Está en la página 1de 2

Los que querían seguir a Jesús – www.mirad.cl – contacto@mirad.

cl

Lucas 9 57-62 Los que querían seguir a Jesús


(Mt. 8.18-22)

Luc 9:57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
Yendo en el camino le dice al Señor. En el camino de nuestras vidas nosotros podemos hablarle muchas veces al Señor,
podemos prometer cosas, podemos pedir cosas, podemos dar gracias con nuestra boca.
Pero que es lo que realmente deberíamos hacer, es actuar con hechos lo que pensamos, si no sabemos si vamos a
concretar lo que decimos no podemos estar hablando sobre ello, no podemos prometer en vano.
Por otra parte es muy bueno el conversar con el Señor, el contarle nuestros problemas, nuestras cosas, el hacerle
promesas, el pedirle su ayuda, el darle las gracias por las cosas que tenemos.
Le dice Señor, por lo que podemos creer que es alguien que lo seguía hace mucho tiempo y que le consideraba un ser
Mayor que él y mucho más importante.
Si vemos la lectura de Mateo nos podemos dar cuenta de otro detalle:

“Mat 8:18 Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado.
Mat 8:19 Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
Mat 8:20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar su cabeza.”

No es normal que un escriba siga al Señor y menos que le llame Maestro. Lo que debe haber ocurrido es que su
apreciación de los misterios de la Biblia que él está acostumbrado a leer y escribir, deben haber sido explicados de tal
manera que nunca habría escuchado. La sabiduría de Jesucristo podía maravillar a cualquier persona y hasta hoy en día
nos encanta con sus enseñanzas.
Analicemos la frase que dice este hombre: Señor, te seguiré adondequiera que vallas. ¿Cuántos de nosotros podemos
decir esas palabras con esa confianza, y estamos seguros que realmente podremos cumplir lo que decimos?
En el mundo el podría seguirlo para donde fuera, pero ¿qué sucede una vez que tengamos que morir?, ¿podemos decir
que estaremos con Cristo para siempre? ¿Le seguiremos donde Él este? Son palabras con mucha responsabilidad y
debemos pensar antes de decirlo, ¿realmente queremos estar por la eternidad con Cristo? Dios quiere que todos le
sigamos pero depende de nosotros el poder concretar con hechos eso.

Luc 9:58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza.
Nuestro Salvador acá nos muestra una triste realidad, que Dios se preocupa de cada animalito, de que tenga su lugar
donde estar, que tenga un hogar. Ellos por instinto construyen sus refugios, mas el Señor Jesucristo no tenía ninguna
ganancia material en la tierra a diferencia con las riquezas celestiales donde su Padre, no tenía un lugar donde dormir
pero en el Cielo tenía un palacio lleno de habitaciones donde descansar. No era una persona altanera, interesada o que
mostrara frialdad con otras personas sino que todo lo contrario, era alguien humilde, atento y cariñoso con todas las
personas que a Él se acercaban.
¿Y porque esto sucedió así? Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir.

Como seria para este hombre escriba, que debía haber tenido una gran reputación y un gran prestigio el andar
durmiendo en camas prestadas, el andar sin riquezas, el tener que humillarse ante otras personas. Debe haber sido algo
no contemplado por este hombre que no sabemos su reacción luego de estas palabras del Señor. Como algunos
comentaristas dicen, era un discípulo precipitado.

Luc 9:59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
Ahora nos encontramos con un hombre al que el Señor le habla. Que según lo que podemos observar debe ser un
seguidor de Él al que el Señor solo le dice una palabra. Sígueme.

Por: Iván Pablo Yáñez Fica Página


1
Los que querían seguir a Jesús – www.mirad.cl – contacto@mirad.cl

Hagamos una comparación con el caso anterior, esta palabra tan pequeña toma en cuenta lo que había dicho el hombre
anterior haciendo que tome una gran responsabilidad. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta? ¿Estamos dispuestos a
seguirle? ¿Cómo reacciona este hombre? El Señor nos pide un sí o un no.
Este hombre le pone un pero, ¿dejarlo ir a enterrar a su padre?
Según las costumbres de aquellos tiempos, no se podía tener un muerto más de un día sin enterrarlo, entonces ¿Qué
sucede con este hombre?
Quería esperar a que su padre se muriera para poder enterrarlo, ¿eso tiene algo de malo? No, lo que está mal es dejar al
Señor de lado para esperar algo que no sabemos en qué momento va a llegar. El Señor te necesita ahora mismo, ¿qué es
lo que te detiene? ¿Por qué no te decides por Dios hoy?
No sabemos en qué momento nosotros mismo podemos morir, y si no me preocupo por como estoy ante Dios, ¿cómo
puedo preocuparme de los demás?
No dejemos para después el llamado que nos hace Dios hoy.

Luc 9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
El Señor nos habla de dos tipos de muertos, primero una persona que tiene vida física pero que está muerto
espiritualmente, y también nos habla de las personas que ya no están vivos corporalmente que son los muertos que
están en el cementerio. El Señor nos pide que los que no son de Cristo ocupen el tiempo en lo que gusten, como en
andar enterrando personas, pero los que somos realmente de Cristo debemos anunciar el reino de Dios. Ese es nuestro
llamado como creyente, que no dejemos pasar la oportunidad de trabajar en pos de Dios en vez de malgastar nuestro
tiempo y dinero en cosas vanas, en cosas ambiciosas, en vanidades.

Luc 9:61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi
casa.
Por último vemos a otro hombre que le habla a Cristo diciendo, te seguiré Señor, PERO. Otra vez vemos que el hombre
pone condiciones a Dios, uno que no debe hacer más que solo creer en Él de corazón y arrepentirse de sus pecados,
nosotros que no debemos pagar, que no debemos hacer, que se nos entrega todo gratuitamente, ¿tenemos la cara de
poner Peros ante las palabras de Cristo?
Nuestro salvador no puso Peros cuando estaba en la Cruz a punto de Morir, ¿como nosotros podemos hacerle esperar?
El pedir despedirse de su familia es un arma de doble filo, en nuestras familias encontramos todo tipo de personas que
nos influencian de distintas formas y si somos débiles de carácter ellos pueden hacernos cambiar de parecer muy
rápidamente. El Seguir a Cristo es una iniciativa que solo depende de mí, primero debo preocuparme de mi alma antes
de ir donde mi familia para explicarles el cambio de vida que ha sucedido.

Luc 9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
No podemos mirar a tras al decidir seguir a Cristo, tenemos que mantenernos firmes en la palabra, tenemos que
perseverar en difundir el evangelio, tenemos que crecer como creyentes. Una vez que somos hijos de Dios no podemos
dejarnos influenciar por el mundo, si mi familia o mis amigos hacen algo que está en contra a lo que Dios nos manda, no
podemos quedarnos tranquilos, nosotros somos separados del mundo, vivimos en el mundo pero no somos del mundo.
Esperemos saber discernir cuando algo nos quita el espacio que debería tener Cristo en nuestros corazones y si aun no
conoce el amor de Cristo y el cambio que puede hacer en sus vidas, hoy es el día, hoy les está llamando, hoy les manda a
seguirle. Quiere descansar realmente tranquilo cada día, entregue su vida Cristo y encontraran descanso.

Por: Iván Pablo Yáñez Fica Página


2

También podría gustarte