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MASOQUISMO DEMOCRATICO

Por: Carlos Andrés Gallego G

Estudiante de Derecho

02 de julio de 2010

Como se ha visto, en las pasadas elecciones a la presidencia de Colombia, el candidato de la U, Dr. Juan
Manuel Santos obtuvo una ventaja abismal frente a su candidato Antanas Mockus, más de cinco millones
de votos, lo cual es algo histórico en nuestro país. Pero a qué se debe esta gran victoria del candidato de
la u? ¿Por qué esa gran ola verde del candidato Mockus, se convirtió en espuma verde?, en la actual
coyuntura que vive el país, quien realmente pierde con esta victoria del Dr. Juan Manuel Santos?, habrá
un nuevo frente nacional? Bueno, pues todas estas son preguntas que se hacen una gran cantidad de
colombianos, y no es para menos, pues tal y como se veían las cosas en abril y parte de mayo, según las
encuestas realizadas y según el voto de opinión, la contienda electoral tenía una tendencia a estar mas
re;ida. Para comenzar a responder a esas inquietudes, podríamos decir que el candidato del partido verde
Dr Antanas Mockus en efecto si cometió grandes equivocaciones o “autogoles” como el mismo las
denomino, aunque a mi juicio en el fondo no fueron tan graves y hasta algunas de ellas fueron
intrascendentes, sin embargo tales autogoles le costaron muchos votos al candidato verde, pero Por qué?,
primero que todo hay que reconocer que la sociedad colombiana es una sociedad altamente católica, por
lo cual una declaración de ateísmo o agnosticismo por parte de una persona, es vista como algo
“diabólico”, indebido, inaceptable, perjudicial, etc, por esta razón una parte de los seguidores del Dr.
Mockus, se pudieron haber retractado, confundido, enojado, arrepentido de continuar siguiéndolo y
finalmente restándole votos. Aparte de esto, esta es precisamente el “autogol” mas intrascendental desde
mi punto de vista, puesto que las creencias u opiniones que tengamos respecto a temas tan complejos
como el de creer en Dios, son estrictamente personales y que pueden ser mirados desde diferentes
ópticas de acuerdo a la cultura, profesión, tradición, etc, que tenga la persona, entonces resulta totalmente
equivoco juzgar al Dr. Mockus por sus creencias, además son temas que no deben ser objeto de discusión
pública, verbi gratia, debates, entrevistas, discursos, etc., para ningún candidato de elección popular.

