14 | tiempo argentino | investigación | año 1 | n·4 | miércoles 19 de mayo de 2010
TÉLAM
La madeja conservadora que mantiene vigente el decreto de Videla
Magistrados que no juzgan a represores
“Somos la única provincia que no
pudo enjuiciar a los asesinos de
la última dictadura y ni siquiera
están presos, porque los libera-
ron a todos”, explicó a Tiempo Ar-
gentino, Pablo Salinas, abogado
y representante del Movimiento
Ecuménico de Derechos Huma-
nos. El asesor habla de los jueces
que componen la Cámara Federal
de Apelaciones de Mendoza. Tan-
to la sala A, como la B.
Las pruebas están a la vista:
el tribunal compuesto por Julio
Petra Fernández, Alfredo López
Cuitiño y Carlos Pereyra Gonzá-
lez excarcelaron a fines de 2008
al último grupo de represores
procesados que esperaban su
juicio tras las rejas. Al poco tiem-
po y con un pedido de jury sobre
sus espaldas, Pereyra González
renunció a su cargo. Desde San
Luis, habían ordenado investigar-
lo por encubrimiento de torturas
en su paso como juez puntano.
La situación de sus colegas
(Sala B) Otilio Roque Romano y
Luis Francisco Miret es más com-
Carlos Pereyra González
viene de página 13
ciembre, el juez de Primera Ins-
tancia en lo Civil y Comercial Nº
1 de la ciudad de Buenos Aires,
Edmundo Carbone, haciéndose
eco de una demanda del Grupo
Clarín, suspendió el artículo 41,
que regula la transferencia de
licencias, y el 161. Finalmente,
los camaristas María Susana
Najurieta y Francisco de las Ca-
rreras (sin la adhesión de Martín
Farrel) revocaron la cautelar del
artículo 41, pero mantuvieron la
suspensión del 161.
Rápidamente, el fallo llamó la
atención del ministro de Justicia
Julio Alak y del jefe de Gabine-
te Aníbal Fernández, dado que
Carbone tomó la decisión a los
pocos días de haber presentado
su renuncia. El 3 de noviembre, el
Ejecutivo nacional había firmado
el decreto por el cual, a partir del
31 de diciembre, el magistrado
pasaba a retiro. Los funcionarios
hasta deslizaron que podría ha-
ber tenido presiones del multi-
medios Clarín.
Alfredo López Cuitiño
pleja y afrontan un jury a pedido
de los organismos de Derechos
Humanos. Ambos tuvieron en sus
manos –Romano, como fiscal, y
Miret, como juez subrogante,-
investigaciones en la década de
1970 que hoy, a más de 30 años,
los comprometen. “Romano era
fiscal y no dejó asentado que las
declaraciones eran tomadas bajo
tormentos y otras vejaciones con
lo que convalidó la tortura”, argu-
mentó el Salinas.
Los dos camaristas tienen cua-
Otilio Romano
No es la primera vez que un
fa llo de Carbone t rasciende
las paredes de su despacho. En
una inédita medida de censura
previa y a trece años de la recu-
peración de la democracia, en
1996, prohibió la emisión de la
película La última tentación de
Cristo, del director Martin Scor-
sese, por el canal Space. En ese
momento, diputados como el
socialista Alfredo Bravo solici-
taron su juicio político.
Carbone cultivó un largo cu-
rrículum en la Justicia y como
La clave
APOYO
El proyecto para una
nueva Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual
fue aprobado en
Diputados con más de 100
modificaciones por 147 votos
a favor y cuatro en contra.
En el Senado, obtuvo 44
afirmativos y 24 negativos.
Luis Francisco Miret
tro causas en su contra. Una de
las querellantes es Luz Faingold.
Cuando apenas tenía 16 años (en
1975), la mujer fue encarcelada e
incomunicada por orden de Miret.
“La torturaron y la violaron, pero
sus declaraciones tuvieron valor
judicial para el magistrado”, enfa-
tizó el abogado. Y agregó: “Nunca
tomaron en serio las denuncias
de tortura de los detenidos.” Al
trascender estos hechos, la Uni-
versidad Nacional de Cuyo sus-
pendió en sus cargos a Miret.
En 1987, el camarista se había
excusado en una causa contra el
general Juan Pablo Saá por la
“íntima amistad” que mantenían.
