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EL SUFRIMIENTO – Señal del remanente

Himno: Vivo por Cristo

Saludo inicial y oración

Pregunta inicial: ¿Será el sufrimiento una característica del Pueblo


remanente de Dios?

Introducción: Los cultos que hacemos los miércoles de noche, atraen de manera especial a un
grupo de creyentes que traen al altar de Dios sus agradecimientos y sus peticiones. He podido
observar que mayormente son las peticiones las que dominan el momento de la oración, también
he podido observar, que muchas de estas peticiones son para que Dios intervenga de forma
milagrosa para librarnos de algún tipo de sufrimiento, ya sea este una enfermedad, un mal
momento económico, un hijo que ha abandonado la iglesia, etc. Queremos estar libres de
sufrimiento.

En varias ocasiones he podido observa al Ptr. Josué Tirado quedarse en la iglesia de rodillas,
orando fervientemente, con lágrimas en los ojos, le he notado angustiado… sufriendo.

Seguramente, hoy, alguien que ha venido a este culto, lo ha hecho porque está en un sufrimiento
profundo y quiere pedirle a Dios que lo libre de este sufrimiento o al menos que le de una tregua,
un tiempo de descanso, un tiempo de paz.

Todos, de alguna forma sufrimos las consecuencias que ha traído el pecado a este mundo, la
consecuencia de la pobreza, la miseria, la enfermedad y la que más nos afecta… la muerte.

Voy a repetir la pregunta inicial nuevamente:

Pregunta inicial: ¿Será el sufrimiento una característica del Pueblo de Dios remanente?

Si nos referimos al sufrimiento del que hemos estado hablando, yo diría que no, no solo los
cristianos padecen, todos los seres humano sufren las consecuencias fatales del pecado, de la
miseria, de la enfermedad y de la muerte, este sufrimiento no te hace diferente de los demás, al
contrario, el cristiano encara el sufrimiento de la enfermedad y de la muerte con una mayor
esperanza, con optimismo, con la seguridad de que está en la manos de Dios y que su voluntad
será una constante en su vida.

Pero si tu sufrimiento (sacrificio) es por seguir a Cristo, entonces si hay una gran diferencia.

Quisiera cambiar ligeramente la pregunta inicial:

Pregunta inicial: ¿Será el sufrimiento por Cristo una característica del Pueblo de Dios
remanente?

1
Notemos los siguientes pasajes bíblicos:

Mat 5:10-12 "Bienaventurados aquéllos que han sido perseguidos por causa de la justicia,
pues de ellos es el reino de los cielos.
11 "Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal
contra ustedes falsamente, por causa de Mí.
12 "Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande,
porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.

2 Timoteo 3:10-12 Pero tú has seguido mi enseñanza, mi conducta, propósito, fe,


paciencia, amor, perseverancia,
11 mis persecuciones, sufrimientos, como los que me acaecieron en Antioquía, en Iconio y
en Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Y de todas ellas me libró el Señor.
12 Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán
perseguidos.

Heb 11:36 Otros experimentaron insultos y azotes, y hasta cadenas y prisiones.


37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada. Anduvieron de aquí para
allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados

Rom 12:1 ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional
culto.
Rom 12:2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro
entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.

Al parecer, la idea que dejan estos textos es que de alguna forma, el sufrimiento, la persecución, el
sacrificio deben estar asociado con la vida del cristiano.

El libro que estamos estudiando los miércoles es Historia de la Redención, es un libro que describe
y reflexiona sobre la gran batalla entre el bien y el mal, describe el gran conflicto en el cual
estamos inmersos y al final de la página 341 hace una declaración realmente impactante:

“Si hubiera un reavivamiento de la fe y el poder de la iglesia primitiva, el espíritu de persecución


se reavivaría y sus fuegos volverían a encenderse”

Déjenme ponerlo de otra forma: Por falta de un reavivamiento y ya que hemos perdido el poder
de la iglesia primitiva, vivimos en la mayor tranquilidad y no hay sombra de persecución

Al parecer, basado en los versículos anteriores y en el texto que acabamos de leer, el sufrimiento
por Cristo debiera ser una característica que identifica a los fieles seguidores de Cristo a través de
los tiempos.

2
El Contexto de la Batalla (Sufrimiento, sacrificios y mártires)

El sufrimiento y el sacrificio son característica inseparables de las guerreas y nosotros estamos


inmersos en una guerra declarada desde la caída del hombre:

Gen 3:14 Y Jehová Dios dijo á la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida:
Gen 3:15 Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Tenemos un enemigo declarado, desde entonces vivimos en un campo de batalla y la batalla trae
sacrificios, trae sufrimiento, trae heridas, trae dolor.

