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EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Un psicólogo en un campo de concentración.


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

Contenido

Introducción................................................................................................................................3
Fase uno, “El internamiento en el campo”.............................................................................4
Fase dos, “La vida en el campo”.............................................................................................5
Fase tres, “Después de la liberación”.....................................................................................7

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

Introducción

E ste libro relata la vida de Víctor Frankl en los tiempos del imperio Nazi en
donde la gente era llevada a campos de concentración en donde la
mayoría al poco tiempo moría en las cámaras de gas; por falta de agua y
comida o simplemente por suicidio.

Víctor era un psicólogo que vivía en Viena y era director de la sección de


Neurología del Hospital de Rothschild, se caso con Tilly Grossner en 1941. A
pesar de que su carrera parecía tener un buen futuro la situación que vivía el
país por la invasión nazi ensombrecía ese visionario futuro.

Al poco tiempo su hermana escapo a Australia y su hermano fue capturado,


al poco tiempo asesinado en un campo de concentración, por otra parte él tenía
una visa para poder emigrar a Estados Unidos y seguir con su carrera, eso era
una encrucijada ya que él debía decidir entre su carrera o abandonar a sus
padres. Entonces él decide quedarse con ellos, al poco tiempo fueron
capturados y confinados a un campo de concentración, él fue separado de su
esposa Tilly y de su madre; a la primera nunca volvió a saber de ella, su madre
fue confinada a Theresienstadt y posteriormente murió en una cámara de gas
en Birkenau.

Estando Víctor en el campo de concentración y tras sus vivencias


personales un prisionero escribió un informe acerca de sus experiencias a
petición de él mismo.

A continuación se relata las experiencias de Víctor dentro del campo de


concentración en donde estaba confinado:

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

Fase uno: “El internamiento en el campo”.

S egún Víctor había una característica de esta primera fase el cual un Shock
agudo e intenso. Cuenta que unas 1500 personas viajaban en tren durante
días, y que cada vagón estaba abarrotado de unas 80 personas, pensaban que
iban a dirigirse a una fábrica de municiones, pero su realidad era peor ya que el
tren los llevaba a Auschwitz, el peor de todos los campos de concentración. Al
llegar fueron recibidos por un grupo de personas hablando en todas las lenguas
europeas; estaban rapados y parecían bien alimentados, pero ellos eran parte
de un comité de bienvenida. Decía Frankl que en psicología existe un estado
de ánimo llamado “La ilusión del indulto” en la que el condenado a punto de
morir, concibe la ilusión en la que sería indultado, es decir, se colgaban de lo
poco de esperanza que les quedaba.

Entonces llegó el momento de la primera selección en donde un oficial


inspeccionaba y evaluaba a los nuevos prisioneros su capacidad para trabajar
y con el dedo los dirigía a dos largas filas; la de la izquierda, eran llevados al
crematorio en donde horas después morían; los de la derecha, eran llevados a
los trabajos forzados.

Después de aquella horrorosa selección llegó la desinfección en donde


fueron encaminados hacia los baños para despojarlos de toda pertenencia,
bañarse y posteriormente afeitados en todo el cuerpo. Ahí fue donde Víctor
Frankl perdió un manuscrito de alto valor, producto del trabajo de toda su vida.

Después de aquel baño todos empezaron a presentar síntomas de un


humor macabro. Sabían que nada podían perder así que se ponían a bromear
con ellos mismos; otra sensación era la de curiosidad, con ella se lograba
distorsionar la realidad para hacerla más fácil de aceptar, estaban ansiosos por
saber que pasaría después y sus consecuencias. Además la usaban como
mecanismo protección. Después de todo ya empezaban a acostumbrarse
psicológicamente y físicamente a aquel destino.

El constante peligro a una muerte trágica comenzó a provocar en los


prisioneros la idea del suicidio aunque fuese mínima, es decir, «lanzarse contra
las alambradas» (mallas eléctricas) como le decían ellos. Pero a pesar de ese
destino tan incierto los prisioneros perdieron el temor a la muerte al ver que era
insensato el hecho de hacerlo porque la probabilidad de sobrevivir en
comparación con la de morir en la cámara de gas era muy reducido, de hecho
casi inexistente. Por lo que si llegaban a ser seleccionados para morir les
ahorrarían la decisión y el acto de hacerlo.

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

Fase dos: “La vida en el campo”.

L as reacciones pasadas desaparecieron a los pocos días a causa de una


apatía provocada por una tortura mucho mayor, en la que se llegaba a una
especie de muerte emocional, en donde desaparecen sus sentimientos ante la
visión de cosas horrendas, como cuando a un niño de 12 años le arrancaron
las uñas negras con unas tenazas a causa del congelamiento de sus dedos. Al
final esas escenas se hacen habituales y se acostumbraban a ellas.

Esta apatía característico de la 2ª fase era un mecanismo de autodefensa


necesario, ya que el prisionero olvidaba todo dolor y sufrimiento y se centraba
en un único objetivo, el conservar la vida propia y la de otros compañeros.

El insulto más grande que podían tener o lo que más dolía que los golpes
era la humillación que les provocaba toda la injusticia.

Un día trabajando transportando materiales un compañero quien tenía una


luxación en la cadera cojeaba y aun así era obligado a cargar con el peso por
lo que Víctor al intentar ayudarle fue golpeado brutalmente para que regresara
a su línea, a pesar que ese día había un frio brutal.

