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Buscar lograr un afronte integral del problema de las drogas en sus dimensiones de
producción, tráfico y consumo, creando conciencia sobre la magnitud de dicha
problemática entre los más diversos sectores de la sociedad y especialmente en los líderes
de opinión pública, de manera tal que se tomen acciones concretas y efectivas a escala
nacional.
Creando conciencia sobre el valor estratégico que tienen la promoción de estilos de vida
saludables, la formación de valores, el fortalecimiento de lazos familiares y comunitarios,
la incorporación de jóvenes en el trabajo de promoción; así como la búsqueda de solución
a los problemas asociados al tráfico y consumo de drogas que enfrentan diversos grupos
poblacionales para el desarrollo de una sociedad libre de drogas.
MARCO TEORICO
I. CONCEPTO:
Puede afirmarse que con la aparición del hombre se inició también la intención de obtener
sustancias capaces de producir cambios en el estado de ánimo, el nivel de alerta y la
percepción del mundo, descubriéndose sustancias psicoactivas de origen vegetal que
ahora llamamos ‘drogas’.
Los avances tecnológicos permitieron que se aprendiera a concentrar y aislar los principios
activos de ciertas drogas. Dicho proceso se inició con los alquimistas y la destilación del
alcohol y alcanzó una eficiencia notable en el siglo XIX cuando se aislaron los alcaloides
cafeína, morfina y cocaína. El invento de la jeringa hipodérmica permitió contar con
formas más seguras de administración, lo cual a su vez favoreció el uso terapéutico a la
vez que el aumento de los casos de adicción.
El desarrollo de ciertas drogas proporcionó a la medicina elementos poderosos para el
tratamiento de enfermedades, el alivio del dolor y el control de la depresión; pero
también enfrentó a la sociedad con un fenómeno no previsto: la aparición de personas
que bajo los efectos de las drogas perdían el control de sus actos, abandonaban las
normas establecidas y cometían actos criminales.
Así pues, los últimos años del siglo XIX fueron testigos de importantes movimientos que
propugnaban la necesidad de regular y controlar la comercialización y empleo de drogas,
llegando incluso a proponerse su prohibición absoluta. Sin embargo, tales iniciativas no
eran nuevas, la historia ya mostraba antecedentes importantes en los esfuerzos por
controlar el abuso del opio y sus derivados.
Como consecuencia de ello, a inicios del siglo XX surgieron campañas que alentaban la
proscripción de toda droga capaz de producir dependencia, los llamados ‘narcóticos’ o
‘estupefacientes’. Así, la mayor parte de países inicialmente restringieron el opio, luego la
morfina, la cocaína y algunos derivados sintéticos. Por otro lado, el desarrollo de la
sociedad ha incluido cada vez más el desarrollo de la química de síntesis a partir de
productos de origen vegetal o la síntesis de novo, lo que ha generado consigo la aparición
de nuevas moléculas capaces de producir dependencia en el ser humano. Algunas de ellas
son drogas de abuso como el éxtasis, la fenciclidina y otras conocidas con el nombre de
drogas de síntesis.
Las autoridades peruanas promulgaron los primeros dispositivos de control en 1921, los
cuales fueron sucedidos por diversas leyes, algunas permisivas y otras ciertamente
drásticas, llegándose a cometer algunos graves errores tales como la inclusión de
medicamentos de uso médico como la novocaína y el éter en la lista de drogas bajo
control.
Las medidas adoptadas por cada país y los acuerdos internacionales de control
inicialmente ocasionaron una reducción considerable del número de casos de adicción y
accidentes debidos a drogas, pero no pudieron impedir la formación de mecanismos
subterráneos dedicados a la producción y comercialización de drogas ilegales, que basan
su poder en la violencia y en su enorme capacidad de corrupción caso este que es el de las
drogas cocaínicas y los opioides y crecientemente la marihuana.