Segundo, respecto al autogol de la extradición al hoy presidente Álvaro Uribe Vélez, pues fue
efectivamente un autogol, ya que como se pudo observar en las elecciones, la mayor parte de la población
colombiana es Uribista, el es su “redentor”, titulo este que se ganado en los 8 años de su gobierno, así
haya sido por los medios que fueran y a costas de lo que fuera lo consiguió, y sinceramente a nosotros los
colombianos no nos interesa de que manera, lo importante es lo que consiguió, esa es la cultura del
colombiano, evidentemente esta tesis de Maquiavelo sigue vigente en nuestra sociedad y no solo en la
vida política, sino en la vida civil. En ese mismo orden de ideas, vemos también como se legitima un
gobierno por el mero resultado, sin importar los medios que lo hicieron posible, -“el no todo vale” que
proponía Mockus-, pero bueno, con esto no estoy desmeritando el gran trabajo del presidente Uribe, no
podría ser tan mezquino para decir que en el gobierno de Uribe no hubo logros positivos, porque en
realidad si los hubo y muy importantes entre otras cosas, a lo que quiero hacer referencia primordialmente
es q para lograr muchos de esos objetivos, el gobierno no se valió de los medio idóneos. Pero volviendo al
tema, una declaración de ese calibre obviamente causa un rechazo inminente por parte de la población y
fue lo que inexorablemente ocurrió, restándole así, muchos más votos al candidato Mockus y cada vez
más la ola verde se iba desvaneciendo quedando solo la espuma. Sin embargo, nuevamente el
juzgamiento a una opinión muy personal, pero entonces ¿qué hacer?, decir que no lo extraditaría, ¿por
qué?, ¿tenemos que condicionar nuestra opinión, lo que pensamos, a lo que quieren escuchar otros
colombianos? Pues está demostrado que en ese “bello arte” de la política, si, no podemos pensar
autónomamente, nuestros pensamientos tienes que estar acorde a la sociedad, al pueblo, y máxime
cuando ese pueblo tiene un “ídolo” precedente, claro está, si se quiere salir triunfador de la contienda,
cosa que al comienzo el candidato Mockus no estuvo dispuesto a hacer pero que posteriormente fue
sistemáticamente retractándose y en vez de generar un efecto positivo en los medios y en la población,
ocurrió todo lo contrario y le siguió restando más votos, por el hecho de retractarse, fue considerado como
un “blandengue, débil, voltiarepas” , pero acaso ¿no es de humanos equivocarse y arrepentirse no es una
doctrina del catolicismo? ¿Aceptar errores y retractarse, no es símbolo de nobleza y humanismo? ¿Que
le paso entonces a esta sociedad tan católica de no aceptar esos arrepentimientos y retractaciones que
hizo el candidato Mockus? Pues tal parece que en la política no hay lugar a retractaciones,
arrepentimientos, ni opiniones estrictamente personales, NO SE PUEDEN HACER, -así estén acorde a la
ley y sea posible su realización-, porque no son bien vistas y generan ventajas a la contraparte como la de
manipular el voto de opinión de la población y aprovecharse de eso para hacer ataques personales al
candidato retractor. Y entonces aquí si no prima la doctrina católica. Además de lo anterior, colombianos:
ENTIENDAN!!!, el Dr. Álvaro Uribe Vélez eventualmente no se encuentra excluido de comparecer ante la
justicia tanto nacional como internacional, el es de carne y hueso, susceptible de cometer errores como
cualquier otro colombiano y por lo tanto puede comparecer ante estrados judiciales si es necesario.