Los deseos más primitivos de los prisioneros, como comida, un baño


caliente, cigarrillos, se hacían ver en sus sueños. En una ocasión, Frankl
despierto ante los gemidos de un compañero que estaba teniendo una
pesadilla, pretendió despertarle. Pero al final lo dejo porque por muy horrible
que fuera la pesadilla siempre seria mejor que la realidad en el campo.

Los prisioneros tenían altos grados de desnutrición por lo que fantaseaban


con deliciosos platillos y querían creer que cuando algún salieran del encierro
podrían comerlas en algunas de sus casas. Cuando en la realidad el único
majar que tenia era solamente una porción de sopa aguada y un pedacito de
pan. Aquella desnutrición les provocaba la ausencia de tener relaciones
sexuales, también debido a las preocupaciones.

Víctor Frankl notaba que la preocupación por todo lo que les ocurría había
ocasionado que perdieran el sentimentalismo. Un día cuando los trasladaban
hacia Dachau el camión en donde eran transportados pasó por donde él había
nacido y pudo revivir sus sentimientos por un momento.

Para aliviar el sufrimiento de los prisioneros se crearon una especie de


terapias de grupo basadas en el humor. Se parodiaba todo aquello que había
en el campo y por muy horrible que fuera siempre se reían de ello.

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

La suerte de Frankl se fue incrementando poco a poco. Fue trasladado


desde trabajos en el exterior a las cocinas y posteriormente se presento
voluntario para trabajar en un campo destinado a enfermos de tifus
desempeñando tareas sanitarias.

Una cosa anhelada por el prisionero era la soledad. Dado que vivían en una
sociedad comunitaria impuesta, no tenían ocasión de estar a solas consigo
mismos.

Víctor se hizo amigo del Médico jefe el cual por piedad lo mandó hacia un
campo de reposo en donde ahí casi seguramente no moriría en la cámara de
gas. Poco tiempo después de que Frankl fuera destinado al campo de reposo
se entero de que habían comenzado a usar carne humana para alimentar a los
prisioneros, entonces pensó que se había ido a tiempo.

Frankl estando en el campo de reposo tuvo infernales torturas de indecisión


acerca de escapar, ya que tuvo la oportunidad de hacerlo con la ayuda de un
colega (medico) que lo sacaría del campo, pero al final por dificultades ya no
pudieron llevar a cabo su plan, pero si pudo obtener una mochila y unos trozos
de papel en los que comenzó a reescribir el manuscrito que había perdido en
Auschwitz. En planes para el siguiente intento de escape Víctor decide no
hacerlo para quedarse con sus pacientes y así pudo tener paz y termino con la
inquietud que le aquejaba. Mientras tanto el frente de guerra llegaba hacia
ellos.

En el último día en el campo los prisioneros fueron trasladados a otros campos,


todos se esfumaban ya que se había dado la orden de evacuación, de hecho
todos debían salir antes del anochecer porque iban a incendiar el campo. Pero
los camiones que evacuarían a, los enfermos y médicos aun no aparecían y se
empezó a ejercer una vigilancia férrea sobre el campo para evitar cualquier
intento de fuga. Sin embargo Frankl tenia un plan que podía funcionar.
Llevarían afuera tres cadáveres de prisioneros, llevarían uno en cada viaje y
por turnos llevarían una mochila, seguidamente la otra y después tratarían de
evadirse. De pronto y cuando se disponían a realizar el tercer viaje apareció un
camión color aluminio con una gran cruz roja pintada que empezó a descargar
medicinas y alimento. Ya no era necesario escapar. Después llegaron los
camiones de las SS diciéndoles que serian enviados a un campo en Suiza para
ser canjeados por prisioneros de guerra, al final el y su amigo no fueron
trasladados, gracias a eso no murieron calcinados en esos camiones.

Al final de esta parte se hace un análisis a los guardias.

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

Fase tres: “Después de la liberación”

D espués de ser liberados, el prisionero, por extraño que parezca, no se


sentía feliz. Habían perdido el sentimiento que llamamos felicidad, y lo
tendrían que ir recuperando poco a poco.

Por el contrario, el cuerpo, que tenía menos abstenciones que la mente


comía vorazmente cualquier cosa que le dieran y a cualquier hora. Era increíble
la cantidad de comida que podían tragar. Otro aspecto era que tenían que
hablar de lo que habían pasado, a veces durante horas y horas.

Por ultimo, el llamado ex-recluso, sufría mucho más que cuando estaba
interno. Este sentimiento era la desilusión. Desilusión que llevaba al prisionero
a la casa con la que tanto había soñado y había descubierto que, aquello por lo
que había mantenido la esperanza durante tanto tiempo, ya no estaba allí.

Sin embargo para todos los sobrevivientes llegó el día en que todo el
sufrimiento terminó por lo que Víctor Frankl concluyó en que ya no había nada
más que temer, solo a Dios.

«Después de la liberación de Víctor Frankl continuó con su carrera médica ya que un


amigo suyo había guardado una copia de su libro, de aquí en adelante solo quedan
grandes éxitos de su carrera en todo el resto de su vida…»

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática


El nombre en busca de sentido.
Un psicólogo en un campo de concentración.

“Conceptos básicos de la logoterapia”

«De aquí en adelante solo quedan los “Conceptos básicos de la logoterapia”,


los cuales voy a omitir ya que considero no es de gran relevancia.»

Elaborado por: Héctor Rodrigo Polanco Balam Ing. en Telemática

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