A mediados de los 60 se difundió por el mundo una corriente que cuestionaba los valores
establecidos planteando la búsqueda de satisfacción individual más allá de las actividades
convencionales. En ese momento se comenzó a asociar el uso de drogas con la búsqueda
de liberación individual lo cual ocasionó un explosivo aumento del consumo a nivel
mundial, seguido por un notable incremento del accionar de las bandas de traficantes, la
violencia generalizada y crisis en las relaciones internacionales cuando los países
‘productores’ y ‘consumidores’ se culpaban mutuamente como responsables del
problema.
El panorama se complica por la existencia de drogas de alta peligrosidad cuyo uso no solo
es aceptado socialmente sino promovido libremente; tal es el caso del alcohol y el tabaco
que entran en la categoría de drogas sociales. El abuso de los productos farmacéuticos
comienza a ser uno de los grandes problemas por su uso ilegal, el que acompañado por las
drogas de origen químico no se encuentran normados aún por la comunidad
internacional. Por otro lado, aún hoy existen minorías étnicas que hacen uso ritual y
mágico religioso de algunas drogas como una expresión genuina de sus respectivas
culturas.
En el caso de las drogas cocaínas, el problema va mucho más allá del de una mortalidad
elevada y una adicción severa a nivel individual pues dicha droga ha llegado a
comprometer la estabilidad del estado, desencadenando o al menos acelerando
enormemente, importantes procesos de desintegración en diversos aspectos de la vida
nacional.
1) CULTIVO
Para el Perú existen dos fuentes de información sobre el cultivo de coca, el Crime and
Narcotics Center (CNC), del Departamento de Estado americano y del Sistema Nacional de
Monitoreo apoyado por la ONUDD. A pesar de las diferencias en sus mediciones ambas
fuentes de información muestran que el cultivo de coca se ha incrementado sostenidamente
en los últimos años, siendo el Alto Huallaga y el Valle del Río Apurímac y ENE, los valles con
mayor cantidad de coca cultivada destinada al narcotráfico.
2000 43,400
2001 46,200 6.5
2002 46,700 1.1
2003 44,200 -5.4
23,7
2004 50,300 13.8
2005 48,200 -4.2
2006 51,400 6.6
2007 53,700 4.5
CUENCAS COCALERAS
EN EL PERÚ
En Puno se viene evidenciando un impacto creciente de hoja de coca joven, particularmente
en San Gabán. Es necesario tomar medidas extraordinarias que reduzcan la probabilidad de
ingresar a un crecimiento gradual de los cultivos de coca como se aprecia en los datos
recogidos por ONUDD, pudiendo iniciarse un proceso de reversión de la disminución de los
cultivos de hoja de coca producidas durante los últimos años.
La Amapola es una planta poco exigente en suelos. Generalmente crece en climas cálidos
y templados - cálidos en primavera y verano, entre los 800 a 2500 metros de altura sobre el
nivel del mar. Pero en cotas elevadas reduce el contenido en alcaloides. Para una densidad de
160.000 plantas por Hectárea el distanciamiento entre ellas es de 0.25 x 0.25 metros.
Así, al comparar las condiciones de cultivo de ambos productos, es posible concluir que el
cultivo de adormidera es más rentable para el campesino en comparación con el cultivo de
coca, pues requiere menor inversión en tiempo y las condiciones de cosecha son mucho
mejores.
ZONAS DE CULTIVO DE
AMAPOLA EN EL PERÚ
Las grandes organizaciones internacionales, generalmente con una fachada legal obtenían
grandes ingresos en base al procesamiento y exportación de droga a los países
consumidores. Se llegaron a establecer grandes mafias que mantenían su hegemonía en
base a su poder económico, la capacidad de corromper funcionarios y el uso de la violencia.
Estos grupos conocidos como ‘firmas’ continúan manteniendo trato directo con las
organizaciones de narcotraficantes de Colombia, México y otras importantes del mundo;
por ello administran los recursos necesarios (laboratorios, vehículos de transporte, etc.) y una
amplia red de contactos con traficantes mayoristas y recolectores. Su objetivo es
transformar la hoja de coca en pasta base y luego en cocaína para trasladarla a los centros de
consumo, multiplicando enormemente sus ganancias.
