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ORIENTACIONES PARA LA EVALUACIÓN DEL PROYECTO EDUCATIVO

INTRODUCCIÓN
Desde la promulgación del Estatuto Docente, que obliga que cada establecimiento tenga su
proyecto Educativo Institucional (PEI) y su Reglamento Interno Educacional (RIE). Estos han
estado tradicionalmente presentes en el quehacer educativo de los docentes de nuestro país. La
mayor parte de las veces como un enunciado declarativo de normas y reglamentos emanados del
Ministerio de Educación, y otras veces, en declaraciones de valores y principios que la propia
comunidad educativa estima convenientes para la formación de los alumnos y ejercicio profesional
docente.
La crítica usual de los directivos, profesores, apoderados y alumnos, es que este Proyecto
Educativo, debiendo ser la Constitución de la escuela, el principio orientador de acciones
pedagógicas concretas, que aseguren que "se formará integralmente", "se educará para la
democracia", "se incluirá la formación afectiva y el desarrollo de la capacidad de reflexión ética",
"se enseñará respetando características e intereses de los alumnos", etc., valores que comparten casi
todos los Proyectos Educativos y en los que creemos mucho los educadores del país”. 1 La realidad
es que, por distintas razones, se ha dificultado conseguir traspasar la barrera de las declaraciones a
la concreción de éstos en la cotidianeidad pedagógica de la escuela, de la operación administrativo-
pedagógica; sin dejar de reconocer y valorar los esfuerzos que se han realizado para consensuar y
darle operatividad.
Frente a esta situación es posible revisar el PEI de cualquier unidad educativa, si refleja las
aspiraciones y demandas actuales de toda la comunidad educativa y que éste se enmarque en la
Misión y Orientaciones Estratégicas de la Comunidad Educativa

En consecuencia, el presente documento es una invitación a involucrarse en el conocimiento y


revisión de este proyecto como una oportunidad de construir un espacio de identidad actual y
proyectiva, además de implementar una herramienta valiosa como orientadora de la Gestión de
la escuela.

1
Mineduc, 1997. Gestión Estratégica del Proyecto Educativo.
2

MARCO CONCEPTUAL DE UN PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL


Con la finalidad de abordar esta tarea, se incluye una presentación de las principales bases
conceptuales de un Proyecto Educativo Institucional y una breve descripción de los componentes
del diseño operativo que sigue a la formulación de sus fundamentos.

El documento antes citado del MINEDUC (1997), destaca que “en la literatura especializada hay
diversas definiciones del concepto. Mencionaremos algunas:
• "Proceso de reflexión y enunciación que realiza una Comunidad, orientado a explicar la
intencionalidad pedagógica, la concepción de la relación entre el individuo y la sociedad, la
concepción de educación, y el modelo de comunicación en el que se sustenta la misma"2 .
• "Herramienta de planificación y gestión que permite compartir una finalidad y un quehacer
común, que da sentido al proceso educativo que se desarrolla en las escuelas/liceos y les otorga
identidad 3.
• "Instrumento, a la vez político y técnico, que toma en cuenta demandas explícitas hechas a la
escuela o liceo, y que simultáneamente, es capaz de anticiparse a nuevos requerimientos" 4.

A partir de las ideas principales que surgen de las definiciones anteriores, el PEI aparece como un
instrumento de planificación y gestión que se sustenta en una enunciación de visiones, que
permiten la formulación de un ideario pedagógico reflejado en una misión institucional que se
enmarca en valores y principios compartidos por la comunidad escolar, y de un conjunto
coherente de acciones que permitan operacionalizar el ideario formulado de una misión, y de
principios y valores consensuados; que requiere de un compromiso de todos los miembros de
una comunidad educativa y que permite, en forma sistematizada, hacer viable la misión de
una escuela o Liceo.

BASES PARA UNA REFORMULACIÓN DEL PROYECTO EDUCATIVO


INSTITUCIONAL
El Proyecto Educativo Institucional (PEI) debe explicitar, su visión, misión y sus valores, principios
educacionales y de convivencia, así como sus objetivos estratégicos y el plan de acción que guiará al
establecimiento en la concreción de su misión. Esto por cuanto una declaración sin contenidos

2
Reflexión sobre los Proyectos Educativos Institucionales”, Ministerio de Educación Nacional, Colombia,
1994
3
Astudillo, E. Proyecto Educativo Institucional y Gestión Escolar en un contexto descentralizado. Revista
Pensamiento Educativo. Vol 16, 1995).
4
(PUC-CIDE-MINEDUC, 1995)”.
3

operativos puede ser de todos modos letra muerta si no se concreta a través de un plan de desarrollo,
con objetivos, estrategias, actividades y asignación de responsabilidades y tiempos para cada una de
ellas. En ese momento el PEI se pone en funcionamiento y la misión, valores y principios se hacen
realidad en el quehacer de toda la comunidad educativa. De aquí la necesidad de revisar y/o redefinir el
PEI, según sea el caso, y plasmar su realización en un plan de desarrollo.

