mas que dos
extremidades, y no se lo digo solo desde el punto de
vista médico. Se lo digo como persona, usted no es sus
piernas. No deje que esto le hunda. Está vivo como
hace una semana. – El hombre me mira a los ojos
fijamente, creo que necesitaba escuchar lo que dije. Es
como si hubiese dicho sus propias palabras contenidas
bajo el llanto. Mira al cielo por la ventana.
- Aquel hombre sabía que no podía volar y se tiró al
vacío.
- Fue un cobarde.
- O puede que fuese valiente, pero fue idiota. – Me mira
otra vez, me está sorprendiendo el poder de su
presencia. – Lo asumiré, doctor. Es cuestión de tiempo.
- Comprendo. Si necesita algo, estaré por aquí cerca. Solo
hágame llamar y vendré.

Y debería salir de la habitación y pensar en estar listo para la


siguiente emergencia, olvidando lo pasado y viviendo lo futuro.
Debería tomar un café con los otros médicos y hablar sobre
tumores, quizás sobre racismo y mi problema personal. Sobre
enfermedades, que son mi enemigo. Debería alejarme de aquel
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cuarto y pensar en las otras quinientas habitaciones. O pensar en
salir de aquel edificio y volver a mi sofá con mis papas fritas…
pero no. Me doy la vuelta y me acerco a Lázaro. Me mira
sorprendido, busca en mis ojos la causa de mi aproximación
cuando ya me había despedido.

Me inclino y beso su frente, como a un hijo. Y siento pena y


siento alegría. Él seguramente solo siente duda, pero al verle está
llorando y sonríe quizás pasmado por tal acto sorpresivo y
porque me saca unos cuantos años. Le digo: - La vida aún le
depara muchas sorpresas agradables. – Sonrío y me voy.

Es lo que nos hace adorables a los ángeles, a veces rompemos la


baraja.

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CAPITULO 3. EL POLICIA

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Dos años antes del suicidio de C.J.D
CADA MAÑANA

Llevo tiempo pensando que mis heridas son causadas por la ley y
que todo lo que me rodea es pena o gracia dependiendo de un
papel dictado por jueces. Un gran fallo pensar que las leyes son
caminos pues son cadenas invisibles que atan suave… quien no
las ve no se siente atado y sale corriendo…y quien siente las
cadenas lucha por su libertad.
Estoy ahí, en medio de la ley y la libertad, intentando que los
buenos no maten a los malos y a la vez logrando que el mal no se
haga fuerte… es duro atar con cuerdas invisibles a quienes no
pueden verlas… y mas difícil resulta esos días en los que ni uno
mismo es capaz de distinguirlas.

¿Cómo confiar en alguien cuando ves que tanta gente es mala y


corrupta? Y ¿Qué es el mal? ¿Qué es el bien? ¿Qué soy yo? ¿Y
para quién?

Soledad es mi apodo. Apodado así por los cojines de mi cama


que cansados dicen todos los días: “joder, levanta.” Mis ojos se
abren y salto, la soledad me pega en la cara. Veo una habitación
llena de mierda, luz ausente y huelo mi cuerpo podrido.

Soy policía, de esos que llaman vocacionales. (Y


consecutivamente desencantados.) Todos los días promulgo el
estado de bienestar y sin embargo mi propia vida está sumida en
un malestar cronificado, o eso creo cuando duermo.

Abro las ventanas y la luz impacta como un balazo en mi frente,


el bien, el mal… la vida sin juicios, sin maldad… la luz que
purifica y afeita mi barba cada mañana, ahí está el mundo,
brillando.

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Una llamada, han encontrado a una niña muerta y he de ir a la
escena del crimen. La luz sigue brillando pero me quedo
congelando pensando si no será todo una tremenda hipocresía.

Susana… odio que me digan el nombre de las víctimas y más aún


cuando se trata de niños.

El vínculo es la semilla del dolor… y conocer muertos no es más


que una putada.

Todo cobra sentido cuando uno piensa en las primeras palabras


de Dios a las personas: “Creced y multiplicaos y poblad la tierra.
Que teman y tiemblen ante vosotros todos los animales de la
tierra, y todas la aves del cielo, y todo cuanto se mueve sobre la
tierra”… creo que seguimos haciéndole caso aunque nos
expulsara de ese “paraíso”.

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NO ME HABLES DE JUSTICIA

Mi coche en marcha rumbo al cadáver de una niña inocente. No


es justo, este mundo está lleno de escoria, de basura, de asesinos e
hijos de puta. Pero represento a la ley, a lo justo… es una
sensación terrible…pensar que las cuerdas invisibles de la justicia
me atan a mí más que a nadie… que no se puede luchar contra
personas que ni comprenden ni respetan las normas. Si yo me
atengo a normas…joder, si no fuese a más de 120 kilómetros por
hora en autopista nunca podría atrapar a un delincuente fugado.

Pero represento a la ley, a lo justo…

Si encontramos al cabrón que mató a la niña yo tendré que


cogerle del brazo, leerle sus derechos y protegerle de las
agresiones externas. Tiene suerte… sin la ley que despreció sería
víctima de los mismos actos que realizó.
No tengo ganas de poner la sirena, prefiero que los vecinos
piensen que todo está bien. No quiero que el sonido de esta
alarma se convierta en pan de todos los días. “Cariño, debemos
insonorizar las ventanas, las sirenas de policías empiezan a
impedirme oír los comentarios de la liga”. De cualquier forma es
probable que algún día, sin comerlo sin beberlo, se encuentren
con la realidad de cara.

Creo que me levanté negativo… claro que una niña muerta no es


de esas cosas que hagan sonreír.
Susana…Susana… su nombre me suena tierno. Sus padres sí que
deben tener una mala mañana. ¿Cómo habrá sucedido?

51
EL MURO

Estoy frente a una manta blanca. La escena me resultaría familiar


si no fuese porque el bulto que hay debajo es más pequeño de lo
habitual. Es la primera niña que veo muerta. Si tuviese otra
profesión esto me habría enriquecido como profesional… siendo
policía solo me crea un nudo de angustia y rabia. Intento verlo
como trabajo, como un objeto roto.

A mi alrededor los otros compañeros deben estar intentando lo


mismo. Todos lo ocultan perfectamente. Bromean y caminan de
un lado para otro recogiendo pruebas y haciendo informes.

“¿Dónde están sus padres?” Pregunto al aire. Nadie responde, los


esfuerzos de todos por evadirse de la cruda realidad les han
debido volver sordos. Repito la pregunta alzando mi voz.
“¿Dónde están sus padres?” Creo que me tembló el timbre de
voz, algunos compañeros me miran con comprensión. Hacía
mucho tiempo que no mostraba mi fragilidad, aún siendo de una
forma tan sutil.

La ley es firme, aquellos que luchamos por ella tan solo debemos
parecerlo.

Un compañero se apresuró a contestarme con voz imparcial y


casi robótica.

- Al padre le encontraron en estado de shock… lo


tenemos con un psicólogo y atención médica. En
cuanto se recupere podremos interrogarle. Los vecinos
no escucharon nada pero vieron salir a la madre. Cogió
su coche y se fue… paradero desconocido.
- Preferiría levantar la sábana, dime ¿qué le ocurrió? –
Pregunto desde mi burbuja mental.

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- La niña fue encontrada con… joder … – El muro de
imparcialidad que levantó el agente se acaba de caer
ante mis ojos. Creo que es mejor dejarle tranquilo.

Cuando yo era pequeño corría por el parque con mis padres, ellos
me bañaban, me perfumaban, me calentaban ante el frío, me
alimentaban… imagino lo horrible que debe ser para un niño
sentir la traición inimaginable de una madre. La confusión que se
debe experimentar mientras se escupen los últimos alientos de
vida. ¿Cómo puede una madre hacer esto? Al menos por lo que
me contó mi compañero, así parece el asunto…
Cojo uno de los informes que hay sobre una mesa de la
habitación, un salón algo cutre, por cierto.

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INFORMES, PAPELES, NOVELAS

Informes, un invento maravilloso para deshumanizar la


información y hacerla parecer más fiable y objetiva. He escrito
cientos de estos papeles y siempre he sido sincero, como si la
hoja fuese un detector de mentiras capaz de hacer sonar una
alarma si no soy sincero. Todo hay que decirlo, también he
encontrado a compañeros con mucha imaginación e inquietudes
literarias.
Aquí dice que la niña de 4 años, identificada por su padre como
Susana (y así se ha comprobado) fue hallada anoche en esta
habitación con marcas en el cuello que evidencian un
ahorcamiento manual. No se produjo ruptura cervical aparente, la
muerte parece producto de asfixia a esperas del análisis forense.
La cuerda con la que se realizó el crimen fue encontrada junto al
cuerpo. El texto también habla sobre evidencias físicas de la
presión ejercida sobre su cuello, el color de su cara, sus
ojos…detalles que procuro evitar en este momento. Aquí sigue,
dice que el padre fue encontrado en la entrada de la habitación
tirado en el suelo llorando y en estado de shock ( no sé si el que
redactó esto se habrá tomado alguna libertad creativa pero creo
que voy a creer lo que dice) . No se descarta que él haya sido el
asesino pero no es la hipótesis mas probable dada la desaparición
de la madre.

Informes… capaces de levantar una sábana y de desenterrar a un


muerto sin necesidad de tocar nada. Estos están incompletos, son
datos preliminares, recabados en el momento.

Por la ventana entra un reflejo verduzco. El césped brilla como si


tuviese luz propia, el sol anaranjado sigue trepando por las nubes,
el cielo presenta cientos de colores pastel. Yo, apoyado en la
ventana, soy un espejo mas sobre el que rebota la belleza que me
rodea.

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Las nubes dejan pasar leves retazos de luz con colores pastel,
rosas, blancos, azules y naranjas... lo más hermoso que imaginé
apareció en lo alto pintado con sueños, tan suaves y tiernos que
temblé. Todo eso tan hermoso y tremendo es para un gigante que
todo lo abarca, un planeta perdido en el universo. Yo aquí tan
modesto solo puedo ver un cachito de cielo, el más hermoso del
mundo con la luz más tenue; unos besos sin labios y entre las
nubes formas de sonrisa... bonita...hipocresía.
Como si el mundo fuera perfecto y como si debajo de ese cielo
no hubiesen muertos ni gente con las manos congeladas por una
noche helada, por un día cruel, por una madrugada que les dejó
sin fe en las palabras, en las personas o en ese Dios que pinta
cada mañana el cielo mas hipócrita del mundo quizás para reírse
o quizás para demostrar que solo seremos felices mirando lejos.

Dios, si existes, debes ser el cabrón más hipócrita que me han


echado a la cara.

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OTRA MAÑANA

Tuve que levantar aquella sabana, no me quedó otro remedio.


Durante la noche me consumió el rostro de la joven Susana. Me
manché con un poco de su sangre que salía de sus dedos,
supongo que del forcejeo, como un ácido que ha penetrado en mí
y navega por mis venas.
Me siento igual que un monstruo que ha retado al propio horror
que genera.

Harto y cansado de ser monstruo. Hasta el culo del grito


desgarrado del gallo. Totalmente humillado por la felicidad del
orín recién meado en un rincón de la mañana por un panadero de
panes ajados que se despierta temprano y cocina sin lavarse las
manos.

La mañana empieza; siendo un monstruo no se teme... solo al


miedo que por uno mismo es generado. (Se teme a la nada, se
teme a todo)

Camino por la calle sabiéndome una bestia, miro a los peatones


sabiéndolos una mierda. Llego al trabajo odiando el grito
desgarrado de la impresora del secretario y me siento...me siento
sintiéndome un monstruo en una comisaría.

