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Septiembre de 2010
AÑO 3 N° 5
Luz Mary Ortiz 6.30 pm Muestra cultural Y OBJETIVO A propósitos de las 5-6
Artística indígena: danza, publicaciones
Coordinadora Red Guaviare Propiciar un espacio de
canto, comida y bebida Turismo por Gua- 7
Conferencia Central: intercambio pedagógico y
viare
de balances analíticos, con
Carlos Lomas– España las maestras y maestros
El Enfoque Comunicativo en SÁBADO 16 que vienen desarrollando
la enseñanza de la lengua y proyectos de investigación
7.oo am Video “Ecoturismo
la literatura. y de innovación en
En Tumaco” Nodo Tumaco. las instituciones educativas
Coctel embrujo verde Lugar de
7:30 am Panel sobre publica-
DESARROLLO R URAL .:I NSñññññññTI TUCI ÓN ED UCATI VA CO NCENT RACI Ó N DE DESR URAL.
TERESA SANCHEZ
docente inicial, con Inostroza y Ca-
Profesora ecuatoriana de la Universidad Mapa Departamento Guaviare
brera. 1996. Propuesta en didáctica
Tecnológica Equinoccial, ha participado
de lengua materna. Reeditado por
Ed. Magisterio. Bogotá: 2002. en encuentros latinoamericanos de la “I ncluya aquí una f rase o una cita del artículo para captar la atención del lector”.
AÑO 3 N° 5 Página 3
HACIA EL VIII TALLER…. nuestra preparación…. continuación
Álvaro Mojica.
Logística
Jainer Acosta RED
Claudia Ladino INTERDISCIPLINARIA
Protocolo CHIRIBIQUETE
Eneried Liz
DE
Doris Saavedra Omar
Publicidad y comunica- GUAVIARE
ciones Obed Meneses
pedagógicas y didácticas que En la tradición investigativa de Colombia son muy pocas las
investigaciones que intentan comprender los factores pedagógicos y
la universidad promueve, así
didácticos que explican los modos de leer y escribir de los universita-
como del tipo de demandas rios (Colciencias 2000). La tendencia dominante ha consistido en
que plantea. comprender el fenómeno desde el análisis de los procesos cognitivos
de los estudiantes, buscando en éstos un déficit lector, o pretendien-
HIPOTESIS do explicar los modos de leer y escribir, así como los intereses y ex-
pectativas al respecto, desde otro déficit del estudiante: el socio-
cultural (Baquero, 1996).
Desde una perspectiva pedagógica y didáctica se considera
Participantes: 17
que la universidad promueve ciertos modos de leer y escribir, ciertas
universidades del país
prácticas de lectura y escritura, en atención a un tipo de cultura aca-
démica que intenta favorecer. En este sentido, detrás de dichas
prácticas es posible leer la idea de cultura académica que circula en nuestro país. Esas prácticas, además de estar determinadas
por las capacidades lectoras y escritoras de los estudiantes, de sus características socioculturales y sus trayectorias académicas,
están marcadas de modo fuerte por elementos que pueden ser planteados a partir de preguntas como las siguientes: ¿qué se
pide leer al estudiante?, ¿para qué se pide leer y escribir?, ¿qué se hace con lo que se lee y se escribe?, ¿cuáles son los mecanis-
mos de legitimación, valoración y evaluación de los productos de lectura y escritura en la universidad?, ¿qué clase de apoyos
reciben los estudiantes antes, durante y después de la lectura y escritura de textos?
Se propone la siguiente hipótesis: los modos de leer y escribir de los estudiantes son un efecto de las condiciones peda-
gógicas y didácticas que la universidad promueve, así como del tipo de demandas que plantea. Esta hipótesis permite explorar
la idea de cultura académica que subyace a las prácticas de lectura y escritura en la universidad.
Es ésta entonces, una investigación descriptiva e interpretativa basada en información documental (documentos de polí-
ticas sobre lectura y escritura existentes en la universidad, programas de los cursos relacionados con el tema y otros espacios
académicos) y datos de naturaleza cuantitativa. La población está constituida por estudiantes universitarios de pregrado, repre-
sentativos de los diferentes programas académicos que se ofrecen en las 17 universidades participantes.
Este proyecto tiene como investigadores principales a Gloria Rincón (Univalle) y a Mauricio Pérez (U. Javeriana). Muchos de los
otros investigadores de las universidades vinculadas a éste son miembros activos de nuestra RED.
Contrario a lo que quisieran ciertas estructuras de poder en nuestras sociedades, resulta imposible hablar de unos contextos
educativos uniformes. Esta aseveración no resulta únicamente de la proverbial enseñanza de Heráclito sobre el fluir de todas las
cosas, sino también porque cada individuo posee una construcción de sujeto que le es propia, que aporta y dinamiza de formas
particulares los contextos con los cuales se relaciona. Cada aula escolar es un universo propio, y aún más, cada estudiante resulta
ser un microcosmos en el cual se reproducen no sólo todas las estrellas, sino que también se hallan algunos elementos imposibles
de hallar en cualquier otro lugar de las galaxias. Aquél es el panorama con el cual se encuentran las y los educadores. Así que perfi-
lar unas estrategias en las que se puedan abarcar las diferentes posibilidades que estos contextos ofrecen es ideal: es una tarea
que requiere de tiempo, de reflexión, de ensayos y errores, de diálogo con otros que se encuentran en sus mismas situaciones.