Algunos cálculos efectuados por CEDRO señalan que si la totalidad de la producción de hoja
de coca secada, articulada al narcotráfico (sin considerar las 9,000 TM destinadas al
consumo tradicional), se hubiese destinado a la producción de drogas, en el año 2007 el
Perú habría tenido una producción potencial equivalente a 898 TM de pasta básica de
cocaína o 288 TM de clorhidrato de cocaína, cuyo precios en zonas de producción fueron de
US$ 243.2 el kilo de PBC y de US$ 939.3 el kilo de cocaína. Estos cálculos fueron hechos
considerando que para la producción de 1 kilo de PBC se requiere en promedio 120 kilos
de hoja de coca, mientras que para un kilo de cocaína se necesita 375 kilos de hoja secada al
sol.
Como se puede apreciar en los datos de la tabla, la producción de drogas cocaínicas está
en función directa de la extensión y producción de hoja de coca en el Perú,
incrementándose la producción de cocaína y PBC, al igual que el cultivo de coca.
Sin embargo, no es la producción medicinal la que promueve los cultivos de amapola, sino
la búsqueda del derivado más indeseable: la heroína.
DI R E C C I O N ANT I D R O G A S
HEROÍNA
0,000 0,000 15,793 4,764 0,912 8,247 0,000
2.3 DISTRIBUCIÓN
Por otro lado, se ha reconocido a través de diferentes fuentes que el precio original
involucrado en la producción de drogas llega a multiplicarse hasta casi 100 veces en los
mercados internacionales, razón por la cual el negocio del narcotráfico sigue siendo uno
de los más prósperos a nivel mundial, estando siempre a la búsqueda de nuevas zonas de
producción y venta de los productos ilegales. En la siguiente tabla se muestran los precios
que puede alcanzar el kilo de clorhidrato de cocaína en los distintos mercados.
Para el caso de las rutas de salida del látex de opio, son las mismas que las de la cocaína. Los
intermediarios son Ecuador y Colombia (donde se procesa la heroína), para luego
distribuirlo a los Estados Unidos, principal mercado de esta droga.
M I CR O C O M E RC IA L I ZA CI Ó N D E D RO GA S Y L A A P A R IC IÓ N D E L D E L IV E RY
CEDRO realizó en colaboración con ONUDD y UNICRI, un estudio sobre el mercado global
de las drogas ilegales en la ciudad de Lima. Dicho estudio mostró que una vez en la ciudad de
Lima, la droga es manejada por intermediarios llamados ‘proveedores o abastecedores’, cada
uno de los cuales abastece a un grupo de micro comercializadores en algún sector de la ciudad.
Los consumidores en Lima son abastecidos por una multitud de micro comercializadores
que usualmente administran cantidades que no exceden unas decenas de gramos. Los
micro comercializadores o también llamados «paqueteros», a su vez son proveídos por
traficantes mayoristas que suelen manejar entre 10 y 20 kilogramos de droga como
máximo.
Se sabe hoy que la mayoría de los micros comercializadores suele ganar entre 100 y 200
dólares americanos por mes. Asimismo, existe evidencia que da cuenta de redes que
manejan una infinidad de pequeños negocios informales. Sin embargo, al no existir un
grupo o unos pocos grupos que regulen la venta de drogas en la ciudad de Lima, salir del
negocio sin temor a las represalias es tan fácil como entrar en él.
Se sabe que los vendedores nunca llevan la mercancía en sus prendas ni la guardan en sus
domicilios; más bien emplea casas de refugio o mantienen la droga en escondrijos de donde
la sacan sólo cuando la venta ha quedado saldada. Esta conducta guarda relación con el
hecho que la policía especializada tiene la presunción de que la droga encontrada a diez
metros a la redonda del lugar donde se encuentre el vendedor, le pertenece a éste.