Todos somos monstruos creados por una sociedad experta en


crear necesidades, en crear seres infelices, en joder y violar
nuestros días... en volverlos amargos.

Somos monstruos para nuestros anhelos pues nos hemos


especializado en matarlos.

Y hoy me siento como un monstruo que ha retado al propio


horror que genera... que quiere empezar a vivir de los sueños... y
no puede.

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Una niña muerta, no debería tomármelo tan a la tremenda,
mueren sientas a cada minuto por todo el mundo, claro que
Susana, ésta en particular, solo morirá una vez.

Un mal día.

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BIEN Y MAL

Ayudar a una anciana a cruzar la calle, es bueno.


Matar a una anciana, es malo.
Ayudar a una anciana a cruzar la calle para luego matarla, es malo.
Matar a una anciana y cruzar la calle con su cuerpo, es malo.
Cruzar la calle para evitar matar a una anciana, es bueno.
Ignorar a una anciana que va a cruzar la calle, es malo.
Matar a un ignorante que quiere matar a una anciana tras cruzar la
calle cuando ella tenía como meta matar a un hombre que
esperaba confiado a un taxi… ¿qué es? Por concepto es malo…
pero si hablamos de justicia (no de ley), no es injusto matar un
asesino. (Que se lo digan a los americanos) Aunque es injusto
matar a alguien que iba a matar a un asesino y aún no lo hizo.

En realidad matar a un asesino no es justo porque así solo se


multiplican los cadáveres. Eso es malo.

Cruzar la calle para evitar matar a un ignorante que iba a matar a


una anciana que a su vez pensaba asesinar a un hombre que
espera confiado… ¿qué es? Dejar que una persona mate a otra
debe ser malo.

Si matamos al ignorante que iba a matar a la vieja antes de que


esta pudiese matar al hombre que esperaba confiado un taxi
supondría que finalmente la vieja mataría al hombre que espera.
Eso es malo.

Tanto si hacemos algo o como si no lo hacemos, es malo. Pero ¿y


si no lo fuera? Porque, ¿si las leyes estuviesen escritas al
contrario? ¿Sería nuestro juicio el mismo?

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RODEADO DE MUERTOS

Me han informado de los resultados del interrogatorio del padre


de la niña, llamado Cristo. Me dijeron que el hombre presenció el
asesinato de la niña. No pudo impedir el crimen, llegó demasiado
tarde. Vio como su mujer asesinó a la hija que tenían en común,
imagino el dolor. La mujer en un ataque de locura rodeó el cuello
de la niña, que al parecer estaba en pleno berrinche, y apretó
hasta que ya no pudo escuchar sus gritos. El marido llegó al
escuchar los gritos ahogados de su hija y los de su propia mujer
que repetía “cállate de una vez”.

La escena que esperaba ver seguramente distaba mucho de la que


se encontró. Posiblemente necesitará mucha ayuda psicológica
para superar esto.

La mujer está en busca y captura, en busca por haber perdido el


juicio y en captura por… bueno, nunca fui bueno creando estas
frases.

Una niña, solo es una más. Intento pensar que son muchos los
muertos pero lógicamente este pensamiento no me ayuda a
sentirme mejor.
Es hora de volver a casa y dejar este caso de lado, me subo a mi
coche y hago la ruta habitual.

Y allí estaba, igual que cuando la vi, pero esta vez en mi recuerdo.
Estaba sin estar, como una sombra apestada por el sufrimiento;
un recordatorio de la muerte en mi camino del día a día. En ese
mismo semáforo, está a un lado tirada en el suelo con unas bolsas
repletas de regalos para la navidad afanadas a sus manos. Inmóvil
con la mirada al asfalto, seguramente con rasgos de profunda
tristeza y dolor y alguna lágrima que murió antes de poder salir.
Otra muerta, la primera que ví en mi vida.

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Cada día sigue ahí, sola, sin que nadie la asista y yo mirando al
otro lado de la puerta de un coche, tras el volante y atrapado en
una cola que me insistía para avanzar. Yo piso levemente el freno.
Mi mirada cuando paro en ese semáforo es la misma que la que
tuve cuando la vi realmente... se pierde, se congela, mira a
cualquier lado buscando otras miradas igual de sorprendidas...
pero igual que ocurrió aquel día, nunca las encuentro. Solo veo
indiferencia, gente que sigue su camino. Cuando la cola avanza y
cruzo el puente veo a personas que caminan en dirección
contraria a la mía, sonriendo, y siempre me imagino como
cambiarían sus expresiones al llegar al otro lado de tal puente y se
encontrasen con la cara mas triste de la vida.
Cuando paso ese punto de la carretera, el resto del trayecto se
convierte en un viaje por mi propio interior, explorando mis
miedos hasta que llego a casa. Enciendo el televisor y algunos
absurdos del mundo logran despistarme hasta el próximo
trayecto.
La gente camina por la calle y me reconforta, solo hay que cruzar
el puente y darme cuenta de lo que es la vida: Es lo único que
tenemos.
Y también me doy cuenta de que la muerte no es lo más triste
sobre lo que escribiría un poeta... mas triste es saber que podrías
ser tú el que está tirado en la carretera y no importarle a nadie que
jamás pudieras entregar los regalos que con cariño compraste.

60
CAPITULO 4 – DE PUZZLES Y OSCURIDAD

61
Horas después del suicidio de Cristo Jesús D.

LO QUE ES LA MENTE

La creación se encuentra cargada de soñadores despiertos.


Personas que dicen caminar sobre jardines imperiales, pero que
sabemos que caminan sobre piche mal secado. La mente juega
con sus dueños ¿O acaso los dueños son las mentes que juegan
con los cuerpos? En ese caso no me siento segura de estar
curando a la gente sino más bien de estar cambiándoles.

Nos enseñan a sanar algo que no sabemos lo que es. Como quien
arma un puzzle a oscuras, debemos hacer remedios caseros con
un clip y un chicle.

No sabemos nada, sabemos que no sabemos nada. Tenemos


teorías, tenemos fundamentos neuropsicológicos, realidades
tangibles para comprender conductas del comportamiento
humano. Pero no sabemos lo que es la mente, no sabemos lo que
es la inteligencia, solo sabemos de las teorías que inventamos.

Acabo de ver por la televisión caer a un hombre desde un


edificio, un suicidio del que han censurado el impacto contra el
suelo. Una grabación desde un móvil, de mala calidad. La
imaginación es suficiente. Dicen que impactó parcialmente contra
un transeúnte. Nadie podrá ya comprender las motivaciones del
suicida. ¿Estaba loco? ¿Qué es la locura? Su nombre ahora solo
son siglas sueltas sin sentido C.J.D

Tengo una tarrina de helado, se derrite mientras lo como igual


que la vida se escurre mientras la vivimos. No se me ocurre razón
para meter un helado en un microondas, no sé por qué acelerar el
proceso. Mejor saborearlo mientras dure. Está tan rico este
helado…

62
Nuestros actos son previsibles solo a corto plazo, a veces ni eso.
Si no podemos ni comprender nuestro propio comportamiento,
jamás llegaremos a entender el que motiva a los demás ni a
nosotros. Si no comprendemos el origen de las motivaciones, no
sabremos por qué la vida tiene sentido.

63
UN SUSTO NOCTURNO

Acostada en mi cama, debería poder dormir pero cuando estaba


volando sobre un enorme río verde ha sonado el teléfono. Odio
el sonido de los teléfonos y los odio aún más cuando suenan de
noche entre el silencio y las sábanas aún frías.
Qué extraño, la policía ¿Habrá pasado algo? Me desvelo y de un
brinco quedo de pie al lado de la cama: - ¿Qué ha ocurrido? – Soy
muy nerviosa, ya tengo las piernas temblando.
- ¿Es usted Paloma Linares, licenciada en psicología?
- Si, si, soy yo… no me digas que le ha pasado algo a mi
madre, que me vuelvo loca.
- No, tranquila. Este asunto no tiene nada que ver con su
familia ni ningún allegado. En realidad es respecto a un
paciente. – Su voz me parece calmada, relajante ahora
que sé que no le ha pasado a ningún familiar ni amigo.
- No entiendo.
- Le explico. Hoy se ha suicidado uno de sus pacientes,
Cristo Jesús…
- ¡Cristo! Pero… ¡no me diga que fue el que salió hoy por
la televisión!- Joder , ahora que lo pienso las iniciales
coinciden.
- Si, exactamente. Trate de calmarse, por favor. Lo que
necesitamos saber es si el sujeto podía presentar alguna
conducta que le hiciera pensar que podría llegar a
suicidarse. Tenemos que descartar que alguien le haya
empujado o algo similar, ya me entiende. Informes.
- Sí, claro, entiendo. Su caso es bastante complejo, no
pensé que llegaría a este punto, la verdad.
- Creo que será mejor que hablemos de esto en persona,
aquí en comisaría.
- Si, por supuesto ¿cuándo sería eso? – Espero que no
hagan ir ahora.

64
- Pues mañana estaría bien. Debe disculpar que la
llamemos a estas horas, el caso está reciente y quería
dejar zanjada la cita para mañana. Cuanto antes le
demos carpetazo a esto, mejor.
- No pasa nada. Me ha dado un susto pero ya pasó.
Mañana podría ser, tendré que cancelar cita con dos
pacientes pero no son casos críticos, entenderán que
este caso es excepcional.
- Yo estaré aquí todo el día, si quieres podemos quedar
cuando esté libre.
- Bien, entonces por la tarde, a las 6 me vendría perfecto.
– El policía me dicta la dirección de la comisaría. No es
lejana. Se despide amablemente y se supone que debería
dormir ahora que el teléfono está colgado.

Siento que ahora mismo no puedo.

65
CIELO NUBLADO DESPEJA UNA DUDA.

A lo largo del día no han dejado de temblarme las piernas.


Anoche vi al que creía un suicida anónimo. Uno más que se tira
desde un edificio. No le di más importancia, no pensé que fuese
más que una imagen poco deseable. Ahora repaso la imagen en
mi mente, he anulado mis citas de hoy para hacerlo.
Pongo la televisión, cambio de canales como una loca pero no
vuelvo a ver esas imágenes. Me aterroriza pensar en la poca
importancia que doy ahora a los muertos y desgraciados que dejo
atrás en los canales de la televisión. En mi frenesí veo todos los
canales de la televisión por cable aún sabiendo que es imposible
que pongan las imágenes en la MTV.

Si algo saben los que me conocen es que soy muy nerviosa e


impulsiva, pero supongo que en la comisaría eso no lo sabrán.
Estoy en las puertas y son las 3 y media, dos horas y media antes
de la hora de mi cita. Espero que no me hagan esperar mucho.

Abro las puertas y veo las oficinas, limpias y ordenadas. Hay un


mostrador con una señorita a la que le hablo de mi cita. Realiza
una llamada con gran parsimonia, me dan ganas de gritarle:
¡Venga, perra, tengo que dejar esto zanjado ya!
Creo que es delito faltarle el respeto a un policía, por si acaso
esperaré.

Me han dejado pasar, parece que el agente no estaba muy


ocupado. En fin, mejor.