Saá estuvo a cargo de decenas
de centros clandestinos en la
provincia de San Juan, Mendoza
y Buenos Aires.
Según las organizaciones de
Derechos Humanos, los jueces
están dilatando los juicios por-
que si empezaran a desarrollar-
se, los testigos y víctimas de los
represores dejarían en evidencia
la responsabilidad de la justicia.
funcionario público. Prestó sus
servicios en el ministerio del
Interior en las dictaduras de
Juan Carlos Onganía, Roberto
Marcelo Levingston y Alejan-
dro Lanusse; y durante el go-
bierno de Jorge Videla trabajó
en la Comisión Nacional de Lí-
mites Interprovinciales hasta
marzo de 1980 cuando asumió
como titular del Juzgado Nacio-
nal Nº 1 en lo Civil y Comercial
Federal.
Estos son los fallos que ja-
quearon más fuerte a la Ley de
Medios. Los dictaron cuatro
jueces de primera instancia,
de los cuales la mitad mantie-
ne v ínculos con los protago-
nistas del último golpe militar,
mientras que la jueza Arrabal
fue criticada por sus relaciones
con el Grupo Vila. En tanto, de
las dos Cámaras Federales que
sostuvieron estas sentencias, la
mayoría de los integrantes de
una de ellas fueron separados
de causas donde se investigan
delitos de lesa humanidad. <
Muestras - Estuvieron cinco meses en la caja fuerte de Bergesio.
el caso de los herederos de noble
Ordenaron revisar
las pruebas de ADN
Gerardo Aranguren
garanguren@tiempoargentino.net
L
a jueza federa l Sa nd ra
Arroyo Salgado, quien in-
vestiga si los herederos de
Ernestina Herrera de Noble
fueron apropiados durante la
dictadura, pidió a especialistas
del Banco Nacional de Datos
Genéticos y del Cuerpo Médi-
co Forense que verifiquen el
estado de conservación de las
muestras de ADN de los jóve-
nes Marcela y Felipe.
La medida busca subsa-
nar un punto clave de la ac-
tuación de Conrado Bergesio
en la investigación. Ese juez,
removido de la causa en abril
pasado, no había tomado nin-
guna precaución sobre la per-
durabilidad de las muestras
genéticas que reclamaron los
querellantes en la causa.
La preocupación de la Aso-
ciación de Abuelas de Plaza de
Mayo y las familias Lanouscu
Miranda y Gualdero García
apunta a que las muestras fue-
ron obtenidas en dos allana-
mientos en los domicilios de
los jóvenes, el 30 de diciembre
de 2009, y que, hasta la sema-
na pasada, permanecieron en
la caja fuerte del despacho de
Bergesio.
La investigación llegó al
Juzgado Federal en lo Crimi-
nal y Correccional Nº 1 de San
Isidro luego de que la Cámara
Federal de San Martín acepta-
ra la recusación a Bergesio por
demorar el análisis de ADN.
La recusación fue presentada
por la fiscal Rita Molina quien
fundamentó la actitud “par-
cial” que había demostrado
el juez en los ocho años que
intervino en la causa.
La primera decisión de la
magistrada al recibir el ex-
pediente fue apartar a dos
abogados de la familia Noble,
como había ordenado la Sala
II de la Cámara Nacional de
Casación. En su fallo, la Cá-
mara había considerado que
Jorge Anzorreguy y Horacio
Silva ejercieron una doble
representación al defender a
Ernestina Herrera de Noble,
imputada por apropiación, y
a sus hijos adoptivos, posibles
víctimas de ese delito.
El futuro de la causa depen-
de ahora de lo que resuelva la
Cámara de Casación sobre el
recurso extraordinario que
presentaron los abogados de
Noble para que la Corte Su-
prema de Justicia decida si el
examen de ADN se realiza en
el Banco Nacional de Datos
Genéticos, como se hizo en to-
das las causas de apropiación,
o se compara sólo con las dos
familias querellantes, como
pretende la defensa de Noble.
Arroyo Salgado decidió es-
perar la decisión de la Cámara
para dar curso a la pericia y,
según fuentes de la causa, el
tribunal decidiría el futuro de
las muestras en los próximos
días. <
El dato
8
son los años que el juez
Bergesio estuvo al frente de
la causa hasta su destitución
por las demoras en ordenar
los exámenes de ADN.