D RO GA S Y SU B V E RS IÓ N
Las zonas cocaleras han experimentado los terribles efectos de los movimientos
subversivos, que encontraron en las localidades rurales y urbanas de la selva un ambiente
propicio para su accionar, aprovechando el contexto de pobreza, desempleo y las
limitaciones educativas corrientes en dichas zonas desde hace mucho tiempo atrás.
El accionar terrorista se insertó en este contexto de violencia donde las fuerzas policiales y
militares ya tenían un perfil de actuación reducido, evitando trasladarse a ciertas zonas para
no provocar enfrentamientos abiertos con las bandas armadas. Así, ciertas zonas quedaron a
merced de los narcotraficantes y terroristas, los cuales aunque en un primer momento se
enfrentaron luego establecieron una alianza que permitió su convivencia. En cierto momento el
grupo ‘Sendero Luminoso’ logró establecerse en algunas zonas como protector de los
intereses de los cocaleros, defendiéndolos del accionar policial que los perseguía por
considerar ilícita su actividad.
Además, se pretendió establecer ciertas condiciones para permitir la actividad de las firmas
de narcotraficantes: las firmas no debían tener más de 4 extranjeros entre sus líderes;
todos los ‘traqueteros’ debían ser peruanos y todas las ventas y envíos de PBC al
extranjero debían hacerse en presencia del delegado senderista en la localidad.
Sin embargo, existe evidencia que algunos grupos de traficantes de drogas peruanos se
enfrentaron de manera abierta al accionar de los subversivos. Aparentemente ese es el caso
de la banda de ‘Vaticano’, que tuvo un pequeño ejército armado para proteger de ataques
terroristas la localidad de Campanilla, habiendo ocurrido algunas reyertas que ocasionaron no
pocos heridos y muertos.
Particularmente en la zona del Huallaga, Alto Monzón y del Valle del Río Ene-Apurímac se
está restableciendo un proceso de colaboración entre los remanentes del terrorismo y el
narcotráfico. Sin embargo, dicha «colaboración» parece definirse por una lógica de
«
mercenariato» que parece subordinar los servicios de terroristas al poder económico de los
narcotraficantes.
Están operando, particularmente en la zona del Valle del Río Ene-Apurímac, los siguientes
carteles mexicanos de Tijuana, Guadalajara, Juárez, Guanajuato Y Sinaloa.
D RO G A S Y C O R R U P C I Ó N
La corrupción es una de las manifestaciones más evidentes de una actividad ilegal pero
enormemente lucrativa como es el narcotráfico, especialmente en una sociedad
débilmente cohesionada como es la peruana. Ejemplos del alto nivel de corrupción asociado
al narcotráfico han sido descubrimientos sobre escandalosos sobornos recibidos por
importantes funcionarios civiles, policiales y militares, con el fin de no obstaculizar el
accionar de las poderosas firmas nacionales y extranjeras.
2) ASPECTOS ECOLÓGICOS:
Es una ecoregión con gran biodiversidad, pero también una de las más frágiles y
amenazadas por los seres humanos. En efecto; diversos factores han alentado graves
procesos de deforestación en tierras de aptitud forestal y bosques de protección;
apreciándose procesos erosivos que a su vez propician la pérdida de la biodiversidad, la
extinción de especies y la alteración de los patrones hidrológicos.
Existe hoy por tanto hay una seria amenaza a los ecosistemas naturales, afectando la
capacidad de uso de los recursos naturales, la productividad de la tierra y la salud de las
poblaciones humanas que viven en los valles cocaleros y sus alrededores.
O R IG E N D E L O S D AÑ O S AM B I E N TA L E S
Estos cultivadores de coca intentan ocultar su ilícita actividad y para ello buscan ubicar
nuevas parcelas en zonas selváticas distantes; incluyendo especialmente terrenos
montañosos, empinados y con una delgada capa vegetal que no favorece la producción de
cultivos lícitos.
