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LA NOCHE

HABITADA
LA NOCHE HABITADA

♂ Camino y camino por fluida senda de viejos recuerdos y nuevas


esperanzas, ciertas esperanzas que de juventud fueron, atrevidas y también
primero pérdidas. Camino en estos caminos del siempre, gastado como el
polvo, seco como el estío, sobre la pista relucida y negra del asfalto
reciente, orillando la grava de la ruta que no hay mas remedio, en precario
ante estas prepotencias raudas, veloces y acústicas, que una y otra vez me
abofetean con el aire que desplazan, marginando así tan decididamente, la
vacilación de mi paso a la vera de la carretera, matrículas de la provincia de
la vida que en un instante pierdo de vista, definitivamente sustituidas por
otras que les siguen, una y otra vez. Camino y ando, solano en el sendero
largo de la pista, sin fuerzas ya, atrás y golpeado. Y no pretendo despertar,
despertar de mi mismo, tan obcecado soy, así soy tan cruel conmigo, tan
resentido y sentido. No renuncio ni sé olvidar, soy caminante a destiempo y
ya es mucho decir y poco hacer.....

♀ La noche... Oh, noche! Noche de plata cimentada y de azul apretujado


detrás del negro, cielo de miradas fofas con resplandores de culo de botella,
espectros escapados que más parecen pájaros hilarantes, recorren tus
silencios. Oh, noche, querida amiga!, descansa la vida y florece la luna,
florece y se muestra al después, con sus galas más altas. Despliegas, Oh
noche!, tu opalino espejo y traicionas la negrura que no cura, para recrearte
en tus encantos más secretos. Y que presagias con tu grito mudo, amada y
bien amada, has de saber que si los silencios engendraron el retorno,
inventaré la esperanza y así podré vivir pesar de los pesares, con al sudario
tan blanco y furtivo que me muestras.
Oh, noche, querida amiga!, que obscura y que cerrada, Oh, noche! Cuantos
suspiros han quedado teñidos sobre tu terciopelo raso de mujer amante,
cuantas vagas promesas se astillaron en mil cristales de nieve eternamente
ingrávidos, cuantos deseos quedaron allá, en tu playa sin asidero, cuantas y
cuantas cosas quedaron por decir, estoy segura. Oh, noche! Noche, querida
amiga!
♂ Mi nombre, preguntas? Curiosa eres tu, pero.....no me lo pidas, amor. No
podría... Lo cierto es que necesitas y lo demás, muerto está ya sin remisión.
La miré y....me miró. Me acerqué y ..., se acercó. La toqué y ..., me tocó. La
sentí y me sintió, la besé dulce y largamente. Las lágrimas de sus ojos
fueron lluvia sobre mis cabellos, se le escapó un quejido, un
estremecimiento, un suspiro y ya toda pareció florecer. El recorrido de mis
besos y el roce de mi barba sin afeitar, pasearon mis caligrafías caprichosas
sobre la piel en su parte más nevada y al instante, esta blancura sin mácula
ya no fue más, pereció. Nuestras manos rozaron el atardecer del verano
buscando esta caricia sublime que no existe y casi sin saber, nos vimos
estañados, girando en pos uno del otro, siguiendo la vorágine del baile, todo
torpeza. Su aliento sobre mis semicerrados ojos, parecía un fuego y mis
entreabiertos labios qué hicieron?, pusieron sobre su esbelto cuello tan
estilizado y levantado, vagos deseos que ni podían ser pronunciados y todo
quedó así, en aquel cerco terminado y suspirado. La gallina clueca empolló
un huevo que después fue una rosa, una burbuja, una mariposa, una
sonrisa, un parpadeo....

