EL NORTE.
COM
elnorte.com/vida
Tiene NL gama de familias
Daniel Santiago
L
os programas y
las políticas públi-
cas deben respon-
der a la realidad
que se vive en cada lugar.
Con el objetivo de
adaptar a la sociedad
nuevoleonesa los que
se generen en el Estado,
la Facultad de Trabajo
Social de la UANL y el
DIF estatal investigan la
composición de las fami-
lias que actualmente vi-
ven en NL.
Y aunque los resul-
tados aún no están lis-
tos, para Manuel Ribeiro,
investigador a cargo
del “Diagnóstico de las
Familias de Nuevo León”,
es un hecho que en la en-
tidad existen diferentes
modelos de convivencia
en el hogar.
Además de la familia
nuclear o tradicional, inte-
grada por madre, padre e
hijos, habrá seguramente
una importante cantidad
de hogares monoparenta-
les encabezados por una
viuda, soltera o divorciada,
asegura el investigador.
También se encontra-
rán las familias conocidas
como extendidas, en las
que conviven abuelos o
primos, e incluso aquellos
hogares en los que los pa-
dres son del mismo sexo.
“Lo que define a la fa-
milia es la presencia de
los hijos, no la pareja en
sí”, dice Ribeiro.
Con base en esta apre-
ciación sociológica, éste
es un retrato de los tipos
de familias que se han
encontrado en la actuali-
dad en Nuevo León.
Estos abuelitos son también papás
Siomara Yazmín, de 4 años de
edad, y su hermana, Nhilse Mora-
mai, de 6, gozan en su casa de un
amor al doble. Tras un proceso de
adopción en julio del año pasado,
sus abuelos maternos son legal-
mente también sus padres.
“Es maravilloso”, comenta Re-
né Rodríguez, un trabajador de una
empresa en Santa Catarina, “les da-
mos todo el cariño que podemos. Si
Dios nos presta vida vamos a darles
lo mejor que podamos”.
Luego del abandono de sus
padres biológicos, las pequeñas
quedaron desde bebés a cargo de
René y de su esposa, Elizabeth
Quiroz.
El de Siomara y Nhilse fue
el primer caso realizado una vez
que en Nuevo León se reglamen-
taran los juicios orales para agili-
zar la regularización de menores
con padres adoptivos.
“Hicimos esto para darles una
estabilidad a las niñas”, expresa
René, de 48 años.
Vecina de la Colonia Infona-
vit Los Ángeles, esta familia ni-
colaíta incluye a dos hijos mayo-
res, uno de 25 años de edad, Éd-
gar Humberto, y otro de 19, Érick
Alejandro.
En los últimos seis años, 884
familias han realizado un trámi-
te de adopción en Nuevo León,
3 de ellas de tipo monoparental,
Domingo. 31 de Enero del 2010. vida@elnorte.com / Tel. 8150-8289 / Editor: Francisco Betancourt
d Los Dávila Guzmán tiene un interés en común: la música,
un gusto que tratan de disfrutar en familia.
Predomina la tradicional
Estar en el escenario cuando era
parte de una estudiantina mien-
tras sus padres, desde el públi-
co, le transmitían todo su apoyo
es una de las muchas experien-
cias con las que Joel Dávila Guz-
mán ejemplifica lo que para él
es familia.
“Ellos asistían a los eventos, sen-
tía su apoyo. Ellos debajo del escena-
rio, siempre aplaudiendo tu esfuer-
zo. Era algo gratificante”, cuenta el
alumno de octavo semestre univer-
sitario y ejecutante del teclado.
Son una familia de músicos,
pues su hermano, Mario Iván,
quien cursa segundo de secun-
daria, toca el bajo.
“A veces nos ponemos a can-
tar y a tocar”, cuenta el joven in-
tegrante de la Red Estatal por los
Derechos de los Niños del DIF.
Los padres de esta familia
que radica en la Colonia Moderna,
Joel Mario Dávila y María Alicia
Guzmán, coinciden en que la co-
municación y la convivencia son
fundamentales con los hijos.
“Lo más importante es plati-
car las cosas para resolver cual-
quier problema que se presente”,
dice María Alicia.
d René Rodríguez y Elizabeth Quiroz adoptaron a sus nietas Nhilse
Moramai y Siomara Yazmín, quienes fueron abandonadas por sus padres.
884 familias han realiza-
do en los últimos 6 años un trá-
mite de adopción en NL,
3 de ellas de tipo monoparental.
pues son casos de mujeres con
solvencia emocional y económi-
ca, dice Julieta Rodríguez Palos,
responsable de Adopciones del
DIF estatal.
“No todos vienen de maltra-
to o abandono. La gran mayoría
son niños que ya están viviendo
Alberto Hernández
La familia nuclear es el
modelo más común en NL.
