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de los revolucionados
Luis Gonzlez
la
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otra parte, aqu importa poco averiguar las fuentes ideolgicas de los. historiadores de la Revolucin de nivel universitario. Es ms importante
saber de dnde extraen sus noticias y sentires
acerca de la vida mexicana del periodo 1910-1940.
Los cientficos de la historia suelen, dicen, ver
como al pardear las biograt'as y autobiografas
revolucionarias. Su formacin los conduce a los
manuscritos de los archivos y los impresos raros
de las biblitecas. Muchos de ellos se regodean
con las estadsticas y toda clase de papeles pictricos de nmeros. Son pan cotidiano las quejas
contra las ancdotas de la gente menuda y las
alabanzas a las fuentes estad sticas, y en general
a todo lo conservado en archivos, museos y bibliotecas. Junto a eso crece el inters por la llamada historia oral, por los testimonios de la
lucha que se recogen en sonograbadora o en videocartucho.' De hecho, se dan varias corrientes,
opiniones encontradas, sobre la mejor manera
de documentar nuestro conocimiento de la Revolucin. Con todo, y pese a lo que se dice,
la historia acadmica suele formular sus juicios
acerca elel primer tercio de este siglo en base a
los puntos de vista de los revolucionarios sin
tomar mayormente en cuenta la historia de la
Revolucin vista desde
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todava muy lejos de ,los racjjo~ de transistoressupieron poco de lo que no pas en suao y su
terruo. Para casi toda la gente las diferencias
regionales cuentan mucho. ,Se olvidan con fre-
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