Me indican que entre a una oficina pequeña donde se encuentra


un agente: “Anoche me llamaron y quedé en venir a las 6 pero no
he podido aguantarme…”

66
- Ah, hola María. Yo mismo le llamé anoche, pase.- Es
un hombre atractivo pero su cara está seria, marchita.
La tiene algo seca y con bastantes arrugas de expresión.
- Espero no haberle molestado, es que soy muy
impulsiva.
- Tranquila, llevo todo el día escribiendo informes. A
veces pienso que los escribimos para que lo lean
gusanos de los archivadores. – Su sonrisa se ha
dibujado en ese rostro tan duro. Esto me relaja. Me
dejo llevar y le muestro mis dientes con sinceridad.
- Supongo que querrá que le hable de Cristo.
- Efectivamente, queremos llenar todos estos papeles con
alguna historia coherente para esclarecer el asunto. – El
hombre parece de buen humor, se debe alegrar de tener
compañía humana. Yo agradezco su actitud
devolviendo las sonrisas.- Algo así como lo que
hicieron con la Biblia ¿sabe? – Añade esta frase y dudo
si está bien reírme. Al fin y al cabo hablamos de la
muerte de un paciente mío.
- Yo llevaba tratando a Cristo un año y medio hasta que
dejó de venir por la consulta. Su caso se basaba en la
negación de la muerte de su hija. Verá, su hija fue
asesinada por su madre ante sus ojos pero ante el
estado de shock…veamos, las personas reaccionamos
de diferente forma ante un suceso de extrema dureza.
Algunos sujetos como Cristo, de forma inconsciente,
borran el hecho dramático y actúan como si nunca
hubiese sucedido. Borran completamente y niegan la
evidencia. Es el primer caso que veo personalmente así
pero no es un caso único, si bien algo extraño para mí.
Generalmente trato a gente con depresiones.
- Conozco cierta parte de la historia de Cristo. Hace dos
años… le vi a él y su hija. Aunque ella ya estaba muerta.
Supongo que entiende lo que le digo.

67
- Si, no pudo ser mucho mas claro. – Me incomoda tanta
crudeza.
- Yo no llevé el caso pero lo recordé de inmediato al leer
los informes, estos papeles son capaces de desenterrar a
un muerto sin mover la tierra. Es de momento el único
cuerpo de niña que he tenido que ver. – El agente
parece tener un muro de contención que ata sus
sentimientos. Habla con mucha frialdad pero sus ojos
verdes están mas brillantes que antes.
- Bueno, entonces conoce gran parte de la historia.
- Si. Pero entre los informes que leí también estaba el
interrogatorio que le hicimos. No concuerda con lo que
acaba de decirme. Le leo un poco: “…mi mujer estaba
apretando el cuello de mi hija con fuerza. Llegué
demasiado tarde. Escuché los suspiros y el llanto de
Susana, su último suspiro. Me quedé totalmente
bloqueado, solo pude quedarme ahí, gritando
desesperado..” ¿Es posible olvidar un suceso tras
haberlo relatado con tanta claridad? Fue justo antes de
que le encomendasen a usted la labor psicológica que
necesitaría tras el hecho.
- Pues, me dejas algo en jaque. Yo supongo que es
posible que su mente haya negado los hechos con
posterioridad al mismo por el afán de volver a la
normalidad.
- Supongo, esto de la mente no es una ciencia. – Me
costó reconocerlo pero asentí con la cabeza-
- ¿Puedo hacerle una pregunta? – me mira como
afirmación - ¿qué pasó con la madre de Susana?
- Fue condenada por el asesinato. Si bien el marido no
pudo asistir al juicio por no recordarlo, se contaron con
pruebas de ADN, etcétera. Los vecinos dieron su
testimonio también… una investigación normal dentro
de lo que cabe. Supongo que seguirá en la cárcel pero
ella ya no tiene nada que ver con esto ¿no?
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- No, no creo. Fue simple curiosidad. Si usted sabe tanto
sobre el caso ¿por qué necesitan de mi colaboración?
- Si Cristo lo olvidó todo ¿por qué se suicidó?
- Supongo que esa es la pregunta.
- Si, esa es.
- Hace 7 meses dejó de venir por la consulta. Logré
eliminar su bloqueo y terminó siendo consciente de
todo otra vez, algo que me llevó un año de terapia,
agotadora terapia. Entró en una gran depresión. Intenté
ayudarle a superarlo pero dejó de venir.
- Supongo que se habrá preguntado muchas veces si es
mejor vivir con la negación o encontrarse con una
realidad tan dura.
- Intento pensar que las personas debemos saber asumir
la realidad, la negación de la realidad impide llevar una
vida normal. No superar una situación, resignarse, es un
suicidio diario. Antes de estar recuperado quería ver a
su mujer, la echaba de menos. No sabía que ella mató a
su hija.
- Entiendo. Supongo que eso fue lo que le llevó al
suicidio, la realidad y una mente que no supo asumirlo.
– Lo que acaba de decir el agente me ha hecho sentir
muy mal. ¿Es posible que yo en el afán de ayudar a
Cristo haya terminado matándole? – Si está pensando
en que fue usted culpable, olvídelo. Fue un hombre
consciente de su vida el que subió a un edificio y se
lanzó. Lo extraño era que fuese un hombre que no
recordaba que pasó algo tan fatídico. Por cierto, Cristo
hizo dos visitas a su mujer tras el crimen, antes de
recordar. Ahora lo entiendo mejor.
- ¿Me necesita para algo más? – Necesito estar sola un
momento.
- En principio no, en cualquier caso volvería a llamarle.
Muchas gracias por su colaboración. - ¿Es la

69
resignación un mal? ¿El olvido resulta tan perjudicial
como yo creía?

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ESCONDERSE O SUPERARSE

Mis piernas se cruzan al andar, podría tropezar pero sigo


andando. Miro al suelo, lleno de colillas, chicles enquistados en la
acera y me paro. Miro a lo alto y encuentro un edificio que bien
podría tocar el cielo. Las personas queremos huir del dolor
provocándonos mas daño, llegando a puntos irreversibles.

Sabía que ayudar a Cristo suponía abrirle los ojos a un gran dolor,
a la muerte de su hija que para él seguía viva. Esperaba su visita y
no entendía por qué su mujer estaba en la cárcel. Su mente le
engañó de tal manera que pudo ser feliz con eso. Su hija estaba de
visita a sus abuelos, decía, su mujer está encerrada pero pronto
saldrá, “todo es un error”.

Su cerebro hizo “clic” un día. Su felicidad se esfumó, abrió los


ojos y abandonó mi ayuda antes de lo recomendable para
refugiarse en su dolor. Supe hacerle llegar los sentimientos que
debía sentir pero no supe ayudarle a superarlos. Eso no está bien.

Si ayudar a una persona supone hacerle sufrir y llevarla al


suicidio… ¿eso es bueno o malo? No saber hacerle sentir bien
sino mal… ¿era mi trabajo?

Anulo una de las citas del mes con la intención de hacerlo con
todas pero justo después de hacerlo pienso: ¿No estaré
refugiándome en mi dolor?

Miro al edificio y a mi teléfono móvil, hago una re-llamada y


rectifico. “Disculpa pero al final no tengo por qué anular las
citas…”

Nuestros actos son previsibles solo a corto plazo, a veces ni


eso… muchas veces, ni eso.

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DE PENAS A ALEGRÍAS SOLO EN UNOS TONOS

Todos los días me llegan personas que no aceptan su vida, que no


saben disfrutarla, que no sabe lo que falla. A veces me sobrepasa,
tengo demasiada empatía y me dejo llevar por los sentimientos.
Hay muchos días grises en esta ciudad desquiciada, en este
mundo de locos.
Nunca me llegó una persona preocupada por ser demasiado feliz.

Los casos de hoy son rutinarios, cuando eso pasa se entra en un


bucle, el paciente coge mucha confianza pero te utiliza para sentir
que sus sentimientos están fundados, luego, vuelven al día
siguiente o a la semana siguiente para volver a sentir esa
comprensión. Falta amor.

Suena mi teléfono, quizás sea otra persona para pedir cita. No


falta gente triste.

Para mi sorpresa es el policía nuevamente: “Hola Paloma, esta


llamada no es un asunto oficial. No te preocupes. Espero que no
te moleste mi llamada. Ayer te fuiste un poco triste del despacho.
Quiero disculparme, quizás fui un poco crudo. Ni siquiera me
presenté, mi nombre es Moisés” – A este tipo de cosas me
refiero, parece que la vida está llena de sorpresas, que hay cosas
que no imaginabas que podían pasar pero luego pasan. Su voz
está relajada, nada tensa, como si estuviese tumbado en un sofá,
creo que puedo escuchar la televisión de fondo.
- No sé qué decirte, no sé si fuiste crudo o no…
seguramente dijiste las cosas como eran. No creo que
haya nada que disculpar.
- Nos han metido mucho en la cabeza que debemos ser
implacables, eso nos quita un poco de humanidad.
Pero usted no tiene por qué pagarlo. Este fin de semana
podríamos quedar, le aseguro que sin uniforme y

72
tomando unas copas puedo ser totalmente humano. –
Increíble, impensable… pero me apetece conocerle, me
parece una persona encantadora y misteriosa.
- Si, resultará increíble verte totalmente borracho
haciendo eses mientras repites: ¡soy humano! ¡soy
humano! – Oigo una carcajada al otro lado de la línea si
bien yo también estoy riendo.
- Es uno de mis hobbies, eso y reptar buscando la
vergüenza cuando se me cae.

73
SE ROMPEN LOS ICEBERGS CON PEQUEÑAS
BRISAS CÁLIDAS

La voz del agente se me repite en la cabeza e intento imaginar a


aquel hombre tan atractivo en un ambiente normal. Estoy
nerviosa, no lo puedo ocultar, a la vez estoy muy feliz y positiva.
No sé nada de él y eso me entusiasma aún más. Debe estar al
llegar, han pasado tres días desde la llamada y he esperado como
una tonta a que me sorprendiera otra vez, seguramente no quiere
parecer un pesado.

Recupero en mi mente mi primera impresión de él, lo cierto es


que de entrada se mostró encantador aunque luego fue directo al
grano y algo seco en sus conclusiones sobre el caso de Cristo.

Acaban de tocar al portero y a esta hora de la noche solo puede


ser él. Efectivamente, me está esperando con el coche, saldremos
un rato a tomar algo.

Al abrir la puerta de la calle me sorprende verle sonriendo


abiertamente con gesto amable. Una ropa elegante pero cómoda,
sin chaqueta y con una camiseta de mangas largas de color negro.
Me saluda: “Este uniforme de paisano se lo cogí prestado a unos
de la mafia rusa.”
- Entonces te estarán buscando ¿no?
- Me gusta el riesgo. El coche por ejemplo, no es que no
pueda comprar uno mejor pero me gusta conducir
máquinas difíciles de predecir. – Se hace el importante
con un cómico y exagerado gesto. Se lleva las manos al
pecho como si estuviera sujetando unos tirantes. Creo
que será una noche divertida.
- Bueno, yo ni siquiera tengo coche. ¿Pretendes que me
suba ahí después de vendérmelo tan mal?
- No te lleves a engaño, tiene hasta “casete”.

74
- ¿Todavía venden de eso? – Me río con sus ocurrencias
tontas, no lo puedo evitar. Creo que no puedo dejar de
preguntar aunque sea para escuchar sus respuestas.
- No, lo cierto es que no… pero si rompes un cd y lo
metes, cabe.

Pasamos el trayecto en coche hablando de auténticas chorradas,


jugamos a que nos perseguían los mafiosos rusos en busca del
traje. Moisés hizo algunas llamadas ficticias a centralita pidiendo
refuerzos y trajes falsos para despistar a los malos. Creo que
nunca habían roto el hielo tan bien conmigo, su humor es muy
parecido al mío.
Está bien comprobar que no todo el mundo está deprimido.