Hoy es claro que tales insumos han generado serios daños a amplias superficies de la selva
peruana debido a su gran magnitud. Asimismo, debe considerarse que además de los
químicos empleados en la elaboración de drogas existen otros elementos contaminantes que
afectan negativamente a los ecosistemas donde se arrojan, por ejemplo los residuos sólidos
como cilindros de combustible; bidones y botellas de plástico; plásticos empleados en la
construcción de campamentos y pozas; así como latas, pilas, herramientas, calaminas,
cartuchos y sustancias explosivas, etc. que se oxidan y/o sulfatan; botellas de bebidas
alcohólicas de vidrio, entre otros, que permanecen en el ambiente y contribuyen a
incrementar el daño ecológico.
Deforestación
Procesos Erosivos
1) VISION:
Crear conciencia en la sociedad sobre los efectos negativos del proceso de las
drogas: producción, comercialización y consumo.
Así mismo, en la lucha contra las drogas, que es un problema derivado del consumo y
producción de drogas, se requiere también a nivel internacional de la voluntad
política de los Jefes de Estado y Congresistas de los países desarrollados
consumidores, para que sus gobiernos y los organismos multilaterales presten el
apoyo y la colaboración necesarios.
Fortalecer, en ambas partes, dicha voluntad a partir de agendas comunes, es una política
central en la Estrategia Nacional.
2. MEJORAR LA INSTITUCIONALIDAD DEL ESTADO PERUANO E INCREMENTAR LA
ASIGNACION DE RECURSOS PARA LA LUCHA CONTRA LAS DROGAS.
Es política central fortalecer el rol de organismo rector en la lucha contra las drogas
(DEVIDA) y designar a todos los ejecutores del Estado para los diferentes
programas y componentes de la Estrategia Nacional. Es esencial definir por medio de
una norma legal y con meridiana claridad, las atribuciones y responsabilidades del
organismo rector y de cada uno de los diferentes ejecutores, así como las relaciones
funcionales entre el dicho organismo y las entidades ejecutoras.
Sin lo anterior no es posible tener un buen plan de acción y presupuesto anual, con metas
factibles de evaluarse, tampoco será posible hacer gestiones eficientes para
incrementar los aportes del tesoro y de la cooperación internacional.
Esto último exige una buena institucionalidad y un buen plan de acción, donde se
dimensione y justifique adecuadamente cada nuevo sol, euro o dólar solicitado. La
modalidad de solicitar recursos solamente en base a gestiones diplomáticas, sin un
adecuado sustento técnico, limita las gestiones para conseguir recursos internacionales.
Esta preocupación toma mayor relevancia al considerarse que los convenios vigentes
de cooperación para el Desarrollo Alternativo con Estados Unidos de América, la
Unión Europea y el Gobierno de Alemania vencen el año 2007, por lo que es
conveniente que las negociaciones conducentes a una ampliación de dichos
convenios se desenvuelvan dentro de un marco adecuado, más aún cuando se estima
que es necesario que la comunidad internacional por lo menos quintuplique el monto
anual de su cooperación en la lucha contra las drogas, a fin de lograr resultados
satisfactorios y sostenibles.
La corrupción es altamente perniciosa en la lucha contra las drogas puesto que limita
los resultados que se pueden esperar de los esfuerzos de la interdicción a las drogas y
precursores químicos, así como de los programas de identificación, captura y
juzgamiento de narcotraficantes. Por ello la prioridad política que tiene en el Perú,
la lucha contra la corrupción, tiene una especial importancia en la Estrategia
Nacional y pasa a ser una política central de la misma.
Para que las fuerzas operativas identifiquen, acopien suficientes pruebas de cargo y
capturen a las personas y organizaciones que promueven y desarrollan el
narcotráfico en el Perú, así como a las autoridades corruptas, es indispensable un
apoyo eficiente de los servicios de inteligencia, a partir de la complementariedad de
los esfuerzos de la Dirección Nacional de Inteligencia y los diversos cuerpos de
inteligencia de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional; así como con las entidades
policiales y de inteligencia de terceros países.
