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Evade Iusacell El Pago de Garantías
Evade Iusacell El Pago de Garantías
México, D.F., a 10 de agosto de 2010. Iusacell tendría que cubrir una fianza por la
cantidad de $27 mil millones de pesos al interponer amparos, sin que a la fecha haya
otorgado ninguna garantía que permita la posible reparación de daños y perjuicios en el
caso de que resulten improcedentes, señaló Luis Miguel Díaz, experto en derecho de
telecomunicaciones.
“La responsabilidad de hacer frente a los daños y perjuicios es algo que no ha cumplido
Iusacell. Al solicitar Iusacell la suspensión de la concesión como resultado de la licitación,
el juez debe determinar la cuantía de una garantía suficiente para reparar el daño e
indemnizar los perjuicios que se causarían al resto de los operadores y al Estado
mexicano, si no obtiene el demandante una sentencia a su favor”, explicó Díaz.
En esta situación, tanto el Estado como el resto de los operadores tienen el derecho de
otorgar una contrafianza que dejaría sin efectos la fianza de Iusacel. Esta contrafianza
debería ser suficiente para pagar los daños y perjuicios del quejoso, en el caso de que se
le concediera el amparo. En ambos casos, será el juez quien deberá determinar los
montos tanto de la fianza como de la contrafianza. Para el cálculo de la fianza el monto
estaría rondando los 27 mil millones de pesos, que es el monto aproximado que el Estado
DOCTOR LUIS MIGUEL DÍAZ
Presidente Centro Interdisciplinario para el Manejo de Conflictos AC
mexicano estaría por recibir entre las subastas y los derechos de concesión por los 20
años de cada bloque licitado.
El tema hasta ahora, añadió el especialista, es que los jueces que han admitido dos de los
amparos de los 61 presentados, no se han pronunciado respecto a la exhibición de
garantías que serían necesarias para asegurar los derechos del Estado y del resto de los
operadores, lo que le ha permitido a Iusacell seguir interponiendo una sucesión de
amparos sin sustento, entorpeciendo los procesos que tienen las propias licitaciones, sin
que asuma ninguna responsabilidad económica, tal como lo mencionan los artículos 125,
126, 127 y 128 de la Ley de Amparo.