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Mujer: Entre la política y la organización

-Cuando la rabiosas de abajo irrumpen contra la violencia de lxs de arriba-

Los mecanismos bases que generan las individualidades femeninas sujecionadas se


inscriben desde la explotación -relacionada al aspecto económico-, hasta la opresión
-construida a partir de criterios que tiene como inferior a un género, raza y etnia-. Estos
dos elementos no se encuentran aislados sino que interactúan activamente produciendo
una red indisoluble en la que la individualidad femenina se encuentra pródiga y
reproductora del mismo.

Aún cuando la mujer, debido a un conjunto de luchas para una vida más cómoda, ha
logrado insertarse en espacios laborales, estudiantiles, intelectuales, etc. no ha logrado
salir del espacio privado. Tómese en cuenta que el espacio privado no refiere sólo al
espacio concreto del hogar -aunque si lo incluye-, es decir que no se refiere
exclusivamente al hecho de que la mujer siga siendo ama de casa1, visibiliza los usos,
costumbres y tareas que son tomados como propiamente femeninos: reproductoras de la
raza humana, medios de placer, mano de obra barata y/o gratuita; éstas pueden
cumplirse en el hogar, así como fuera de éste. Osea que la supuesta libertad no es más
que la ampliación de espacios para explotar-oprimir “Y es que lo único diferente que ha
permitido el régimen contemporáneo es llevar a la mujer del rol objeto/mercancía
(sexual), al rol consumista/mercancía (sexual, económico); retrayéndola del ejercicio
político -constructo que internaliza la libertad-.”2

A partir de lo señalado quepa la posibilidad de preguntar si para nosotras, mujeres, es


requisito crear, fortalecer un proceso organizativo y de politización desde nuestros
espacios.

Cada lucha, cada movimiento,


en sus muy particulares geografías y calendarios,
debe recurrir a diversas formas de lucha3.

Ciertamente la presencia femenina ha llegado a formar parte de muchas agrupaciones,


están las sociales, partidarias, gubernamentales y no gubernamentales (ONG´s). Pero
¿qué ha significado esto para cambiar la situación de la mujer?, definitivamente tuvo
escasa o ninguna relevancia porque en ningún lugar ha prevalecido el reconocimiento
del problema especifico de la mujer como grupo social marginado y clase social
explotada. Hasta ahora los organismos pro-mujer -de izquierda o derecha- han decaído
en el aislamiento de uno de estos dos factores, por ende sin ninguna viabilización para
hacer un trabajo efectivo donde la libertad política, sexual y económica corran
paralelamente.

Todo el supuesto avance ha decaído en la instrumentalización de mujeres a favor de


intereses estatales, privados -que posibilitan ciertas mejoras de puro carácter legal con el
fin de fortalecer el ciclo cerrado del sistema patriarco/capitalista- y partidarios, donde la
integración de mujeres es válida en la medida que lo pide la ley de cuotas.
1
¿Amas de casa o esclavas del hogar?
2
MI VIENTRE NO SE RESTRINGE, SE REBELA: -A propósito de la ilegalidad abortiva- (2009). Revista de
Sociología - UNCP Deconstrucción Nº 01, Huancayo-Perú.

3
PRIMER VIENTO: UNA JUVENTUD RABIOSA, Subcomandante Insurgente Marcos.
Debido a esta impertinencia organizativa lo imprescindible es afianzar la importancia de
nuestra propia acción -por supuesto inmersa en un proyecto mucho más amplio de
emancipación- lo que implica crear espacios de reflexión, concienciación político-
social, restablecimiento de la práctica femenina por la superación de la marginación y la
promoción de una reconstrucción educativo-cultural en el hombre y la mujer.

No voy a ir a pedir nada,


sino a recuperar algo que me pertenece4

Muchas veces cuando se habla de política, las miradas se dirigen a lo gubernamental y


partidario, aunque estas se hayan incluidas en eso que conocemos como política no son
la política en sí misma. Partamos de que la política se ejerce en la colectividad humana
o el llamado espacio público, es decir en un mundo totalmente diverso, plural en el cual
está posibilitada la revelación de la individualidad mediante nuestro accionar que va
acompañada de la palabra. De ahí se puede decir que la politización -actuar en un
mundo plural desde nuestras particularidades- es vital para materializar un trabajo
emancipatorio renovado, asaltar el espacio público y posteriormente transformarlo.

Es claro entonces que, la enarbolada equidad de la mujer no se reduce -como nos


quieren hacer creer- a la posesión de cargos importantes en el gobierno, partidos o
empresas. Lo realmente esencial es que le quitemos al estado, patriarcado y capitalismo
nuestros cuerpos, nuestra sexualidad, acción, pensamiento; es decir irrumpir con la
reapropiación y organización de nosotras mismas para crear la rebeldía permanente.

4
Josefa América Scarfó

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