Libro:

“La enemistad que se había manifestado hacia el Redentor del mundo se manifestaría también
contra todos los que creyeran en su nombre. La historia de la iglesia primitiva da testimonio del
cumplimiento de las palabras del Salvador. Los poderes de la tierra y el infierno se coligaron contra
Cristo en la persona de sus seguidores”.

En esta batalla, conocemos la historia de muchos mártires, podemos mencionar unos cuantos.

La lista la encabeza el mismo Cristo:

Isa 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros
le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isa 53:5 Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el
castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino:
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero;
y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Pablo dijo de sí mismo:

2Co 11:23 … en trabajos más abundante; en azotes sin medida; en cárceles más; en
muertes, muchas veces.
2Co 11:24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
2Co 11:25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido
naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo de la mar;
2Co 11:26 En caminos muchas veces, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los
de mi nación, peligros de los Gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos;
2Co 11:27 En trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en
frío y en desnudez;

3
Todos hemos leído o escuchado sobre historias valerosas de personajes que durante la Inquisición
prefirieron morir a negar su fe por Cristo,

2 Ejemplos:

Un católicorromano español, llamado Juliano, viajando a Alemania se convirtió a la religión


protestante y se comprometió llevar a su propio país un gran número de Biblias, escondidas en
barriles, y empaquetadas como vino Rhenish. Tuvo éxito en su empresa hasta que llegó el
momento de distribuir las Biblias. Un falso protestante que había comprado una lo traicionó y
relató el asunto ante la Inquisición. Juliano fue capturado y, usando medios extorsivos para
descubrir a los otros compradores, fueron aprehendidas 800 personas. Fueron
indiscriminadamente torturadas y sentenciadas a varios castigos. Juliano fue quemado junto a
otros veinte, varios encarcelados de por vida y el resto azotados en público y enviados a las
cárceles. Muy pocos fueron absueltos.

Una joven llamada María de Coccicao, que residía con su hermano en Lisboa, fue arrestada por los
inquisidores y colocada en el potro (instrumento de tortura en que se tensionan las piernas y
brazos). Los tormentos que sintió le hicieron confesar los cargos contra ella. Aflojaron las cuerdas y
fue llevada de vuelta a su celda, donde permaneció hasta que hubo recobrado el uso de sus
extremidades; fue entonces traída de vuelta ante el tribunal para que ratificara su confesión. Se
negó absolutamente, diciéndoles que lo que había dicho le fue sacado a la fuerza. Los inquisidores
ordenaron que fuera torturada otra vez y la debilidad de la naturaleza prevaleció y repitió su
confesión anterior. Fue inmediatamente devuelta a su celda. Cuando fue presentada por tercera
vez ante el tribunal le ordenaron que firmada su primera y segunda confesión. Respondió como
antes, pero agregó: "Dos veces he dado lugar a la fragilidad de la carne, y quizás pueda, mientras
sea torturada, ser lo suficientemente débil para caer otra vez; pero estén seguros de esto, si me
torturan cien veces, apenas me liberen negaré lo que me fue sacado a través del dolor". Los
inquisidores entonces ordenaron que la pusieran en el potro por tercera vez. Durante esta última
prueba soportó los tormentos con la fortaleza más extrema y no pudo ser persuadida de
responder ninguna de las preguntas que le hicieron. A medida que su coraje y constancia
aumentaron, los inquisidores, en vez de hacerla matar, la condenaron a ser azotada en las calles y
al destierro por diez años.

Sin duda, conocemos la historia de muchos otros, que optaron sufrir por Cristo.

No obstante, mientras más cristianos morían en las máquinas de tortura, en las hogueras y en las
cárceles, más fieles entraban en el ejército de Cristo, más seguidores se añadían al lado de Dios en
esta batalla universal. Satanás se dio cuenta de que estaba perdiendo la batalla.

El libro de la Historia de la Redención nos relata que:

Un cristiano, que discutía con los gobernantes paganos que fomentaban la persecución, dijo lo
siguiente: "Podéis matarnos, torturarnos, condenarnos... Vuestra injusticia es la prueba de que
somos inocentes... Vuestra crueldad... no os servirá de nada". Era una poderosa invitación más

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para atraer a otros a su fe. "Mientras más a menudo nos aplastáis, más rápidamente crece nuestro
número; la sangre de los cristianos es una semilla".