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LUNA DE RON

Hemos decidido que a ambos nos apetece escuchar buena


música, nada de sonidos comerciales, buenos grupos de rock.
Otra casualidad, que nos gusten los mismos ambientes. Vamos
por tanto a una zona con este tipo de ambiente aunque no
vayamos vestidos para la ocasión.
Entramos en el bar “el galeón” que tiene una decoración muy
buena y una amplia sala con un escenario y espacio para el
público, todo con forma de cubierta de barco. Hoy no actúa
nadie y ponen música internacional. Nos sentamos y
comprobamos con agrado que no resulta complicado
escucharnos aún con la música sonando.

Me mira constantemente a los ojos, noto que me escucha


activamente. Sus manos se apoyan apacibles pero sin cerramiento
y distancia hacia mí, lo cierto es que me apuntan directamente.
Me dan ganas de cogerle la mano ¿será normal estos deseos tan
repentinos? No, mejor no lo hago, quedaría extraño. Seguimos
hablando de nuestras aficiones y seguimos comprobando las
coincidencias y las discrepancias, que son de momento mas bien
pocas.

Tomamos unas cuantas copas, unos combinados que no salen


nada baratos, y empiezo a sentir un ligero mareo. No estoy
acostumbrada a beber pero puedo soportarlo bien, simplemente
me siento alegre y dicharachera. Bromista y jocosa.
Creo que él tolera mejor el alcohol pero tampoco consume
mucho, está más centrado en mí como si mi presencia pudiese
emborracharle.

Moisés es el típico hombre con el que yo saldría. Resulta


interesante y me hace reír… vaya, ¿por qué pienso esto? Le acabo
de conocer.

76
Siguen lloviendo copas en esta noche tan preciosa, sigue
alcoholizándose la luna… y yo. La niebla cae como un mareo,
como unas cosquillas en las piernas. Yo vuelo por las calles, no
piso el suelo y sonrío tambaleante. Bacilo con las farolas, juego
con Moisés a bailes extravagantes. Un hombre negro con
chaqueta roja corre hacia nosotros y nos aparta de un empujón.
No tardan en aparecer cinco personas más, blancos, esta vez
preguntando la dirección por donde fue el primero, se la digo
pensando que se trataba de un ladrón. Moisés me soporta, no se
si les habría ayudado si yo no estuviera con él con este colocón.

Me doy cuenta de que ahora siento ciertas molestias y necesito


echarlas por la boca.

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ESPERANZA
Sale el sol, al menos todo brilla como en un nuevo día. Tremendo
dolor de cabeza ¡que mareo! Siento la boca pastosa y con una
dulzura extraña. ¿Pero dónde estoy?
No, este no es mi cuarto. Mi corazón se altera y de un salto me
pongo en pie. Sigo vestida como anoche, estaba tumbada en una
cama endeble que diría que es de invitados.

Horrible dolor de cabeza, me tengo que apoyar en la pared e


intentar pensar. Anoche salí con Moisés, quizás esta sea su casa.
Bebí mucho y seguramente me trajo a su casa para que
descansara. El hecho de que siga teniendo la ropa de anoche me
hace pensar que se ha portado como un caballero.
Salgo de la habitación y observo un salón limpio y sobretodo muy
ordenado. Me sorprende que su casa sea así, me la imaginaba mas
desaliñada quizás por ese aspecto de policía despeinado que vi en
la comisaría.

Esto si es una sorpresa, los cuadros de las paredes han sido


pintados por él, al menos su nombre los rubrica todos. Debe ser
una persona muy sensible, sus trazos son finos y meticulosos,
colores muy vivos e imágenes preciosas de paisajes marinos
resultan ser un contraste interesante.

“ De vez en cuando me gusta plasmar trozos de mundo bajo el


prisma de mi mirada” Moisés me observa desde la puerta de otra
habitación. La frase parece muy trabajada para ser la mañana
siguiente a una borrachera. Yo simplemente le miro con una
mueca que espero que parezca sonrisa. Estoy hecha polvo.
“Anoche te cogiste una buena… ponte en el sofá antes de que
me tires los muebles apoyándote en ellos” Se ríe, parece que el
alcohol no le afectó tanto como a mí. Me hizo gracia su
comentario pero me voy con cara de muerta al sofá. Él entra en la
cocina, que comunica con el salón, y me pregunta si me apetece

78
algo. “Si, por supuesto, unos vasitos de agua me vendrían genial,
gracias”

Me trae dos vasos de agua gentilmente y se sienta a mi lado. Le


noto muy protector, fiable, sincero. En silencio enciende la
televisión pero no puedo apartar la mirada de él. Me observa
extrañado pero visiblemente alegre. Estamos hombro contra
hombro y me dejo llevar, no tuve que moverme mucho para darle
un beso en los labios. No es propio de mí, gracias a dios me lo
corresponde.
Me aparto algo bruscamente y me mira extrañado mientras bebo
agua apresuradamente. Debo explicarme: “Tengo un aliento
horrible y la boca pastosa, debe ser desagradable…” Nos reímos
un poco, quizás más de alegría que por otra cosa. Moisés dice:
“Bueno, sabe un poco a olivo”
“¿A olivo?” Me pregunto en voz alta, preocupada por la
impresión que le habrá dejado mi beso. Entonces me deja muda:
“Como cuando una paloma le trajo a Noé una ramita de olivo en
el pico con la que le indicaba que había tierra. Igual, yo estaba
naufragando y acabas de traer mi particular ramita.” Observo que
uno de sus cuadros marinos es esa escena bíblica, la retrató llena
de color con una paloma iluminada por los rayos anaranjados del
sol, debe ser cristiano practicante. Intento romper la tensión:
“Pero tú no eres Noé ¿no será que me equivoqué?” Pongo cara
malvada intentando que se le ponga la cara algo pálida.
Sorprendentemente Moisés tiene salidas para todo, eso me
encanta. Me versa el Génesis, del cual me he olvidado casi en su
totalidad aún siendo cristiana: “ Dice el Génesis 8:11-12 : “La
paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía una rama de
olivo en el pico. Así entendió Noé que las aguas habían
disminuido sobre la tierra. Esperó aún otros siete días y envió la
paloma, la cual no volvió más a él”. Bueno, ahora sabemos por
qué no regresó”
No me quiero rendir, los combates dialécticos con este hombre
me parecen tan graciosos…: “Pero…” Y nada, al final gana él,

79
me besa y tengo que callarme. Supongo que también es un buen
final.

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CAPÍTULO 5 - DE RACISTAS Y COLORES, PENSAMIENTOS
ABORTADOS

81
PROPAGANDA

El estándar de una raza supone la aproximación máxima al ideal


de una especie en particular. Meticulosas selecciones genéticas y
cruces válidos se deben realizar para que la raza se mantenga.
Lograr el éxito es una meta que se cree imposible pero todos
luchan por alcanzar la máxima aproximación.
La separación entre unas razas y otras radica en las diferencias en
estos estándares, los cuales se deterioran cuando se cruza a un ser
ideal con otro defectuoso.
El ser perfecto, el estándar, es un ideal. Un objetivo, la única
meta. Si te separas de ese objetivo obtendrás seres tan alejados
del ideal que dejarán de pertenecer a la raza.
Es importante mantener la raza para mantener la identidad de los
seres superiores y diferenciarlos de otras razas que de por si son
mas imperfectas y propensas a la enfermedad, a ciertos problemas
físicos e incluso a la estupidez.
Mi nombre es Baladán y no tengo miedo al afirmar que mi
criadero de Rotweillers es el mejor de Europa porque
perseguimos el estándar y solo cruzamos con los mejores
especímenes del mundo. Campeones e hijos de campeones.
Tenemos unos perros robustos, inteligentes, potentes y
hermosos, si buscas un Rotweiller de verdad, somos la verdadera
alternativa. Criadero “88-14”, cuestión de selección.

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ADRENALINA DEL CAZADOR

La cacería de anoche fue genial, ese perro corría como un cabrón.


Casi se nos escapa pero esa escoria negra no volverá a ejercer de
médico. Solo pensar en que ese mono pudo estar infectando la
sangre de blancos inocentes…me encolerizo. Por suerte siempre
hay alguien que sabe a quien recurrir en estos casos. Cuando el
padre de Adán nos llamó para decirnos que ese médico le golpeó,
me pareció un insulto a todos los hombres y mujeres blancos que
luchan con dignidad por vivir en paz.
Me gustaría haberle seguido pateando pero tuvimos que salir
corriendo, mucha gente se había percatado y podían habernos
reconocido. No sé si habrá muerto pero ese jodido cabrón no
creo que tenga los huevos de volver a un hospital y mucho
menos de golpear a un hombre blanco.
No lo habríamos logrado sin la ayuda de la chica que iba con uno
de nuestros colaboradores de la policía. Estoy lleno de adrenalina,
pensar que se pudo escapar por nuestros errores, me enfada.
Por suerte siempre hemos sabido superar las adversidades
trabajando en equipo.

- Baladán, mira lo que tengo ¿crees que me queda bien? –


Adán parece orgulloso de haber vengado el golpe que
recibió su padre.
- ¿No es esa la chaqueta del cabrón de anoche?
- Si, ya era roja pero por algún lado tiene un poco de su
sangre. Me la dio Dalaías.
- Bonito trofeo, pero quítate eso, por dios.
- Espera que la vea mi padre, se le va a iluminar la
mirada.
- Yo que tu escondería eso, gilipollas. Además de un
trofeo es una prueba en tu contra. Espero que no nos
haya reconocido y denunciado nadie. Dile a tu padre
que ya puede pagarme pronto, que me he jugado el
culo.

83
- No te preocupes, te dijimos que te pagaríamos por la
ayuda de tus muchachos.
- Repítele el procedimiento, es sencillo pero por si acaso,
tiene que hacerme un ingreso de mil euros por la
compra de uno de mis perros. Le daré un cachorro
ahora que tengo una camada, ya que como sabes
nuestro criadero levanta ciertos rumores. Eso si, la cría
debe devolvérmela en secreto dentro de una semana, ya
le llamaré yo y le diré donde. Que no venga por aquí
nunca. En el hipotético caso de que le pregunte alguien
sobre un perro que han comprado aquí, no lo nieguen,
digan que fue un regalo para otra persona.
- Ya, no te preocupes, hombre.
- La despreocupación es el fallo que muchos cometen.