Los Dávila Guzmán integran
una familia nuclear, constituida
por padre, madre e hijos, y repre-
senta el modelo predominante.
Sin embargo, no es el único,
señala el investigador Manuel
Ribeiro Ferreira, autor del libro
“Hacia una Política Social de la
Familia”, pues existen otras figu-
ras familiares.
Los mismos Dávila Guzmán
podrían ser una familia extendida,
pues aunque su prima Alejandra Eli-
zabeth Guzmán no vive en la misma
casa, convive mucho con ellos.
“Ellos siempre están ahí cuan-
do uno los necesita”, dice la ado-
lescente, quien toca la guitarra.
Para María Alicia, la madre, la
principal preocupación de las fami-
lias es la situación económica, pues
el difícil panorama obliga a los dos
miembros de la pareja a trabajar.
“A los hijos se les descuida
y ése es un problema que veo.
Cuando los niños están solos se
descarrilan”, expresa.
Édgar Montelongo
con la familia. Por decir, ‘me casé
con x pareja que ya tenía un hi-
jo y ahora lo quiero adoptar. Son
adopciones externas”, explica la
funcionaria.
Siomara y Nhilse están en
preescolar y en el futuro seguro
harán muchas preguntas, pero
René y Elizabeth aseguran que
están preparados para enfrentar
los cuestionamientos.
“Para ellas no hay otros papás.
Vamos a responder lo que nos pre-
gunten. Conforme sea la pregunta
será la respuesta”, afirma René.
Prefiere vivir sola, pero sin violencia
Fue muy difícil y le tomó mucho
tiempo, pero tras vislumbrar un fu-
turo violento al lado del padre de su
hijo, Virginia Leija decidió que pre-
fería darle al bebé un hogar lleno de
amor, sola, que uno con temor.
Sería madre soltera.
“Dije ‘¿qué quiero, un matrimo-
nio con agresividad que me va a te-
ner insegura?, ¿o sola, tranquila, tra-
bajando, dándole a mi hijo un hogar
seguro?”, comenta la contadora pú-
blica, quien labora en el área de re-
cursos humanos de una empresa.
Con el pequeño Eliot de apenas
un año de edad en sus brazos, la mu-
jer de 38 años aprovecha su hora de
comer para ir por él a la guardería y
convivir en este espacio del día.
Tras quedar embarazada, re-
cuerda, su entonces novio comen-
zó a mostrar violencia verbal, lo
que la llevó a cambiar sus planes
de casarse.
Pero cuando el niño nació,
Virginia sintió una preocupación:
¿cómo crecería su hijo sin una fi-
gura paterna?
“Acudí al DIF sintiéndome
El divorcio la impulsa a superarse
De casa en casa, con amigas o
vecinas, Sandra Gutiérrez de la
Fuente distribuye los catálogos de
productos de belleza y salud que
vende para mantener a sus tres hi-
jos, Alberto, Oziel y Alessandra.
Esta emprendedora mujer es
divorciada. Se quedó a cargo de la
familia hace algunos años, tras el
abandono de su esposo.
Lejos de sentirse derrotada,
Sandra pensó entonces en supe-
rarse, por lo que se integró a varios
programas municipales y del DIF
estatal, tomando cursos de desarro-
llo humano y autoestima; incluso ha
aprendido sobre derechos huma-
nos, en especial los de las mujeres.
“El divorcio hizo que yo bus-
cara esas puertas porque me sen-
tía apagadilla, decía ‘qué voy a ha-
cer, qué voy a darle de comer a los
niños’”, recuerda.
“Me deprimí porque él me de-
jó con todos los servicios, llena de
deudas. Sí vendía los productos
de belleza, pero me sentía mal”.
Ahora, Sandra es una orgullo-
sa jefa de familia que además es
voluntaria de programas sociales.
“Vamos y hablamos con las
vecinas y les digo ‘tú vales, no de-
jes que te maltraten’. Les transmi-
timos consejos y ellas dicen ‘sí, no
nos vamos a dejar’”.
Con el incremento de los di-
Ellas son en casa mamá… y mamá
Hace siete años, Adriana Carlos y
Tere Calderón decidieron formar
una familia. A través de un pro-
ceso de inseminación en una de
ellas, ahora son madres de Jor-
ge Adrián, de 6 años, y Daniela
Adriana, de apenas cuatro meses.
En esta familia hay amor,
unión y juegos; apapachos y re-
gaños; las dos trabajan para dar a
los niños un techo, alimento y to-
do lo necesario para su desarrollo,
como en cualquier hogar, asegu-
ran las vecinas de la Colonia Los
Cristales, en San Nicolás.
“Jorge está muy pegado a mí. Es
bonito saber que me espera, que lo
tengo que acostar, darle un beso y, si
tiene pesadillas, que sepa que estoy
ahí”, cuenta Adriana, licenciada en
informática administrativa.