I. VISIÓN
La VISIÓN es una declaración acerca del futuro que se desea. Es la expresión del SENTIDO de lo que
se hace; o de las ideas-fuerza o “espíritu” que anima a una institución. Una visión “hace sentido”
mostrando un estado futuro ideal al cual se aspira a llegar o el cual se quiere construir.

Si bien todas las personas pueden tener sueños respecto de un futuro ideal que los llene de sentidos, y
por tanto, son capaces de formular una visión, las VISIONES COMPARTIDAS por una comunidad
suelen ser declaraciones realizadas por miembros prominentes de las mismas: por sus líderes, sus
estadistas, sus fundadores. Así por ejemplo, las visiones compartidas por toda la humanidad han sido
moldeadas por un número limitado de Maestros: Confucio, Buda, Jesús, Mahoma, Platón, Aristóteles,
Gandi. También hay visiones compartidas por grupos de países (Europa, o América Latina, por
ejemplo), por los ciudadanos de un solo país, por miembros de una misma comunidad académica o
profesional, o por comunidades especializadas tales como empresas o escuelas.

Sueño con que un día esta nación se levantará y vivirá realmente el significado de su
credo: que todos los hombres han sido creados iguales. (Martin Luther King)

La VISIÓN en los establecimientos escolares es un elemento fundamental de su Proyecto


Institucional. Corresponde a lo que en algunos países solía llamarse el IDEARIO ESCOLAR. En las
etapas fundacionales de la educación pública en América Latina (fines del siglo XIX hasta mediados
del siglo XX), la visión o ideario de las escuelas las proporcionaron estadistas o grandes educadores.
Esa visión, recogida y actualizada, persiste a través de los planteamientos de la UNESCO y otras
instituciones o eventos mundiales como la Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtiem,
Tailandia 1990 Dakar, Senegal, 2000). En las escuelas privadas, la visión suele haber sido formulada
por los fundadores o patrocinadores de la escuela; tal es el caso de las congregaciones religiosas.
También es posible encontrar instituciones escolares cuyos miembros han asumido la visión propuesta
por grandes educadores/as como Montessori, Freinet, Dewey, etc.
4

Todas las acciones humanas están permanentemente amenazadas por la trivialización, el


“aplanamiento”, el sin-sentido y el olvido. Por ello es necesario recordar o rememorar periódicamente y
de modo colectivo la Visión que anima a la institución. También recordar o rememorar es
imprescindible cuando se está por emprender una nueva etapa en la vida institucional, o cuando se
enfrentan situaciones complejas y difíciles.

¿Se puede cambiar una Visión? Normalmente, tal cambio no debería ser necesario. Las Visiones
tienen un carácter utópico que les permite persistir a lo largo del tiempo. Sin embargo, puede ocurrir
que la comunidad haya cambiado y que la visión que sostenía ya no le haga el mismo sentido o que
no les haga mucho sentido. En ese caso, miembros de la institución postularán visiones que hacen
sentido en la actualidad. Una discusión acerca de ellas facilitará el alcanzar consensos al respecto.

¿Se puede sostener más de una visión? Sí. Por ejemplo, un establecimiento educativo puede estar
animado por la visión de algún estadista para todas las escuelas del país y, al mismo tiempo, puede
estar animado por la visión de un gran pedagogo o pedagoga u otra persona o grupos de personas para
ese establecimiento en particular. Lo importante es que toda la comunidad educativa tenga claro cuál
es o cuales son la visión o visiones que la anima.

II. MISIÓN
Si la Visión atañe a todos los miembros de una institución de modo permanente, siendo el lazo que
une a sus generaciones a lo largo de los años, e indicando el sentido con que fue creada, la MISIÓN
alude al compromiso que asumen los miembros de la presente generación para acercar la
actual realidad a la Visión, enfocándose siempre en la relación de ésta con las personas
favorecidas por su acción: con sus “usuarios finales”: sus clientes, sus beneficiarios, sus alumnos.