♀ La playa amuralla el azul crispado del mar y éste, lo estrella dominante, a


mis pies en rizados y muertos epílogos de vida liquida. Una luna de sal,
brilla ondulante con cadencia de múltiples voces, meciéndose en el otro
cielo más debajo y más obscuro de las revueltas aguas y sobre mi, arriba en
el telar del firmamento, la noche que lo envuelve todo y, no me da miedo.
Los tostados y amarillos granos de arena de la breve orilla, me ofrecen su
salobre reposo con profunda resignación, mis enfebrecidos labios resecos y
agrietados, se quedan en besos pequeños y en mis mejillas, se dibujan las
concavidades de los diminutos granos achaflanados de toda la erosión
ancestral, aprieto con fuerza mi cara en este suelo, ardo, hasta hacerme
daño y amo. De mis amor-atados ojos se escurren lágrimas que pronto la
tierra, tan a punto, filtra, me estremezco toda partida en una mueca que me
sigue y sigue, y quedo allí, inmóvil y desfallecida como una paloma. No
conocía, de verdad, no conocía al joven forastero que llegó con el acabar de
la tarde y él, tampoco me conoció
El niño en su inocencia continuó buscándola, acercaba el candil
abatiendo sombras a sus pies, pero no. - Termina, no ves, no sabes
que la noche la llevó? No quieras saber y entender, no busques la
verdad, no! - Mira!, ahora mira entre las hojas de los árboles, debajo
el claroscuro de las sombras florales, tampoco. Después, haciendo
bocina con las manos, la llama con todas sus fuerzas y ella no
contesta. Y pregunta a los pájaros y a la fuente y la flor solitaria
también se lo preguntó, tampoco. Todos han callado prendidos del
silencio y sin embargo ellos, seniles, todavía permanecen enlazados,
talmente una sola flor, mientras el mar les ofrece su rezar de milenios
y milenios y la noche les va volcando poco a poco, su presencia. -
Niño termina este loco buscar. Ya ella marchó, no sabes, ya la
noche la llevó. - Ahora el viento riza la arena y esta, presurosa, se
esconde en sus cabellos revueltos y mojados, mojados de mar y de
luna, mojados de deseo y los cuerpos imantados son un nudo
marinero, una rosa florida con la brea de las barcas, un gusto de sal y
de peces de roca. De pronto, el último apretón febril, rasca los nudillos
de las manos hasta sangrar y habla todas las palabras entre ellos dos,
un estremecimiento, un estertor, una lagrima, un río…..

♂ Tallándolo con cincel, imprimo mi nombre en la roca, si loco es el


presente ciego será el futuro. Sin piedad dejo mi surco y nunca más
volveré.....Porque soy fuerte y te puedo, marco tu carne sorprendida y
asaltada como si fueras una res. Y si así tu no lo desearas, si así no lo
hubieras querido, no sería así. Si así no hubieras llamado, si así no hubieras
aullado en tu ronda con la luna, mi nombre que no conoces, no sería así. Yo
seguiría con mi paso estéril, en la carretera comarcal apartándome del
mundo y de la vida. De pronto, en un santiamén todo se detiene, la noche
se cae y se funde en nosotros, la noche se agiganta y oscura, me vence
rápida y absolutamente.

Y el niño en su inocencia aun seguía buscándola. Mira, ahora mira


entre estrellas, sus manos llenas de nieve de luz - Que bonito! -
Lentamente los copos, se enredan en sus cabellos y al poco, su figura
entera semeja pintada de purpurina, tampoco allí la encuentra. Dónde
estará? Dónde la dejara?

Con la puntita de sus dedos, índice y pulgar, con exquisito cuidado,


sujeta fuerte el tremolante final del revuelco de una espumeante ola y
tira y levanta para mirar debajo la superficie toda del mar (Dixi S. Dali
que estas en los cielos) Y ni en esta vacía arena, mojada por eones y
eones de agua profunda, dejó huella de su paso, tampoco en estos
fondos abismales, tampoco prendida en una rama de coral rojo quedó,
no entre la flora marina con regusto marisquero, nada entre las
caracolas nacaradas, ni entre las ondulantes algas verdes, tampoco
los caballitos de mar lo saben, ni siquiera el arcano escondido de la
madreperla, nada, todo tan vacío de ella. Tampoco los peces la vieron
pasar.

Y el niño, con toda el agua salada incontenible de sus ojos,


resbalándole por las mejillas, llorando hasta inundarse totalmente, se
abandona en un grito desesperado de albatros y engarza finalmente
en esta montura, el gran y total diamante azul que siempre permite el
reflejo de la luna. Todas las aguas del océano reposan de nuevo al
borde de la playa y entonces, el horizonte rompe y queda el retrato, la
silueta pueblerina del viejo pescador y su barca vieja y rustica,
corroída y balanceada por interminables singladuras y la salazón que
tanto pesan sobre ella, avasallándola. En un desgarro, en un romper
de ultima esperanza, el niño no puede