“Él se siente orgulloso de no-
sotros, sabe que tiene una familia
diferente. Es un niño muy inteli-
gente. Tiene los primeros luga-
res en la escuela. Él nos presume
y en ningún momento lo sentimos
acomplejado o con problemas”.
Pero hay una fuerte preocupa-
ción en ellas. Adriana no tiene dere-
chos ni obligaciones legales con los
niños, pues sólo están reconocidos
en Tere por ser la madre biológica.
“Si ella (Tere) llega a faltar, los
niños no se quedan conmigo. He-
mos consultado con abogados pa-
ra quedar legalmente como su tu-
tora, pero hemos batallado”, di-
ce Adriana.
“Yo trabajo, pero ellos no tie-
nen la protección del Seguro So-
cial. Los apellidos también me
fragmentada, a pesar de venir de
una familia muy bien cimentada,
con un ejemplo de papá y mamá
firme, yo me sentía muy débil.
“Ahora sé que a partir de mí,
él puede tener una familia estruc-
turada. No quiere decir que no
haya cabida para una figura mas-
culina. Yo no voy a jugar el papel
de mamá y papá, pero sí el de jefe
de familia que toma decisiones”.
De acuerdo con Manuel Ribei-
ro Ferreira, investigador de la Fa-
cultad de Trabajo Social y Desarro-
llo Humano de la UANL, las fami-
lias monoparentales encabezadas
por una mujer constituyen el 20 por
ciento de los hogares en México.
Virginia, quien se da tiempo pa-
ra estudiar una maestría, sabe que
el reto es grande, pero necesario.
“Aunque duela, aunque cues-
te, aunque haya críticas, porque
claro que hubo críticas. Me de-
cían ‘¿cómo?, ¿tú?, ¿la que siem-
pre está estudiando?’. Pues sí, la
que siempre está estudiando de-
cidió ser maestra soltera, por el
bienestar de mi hijo”.
d Sandra Gutiérrez de la Fuente mantiene sola a sus tres hijos,
pues es divorciada y no cuenta con apoyo de su ex esposo.
En 1997 hubo 2,161
divorcios en NL, mientras
que en el 2007 el Registro Civil
documentó 5,134.
vorcios también han aumentado
los hogares en los que una mujer
se hace cargo de la familia, asegu-
ra Manuel Ribeiro Ferreira.
“Hay un número importantí-
simo de hogares de este tipo y son
tan familias como cualquier otra,
d Adriana Carlos y Tere Calderón comparten el amor por sus hijos, Jorge
Adrián y Daniela Adriana, pero no tienen los mismos derechos sobre ellos.
2 de 200 inseminacio-
nes realizadas en el Ginequito
el año pasado correspondieron
a parejas lésbicas.
gustaría poderlos compartir, que
yo los tenga como míos”.
Para el investigador social
Manuel Ribeiro Ferreira, entre las
parejas del mismo sexo que tie-
nen hijos las integradas por mu-
jeres son más frecuentes.
“Es un fenómeno real, como
tal, la sociología los reconoce co-
mo una unidad familiar”, afirma.
Pablo Díaz, ginecólogo del
Hospital de la Mujer, dice que
uno de los procedimientos de re-
Extras de hoy
¿Perdido
en la cultura?
Recorre en unas imágenes
los acontecimientos más
importantes de la semana
del mundo de la cultura,
las artes y la literatura.
d fotogalería
Fernando Zapata
d Virginia Leija, de 38 años, tomó
la decisión de criar a su hijo sola.
20% de los hogares
mexicanos están encabezados
por mujeres.
Francisco Bustos
aunque no exista un varón en el
hogar”, expresa.
Uno de sus hijos, cuenta San-
dra, estudia para ser contador pú-
blico, trabaja y toma clases de inglés,
mientras que la menor, de 11 años
y con un problema cerebral, ya fue
aceptada en una secundaria.
Lo que le preocupa es que aho-
ra su ex esposo quiere despojarla de
la casa en la que sus hijos han creci-
do, en la Col. Infonavit Los Ángeles,
en San Nicolás, pero confía en que
este obstáculo también lo superará.
Fernando Zapata
producción asistida más común
es la inseminación intrauterina, la
cual requiere la aprobación de un
comité de bioética y de una eva-
luación psicológica de la pareja.
“El 20 por ciento de las pare-
jas sufre infertilidad, y de ellas un
40 por ciento va a requerir una
inseminación intrauterina. En
México estaríamos hablando de
2 millones de parejas”.
Las recientes modificaciones
legales en el DF que permiten el
matrimonio y la adopción en pa-
rejas del mismo sexo no son una
gran esperanza, dice Tere.
“Estamos creando una familia
diferente a lo que marca la socie-
dad, sí, es diferente, pero es nues-
tra familia y es nuestra decisión”.