Desde el año 2002 ha existido una valiosa experiencia en la ejecución de los programas de
desarrollo alternativo, donde resaltan la importancia de fortalecer las organizaciones de
productores, priorizar adecuadamente las áreas de intervención, darle la mayor
importancia a la buena selección de empresas o entidades ejecutoras con experiencia
comprobada en programas de desarrollo rural, y definir con claridad los ámbitos del
desarrollo alternativo.
El impacto del desarrollo alternativo es todavía parcial en vista de que no puede cubrir
más del 15 % del área total de influencia de la economía de la coca. Ello debido a la falta
de recursos para cubrir una mayor extensión territorial.
Las acciones del Desarrollo Alternativo responden principalmente a los recursos que
pueda destinar la cooperación internacional. Los recursos del Tesoro Público, por las
limitaciones fiscales y las grandes necesidades en los programas sociales, son todavía
muy limitados y responden solo a las actividades propias del accionar de DEVIDA y a
la contrapartida comprometida con la Unión Europea para el PRODAPP.
Si bien actualmente se cultiva coca en 38,000 hectáreas debe tomarse en cuenta que
la cantidad de hectáreas donde es factible cultivar hoja de coca es cercana a las 10
millones de hectáreas, en un terreno agreste, boscoso, selvático, con pocas vías de
comunicación y con muy poca o nula presencia del Estado.
Es muy difícil para el Estado cuidar un territorio de más de 10 millones de hectáreas con
el fin que no se siembre y cultive coca, si no se cuenta con el apoyo de la sociedad civil a
partir de una profunda sensibilización de la misma sobre la importancia que tiene para
ellos, para el futuro de sus hijos, para el Perú, e incluso para la humanidad, el cuidado
del medio ambiente y de la Amazonía.
Por ello, para tener logros con sostenibilidad es necesario superar, además de la
pobreza, otros aspectos cruciales como la ausencia y limitada conciencia local sobre el
cuidado del medio ambiente y en especial de la Amazonía.
Así mismo, la ausente o muy limitada consciencia para cuidar la Amazonía debe
cambiarse y convertir a cada poblador, a cada comunidad, a cada municipio y a cada
autoridad en un guardián que evite y combata, dentro del marco de la Ley,
cualquier actividad que dañe la Amazonía, incluyendo, obviamente, los cultivos de
hoja de coca y la elaboración de drogas.
En el capitulo V se señala que el marco legal que actualmente tiene la hoja de coca
viene de leyes expedidas en el año 1978. Transcurridos 27 años, este marco legal no se
adecuo a los cambios en la legislación internacional y las leyes de modernización
económica, que sin proponérselo, desarmaron el sistema de control y fiscalización de la
hoja de coca y en consecuencia, se ha generado una serie de importantes vacíos legales,
principalmente en lo concerniente: (a) la definición de los productores legales; (b) la
determinación de las zonas o áreas autorizadas; (c) el organismo nacional competente
para controlar y fiscalizar los cultivos legales y (d) el modelo de control y
fiscalización que debe adoptar el Perú, dentro de las alternativas contenidas en la
Convención de Naciones Unidas de Control de Estupefacientes.
Cabe anotar que un motivo que impulsó la decisión del Gobierno de preparar y
presentar un proyecto de ley sobre la hoja de coca fue tener una propuesta del
Ejecutivo alternativa a las numerosas iniciativas legislativas en el Congreso
favorables al cultivo indiscriminado de coca. Por lo tanto, promover una adecuada ley
para el control de la producción, comercialización, acopio, transporte, industrialización y
exportación de la hoja de coca de uso legal, es importante.