Así por ejemplo, si la Visión de alguien era algo así como “algún día las redes de computadoras
permitirán a que cada oficina, cada hogar, cada persona disponga de un computador para su uso
personal…” la Misión para la presente generación puede ser “proporcionar a los usuarios actuales y
futuros de computadores personales un sistema operativo que actúe como una eficaz interfase con
todo tipo de programas y que permita una fácil interconexión en redes locales y remotas”. En este
caso, toda la organización, desde sus más altos ejecutivos e ingenieros, hasta sus mensajeros y
juniors, deberán desarrollar sus mejores esfuerzos para cumplir tal misión.

La MISION es una declaración que se asume colectivamente, pues involucra a todos los miembros
de la institución. Es un compromiso del colectivo y por ende, en su definición deben participar
5

todos. Una misión conocida sólo por los directivos de la institución no compromete al colectivo y
obviamente augura dificultades futuras.
Diferencias entre Visión y Misión. Si bien ambas son Declaraciones, la Visión no tiene plazo, es
utópica y puede valer para muchas generaciones. Su enunciado, tiene que presentarse en lenguaje
atrayente y político, y en menor medida, técnico. Tiene que ser inspiradora. La Misión, en cambio,
es la tarea para la presente generación. Es de largo plazo, pero no es utópica. Sus dimensiones son
político- técnico y organizativo. Ejemplo:

VISION
La combinación del conocimiento con el trabajo productivo ayudará a los niños y jóvenes a salir de
la pobreza y del abandono, sin que nieguen su cultura y su lengua. La modernidad de nuestra
región será la mejor síntesis de lo foráneo y lo propio, gracias al aporte de nuestros egresados.

MISIÓN
Construiremos una alianza de padres, madres, apoderados y maestros para mantener continuidad
entre lo que nuestros alumnos aprenden en el Centro y en sus hogares. Capacitaremos a los
educandos y a las familias para que complementen nuestra labor. Recíprocamente, escucharemos
sus preocupaciones y ratificaremos los valores en los que ellas forman a sus hijas e hijos
Juntos venceremos la adversidad

Si se atiende detenidamente a los enunciados de Misión, éstos enfatizan QUÉ ES LO QUE SE


QUIERE, se busca o se persigue para hacer realidad la Visión. Los VALORES, en esta
interpretación, constituyen las fuerzas que orientan la manera CÓMO las personas se van a
relacionar en la consecución de la Misión y el avance hacia la Visión.
La misión puede ser cumplida privilegiando una u otra forma de actuar según sean los valores y
principios a los cuales adhiera la comunidad.

III. VALORES Y PRINCIPIOS


Los VALORES aluden a la manera como se relacionarán los miembros de las instituciones y los
miembros de una institución entre sí. Al igual que la Visión y la Misión, los valores forman parte de
las declaraciones fundacionales de una organización. Debe garantizarse su aplicación en la vida
cotidiana de la misma, creando mecanismos institucionales que los sustenten, y velando
permanentemente por su realización.
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Algunos ejemplos de valores


Solidaridad: “Al margen de su origen socio económico y de su situación familiar, el
establecimiento garantizará a todos los alumnos la permanencia y el éxito en su trayectoria
académica, mediante la práctica de la solidaridad”.
¿Cómo se organizará el establecimiento para practicar la solidaridad? ¿Habrá una cooperativa de
libros de texto? ¿Los alumnos más aventajados apoyarán a los menos aventajados? ¿Habrá un
comedor con comida gratis para los que no puedan pagar? ¿Se preocupará la escuela de la
solidaridad en lo económico o considerará otras dimensiones de este valor? Etc.

Democracia: “Nuestro establecimiento propicia la participación de todos en la vida institucional”


¿Cómo se garantizará la participación en las decisiones relativas a la gestión financiera y del
personal? ¿Y en las relativas a la disciplina, o a la gestión curricular?

Los valores pueden ser muy diversos y en ocasiones, contradictorios. A modo de ejemplo hemos
puesto esos dos.

Todas las personas e instituciones que pertenecemos a la comunidad internacional hemos adherido,
incluso a través de compromisos escritos (por ejemplo, la Declaración de Derechos Humanos, la
Declaración de derechos del Niño), a un conjunto de valores que nos hemos comprometido a
respetar. Es normal que las comunidades educativas den importancia a valores que se repiten en
diversos ambientes y lugares, por consiguiente, lo interesante para el cumplimiento de una
determinada misión no es la generación de una lista de valores distintos, sino que la combinación
que se elija de valores considerados más propios y prioritarios en la comunidad.