Es sustancial reconocer que las reformas educativas no se gestan únicamente por medio de las leyes: cada maestro puede
emprender en sí mismo un espíritu de reforma, el que hace cambiar su práctica de acuerdo con una serie de elementos que se en-
cuentran en constante transformación. La dinamización de las estrategias y los fundamentos sobre el aprendizaje, la evaluación, la
pedagogía en general, requieren de una constante búsqueda, de un cuestionamiento de las premisas de partida y de aquellas que
se han encontrado en el camino. El ánimo de realizar estas búsquedas puede encontrarse representado en textos como La escritu-
ra en la escuela: los niños pintan la vida, de Luz Mary Ortiz Estévez y Nilcia Azucena Carvajal Tarazona, y Tres secuencias didácticas
para abordar el lenguaje y la literatura en secundaria: Una experiencia de reflexión para transformar las prácticas pedagógicas de
Yolanda López. Ambos textos presentan prácticas educativas en torno a la enseñanza de herramientas del lenguaje, el primero en
San José del Guaviare, el segundo en Ibagué.
Las experiencias que allí se muestran pueden servir de base para que otros maestros cuestionen sus actividades, así como nutrirlas
de elementos que en algún momento se les han mostrado esquivos a la hora de adelantar una práctica educativa significativa. Los
textos nos muestran herramientas para trabajar con grupos de niños, niñas y adolescentes, a la par que generan importantes re-
flexiones sobre las implicaciones de la labor docente.
Sin embargo, estos textos carecen de algunos elementos que también resultan esenciales para comprender la labor docente:
las particularidades y los fracasos. Tal vez por las circunstancias editoriales estas experiencias pedagógicas no incluyen todos los
elementos que podrían con el fin de poner en debate el proyecto emprendido por parte de las maestras, o para incitar a la re-
flexión de otros maestros que seguramente habrán de conocer sus labores. Se describen a nivel general las prácticas, como si acaso
éstas se hubiesen adelantado con imaginarios estudiantes que no muestran resistencia o aportes a las actividades propuestas. Ade-
más, se da por sentado que todos los estudiantes llegaron a los resultados que se esperaban, sin entrar en cuestionamientos sobre
la realidad de esta situación o las condiciones que lo mismo implicaba – por ejemplo, ¿se debe el éxito al interés alcanzado por los
estudiantes en su particular construcción de sujetos o por la intervención del factor evaluativo?–.
Seguramente a las maestras no se les puede exigir un texto hermético en el cual todas las posibilidades estén contempladas;
estos cuestionamientos van dirigidos a quienes se acerquen a los textos, no para entrar en los afanes depredadores a los cuales
están acostumbrados algunos y cuestionar la profundidad de las experiencias presentadas, sino para enriquecer entre todos un
campo fundamental para el desarrollo de una nación como lo es la educación. Ver los elementos que quedan por responder ayuda-
rá a que en el futuro cada maestro responda las preguntas pendientes de su quehacer educativo, que pueda encontrar los elemen-
tos faltantes que le permitan acompañar de la manera más apropiada los procesos de aprendizaje de sus estudiantes.
No obstante, estos elementos ausentes en los textos de las maestras del Guaviare y del Tolima no alcanzan a ocultar un ele-
mento fundamental del cual dan cuenta sus prácticas y sus reflexiones: la importancia de la investigación en la escuela. Se ha seña-
lado antes cómo existen diferentes contextos educativos; en estas circunstancias, la investigación da cuenta de un deseo por abor-
dar las problemáticas y condiciones particulares de cada uno de ellos. Las aulas se convierten en los lugares donde confluyen diver-
sos elementos de la sociedad, que siempre se halla transformándose. En este marco de circunstancias, se vuelven indispensables la
investigación y el cuestionamiento de los valores adquiridos para dinamizar los procesos que se entretejen en la escuela en torno al
aprendizaje y la sociabilidad. Por ello los procesos de reflexión ya descritos son fundamentales; al reconocer los errores y las caren-
cias que se presentan en el ámbito pedagógico, se puede entrar a nutrir los elementos que son necesarios para que la escuela se
consolide como un lugar en el que las reflexiones conduzcan a que las comunidades realicen las transformaciones que les sean ne-
cesarias.
Ortiz Estévez, &, Carvajal Tarazona. (2010). La escritura en la escuela: los niños pintan la vida. Bogotá: Red Colombiana para la
Transformación de la Formación Docente en Lenguaje.
López. (2010). Tres secuencias didácticas para abordar el lenguaje y la literatura en secundaria: Una experiencia de reflexión para
transformar las prácticas pedagógicas. Bogotá: Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje.
ULTIMA NOTICIA
El coordinador del Nodo Centro nos informa que entre los
18 finalistas al Premio Compartir Maestro 2010, hay tres par-
ticipantes de grupos de la Red Colombiana de Lenguaje: Toli-
ma, Antioquia y Bogotá. De este último está el Gru-
po Colsubsidio,