84
MOISÉS, EL DE LA TABLA DE PIEDRA POMEZ

Tras lo de anoche a uno se le calienta la sangre pero debe intentar


calmarse, la violencia no es siempre la salida aunque en ocasiones
es una forma rápida y efectiva de lograr un fin.
Otras cosas sin embargo se cultivan poco a poco. Estoy orgullo
de mis perros, un trabajo largo y duro que al fin veo que da
frutos. La raza es prácticamente perfecta, todos los jueces que los
ven coinciden. Este tipo de cosas no se logran de la noche a la
mañana. La raza debe mantenerse firme para no degradarse.
Bueno, tengo que hacer esa llamada antes de que se me olvide.
Marco y espero, cuando descuelgan hablo con tranquilidad:

- Hola ¿Moisés?
- Si… - Por su voz diría que le incomoda hablar conmigo
ahora. Habla bastante bajo pero es necesario que
converse con él.
- Anoche tuvimos un trabajito, un poco de limpieza
¿sabes?
- Si… algo vi. – Termina la frase de forma seca, espero
que no se esté rajando.
- Pareces nervioso, Moisés ¿todo va bien? Sabes lo
importante que es tu trabajo, no nos podemos permitir
dudas.
- No te preocupes, es que estoy con alguien.
- ¡Ah! ¿La chica de anoche? Me contaron mis
muchachos. Fue muy amable, sin su ayuda no
podríamos haber hecho nada. Al parecer estaba
contenta, ya sabes, pero supo apuntar al lugar correcto.
– Al otro lado del auricular escucho como Moisés le
dice a la chica “espera un momento, ahora vuelvo”
mientras yo me río con suavidad. Tras unos segundos
habla con un tono de voz mas normal.
- Baladán, deberías dejar de hacer esas cosas. Un día te
van a pillar y yo no podré hacer nada.
85
- Tu sabes como yo que alguien tiene que hacer el trabajo
sucio. ¿Acaso has olvidado? Las razas se están
mezclando, la impureza se extiende. Si dejamos que eso
pase, toda la humanidad será pervertida. Debemos ser
justos con los nuestros.
- Tengo problemas morales, la ley, la religión…no
apoyan esto y como sabes soy policía y católico.
- Sería sencillo decirte que más te vale colaborar por tu
salud, pero sabes que no soy así con los míos. A no ser
que ya no seas uno de nosotros, que no creo. La ley está
hecha para lograr el orden, cada uno en su sitio, Moisés.
Y me hablas de religión… ¿no fue en unos seminarios
de la iglesia donde nos conocimos?
- Si, un año y algo… impartías clases. – Por entonces
Moisés hablaba de corruptos como si fuesen una lacra y
no parte de soluciones no escritas en las leyes.
- Y que fue lo que hablamos por primera vez a solas ¿eh?
– El tipo está estúpido hoy, me está tocando los
cojones.
- Los hijos de dios, blancos, creados a su imagen y
semejanza, son el ideal de una raza que se ido
pervirtiendo por otras de naturaleza inferior. – Lo ha
citado con académica rigurosidad, bien.
- Bien. Somos cristianos aunque a muchos no les gusta
nuestra forma de ver las cosas. Me parece mentira que
estemos hablando de esto ahora. ¿Qué coño te pasa? La
religión católica fue la que le dio al mundo un gran líder
blanco al que seguir, Jesucristo. Y han extendido eso
sobre otras religiones. Supremacía blanca, es lo
divinamente justo.
- Tienes razón pero no sé, quizás esté buscando un poco
de tranquilidad. Alejarme de los problemas. – Habla
tembloroso como si se hubiese derrumbado un pilar de
su convicción.

86
- Mira Moisés, mañana asegúrate que nadie haya
denunciado a ninguno de nosotros por lo de anoche.
Ya sabes lo que tienes que hacer. Si quieres
tranquilidad, conoces a quienes no debes molestar. Tu
nueva amiguita espero que no ablande tus convicciones.
Eso no me gustaría nada y a ella menos. Llevo mucho
tiempo trabajando en ti como para que ahora te
achantes. – Cuelgo. Lo debí dejar acojonado. Este chico
siempre fue algo terco, tiene unas ideas muy débiles
pero cree en nuestra causa y con algunos correctivos
siempre entra en camino correcto.

87
EL COMPROMISO DE UN CIEGO

Prófugo de las sensaciones vacías de una visión borrosa que solo


ve a través de cristales sucios. Dispuesto siempre a amar lo que
tengo y a odiar lo que intenta arrebatarme lo amado. Enamorado
de mis dioptrías, gordo de comerme letras de poesías que son
como espadas.
Ignorante quienes cierran los ojos, yo lucho por aquello que creo.
¿Es un delito amar? Yo amo los que otros detestan pero por mi
amor, muero.
Por mi amor, mato. ¿Y acaso el amor no es eso?… a veces lo
dudo y entonces, bebo.

88
CAPITULO 6 - LÁZARO

89
ESPERANZA
La luz de la ventana entra directa a mi cama. Parece querer
recordarme que hoy podré salir de este hospital. Lo haré en silla
de ruedas si bien pudo ser peor. Pude haber salido en un ataúd.
La mayoría del tiempo no siento mis piernas aunque están ahí, A
VECES noto algún ligero cosquilleo esperanzador… o quizás
imaginaciones mías. Me resultará difícil acostumbrarme a mi
nueva condición. Empezaré a hacer rehabilitación para ganar
flexibilidad en las articulaciones paralizadas y QUIEN SABE…
aún creo en los milagros.
Llevaba caminando 55 años y había cogido cariño a la posición
erguida. ¿Será difícil mi nueva vida?
No entiendo por qué se tiró ese hombre del edificio. Estoy
seguro que solo deseaba acabar con su sufrimiento y no
provocarme esta nueva… forma de desplazarme.

A cada momento intento levantar mis piernas, en algunos


instantes CREO que algo se mueve pero solo es el aire que entra
por la ventana. Resulta frustrante ver que el aire puede mover
cosas que QUIZÁS nunca más podré controlar.

¿Qué es la esperanza? ¿Un autoengaño o quizás una certeza poco


probable de que algo acontezca? A momentos pienso que la
esperanza es una estupidez pero luego creo que la esperanza es
una potente energía capaz de cambiar nuestra suerte.

Cuando me veo solo me encuentro mas fuerte, como si la


compañía pudiese romper la magia necesaria para un MILAGRO.
No creo en Dios pero a veces le pregunto si esta prueba es
necesaria. Me sorprendo a mi mismo hablando con alguien en
quien no creo y empiezo a entender a aquellos que tienen fe. ¿Es
la fe un autoengaño o es quizás una certeza poco probable de que
algo ocurra? La fe y la esperanza puede que sean lo mismo.

Pero a cada hora que pasa veo que nada cambia, que QUIZÁS

90
los milagros no existan. Que lo que nos queda a las personas es
asumir la realidad y correr sin piernas, gritar sin voz y tener fe sin
tener esperanza.

91
THE WHEELS ROUND AND ROUND

Las ruedas giran emitiendo cada poco tiempo un chirrido molesto


al que supongo que también deberé acostumbrarme. Ahora me
empujan pero mas adelante serán mis manos las que se tengan
que agarrar a las finas varillas. Veo mucha gente en estos pasillos
del hospital. Desgracias aquí y mas allá. Gente llorando, gente
riendo…gente corriendo y otros dando vueltas nerviosos. La luz
artificial de los fluorescentes blancos del techo son como un
eterno día, un eterno mal día. Por algunas ventanas entran claros
y liberadores los rayos solares, rescatando a los enfermos,
llevándolos lejos como me llevaron a mí en sueños. Ventanas,
siempre fueron una buena salida. Para soñar o para salir a una
cornisa. Ahí está la diferencia entre unos y otros.

Sé que necesitaría ayuda para llegar a una cornisa pero esa idea no
pasa por mi cabeza. Yo no soy mis piernas.

Los enfermeros y celadores parecen estar empeñados en hacerme


sentir víctima de la mala suerte, de un suicida sin escrúpulos. Fui
victima durante la décima de segundo en que el cuerpo de aquel
tipo golpeó mi hombro haciendo que mi columna se torciera
hasta la fractura. Quedé inconsciente, como muerto. Pero ahora
soy Lázaro, la persona que no necesita andar pero necesita
entender por qué sucedió.

Si el suicida, que me han dicho que se llamaba Cristo, hubiese


tenido esperanzas seguramente no se habría lanzado y yo no
estaría inválido. ¿Quién es el culpable de que no tuviese
esperanzas y no viese mas salida que el suelo? Todo es una gran
cadena, yo soy un eslabón de una serie de repercusiones que
Cristo jamás podría haber pensado que iba a provocar. Como una
piedra lanzada a un charco, que crea ondas que se expanden y
crecen, se alejan y se disipan como el propio olvido. Las ondas de
hoy mañana no serán nada pero esa onda quizás haya hundido

92
algunos barcos de papel. Quizás por el efecto mariposa se hayan
convertido en terremotos, tsunamis… Desconocemos las
consecuencias de nuestros actos.

93
PRONTO ESTARÉ FUERA

Las puertas abiertas y una ambulancia esperando. Frente al


hospital hay un jardín, siempre me pareció una belleza artificiosa,
demasiado ordenada. No hablo, no puedo. Creo que estoy mas
emocionado de lo que pensaba, no puedo levantar la mirada mas
allá de las rodillas. Deseo poder decir: Déjenme aquí, iré
caminando.

Sé que no puedo, que estoy atado por una fuerza temible…


fuerte no por su oposición sino por su inexistencia. No es como
un pulso ni como estar atado, es como haber perdido parte de
uno mismo.

Cierran las puertas de la ambulancia. A mi lado hay un celador o


algo similar, que habla con el conductor de trivialidades. La vida
continúa pero ahora mismo no se si me costará o no entrar en
ella. La esperanza queda atrás al tener que asumir mi condición.

Es difícil vivir sin esperanzas pero creo que es necesario. Es


obligatorio saber que las cosas serán como son ahora, no pensar
que serán peor ni que serán mejor. Asumir el ahora, nuestra
condición… no es resignación, es seguir adelante. No querer
cambiar lo que no se puede cambiar, mejorar en aquello en lo que
podemos mejorar.

Las ruedas giran y giran… En casa me espera mi hija, ya me ha


visto en la cama pero no he querido que me viese en silla de
ruedas… ahora no quedará más remedio.

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PÁJAROS

Espero en la aduana de la esperanza, con un pasaporte caducado,


eternamente espero. Sentado en mi silla, deseando poder correr
hasta ese país inmenso pero no puedo.
Me abandonaste, querida niña pequeña, niña débil y enferma…
esperanza lejana, maldita, soñada, quizás inexistente pero espero
para poder entrar.

El viento me rodea mientras espero en la puerta de mi casa,


espero a la nada pues nada pasará que cambie mi rutina cansina.
Mi familia intenta apoyarme pero yo solo quiero cruzar la aduana
con este jodido pasaporte caduco, con estas malditas piernas
inútiles.

Pájaros se posan en el jardín, esa belleza vacía sobre la que se


posan animales hermosos es como la propia vida.
Se van, se han asustado y se alejan volando, ojalá yo pudiera
alejarme tan rápidamente de las amenazas. Llegan las 5 de la tarde
con forma de ambulancia que pasa a recogerme para la
rehabilitación, como durante toda esta semana que llevo en casa.
Quizás esa sea la esperanza que estaba esperando sin saberlo. O
quizás venga para demostrarme que por mucho que haga nunca
seré el de antes.

En silencio les recibo, en silencio me suben y en silencio me


llevan. Para qué hablar si son ellos los que me mueven, los que
ahora deciden sobre mi vida. Es duro poner algo tan valioso en
manos de desconocidos. Antes no lo habría hecho, ahora no hay
remedio ya que no puedo salir volando. Por la ventana veo mas
pájaros, se van lejos mientras otros vienen. Quizás pasen toda la
vida huyendo de cosas que les asusten en un eterno viaje… huir
¿es tan fácil?

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REENCUENTRO DOLOROSO

Estoy tumbado mientras me mueven las piernas como antes


habría hecho yo…o quizás, como no lo habría hecho ya que no
vería necesidad. Hacen movimientos rotatorios, me dan un
masaje que no siento, estiran mis músculos… podría dormirme
sobre esta colchoneta, todos los movimientos parecen absurdos.