La lista de valores no debiera ser muy extensa, pero sí mostrar el sello institucional que sea vivido
por todos los miembros de la comunidad educativa. Por ejemplo, en la reforma del sistema de las
Naciones Unidas, el personal en forma participativa ha establecido un marco valórico formado por
los siguientes valores: Honestidad, Respeto a la Diversidad, y Profesionalismo 5 .

En el caso del Liceo Manuel de Salas, la comunidad tiene un lema que puede ser considerado una
síntesis de valores: “Lealtad, servicio y progreso”. Tal vez ésta es la combinación de valores que
enmarcará el cumplimiento de su misión o puede considerarse necesaria una revisión que lleve a
algo complementario o diferente.

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Booklet code 99-93325-november-18M. ONU
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Principios
Al contar con una misión y un conjunto seleccionado de valores que enmarcarán la manera de
actuar para cumplirla, es posible establecer un conjunto de PRINCIPIOS que orientarán la práctica
propiamente tal de esa actuación.

Existe una relación entre la manera que se forma o educa a los niños y los jóvenes, y el resultado de
dicha formación. La literatura especializada se refiere a este tema como “encuadre o enmarcamiento
institucional”; “modalidades de formación”, etc. Dichos conceptos aluden al hecho que las
instituciones disponen de modalidades específicas de formar a sus educandos. Muchas veces estas
modalidades no se hacen explícitas. Por ejemplo, en un centro escolar dado las actividades artísticas
o las deportivas pueden constituir un instrumento clave en la formación de sus alumnos, y al mismo
tiempo se puede omitir su mención a la hora de explicitar el proyecto institucional. Si esas
actividades son importantes, y al mismo tiempo no se consideran de modo explícito, el conjunto del
centro escolar pierde una valiosa oportunidad de potenciar mejor esas dimensiones, y de integrarlas
de modo consciente al proyecto. Otro ejemplo. En un centro escolar dos o tres maestros de
excelencia pueden haber iniciado un estilo de enseñanza y aprendizaje con estándares más elevados
que el resto del establecimiento. Si el conjunto de los docentes no toma nota de esa situación, el alto
estándar pasa a ser un accidente, y no se transforma en un estándar común para todo el centro
escolar.

Para evitar ese tipo de problemas, se sugiere que además de la misión, la visión y los valores, se
expliciten también los PRINCIPIOS EDUCACIONALES del centro escolar. Tales principios
deben encarnar la Visión, la Misión y los Valores en el ámbito educacional. Su formulación debe
alimentar el marco curricular del establecimiento, y debe orientar la planificación de las
situaciones de aprendizaje por parte de los docentes. Supongamos que un centro educativo
estableciera este principio: “Nuestro establecimiento sigue el pensamiento de John Dewey,
“Aprender haciendo”. Algunas preguntas podrían ser al estilo de las siguientes: ¿cómo se traduce
ese ideario en los planes y programas del establecimiento o, mejor aún, en las metodologías
utilizadas cotidianamente por los docentes? Si no existen los modos a través de los cuales esos
principios encarnan en la institución, su enunciado sólo será un slogan publicitario.

Otro ejemplo: si un centro escolar declara que sus alumnos serán “críticos y creativos”, es obvio
que deberán optar por modelos activos, que permiten a los alumnos poner en tela de juicio lo que
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escuchan de sus maestros o lo que leen en sus textos. También es obvio que habrá necesidad de
diseñar situaciones de aprendizaje que alienten la crítica rigurosa (en oposición a la crítica liviana y
superficial) como parte importante del “estilo” de ese centro escolar.

La dimensión de la convivencia tiene tal importancia en la vida escolar, que parece conveniente
explicitar un listado de PRINCIPIOS DE CONVIVENCIA para guiar las interacciones en la
comunidad. Ellos pueden ir desde la disciplina militar al completo laissez -faire. Desde los modelos
centrados en normas a los modelos que propenden a la autonomía; desde los centros escolares que
inculcan disciplina, carácter u otros, hasta los que apoyan el auto desarrollo al ritmo y con las
modalidades que los propios educandos se van proponiendo.