Satanás entonces cambia su estrategia en la batalla

“Por lo tanto, Satanás, trazó planes para tener más éxito contra el gobierno de Dios clavando su
estandarte en el seno de la iglesia cristiana. Si los seguidores de Cristo podían ser engañados e
inducidos a desagradar a Dios, su fortaleza y su firmeza fallarían, y serían una fácil presa para él”.

La nueva estrategia del enemigo fue mostrarse como un falso amigo, pasó a observar con mayor
detalle los puntos débiles de los profesos cristianos y complacerlos en sus debilidades, usar la
mentira disfrazada de verdad y usar a los mismo cristianos para levantar ideas apostatas que
harían que la iglesia se separar para debilitarla, de esta forma vemos que surgen dentro de la
misma iglesia movimientos de separación en nombre de la búsqueda de una nueva verdad

“Satanás gozaba al ver que había tenido éxito en engañar a un gran número de seguidores de
Cristo. Entonces logró que su poder se manifestara más plenamente sobre ellos y los inspiró a
perseguir a los que permanecían fieles a Dios. Nadie podía saber mejor cómo oponerse a la
verdadera fe cristiana que los que habían sido sus defensores; y esos cristianos apóstatas, unidos
con compañeros semipaganos, se dedicaron a atacar los aspectos más esenciales de la doctrina de
Cristo” (pg. 340).

Te pregunto, ¿qué prefieres tener en una guerra, un enemigo declarado o un enemigo que se hace
pasar por amigo y luego te ataca?

De esta forma es que nos encontramos en la actualidad, no hay persecución declarada, porque
tenemos al enemigo infiltrado como si fuese nuestro aliado, ya no hay que esconderse, no hay que
huir, tenemos la libertad de predicar, no obstante, es cuando menos lo hacemos, vivimos en un
letargo espiritual complaciendo al falso amigo que se ha encargado de crear confusión en la iglesia
de Cristo, introduciendo nuevas filosofías, como el relativismo, el legalismo y el secularismo,
llevando nuestra atención a fijarnos en las formas y no en la esencia de una experiencia viva con el
Salvador.

Es por esto entonces, que la persecución pareciera estar sumida en una somnolencia tan grande.
La única razón de ello es que la iglesia se ha conformado a las normas del mundo, y por lo tanto no
suscita oposición

Vivimos en la mayor tranquilidad y no hay sombra de persecución, hace falta de un reavivamiento


y recuperar el poder de la iglesia primitiva. Hemos olvidado que hay que colocar nuestras vidas en
el altar de Cristo y presentarnos como un Sacrificio vivo, los sacrificios traen renuncias, traen
negación, una dosis de dolor, traen una dosis de sufrimiento.

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¿Y tú?

¿Has sufrido por Cristo?, ¿estás dispuesto a sufrir por El?

Que puede significar el sufrir por Cristo?

Dejar un trabajo porque te piden que trabajes en sábado, separarte de algún familiar porque no
comparten tu religión y atenta contra ella, de repente un sacrificio puede ser incluso, venir los
miércoles al culto de oración, tal vez la clave sea morir al yo y vivir por Cristo cada día y eso...
involucra sacrificio. Podemos hacer sacrificios pequeños, como dejar un tipo de comida, o cosas
que dañan nuestra salud, todo esto representan pequeños sacrificios y mediante el ejercicio de
estos pequeños sacrificios Dios nos estará preparando para sacrificios mayores y llevarnos al
liderazgo de su ejército en este conflicto, pero si no hacemos ningún sacrificio, no nos estaremos
identificando como soldados de Cristo. Estaremos sufriendo como sufre toda la gente por vivir en
un mundo afectado por el pecado, pero no estaremos sufriendo por Cristo que es, sin duda, lo que
finalmente hará una distinción entre el mundo y el pueblo de Dios

El apóstol Pablo declara que "todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, sufrirán
persecución" (2 Tim. 3: 12).

Nuevamente la pregunta final para meditar en esta noche es: ¿Estás dispuesto a sufrir por Cristo?

Si realmente estás dispuesto a sufrir por Cristo, déjame decirte que tenemos la seguridad en sus
promesas de que él jamás te dejará solo en medio del sufrimiento, el estará contigo para aliviar tu
carga, él suplirá todas tus necesidades y también te librará del temor.

La única forma de refinar nuestra vida cristiana es a través de los crisoles, si tu vida no presenta
pruebas, y no requiere ningún sacrificio adicional cada día, puede ser que estés acomodado y
satisfecho con lo que te está ofreciendo el mundo, es momento de parar y pensar más en lo que
estás dispuesto a ofrecer a Cristo…

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