A mi izquierda veo a alguien nuevo que entra a la sala llena de


gente haciendo ejercicios. Es un hombre en silla de ruedas, con la
cara vendada al igual que parte de sus brazos. El enfermero que le
trae habla con los fisioterapeutas aunque no les oigo. Le dejan
junto a una columna, esperando supongo a que alguno de los
fisioterapeutas terminen que algún paciente.

A mí me dan aceite en las piernas y me sientan, dicen que eso


mantendrá mi piel elástica, flexible… pues qué bien. Me llevan
hasta el hombre que acaba de entrar para esperar a otros
pacientes que van en mi misma ambulancia. Mi fisioterapeuta se
despista hablando con un compañero. Mientras esto pasa miro al
rostro del hombre de la silla de ruedas. Me resulta familiar aunque
su cara está hinchada. Él me mira con un gesto triste y dolorido al
mover el cuello. Su piel es oscura, sus ojos expresivos y antes de
que pueda pensar en por qué me suena su rostro, él me habla:
“Yo a ti te conozco.” Por lo que se ve, nos conocemos
ciertamente. “La verdad es que tu cara también me suena”- Le
digo intrigado.

- Tú… tuviste un accidente. Un suicida impactó contra ti.


Te recuerdo. Las circunstancias fueron anormales para
mí.
- ¿Nos conocimos en el hospital? Lo siento, yo estaba
muy impactado por todo lo que pasó… aún lo estoy
¿compartimos habitación?

96
- Si, durante horas en un quirófano y unos minutos en tu
habitación. Mi nombre es David Umbume, yo te operé
tras el accidente.

Estoy paralizado, el doctor está totalmente destrozado, su cara es


difícilmente reconocible. Me quedo mudo aunque de todas
maneras segundos después se llevan su silla de ruedas. Mientras
se aleja recuerdo una frase que me dijo en el hospital: “La vida
aún le depara muchas sorpresas agradables.”

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AMBULANCIA EN COMPAÑÍA
Sigo esperando en la aduana y ahora me siento más solo y triste
que nunca, el médico que me habló con optimismo y
paternalismo aún siendo algo más joven que yo, está en mi misma
situación, posiblemente pensando que lo que me dijo a mi no se
puede aplicar a su caso.

Siempre esta espera frente al jardín, a las 5 llega la ambulancia si


bien esta vez tengo una sorpresa dentro. El doctor Umbume es
uno de los pasajeros.

- Hola doctor.
- Hola. – Su mirada parece bastante confusa e incluso
diría que está avergonzado.
- ¿Qué le pasó? – Las frases están separadas por unos
segundos de silencio que me hacen temer si estoy
diciendo lo correcto. Me mira, se ve que le gusta mirar a
los ojos cuando conversa.
- ¿A qué te refieres exactamente? – Sonríe y deja escapar
alguna carcajada dolorida. No esperaba para nada algo
de humor por su parte.
- ¿Tuvo un accidente?
- Unos jóvenes no querían pegarme pero se vieron
obligados ya que soy negro y golpeé a uno de sus
amigos hace algún tiempo, un error en cualquier caso. –
Creo que se protege usando sus sonrisas. Me parece
increíble que la violencia racial haya tocado tan cerca,
sobre todo a alguien que me salvó la vida.
- Joder ¿les pillaron?
- No… no les pillaron. La denuncia ha caído en saco
roto y la búsqueda de los sospechosos parece
imposible… el asunto no huele limpio. Solo quiero
recuperarme, no puedo luchar contra un sistema
corrupto como este.
- Le debieron golpear bastante fuerte.
98
- Contusiones por todo el cuerpo, me golpearon la
espalda con bates, me pisaron… pero no pudieron
acabar el trabajo. Creo que querían matarme pero de
momento solo han logrado romperme alguna costilla,
sacarme dos dientes y desplazar alguna de mis
vértebras… es posible que no vuelva a andar. – Me
siento dolorido, el doctor supuso una luz en medio del
túnel, me animó para superar mi problema. Ahora le
veo bastante mal, no hay luz en su mirada.
- Tengo que agradecer lo que me dijiste cuando nos
conocimos. Me alumbraste lo que suponía un camino
muy difícil. Aunque esperanza nunca tuve, debo
aprender a asumir mi situación
- Todos tenemos que asumir algo… yo he de asumir que
perdí mi trabajo y mi movilidad, aparte de algo de
dentadura. Creo que lo he perdido todo por un
puñetazo mal dado. He de asumirlo… pero… - Cae
una lágrima por su rostro. Mueve la mano para
limpiarla pero el dolor le impide levantarla hasta la cara
y vuelve a bajarla.- no es fácil ver el vacío en una vida
que has dedicado a los demás. Un esfuerzo del que
nadie se acuerda ahora.
- David… yo nunca podré olvidar lo que hizo por mí. Y
como yo habrá muchas personas que se acordarán de
usted cada vez que puedan mover un brazo o un solo
dedo. Ten fe, yo creo que si hay alguien en el mundo
que merezca ser recompensado, ese eres tú. Todo te
saldrá bien.
- No todo es justo... a veces las cosas salen mal.

Mi corazón me dice que le debo una al doctor Umbume… le


pregunto sobre su pasado y nos empezamos a conocer un poco
mejor.

99
EL TIEMPO CURA. ELECCIÓN FÁCIL

Han pasado tres meses desde que encontré al Doctor Umbume.


Desde entonces hemos mantenido una amistad, he intentado
superar mi dolor tratando de calmar el suyo y supongo que él ha
intentado lo mismo. No solo nos hemos visto en rehabilitación,
hemos quedado en el parque, en restaurantes… que al principio
se antojaba imposible pero poco a poco vamos siendo menos
dependientes. Mis lesiones del hombro han remitido casi por
completo y tengo movilidad para empujar mi silla de ruedas,
aunque aún me produzca algunos dolores. Sabemos que nunca
será como antes pero nos gusta sentirnos libres durante unas
horas. Hablamos y reímos, cerramos nuestras heridas. Las que no
se ven.

Su rostro yo no está hinchado y siempre que me ha hablado del


dolor que sentía al principio me produce admiración. Hay que ser
muy fuerte para forzar una sonrisa en ese estado.

Hoy es un día importante para David. Ha quedado conmigo


frente al hospital en el que trabajaba. Dice que me tiene que
enseñar algo. En cierto modo sospecho que tiene algo que ver
con el suicida, quizás alguna pista de por qué acabó con su vida.

Le traen en un coche acondicionado para el trasporte de silla de


ruedas. Al bajarse puedo ver su sonrisa, evidentemente sincera,
que contrasta con el oscuro color de su piel. La verdad es que su
aspecto es ya muy saludable. Al llegar me saluda al igual que
saluda al enfermero que me ayuda.

- ¿Qué es eso que querías enseñarme? – Le pregunto


apresurado. Tras la pregunta su rostro cambia de forma
radical. Pone una cara seria y mira al pasillo principal
que lleva al interior del hospital.

100
- Lázaro… si te dijera que puedes elegir... ¿Qué elegirías?
¿Recuperar el movimiento de las piernas o la esperanza?
– Su pregunta me impacta y me dan tremendas ganas de
llorar, pero logro domar ese sentimiento para contestar.
- Tu sabes que la esperanza. Algo que creo que no tenía
ni con las piernas bien– Aprieta los labios y afirma con
la cabeza. Creo descubrir una sonrisa en su gesto. Una
sonrisa apenada… un gesto complejo.
- Antes, yo recorría ese pasillo. Nunca le di importancia
al pasillo en sí. La verdad es que pasaba por ahí lo más
rápido que podía. Desde que me dieron la paliza por
actuar incorrectamente con un paciente racista, he
odiado la idea de volver a mi profesión. Ya hemos
hablado de esto muchos días. Dentro de este edificio
hay mucha gente sin esperanza. A muchos se la devolví
yo desde el silencio con unos pocos instrumentos
médicos. Con el poder de la ciencia. Cuando recorrí
este pasillo en una camilla estaba inconsciente. Y
cuando salí me di cuenta de que me había dejado la
esperanza dentro. – Le noto emocionado, se ha
quedado mirando el pasillo en silencio. Nuestros
acompañantes deciden dejarnos solos. Yo no sé lo que
debería decir, daría mi vida para que pudiera volver a
caminar por ese pasillo y salvara muchas vidas más. –
La vida, está llena de sorpresas. ¡Luis! ¡Tráemelas! –
Llama al enfermero que le acompañó hasta aquí, que ya
estaba alejándose hasta el coche. Yo me siento
profundamente confuso.

En completo silencio le trae unas muletas y me mira mientras


apoya las gomas de las mismas al suelo. Se agarra fuerte a los
mangos y con un gesto de dolor intenta ponerse en pie.

Me he quedado en blanco, David está de pie apoyándose sobre


las muletas. Las lágrimas caen por mi mejilla. Me sigue mirando

101
aunque no sonríe. Mira al pasillo y comienza a andar lentamente.
Las puertas automáticas se abren y se da la vuelta diciendo
emocionado: Voy a buscar esa esperanza que se me perdió aquí
dentro. Te he estado ocultando mi recuperación para que vieras
con más fuerza que la esperanza está latente y debes dejarle las
puertas abiertas. Tu esperanza está dentro de ti. Intenta vivir
como habrías hecho con piernas. Sigue adelante, úsame de
muleta, siempre fue mi profesión.

- Estoy… totalmente impresionado. Joder ¡puedes andar!


– Debo de tener cara de idiota en este momento pues
estoy completamente pasmado.- ¡Esto es genial, me
alegro muchísimo! Vas a recuperar tu vida aún con el
miedo que te produce… esto es completamente
increíble, nunca lo pensé.
- Cuando esté totalmente recuperado volveré a curar y
volveré a enfrentarme a las caóticas emociones de este
universo. Pero no volveré a recorrer el pasillo
rápidamente.
- Eres un teatrero ¿lo sabes? Mira lo que has montado
para esto, el discurso que te has metido y ¡estos meses
ocultándome tu recuperación!. – Me río a carcajadas, no
lo puedo evitar dada mi alegría.
- Si, en realidad debería haber sido más melodramático
pero es que había un fallo en el guión-
- Oye ¿ es muy tarde para cambiar lo de la esperanza por
las piernas?
- Si, un poco… aunque sabía que dirías lo de la
esperanza. No me la iba a jugar ¿no?
- ¡Hijo puta! – Nos reímos hasta ponernos rojos y él
debe sentarse en la silla por miedo a perder el
equilibrio.

Cuando llego a mi casa aún con la sonrisa puesta me doy cuenta


de que todo es diferente. De alguna forma me siento completo.
102
Perdí unas piernas con las que corrí toda mi vida pero ahora
disfruto de una fe que nunca había saboreado.

Tanto sus palabras de apoyo y alegría como sus palabras tristes


me han demostrado, con el paso del tiempo un mensaje
coherente.

Y me ha dejado una mágica sensación. Algo que me hace pensar


que si hubiese elegido recuperar la movilidad en las piernas…
David habría sonreído y no se habría levantado de aquella silla de
ruedas.

103
CAPITULO 7 – EL HOMBRE QUE CUIDA DE LOS MUERTOS

104
Espejo. Maldito.
Todos los días sin faltar ninguno me recuerdas lo que pasó
cuando era pequeño. El fuego quemando mi cara, el fuego
comiéndoselo todo. Matando a mi hermana… ese dolor que me
acercó a la muerte y del que pude huir, pero ese miedo que se
encadenó a mi brazo para siempre. Hasta que uno no la nota tan
cerca no comprende el abrumador peso de la ausencia.