Cualquiera sea la modalidad que el centro escolar declara, lo cierto es que requiere:
1) explicitarlas de modo que padres, maestros y los propios alumnos sepan cuál es la orientación del
centro;
2) traducirlas en un marco de convivencia en donde se establezcan sus fundamentos y las
principales orientaciones y
3) posibilitar la discusión, acuerdo, difusión y cumplimiento fiel de un reglamento interno, conocido
y necesario de acatar por toda la comunidad escolar.

En síntesis, la misión requiere ser completada con un listado de valores y de principios que orienten
su cumplimiento. En materia de principios, se sugiere considerar a los principios educacionales, en
general, y explicitar en forma separada un conjunto de principios de convivencia que se refieran a
esa dimensión.

IV. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS.


Se entiende por ESTRATEGIA un patrón unificador e integrador que permite tomar decisiones
válidas en la medida que traduce la misión institucional en términos de objetivos estratégicos que
se establecen a largo plazo y que responden a los diferentes ámbitos de acción o dimensiones
en las cuales está comprometida la institución. Por ejemplo, el mejoramiento de la calidad de los
aprendizajes, constituye un objetivo estratégico a cumplir por toda institución escolar; la búsqueda
de una mayor eficiencia en el uso de los recursos, constituye un objetivo estratégico que permite el
logro de la Misión de la institución, etc.
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En consecuencia, a partir de la MISION que la comunidad escolar se ha propuesto cumplir, se


derivarán los OBJETIVOS ESTRATÉGICOS que la institución pretende lograr en el mediano y
largo plazo.
La formulación de objetivos estratégicos en el establecimiento es el requisito básico de
cualquier esfuerzo de planificación para la acción.

Los Objetivos Estratégicos deberán dar cuenta de los logros que la institución pretende alcanzar, en
el marco de las grandes orientaciones que la animan en cuanto a Misión, Visión, Valores y
Principios. Estos objetivos deberán responder a la pregunta ¿qué queremos lograr? Y la respuesta
puede estar referida a dimensiones que es preciso establecer. Una forma de organizar las
dimensiones es, por ejemplo, la que propone el Ministerio de Educación de Chile que distingue las
siguientes:
La dimensión pedagógica - curricular se refiere a los fines y objetivos específicos o razón de
ser de la institución en la sociedad. Contempla las prácticas específicas de enseñanza y
aprendizaje, los contenidos curriculares, las prácticas de evaluación, entre otras.
La dimensión administrativa - financiera está referida a la distribución del tiempo y del
espacio del establecimiento; así como la administración de los recursos humanos, materiales y
financieros de la institución escolar.
La dimensión organizativa-operacional, se refiere a la organicidad interna del establecimiento
educativo, comprendiendo sus subsistemas, tales como: Consejo Asesor, equipo de docentes
directivos y sus respectivas funciones; cuerpo docente; departamentos administrativos;
departamentos de asignaturas; centros de padres y apoderados; centros de alumnos; comisiones,
etc. A la vez se refiere a la interrelación que existe entre esos subsistemas en términos de su
operatividad.
La dimensión comunitaria alude a las relaciones que establece la escuela con los padres y
apoderados de los alumnos, los criterios de selección, así como las relaciones que se establecen
con las organizaciones sociales, culturales, u otras del entorno.
La dimensión convivencial está referida a las relaciones de convivencia al interior del
establecimiento, tanto en cuanto a la relación entre pares: docentes entre sí, alumnos entre sí,
administrativos entre sí, apoderados entre sí, auxiliares entre sí; como las relaciones jerárquicas:
directivos con docentes, directivos con otros de menos jerarquía, directivos con alumnos y así
sucesivamente. Profesores con auxiliares, profesores con alumnos, etc.
La dimensión sistémica se refiere a las relaciones que establece la escuela con otras
instituciones del sistema educativo como por ejemplo, la Universidad de Chile, el MINEDUC,
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las instancias municipales, provinciales y nacionales de educación y con otras instituciones


escolares de su mismo nivel

Otra puede ser, las Dimensiones del Marco para la Buena Dirección, a saber:
 Liderazgo.
 Gestión Curricular
 Gestión de Recursos
 Gestión del Clima Organizacional y convivencia

Se considera que los objetivos son estratégicos cuando son proyectables en el tiempo y no
solamente se refieren a la contingencia. Un objetivo es estratégico si le permite a la institución
lograr su misión en un ámbito de desarrollo institucional determinado. Los objetivos estratégicos
emanan tanto del análisis del medio interno como externo de la organización.