más y arroja su pregunta al volantín, a la red del pescador y ya ves,


así como una plateada escama más del mar profundo, prendida queda
en el arte a rebosar, de aquel lobo de mar. Concluye la calma chicha
con la emoción de la captura.
Si que la vi! La vi marchar sonrojada y rota como una mariposa
pequeña de alas arrocinadas, volaba mirando atrás siempre y al final
llego a su destino y se posó erráticamente en el vergel de las
perennes manzanas en flor de la otra orilla, tan lejana, allí donde no
hay tiempo, el día es atardecer perpetuo y hasta el silencio enmudece
embebido de si mismo. La vi toda suspiros, llorando sobre la arena. La
vi licuarse cubierta de musgo, humedad y ruido de cascada, novia del
inmenso mar, la vi en el furtivo abrazo final de estas sus nupcias
eternales. Todo se fue y se me quedó en la noche definitivamente y no
pude, no, dejarle mi adiós cuando marchó. En aquella noche todo se
perdió, quedó en quietas acechanzas de fosilizados gestos y de vanas
promesas no creídas que por demás, tampoco serán encontradas
jamás. Y el perfume que quedo, buscarlo en el infinito salpicar del
agua salada, talmente como un rastro cierto, tenue y calmo.

♂Y ahora? Ahora? Camino y camino otra vez en la fluida senda de los


viejos recuerdos y las nuevas esperanzas, esperanzas que de juventud
fueron, atrevidas y también primero perdidas. Camino en estos caminos del
siempre, gastado como el polvo, seco como el estío, en la pista relucida y
negra del asfalto siempre. Aquello? Se quedo atrás en la orilla otra del mar.
Y ella? Ella?....A ella tampoco la vi más. Y la noche? La noche?....Oh noche
de plata cimentada y de azul apretujado detrás del negro, también, también
se perdió al igual que se pierden los recuerdos. El hombre es así,
absolutamente perdedor.

♀ La mañana renace y comienza el día. Una difusa claridad asciende de la


tierra, al cielo para apagar una a una, todas las estrellas del firmamento, las
cosas cobran color y presencia, la vida sigue. Quietud, silencio, las sombras
desaparecen y se recortan a lo lejos, brumosas montañas, árboles,
caminos, sembrados, todo reaparece cuando agitada y despeinada, voy
llegando al pueblo sin que haya pasado nada que altere mi consueta y
aburrida rutina de solterona ya bien rebasados los albores de la madurez,
sola así, ahora ya tan definitivamente. Ni siquiera vi su cara y reduje la
eternidad al instante, cuando abrazada al falo como si fuera un dios,
cubríale de besos igual que si tomara un sacramento, besos baldíos que
guardare, así, así sin reconocerlo, para él y solo para él, toda mi vida
entera. Se lo di todo y no le tomé nada. Tal parece que la oruga finalmente
mariposa, completó su metamorfosis dejando atrás, su vació dermo-
esqueleto y yo, por fin mujer, ya nunca más saldré y esperaré al viajero
fortuito que camina por la carretera. Si efectivamente, el dejó su equipaje, él
dejó todo lo que tenia.

♂ Olvídala! Olvídala, déjala! Ella también olvidó, tan soto fuiste instante,
instante fugaz. Huye, escapa, déjala! Corre, corre! Al despertar lo sabes,
estabas solo, y…, qué esperabas?, apenas si podías caminar... ..una y otra
vez hasta el desmayo, como si quisiera robarte la vida, ella en un desgarro,
insondable, sació su sed hasta secar la fuente, la vegetación y la brisa. En
ningún momento la viste y ni siquiera tuvo nombre, fue un breve soplo de
aire del estío, una ondina, un reflejo, un guiño. Y la vista al cielo, al cielo tan
azul del mar y los cirros deshilachados en rosa esconden y tú mirándolos,
esconden, apenas si esconden, esconden este sol incipiente que se levanta
y tú mirándolo, este sol caliente del verano y tú sigues mirando al cielo sin
nada en los bolsillos, sin nada en tu corazón. Ya todo acabó, ya se fue. Y
qué sigue a la juventud? Después del verano vendrá el otoño y las hojas
caerán de los árboles, barridas por la ventolera estacional. Agonía.
Nostalgia. Qué nos queda? Esperanza?, probablemente el último bastión, el
ultimo derecho que nos vale, más nos vale. Y las nubes cogen imprimación
sobre el azul que sopla suavemente, porque ya levanta la mañana. Adiós!

El niño cansado, se ha dormido sobre la playa. Mira!, ahora mira en sus


sueños rebuscando sin parar, nunca se rendirá.

RAMON

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