Antes el tacto de mi piel era suave y ahora se parece al suelo del


infierno. Rojo y lleno de imperfecciones… Un ojo de cristal en
un párpado que apenas se cierra… una oreja fundida a mi cráneo.
Uno empieza a dudar de si la vida es un regalo o una condena…
pero luego trabajando todos los días con los muertos nace en mi
interior una frase que me llega de lo más profundo: Yo no quiero
ser uno de esos…yo no. Debe haber otra salida… y sueñas con
encontrarla, noche tras noche… hasta que un día llegas a la
conclusión de que son esos sueños los que nos mantienen vivos.

105
¿REALIDADES CUÁNTICAS?

Aparcando a un lado los mil pensamientos que entran y salen de


mi cabeza cada día, no puedo dejar de pensar cuando llego a mi
casa. Trabajar todo el día con los muertos me trae a la cabeza
algunas ideas sobre la propia vida. Quizás debería estar ya
inmunizado y dejar de joderme la cabeza con estas putas ideas
locas. Veo un muerto y ya no me da pena, pero pienso en la
muerte y la confusión que siento sigue siendo la misma que
cuando tenía diez años.

Escribo estas pocas hojas para intentar ordenar las ideas que
rondan mi cabeza, sin ningún tipo de afán. Quizás no sepa
expresar lo que quiero decir y quizás sorprenda la forma directa y
rápida… pero es mi manera. La muerte no es un tema del que la
gente disfrute leyendo, supongo. La gente siempre me dice que se
me va la cabeza, que me obsesiona la idea de la vida y que no la
vivo... así que prefiero escribirlo y que la gente vuelva a ver al
Alberto de siempre.

Como ser pensante lo primero que se me viene a la cabeza es un


problema de la mecánica cuántica que dicho llanamente, estipula
que los sistemas físicos (como yo) quedan descritos por algo que
llaman función de onda... una cosa matemática que contiene la
máxima información de un estado puro. Madre mía, esto escrito
suena a rollo patatero, empiezo a comprender a mi compañero de
trabajo.

Bueno, en resumidas cuentas, la mecánica cuántica dice que el


estado del sistema evoluciona de forma determinada. O sea, que
se puede predecir hacia dónde va a ir el sistema. ¡Lo que quiero
decir con esto es que quizás el resultado de mis dudas e intentos
de encontrar respuestas ya ha fracasado o se ha logrado antes de
comenzar!

106
Algunos como Niels Bohr dicen que los estados físicos pasan a
tener un estado de incoherencia... otros como Von Neumann
dicen que tenemos que admitir la existencia de un estado mental,
una conciencia que actúa de forma independiente a los estados
físicos (mucho rollo Dios esto pero bueno) y luego está Hugh
Everett que dice que para cada elección y cada posible respuesta
hay un universo paralelo.

Yo soy de los que piensan en la segunda teoría... soy más de los


que creen en el mundo de las ideas, pero optando por una teoría
más cercana al mito de la caverna de Platón. Sin embargo nada
me ha convencido y he comenzado a crear mi propia idea
absurda…

107
PLAVAI

Veo a un muerto y me nace la curiosidad sobre la existencia...y los


veo todos los días así que digamos que estoy atrapado.

Nacemos, crecemos, vivimos y morimos... en un bucle perpetuo,


como burbujas que estallan en la mitad de la nada. ¿No es
curioso? ¿Realmente las decisiones de estas microscópicas
burbujas son suficientes para crear universos donde estallan antes
o después? Para científicos como Steven Hawking, pues si.
Existirían tantos universos como decisiones cuánticas se han
producido hasta ahora. O sea, infinitas.

Todo parece más sencillo. Estos cadáveres han tomado sus


decisiones, algunas les han traído a la muerte. Otras prolongaron
su vida, otras afectaron a otras personas...y otras no afectaron a
nada ni a nadie. Pero claro, ahí están los científicos con sus
teorías difíciles de contradecir. En cualquier caso, que existan
infinitas realidades no quita que dentro de la nuestra pueda
diferenciarse la realidad de las ideas, de la meramente física.

Hoy nos llegó un tipo que se tiró desde un edificio, su cuerpo


estaba destrozado por esa decisión. ¿Es posible que la conciencia
que provocó tal cosa tuviera un tiempo aparte del físico para
arrepentirse de ese acto? ¿Es posible que su consciencia (o
inconsciencia) haya cambiado de un golpe más vidas que la suya
propia? Lo es. Las posibilidades nunca son cero por absurdo que
parezca en algunas ocasiones. De esta forma un acto daría lugar a
infinitos universos nuevos.

Pero lejos de esos planteamientos, lo que yo digo es… la realidad,


formada por decisiones y consecuencias físicas, quizás esté
formada por varios planos de información.

108
En lo que a nosotros nos afectaría: En uno estaría la información
física de las cosas.
Sería una dimensión caduca, que nace y muere… en realidad es
muy sencillo de comprender…es lo que vemos por nuestros ojos.
Es nuestro cuerpo. Un sistema que se alimenta de otras
sustancias físicas… una dimensión que se devora a sí misma.

Luego estaría la información no física pero con relación directa


con el mismo.
Sería una dimensión igualmente caduca, con conceptos que
desaparecen y nacen y una consciencia que pierde la iniciativa con
la desaparición de la parte física que sustenta al sujeto. Digamos
que es aquello que muere con nuestro cerebro. Cosas tales como
nuestra consciencia, memoria, raciocinio…

Luego estaría la información no física sin relación con el físico


pero si con la anterior. Sería un plano difícil de explicar. Una
especie de energía vital que impulsa al nacimiento de la vida
como tal. Es en realidad la vida. Una especie de chispa que
enciende y nos conecta los unos a los otros. Algo que nos es
prestado y que devolvemos en el instante de nuestra muerte
aunque en ningún momento deje de formar parte del todo.

En definitiva, puede que las decisiones que tomamos no afecten


realmente a los demás sino que afecten a otra parte de nosotros
mismos.

109
PLAVAI 2

Creo que la muerte llega en unas fases… primero se degrada


nuestro físico. Probablemente se produce una muerte neuronal
masiva, lo cual provocaría en nuestra cabeza un aluvión de
emociones, recuerdos, visiones de luces y colores… nuestros
recuerdos se borrarían poco a poco y dejaríamos de ser las
personas que una vez fuimos. Con la desaparición del sustento
físico de nuestro ser, desaparecería la información no física con
relación con ella. No sé si esta se produciría al mismo tiempo o
más tarde, lo cual es irrelevante en realidad. Lo cierto es que todo
se borraría y volveríamos a lo que éramos y nunca dejamos de
ser… un trozo del todo que vuelve a repartirse entre los nuevos
sistemas físicos. Algo así como una reencarnación, pero sin
respetar la intimidad de nuestra energía como una propiedad
exclusiva. Nuestra energía se mezclaría con la de tantos y
tantos…que resulta que no es de nadie.

Y esto sería Plavai, Planos Varios de Información que se


entremezclan en esta dimensión, que casualmente nos conforman
y que no sabemos por qué… Plavai para mí es como para
muchos decir “mundo”.

Una de las particularidades de esta forma mía de ver las cosas, es


que el plano de información no física podría dejar en nuestro
plano ciertas manifestaciones físicas tras la muerte o simplemente
visibles. (Es una posibilidad si fueran ámbitos diferentes aunque
unidos) Lo que llamaríamos fantasmas, psicofonías,
apariciones… y que para mí serían información atrapada en un
plano que debió abandonar. En ellas no habría inteligencia, serían
instintos, pulsiones, pasiones y dolores. Otra cosa, que
desconozco (por supuesto) es si es posible que una conciencia o
parte de ella se mantenga sin el físico y si esta se puede comunicar
con nuestro plano de alguna forma.

110
Apago la luz. Intento pensar que este miedo que me nace cuando
pienso en la muerte se debe a un instinto de defensa de mi físico
que se resiste de forma natural a la muerte… espero que no sea
un aviso de mi “alma” de que todo se acaba.

Quizás soy demasiado místico, una de esas personas raras que no


saben que lo son…un tipo que en realidad, está equivocado como
los demás.

111
MI CONCLUSIÓN

¿Cuánto puede soplar el viento antes de consumir las rocas?


¿Dónde está el límite entre el árbol y la tierra? ¿Hasta cuándo
puede el hombre escupir al cielo? ¿Cuál es la distancia entre el
suelo y el cielo? ¿Existe Dios? ¿Dónde parar a mitad del camino
por un desierto? ¿Cómo serías feliz para siempre? ¿Se puede
separar el mar de la tierra? ¿Hay vida después de la muerte?

Invéntate las respuestas si eso te hace feliz pero comprobarás que


las preguntas no desaparecen, simplemente terminas ignorando
sus respuestas.

La ignorancia no da soluciones, solo destruye las respuestas


correctas y las suple por unas válidas solo para poder pensar en
preguntas más simples.

Con este principio debemos desechar muchas respuestas


ignorantes ya dadas y supuestamente superadas. ¿Realmente
sabemos lo que sabemos? Sabemos lo que queremos saber y eso
nos convierte en nuestras propias creaciones virtuales. Claro que
a todo esto debemos suponer que nacerán más y más preguntas
en lugar de llegar a una respuesta concreta y entonces seremos
conscientes de que la única manera de adquirir conocimientos
fiables es encontrar primero las respuestas y luego plantear las
preguntas…cosa absurda… quizás. Al respecto de esto, Plavai
solo sería una mierda más.

112
PENSAMIENTO SOBRE LA BELLEZA

Hasta la luna, con sus defectos, es considerada lo más hermoso


del cielo. La gente dice que es perfecta pero eso no es verdad,
tiene millones de defectos que desde la distancia se transforman
en manchas. Imperfecciones que en realidad forman parte de lo
que consideramos hermoso, defectos que forman parte de la
forma.

A todos nos gusta la luna por considerar como virtudes sus


defectos…podemos aprender mucho de estas apreciaciones.
Aprender por ejemplo que todos somos hermosos, todos
tenemos defectos que conforman nuestra forma y nos hacen
únicos, como la luna.

No hay luna perfecta ni persona hermosa, solo unos ojos en


algún lado del cosmos que desde la distancia ven las manchas y
suspiran. Y son esas manchas, esos cráteres sobre una tierra
baldía lo que desde la tierra admiramos. Si me preguntan ¿es bella
la luna? yo respondo: Hasta la luna tiene manchas, la belleza no
existe, es una percepción que nace en los ojos de quien observa.

113
CAPITULO 8- LA ESPOSA DE MASA LICUADA

114
DIOS DEBIÓ MATARME A MÍ ANTES

Triste celda… cada día es mi prisión… Hablo de la culpa que me


rodea más cercana a mi cuerpo que los barrotes de esta cárcel.
Una culpa que presiona y me agobia desde hace dos años
aproximadamente… desde el momento en que maté a mi hija. Un
incómodo silencio sacude mi cabeza cuando pienso en eso.

Siempre fui una mujer de carácter… pero, joder…nunca pensé


que llegaría hasta aquí. Fue un puto accidente.

A cada día que pasa me parece que lo que hice tiene menos
importancia y lucho contra ese sentimiento golpeándome con el
puño, con las paredes, con cristales rotos…intento que vuelva ese
dolor. No puedo tolerar sentirme bien después de lo que hice
pero cada día cuesta más…ni mirar las cicatrices que hay en mi
piel por mis autolesiones me hace pensar en la dimensión de
aquel acto desafortunado. Creo que algunos piensan en
trasladarme a un psiquiátrico.

