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V

MARTES
29.06.10

Los soldados representarían el apacible tópico del

A la espera de descanso del guerrero, si no fuera porque no esperan


a cambiar una rueda, sino que su blindado acaba de
saltar por los aires. Las cosas de la batalla. Pertene-
cen a la compañía 162 de la Guardia Nacional, en mi-
sión con el Segundo Batallón de Combate de los Ma-

los refuerzos rines de los EE UU y unos minutos antes, les ha es-


tallado bajo las posaderas una mina anticarro en una
carretera en medio de ninguna parte, camino de la
base en Helmand (sur de Afganistán).
El convoy que protegían antes de volar (un viaje
ruidoso, pero sin heridos) llevaba en sus entrañas
:: TEXTO: FRANCISCO APAOLAZA suministros para alimentar la descomunal maqui-
:: FOTOGRAFÍA: SHAMIL ZHUMATOV naria bélica de los aliados en el país. Obama está
empeñado en ganar la guerra atacando las regiones
del sur, controladas por los talibanes. Además de ví-
Esperan, no se sabe a qué. Probablemente ayuda. veres, necesitan comunicarse, por eso mismo se
Quizás una rueda de repuesto, algo de gasolina o afanan un día tras otro en arreglar las antenas de te-
una bujía nueva. Uno de ellos se repantinga sobre lefonía que los talibanes se empeñan en destruir.
ese cúmulo de bultos con enseres y granadas que Desde 2008, han destrozado 200 de las 6.000 que
acarrean los soldados en el videojuego de la guerra. instalaron los aliados. A partir de agosto, lo tendrán
Otro del que solamente se intuyen las manos, hojea más fácil: el mundo envía al frente a 8.000 soldados
una revista en la que una rubia luce cachas y curvas. más (serán en total 150.000). Llegan los refuerzos.

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