A manera de conclusión de lo anterior, al candidato del partido verde le fue cobrado muy caro tanto sus
“autogoles” como sus retractaciones posteriores. De esta manera pues podríamos resumir algunos de los
autogoles del Dr. Mockus, entre otros que no haremos mención, factor que entre otros hizo que la gran ola
verde quedara solo en espuma al final de las elecciones, a esto por supuesto hay que sumarle,
maquinarias políticas, alguna publicidad no tan noble que utilizo el Dr santos, hoy presidente electo de
Colombia y por supuesto un aspecto que yo considero muy importante cuando de elecciones se trata,
nuestra cultura, la cual fue construida a base de politiquería, en la que predomina la excitación y la utopía
sobre la razón, si, aquella excitación que nos produce escuchar discursos sobre el exterminio de la
pobreza e indigencia, sobre la cobertura total en salud, sobre la cobertura total en educación, sobre el
exterminio del grupo narco terrorista de las FARC, sobre el aniquilamiento de la corrupción y el
clientelismo, temas estos, por supuesto que quisiéramos que se acabaran, pues le han hecho mucho daño
a nuestro país durante su historia, y pues claro que son validos discursos de nuestros dirigentes sobre
estos temas, pero no de la manera en que lo hacen. Es que pareciera, que cuando estamos escuchando
esos discursos, nuestra emoción y excitación se antepusieran a nuestra razón, y llegamos hasta olvidar
muchos hechos que no tendríamos porque olvidar como los macabros falsos positivos, las chuzadas del
DAS, Yidispolitica, el escándalo del AIS, los nexos de un gran número de congresistas del partido de la U
con miembros paramilitares, entre otros hechos que han ocurrido en este gobierno, presidido por un
miembro y también de la U. Al parecer ninguno de estos hechos nos interesa, los olvidamos, perdonamos
rápidamente y seguimos avalando, venerando y apoyando la continuación de las mismas políticas
erróneas. Pero por supuesto, nos es imposible perdonar u olvidar los errores que ha cometido un ateo o
agnóstico, vaya ironía! Ahora bien, en Colombia parece que se nos volvió costumbre olvidar, hacer borrón
y cuenta nueva, si algo paso, ya lo olvide. El pueblo mismo crea leyes de punto final constantemente. Es
que acaso ¿asesinar civiles inocentes por parte de la fuerza pública y hacerlos pasar por guerrilleros es un
acto irrelevante para nuestra sociedad?, ¿restringir y perseguir a personas que tienen un pensamiento,
ideas y posiciones distintas a las del gobierno, no es tampoco irrelevante? ¿Excluir a lo más necesitados
de la oportunidad de acceder a créditos y dárselos a quienes les sobra dinero, no es tampoco importante?
¿Tener un congreso infestado de corruptos –algunos ya condenados, otros investigados- es un orgullo o
algo digno de un país? No, desgraciadamente en Colombia eso no es trascendental, lo seguimos
aceptando y apoyando y entonces en donde se quedan aquellos bellos discursos llenos de fines utópicos,
como hacer de Colombia un país incluyente, un país sin corrupción, sin grupos insurgentes, sin miseria,
etc, pues solo queda en palabras y es que obviamente es así porque desde que el gobierno de turno; siga
promocionando todo eso y respondiendo ante cualquier reclamo el argumento aquel que eso fue una
“política de estado”, “eso es por el bien común”, que entre otras cosas es el argumento perfecto para
liberarse de la responsabilidad individual y volverla colectiva, es decir es responsabilidad de toda
Colombia, nosotros colombianos como poder constituyente lo permitimos, lo aceptamos y hasta lo
aplaudimos, y por ende toda Colombia paga; todos esos objetivos y metas del gobierno, seguirán siendo
platónicos. Con esto, lo que quiero decir es que nuestra cultura no nos está permitiendo ver otras
opciones de gobierno independientemente de las que sean, nuevas formas de hacer las cosas, nuevas
propuestas, nuevas alternativas de solucionar conflictos, darle un aire nuevo o diferente a la política de
antaño. Todo esto no sé si ha ocurrido por nuestra idiosincrasia, falta de educación, compromiso con
Colombia o miedo de cambiar nuestra manera de pensar, volvernos más racionales, asumir nuevas formas
de gobierno, nuevas maneras de hacer política. Sea cual fuere la razón, aunque podrían concurrir varias
de ellas, es importante cambiar esa cultura, transformarla de tal forma que no sigamos apoyando políticas
poco plausibles, debemos también asumir un compromiso leal con Colombia, acabar el abstencionismo,
erradicar el argumento de que “la política no me interesa”, exigir la rendición de cuentas a nuestros
gobernantes y el cumplimiento de sus buenas políticas, volvernos cada vez unos miembros más activos
de la sociedad, ejercer a plenitud nuestro poder de control a las políticas de nuestros gobernantes,
repudiar aquellos argumentos del gobierno de “por el bien común” y de “política de Estado” cuando de ello
no tienen nada y solo se quieren exonerar de sus responsabilidades individuales y finalmente exigir un
trato respetuoso y digno de los gobernantes hacia toda la población.

Para concluir estas breves líneas, aunque hayan faltado muchos temas por tratar porque son muchos los
tópicos que hay que hablar y discutir pues sería muy dispendioso tratarlo aquí, solo quiero hacer ver a los
colombianos que no podemos seguir respaldando políticas que le han hecho tanto daño a nuestra
sociedad, aunque muchos las hayan olvidado, no podemos seguir sacrificando unas cosas por otras, en
este caso todo lo mencionado, por seguridad y paz y máxime cuando para conseguir estas, se están
abriendo grietas cada vez más profundas en nuestra sociedad, hay que buscar un punto de equilibrio, que
los daños que se generen para conseguir la seguridad y la paz sean proporcionales a su consecución,
hay que alejarnos de la tendencia autocrática y dictatorial que nos ronda, pues estas tendencias no son en
nada benéficas para nuestra sociedad ni para ninguna otra aunque se escondan detrás de la democracia,
ya llevamos 8 años del gobierno Uribe y por lo que se puede vislumbrar otros 8 años de gobierno de
santos y hasta más, si este consigue la “gran unidad nacional” que no es otra cosa que la forma más
democrática que encontró para legitimarse y perpetuarse en el poder él o sus políticas. Y aquí el único y
verdadero perdedor no es solo el Dr. Mockus, sino todo el pueblo colombiano.

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