Despedacé mi vida y la de mi familia…marido…hija… Dios, si


estás ahí… Dios… eres un cabrón por no matarme a mí antes.
Debiste acabar conmigo cuando tuve el cáncer… no dejarme
vivir con este que tengo ahora.

Mierda, otra vez lloro… llevo sollozando tanto tiempo…


Al otro lado del pasillo unos guardias dialogan y miran hacia mi
celda. Parecen dudar sobre algo. Uno se acerca y me dice: El
alcaide le requiere en su despacho.

115
UNA BOMBA

“…ayer su marido fue hallado difunto. Nada se pudo hacer por


él… se lanzó desde un edificio. Lo siento mucho…”

Silencio. Mirada al suelo. Lágrima. Mente ausente mientras el


alcaide habla.

Lo siento mucho…lo siento mucho… lo siento mucho. Estoy


otra vez en mi celda… desde la visita al alcaide no he vuelto a
hablar. Mi marido ha muerto y es mi culpa. Con retraso ha
llegado pero no hay duda de que es consecuencia de mis actos.
Ya no me hacen falta cortes para revivir el dolor y la intensidad
de mis actos.

Ahogo en pena y en lágrimas la muerte del único amor que me


quedaba en el mundo… si bien él ya no me volvió a hablar… yo
siempre guardé para él una mar de amor.
Esta mar se hace océano con el cariño que le tenía a mi hija…
maldita sea, he destruido todo lo que amaba. He secado lo que
parecía que siempre estaría ahí. He acabado con la infinidad del
azul líquido… he creado un desierto donde siempre hubo amor.

Alzo la mirada en un acto de rabia, busco una cuerda, busco un


puñal, busco algo. Me tiro sobre la cama para buscar algún
resorte, algún alambre… pero el colchón está hueco sobre una
superficie lisa. Miro la pared y doy una patada en busca de algún
trozo suelto. Grito de impotencia y de dolor, los guardias entran y
me rodean. Yo sigo gritando mientras doy vueltas y miro al suelo
buscando algo. Entonces los guardias me agarran.

Los tengo encima, lo cual me da más justificación para gritar y


patalear. Araño y muerdo. Joder, grito.

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Me dejo la voz en un grito que amenaza con reventar las venas de
mi rostro. Mis ojos intentan salir de sus órbitas. Todo lo veo
nubloso y no oigo más que mi propio aullido. Me mareo.

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UN SORPRENDENTE BALADÁN

Despierto atada a una cama… debo estar en la enfermería. Hacía


tiempo que no tomaban esta medida por mis arranques de locura.
Esta vez tengo algo en la boca que impide que me muerda la
lengua. Deben pensar muy correctamente en la posibilidad de que
me suicide. Cierro los ojos con fuerzas, es lo único para lo que
tengo libertad. Intento gritar y removerme en la cama pero todo
es absurdo. Paro exhausta.

Un guardia me observa a un lado de la cama. Cuando me calmo


dice: “Mañana se te va a trasladar a un centro psiquiátrico. Aquí
no podemos ayudarte… entendemos que todos los hechos
pueden haberte dañado psicológicamente. Por eso se dudó sobre
la idoneidad de darte la noticia. Ha habido una persona que ha
insistido mucho para hablar contigo. Ha estado hablando con el
alcaide y aunque no es horario de visitas ni creemos conveniente
que en tu estado recibas visitas… se ha considerado que quizás le
sea positivo escuchar lo que tiene que decirle.”

Oigo como abren la puerta de la habitación donde estoy y veo a


un extraño entrar. Si pudiera hablar le diría al guardia que no
conozco de nada a aquel señor. El guardia abandona la habitación
diciendo: “10 minutos” lo cual no me da tranquilidad. Al menos
observa desde el otro lado de la puerta por una pequeña ventana
de cristal. Solo puedo callar y escucharle.

“Mi nombre es Baladán. Conocí a su marido hace 6 meses…


bueno, no sé cómo empezar. He de decirle que estoy aquí porque
su marido me hizo jurar que si le pasaba algo vendría a hablar con
usted. Cuando me llegó la noticia de su muerte… no esperaba
que tuviera que cumplir la promesa tan rápidamente… pensé que
nunca tendría que hacerlo pero soy un hombre de palabra. He
tenido que lidiar con el alcaide para poder hablar con usted en

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privado… algo he tenido que mentir, pero no es algo que me
cueste mucho. En fin.

Cuando usted…bueno… cuando ocurrió el terrible incidente que


la trajo a esta prisión, Cristo, debido al estrés perdió la memoria
sobre el hecho…sufrió una negación que según me dijo le fue
tratada por una psicóloga. No logró recuperar la memoria hasta
hace 7 meses y aunque intentaron ayudarle, no lo lograron. Dejó
de acudir al psicólogo y buscó por sí mismo el camino al
olvido… nos encontró a nosotros. No me enorgullece decirlo
pero para él fuimos como una familia. Pagó su dolor y su odio
reprimido mediante la violencia. Él no era como los demás, que
usamos la violencia como solución a un problema… bueno, él
estaba entre nosotros porque le dábamos el margen para actuar
con impunidad… en realidad eso es algo muy común entre
nosotros. Bueno, perdóneme, no le he dicho quienes
somos…somos “salvación de sangre pura” o más conocidos
como SSP de ideología nacionalsocialista.”

¿El hombre que me está hablando es un nazi y me está diciendo


que mi marido se unió a ellos? ¿Mi marido le hizo jurar que me
mataría si le pasaba algo? Miro perpleja, no puedo preguntar
nada.

“Al principio Cristo se sentía mejor... se sentía unido a nosotros,


contento y liberado. La policía no nos molestaba y él se sentía
valorado por los demás. No entendía los principios de nuestra
organización, pero también necesitamos soldados… y durante un
corto periodo de tiempo fue de los mejores. Debía tener mucho
odio dentro. Lo cierto es que hace menos de un mes cometió un
acto desproporcionado… excedido por el momento mientras
golpeaba a unos sucios que dormían delante de un cajero, mató a
una niña que dormía con ellos, o eso creyó. Cuando se dio cuenta
era demasiado tarde. Según me contó, se alejó lentamente

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mientras veía a los padres destrozados levantar su cuerpo e
intentando reanimarlo.

Vino a visitarme y me lo contó… me dijo que no podía seguir.


Liberar su odio le había convertido en un asesino, cosa que nunca
pretendió según decía. Me contó la historia de su hija… del
crimen. Solo quería decirle… que su marido no se suicidó porque
usted matara a su hija. Cristo se suicidó al no poder soportar la
realidad: Que él era ese tipo de personas que podrían haber
matado a Susana. Que todos somos ese tipo de personas capaces
de cometer errores.

Una vez cometido el error, se alejó de nosotros y muchos de los


miembros del SSP le negaron su amistad… no veía salidas, se
aisló. Me dijo que necesitaba reflexionar y ahora sé a lo que se
refería cuando me dijo que viniera a hablar con usted…en un
principio no sabía ni lo que quería que le dijera…pero le juré que
lo haría si algún día le pasaba algo. Esa promesa hizo que dejara
de llorar un momento.”

Baladán se levanta… aunque tuviera libre la boca, no podría decir


nada más expresivo que la lágrima que recorre mi mejilla. No soy
nadie para juzgar a este señor por lo que es, por lo que hace…
pero me sorprende que alguien tan cruel y con unas ideas tan
fascistas pueda hablarme de esta manera… que pueda decirme lo
que mi marido tenía dentro siendo una persona tan diferente. Me
cuesta creer que ambos hayan llegado a compartir algo. Se
despide con la mano y se aleja hacia la puerta, pero antes de salir
me dice que le llevará flores a su tumba de mi parte. No sé cómo
este hombre puede tener tanta empatía. Me ha dejado en paz
aunque aún tengo muchas cuentas pendientes con mis actos.

Quizás no haya mala gente, quizás todos seamos malos en


determinados momentos. Víctimas al ser animales que cometen
errores por naturaleza.

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CAPITULO 9 – EL FIN

…un inmenso silencio con una sonrisa de fascinación en los labios…

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La lluvia sorprendió a la ventana de la enfermería y estremeció al
guardia mientras la mujer aún atada en su propio mundo se sumía
en sus recuerdos. La lluvia abrió el cielo y les hizo callar a todos,
que hechizados, miraban al cielo por un día.
La lluvia sorprendió al buen trabajador y al ladrón, al médico y al
paciente…a víctimas y a verdugos. Calló suave sobre las tumbas
de quienes ya no están y bañó el día de quienes acaban de nacer.
Nos paró a todos de golpe y miramos desde un lugar cubierto.

Un frescor inmenso que silencia a los coches en las calles y nos


tapa los ojos llevándonos a estados de nostalgia. Gente en las
paradas mirando el agua caer mientras se abrigan… gente en las
salidas de los centros comerciales… quietos mientras otros abren
sus paraguas.

Ese mismo gesto lo hizo Baladán horas después de visitar la


cárcel al salir de su coche. Llevó unas flores a la tumba como
había prometido. Se paró mirando la lápida, golpeada por el agua
sin cesar. Pensaba en la esposa de Cristo, atada y a punto de ser
llevada a un psiquiátrico cuando dijo: “No quiero despertar un día
y ver que ya no hay vuelta atrás. Cristo… gracias.” Tras lo cual
vuelve a su vehículo en cuyo maletero se esconden unas maletas
que guardan sus posesiones más preciadas y útiles. Se va lejos
huyendo de su pasado quizás sin saber que el pasado no se puede
dejar atrás.

Al otro lado de una ventana en un hospital, el doctor Umbume


mira esperanzado y reafirmado. Acaba de salir de una reunión
con el director del hospital y volverá a su trabajo cuando la
recuperación sea completa. Detrás de él, sentado en una silla
también mira hacia el exterior Lázaro pensando que la vida aún le
depara muchas sorpresas, ahora con un gran amigo como el
doctor.

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Mojados sin embargo están Paloma y Moisés, corriendo bajo el
diluvio sonriendo histéricamente por haber considerado poco
apropiado sacar el paraguas en un día tan bueno como parecía.
Rodeados del ruido de la lluvia no escuchan sus carcajadas pero
saben que están ahí.

La lluvia lo silencia pero lo magnifica todo.

Un ruido hermoso que nos recuerda la lección más importante


que aprendemos en la vida… que al final todo se resume con un
inmenso silencio mientras en los labios se dibuja una sonrisa de
fascinación.

Te despiertas un día sin nada. Desnudo sin recuerdos.


Miras a tu alrededor y no reconoces nada. Ves tu piel y no sabes
cómo llegó ahí. Y jurarías que has estado años muerto, sin
embargo desconoces si lo que disfrutas es vida.

A tu alrededor un campo infinito y cuando palpas tu cara


descubres sorprendido que tienes una sonrisa dibujada. Entonces
te pones en pie con tus piernas temblorosas y comienzas a
caminar sin saber a dónde...sin ni siquiera imaginar que tus pasos
podrían llevarte a algún sitio.

Notas el tacto de la hierba, de las pequeñas piedras que hay bajo


tus pies.

Algo te dice que es la primera vez que captas el color... algo te


dice que quizás vivas una segunda oportunidad. Das pasos, y
sigues dándolos. Cuantos más pasos das más cerca te sientes de
casa aún sin saber si realmente tienes una. Antes de darte cuenta
corres frenéticamente buscando algo… y llega un día en el que te
das cuenta de que en el fondo no somos ni lo que tenemos ni lo
que nos falta...somos... unos pasos que con alguna clase de
esperanza, no podemos dejar de dar.

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FIN

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