Por otro lado, además de la cocaína y la marihuana, el tabaco y el abuso del alcohol
causan daños sociales con mayor costo por lo extendido de su consumo que se refleja en
los altos índices actuales de enfermedades mortales, accidentes de tránsito,
agresiones violentas, actos delincuenciales y otros. (Capítulo II)
Las campañas de prevención con impacto exigen movilizar y promover la participación del
magisterio nacional, gobiernos locales, padres de familia, medios de comunicación
y organizaciones de la sociedad civil en campañas nacionales. Que siguiendo el ejemplo
de los países desarrollados y algunos países latinoamericanos, incluyan la prevención
contra el abuso en el consumo de tabaco y alcohol, considerando además que no tendría
mayor sentido aplicar recursos y movilizar a la sociedad con el mensaje de "solo contra
la marihuana y la cocaína".
Prevenir implica una inversión muy baja en comparación con los costos de la
rehabilitación. El prevenir en jóvenes es una de las mejores inversiones que puede
hacer el país, puesto que los jóvenes que no son consumidores de drogas difícilmente
lo van a ser cuando sean adultos y sean padres de familia, logrando con ello un buen
ejemplo para la próxima generación. Es así que la inversión en prevención tiene un
beneficio que trasciende una generación, con un gran efecto multiplicador y el no hacerla
tiene también un costo que puede trascender varias generaciones.
Prevenir o retrasar el consumo de drogas ilícitas y del tabaco así como prevenir el abuso
del alcohol, especialmente entre los jóvenes, es una prioridad en la Estrategia Nacional.
Por los altos costos sociales que genera el consumo de drogas a la persona, a la familia y
a la sociedad, es necesario priorizar la lucha contra el micro comercialización de drogas.
Es conveniente para ello promover la participación y apoyo de las comunidades
mediante incentivos a las comunidades que denuncien y combatan los puntos de micro
comercialización y al micro comercializadores.
Se debe prohibir y sancionar el consumo de drogas ilegales fuera del domicilio particular.
Si el adicto considera que tiene derecho a consumir drogas ilícitas por ser un
"enfermo", la sociedad tiene el derecho de exigirle que lo haga en su domicilio, a fin de
evitar que cumpla un rol promotor en la calle.
A pesar del alto costo que significa la rehabilitación de un adicto, siempre será menor
al costo de no tratarlo. Sin embargo, tomando en cuenta las grandes limitaciones
presupuestales del Estado, se estima poco facti ble que este pueda, en los próximos
años, desti nar los recursos necesarios para la rehabilitación de los
drogodependientes.
Sin embargo, puede optimizarse la capacidad instalada del Sistema Nacional de Salud,
promoviendo la atención ambulatoria, implementando programas validados que generan
menor costo.
Aún así, estas acciones resultarían insuficientes para atender la demanda potencial de
atención y en consecuencia, es necesario diseñar fórmulas imaginativas que
incentiven al sector privado, a la seguridad social y a los seguros privados, a
implementar y operar centros de rehabilitación, incluyendo el otorgamiento de
beneficios tributarios o bajo un sistema de costo compartido entre el sector privado y el
Estado.
Por ello, resulta fundamental disminuir los grandes niveles de pobreza rural aunando la
lucha contra el narcotráfico a través del desarrollo alternativo con los programas de
lucha contra la pobreza, que ya es una responsabilidad nacional.
Los temas nacionales importantes, como es el caso de la lucha contra las drogas,
requieren de un determinado consenso nacional entre las diferentes fuerzas
políticas representadas en el Poder Ejecutivo y Legislativo, para ir construyendo una
Política de Estado.
Solamente con una Política de Estado en materia de drogas se podrá contar con un
marco legal estable y una eficiente implementación de la Estrategia Nacional, donde
sus diferentes programas cuenten con las asignaciones presupuestales requeridas, que
dentro del ordenamiento jurídico vigente, las apruebe el Consejo de Ministros y el
Congreso de la República.
Puede ser difícil lograr dicho consenso en el corto plazo, pero deben iniciarse los
esfuerzos necesarios para alcanzarlo cuanto antes.