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Mikael Blomkvist, periodista independiente de firmes ideas políticas y métodos poco ortodoxos ve

cómo su todavía promisoria carrera se va por el caño cuando un juicio en el que había depositado
toda su confianza resulta desfavorable. Condenado por el tribunal, los anunciantes y el público,
acuerda con su socia y compañera un alejamiento de la revista "Millennium", que fundaron
conjuntamente hace más de quince años. La cárcel no es buena publicidad para un medio que
creció a fuerza de infalibilidades y ni hablar del ego de un hombre de mediana edad, divorciado y
a su manera solitario.
Sin embargo, y casi sin darle tiempo para lamentaciones, un abogado que se ocupa de
representar a uno de los industriales más ricos de Suecia le ofrece un trabajo singular: retomar
una investigación descartada por la policia y que entraña tres décadas de misterios, suspicacias
familiares y más de un oscuro secreto. A cambio, él le proporcionará datos útiles para tomarse
revancha del importante grupo empresario que lo llevó a juicio y lavar su prestigio.
Blomkvist, demasiado tentado por la posibilidad de reivindicarse, prefiere ignorar todas sus
aprensiones sobre la inutilidad de sus esfuerzos y se va a vivir por unos meses a la isla donde
tuvo lugar el incidente, un lugar inhóspito y poco poblado donde la temperatura media es de 10'
bajo cero y los ánimos propician encontronazos y desencuentros. Va a ocuparse nada menos que
de desenmarañar una trama que no tiene nada que envidiarle a una novela de detectives con un
retorcido sentido del humor. Y mientras él pelea sus propias batallas contra los fantasmas de un
pasado ajeno y un turbio presente, un personaje clave de su futuro inmediato lo investiga a su
vez y está a punto de cruzarse en su camino.
Desde hace un tiempo, la literatura policial y de misterio no se cruzaba con una trama tan sencilla
y bien llevada como la que Stieg Larsson pergeño para su novela debut, "Los hombres que no
amaban a las mujeres". La propuesta es tan atractiva como el título, ya que la acción no recae en
un único hilo, sino en varios frentes y por las manos de dos o más personajes casi en simultáneo.
No esquiva los clichés de género que tanto nutrieron al policial de intriga (especialmente en la era
de las damas del crimen), pero tampoco los banaliza: el lenguaje de Larsson esquiva la
grandilocuencia y mete al lector directamente en el corazón de la acción; a veces morosa y
decepcionante, como una investigación que no llega a buen puerto; pero mucho más
habitualmente, absorbente y dinámica.
Hay una intencionalidad clara de generar empatía con los personajes centrales, Mikael y Lisbeth.
Antagónicos y complementarios, funcionan como la síntesis del detective perfecto, aunque falible;
ninguno de los dos es capaz de dejar atrás su historia y emociones a la hora de ponerse a
trabajar, los dos son permeables a las equivocaciones y el mismo comportamiento sistemático
(Mikael) y obsesivo (Lisbeth) que les devela una pista fundamental, puede conducirlos a un
equívoco fatal por exceso de confianza. (Ah, el anticuado encanto de la vieja escuela del
crimen... )
Mientras Lisbeth Salander entra y sale de escena como una especie de omnipresencia infalible y
esquiva, Blomkvist es un personaje que funciona como hilo conductor y alma mater. Editor en jefe
y socio de "Millennium" constituye de alguna forma la proyección algo idealizada del propio
Larsson, aunque las coincidencias parecen agotarse allí, en la proyección: Blomkvist, divorciado
cincuentón, sostiene un complicado triángulo amoroso que amenaza volverse polígono a medida
que avanzan los episodios de esta primera novela. Nada más lejos de la vida del propio Larsson,
un periodista experto en la extrema derecha sueca, comprometido e idealista, que vivió treinta
años con la misma mujer y decidió, a sus 47, que le había llegado el momento de escribir. Que
siempre se había sentido atraído por el género negro. De acuerdo a sus familiares y amigos,
estaba convencido de que "Millennium" le significaría un jugoso fondo de retiro.

El camino del mito y la llegada al cine


"Los hombres que no amaban a las mujeres" y sus sucesivas entregas ("La chica que soñaba con
una cerilla y un bidón de gasolina", "La reina en el palacio de las corrientes de aire") van camino a
la categoría de libros de culto gracias a uno de esos desafortunados incidentes que tienen que ver
con su autor más que con la calidad literaria de la obra en sí. Cuestiones que cuidadosamente
están escritas en las mismas solapas de la edición en castellano para que todo el mundo se
entere: su autor, Stieg Larsson, periodista político e ideológicamente comprometido, escribió en
poco menos de tres años su saga completa y antes de ver publicada la primera novela falleció de
un ataque al corazón. Las disputas por su patrimonio cultural y económico todavía ocupan parte
de la escena en su pais de origen. Todo esto, por fuera de la calidad del trabajo que ya ha sido
reconocida mundialmente.
Mientras tanto, en estos días se estrena por aquellas latitudes la película basada en la novela
inicial de la saga "Millenium": un estreno que imaginamos monitoreado con interés por los
grandes estudios de Hollywood, ávidos de próximos éxitos y de ideas que puedan adaptarse a la
idiosincracia americana. Para los que no puedan resistir la curiosidad, aquí se puede ver el trailer
(aunque está en sueco, faltaba más).

Embed del trailer de "Los hombres que no amaban a las mujeres" (en sueco) <object
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