VII. DISEÑO OPERACIONAL DEL PROYECTO EDUCATIVO: PLAN DE ACCIÓN


Una vez que la comunidad escolar se ha pronunciado sobre todos los aspectos que van desde las
propuestas para la formulación de la visión hasta la determinación de objetivos estratégicos,
pasando por sugerir ideas para plantear la misión institucional y el conjunto de valores y principios
dentro de los cuales dicha misión se inscribe, es preciso continuar con la operacionalización del
Proyecto Educativo, a través de las siguientes fases referidas a la concreción del mismo y cuya
formulación puede ser de responsabilidad del Equipo de Gestión de la escuela o Liceo. Estas fases
son:

I. Plan de Acción
Aclarada la Misión compartida por la institución, y propuestos los Objetivos Estratégicos que de
ésta se desprenden, es necesario planificar una manera de conseguir que la Misión se convierta en
acciones concretas, creativas, realistas y eficaces; que los distintos estamentos y actores establezcan
compromisos de acción, y el Equipo de Gestión, una manera de coordinar las acciones para atender
al sueño. Esto pasa por una formulación de objetivos que orienten los planes de acción de mediano
y corto plazo que se establezcan.

Los objetivos deben formularse para aprovechar las oportunidades, evitar las amenazas, impulsar
las fortalezas y superar las debilidades.
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Un Plan de Acción es un conjunto de programas específicos de acción, donde se especifica una


serie de actividades interrelacionadas, que se realizan para alcanzar un objetivo, en un tiempo
determinado.
Cada objetivo estratégico debe traducirse en programas de acción a los cuales se les pueda
hacer fácilmente un seguimiento, y cuyas contribuciones al Liceo se puedan medir.

A. Programas de Acción
Los programas de acción, en la medida que dan respuesta a los objetivos estratégicos planteados,
pueden ser definidos inicialmente (aunque no exclusivamente), en torno a distintos ejes asociados a
dimensiones de la gestión escolar como las más arriba detalladas. Los programas de acción que
derivan de los planes, son un conjunto de acciones estructuradas, coherentes, programadas y
evaluadas, con un diseño claramente definido para llevarlas a cabo en un período relativamente
corto.
Un Programa de Acción tiene una finalidad que debe concretarse a través de un conjunto de
proyectos específicos que agrupan una serie de actividades, recursos y responsabilidades a
desarrollar en el corto plazo. Por ello, y con el fin de concretar efectivamente el desarrollo de dichos
Programas, conviene derivar de este proceso el Plan Anual Operativo del Liceo.

B. Plan Anual Operativo.


Como se ha visto, el Proyecto Educativo Institucional es el documento matriz que fija las grandes
líneas de acción de la institución escolar. Sin embargo, para darle vida, es necesario que,
anualmente, la comunidad escolar deduzca de él un Plan Anual Operativo que le permitirá gestionar
en el corto plazo, y hacer viable los propósitos planteados en su Proyecto Educativo.
El Plan Anual Operativo del establecimiento estará constituido por el conjunto de Proyectos
Específicos que la institución escolar se compromete a desarrollar en el año inmediato posterior al
momento de su definición.

II. Seguimiento y Evaluación


El proceso de seguimiento y evaluación en situación constituye una forma de contrastar
permanentemente los avances de los programas de acción, con la situación coyuntural en la cual
estos se desarrollan (así como también los Proyectos Específicos, en el marco del Plan Anual
Operativo), a la luz de criterios definidos. El desarrollo de procesos de seguimiento y evaluaciones
de planes y programas se hace imprescindible por cuanto son estos procesos los que proporcionan
antecedentes para su reorientación en el contexto de los Objetivos Estratégicos planteados.
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TEXTOS DE REFERENCIA
Gestión Estratégica del Proyecto Educativo. En Carpeta 1, Liderazgo Compartido para el
Aprendizaje. MINEDUC 1997.
Red de Liderazgo Escolar OREALC UNESCO. Manual de Seguimiento del. Básico. Santiago,
2002.
Proyecto Educativo Institucional, Marco Legal y Estructura Básica. Sonia Villarroel.
MINEDUC, 2002.
El Proyecto Educativo Institucional como herramienta de gestión para los directivos escolares.
Mónica Eva Pini. Red Latinoamericana de Información y Documentación en Educación.
Guía de apoyo para la elaboración del Proyecto Educativo Institucional del Establecimiento,
División de Educación General, MINEDUC, Santiago, Agosto, 1995.
El Proyecto Educativo Institucional como herramienta de construcción de identidad. Sonia
Lavín et alia. PIIE, 1997.

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