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FREUD, Lo meonscievté (A945) una representacién del onanismo, viéndose oblij yO" rere y uitate a y otra ver ol alsireh eat mplet 61 rasomplear a imagen de I mavrbuciény sn pt Estos extrafios caracteres de la formacié1 it del sites en I rainftenia dependen del predonsiatl cla relaci6n verbal sobre la objetira. Entre el hecho de encaerse una espn» de lapel yuna eyaculacin x temuy escasa analogies y menos a entre los ifinitos po- sos de I piel I vagina, Pero en el primer cso cbrotn mars acon algo al segundo auede apicase I ale frase de que ein agujero es siempre un agueron La semejanza dela expresion verbal y no la analogia de las cosas expresadas, es fo que ha decidido la sustitusin. Ast, pues, cuando ambos elementos —la palabra ‘ el obj to coincide, ge nos muestra la fontacién vavcitutrs ag guizofrénica disima de la que surge en las neurosis de Esta conclusién nos obliga a modificar nuestra hip6- tesis de que la carge de objetos queda interrumpii exizftenia ys feconocer que eons sen Sine nida la carga de las representaciones verbales de los obje~ tos. La representacién-consciente del objeto queda asi des- gompista et dos dementos: bra y.de. cosa, consistente esta iiltima en la car de huellas mnémicas objetivas directas, sino de buses munémicas mas lejanas, derivadas de las primeras. Czee~ mes descubrir agué cudl es la diferencia existente entr unt representacidn.conscient& y una tepresentaci6n in- aséiente. No son, como supusimés, distintas inseip- iones del mismo contenido en « res lugares petgu- €0%,,ni,tampoco diversos estados funcionales de la say A, x el mismo lugar. Lo ge sucede es que la Por cidn consciente integra Ia representacién de-cosa mis la correspondiente Tépresentacion de palabra, mientras que Inbesnsciene ee ola repretncion decom ETns- seme i, sonnet caigas objeiivas de los objetos, © ss sy verdaderas cargas de objeto. El sistema ec. nace a consecuencia de la sobrecarga de ia represen 222 tacién de cosa por su conexién con las representaciones de palabra a ella correspondientes. Habremos de suponer ue estas sobrecargas son las que traen consigo una més Jlevada organizacién psiquica y hacen posible Ia sustitu- cién del proceso primario por el proceso secundario, do- ninante en e. sistema Prec, Podemos ahora expresar mas precisamente qué es lo que la represi6n niega a las repre fentaciones rechazadas en la rieurosis de niega la traducci6n en palabras, las cuales permanece fazadas al objeto. La representacién no ada en pa labras 0 el acto psiquico no traducido permanecen enton- ces reprimidos en el sistema Inc. : He de hacer resaltar que este conocimiento, que hoy nos hace inteligible uno de los mas singulares caracteres te la esquizcfrenis, lo posefamos hace ya mucho tiempo. Tin las tttimas paginas de nuestra Interpretacion de los sue~ fios, publicada en 1900, exponfamcs ya que los procesos tnentales, esto es, los actos de carga més alejados de las percepciones, carecen en s{ de cuslidad y de conciencia, } s6lo por la conexidn con los restos de las percepciones te palabras alcanzan su capacidad de devenir conscien- test, Las representaciones de palabra nacen, por su parte, tle la pefeepeién sensorial en li'misma forma que las re- presentaciones dé cosa, de manera que podemos pregun- farnos por qué las representaciones de objeto no pueden Uevenit conacientes por medio de sus propios restos de percepcin, Pero probablemente el pensamiento se desa- Frolla en sistemas tan alejados de los restos de percepcién primitivos que no han recibido ninguna de sus cualidades } precisan para devenir conscientes de una intensificaciOn par medio de nuevas cualidades, Asimismo pueden ser provistas de cualidades, por su conexién con, palabras, Nuellas cangas a las que la percepcién no pudo prestar Tidad alguna, por corresponder simplemente a relacio- nies entre las representaciones de objetos. Estas relaciones "fla inergrtactn de los sues (19008), Standard Bal, 8,617, Est nest; tambien se menciona en "Los dos principios del suceder psiquico’ {TH}, eapltulo 7 de est libro.) 233 FREUD, FREUD, EL yoy EL ELLO FREUD, ESQUEMA DEL PSlCoaugLisls COMPENDIO DEL PSICOANALISIS a Sigmund Freud “ompendio del psicoandlisis as iy De ‘ee Canin, oe eles perosa une ‘cs drganos terminales de las sensaciones ¢ impresiones ‘ of hemos hipstesi oternas, Vo soinen cake un pease ee Prootios conscentes en la petiferia del yo; todos los sends, en el yo, inconscientes: he aquf fa situacién més bit. Bien puede ser valedesa 3s animales, pezo en el hoinbre se agsega una com. jos sufios tropezamos con Adguitis 1 coaidad de consciencia, Esta con- clertos objetos, actos_y ‘bra de Ja funcién del lenguaje, qite conccta “+> directamente en’ el set idamente los contenidos yoicos con testos mneménicos el sujeto emplea sin co- *= betozpciones visuales y, particularmente, acésticas. .’ ‘aiced este proceso, la poieria perceptive de Ie capa ical tambicn puede ser estimulada, y en medida mu- mayor, al interior: procesos internos, como ideativos y Jes secuencias de representaciones, pueden saarse conscientes, slendo necesatio un mecaniamo pat solar que discietna ambas posibilidades: he aqut le de- seatinada praeba de realidad. Con ello ha caducado ls evscién it especie de sintesis entre distintos procesos, ‘cuyo curso la energia libre se convierte en ‘Mis lejos no hemos podids llegar, pero nos ate- +» ln nocién de que también la diferencia entre el “in inconsciente y el. preconsciente radica en seme- ves condiciones dindmicas, nockin que nos permitiria jwwtnlet que el uno puede trarsformarse en el o:t0, spanténesmente o mediante nuestra intervenci6n. jis todas esas incertidumbres asoma, empero, un “ov hecho euyo descubrimiento debemos a la inves- “settin psicoanalitica, Hemos aprendido ne los proce- ‘y ilel inoonsciente o del ello ‘a leyes distintas - Jy es aoe ign ow proesn onl 30 preconsciente. 4) uti Conjunto, denominamos a estas leyes proceso pri- Hin, en contrediccién con el proceso secundario, sue. iult el suceder del. preconscierte, del 30. Ast, pues, steutudio ue tualidades psfquicas no ha resultado, a la votre, esti 4, La interpreucién de los suetos ‘como model ilustrativo Poco nos revelard Ia investigacién de los estados nor inales y extables, en los cules los Ifmites del yo frente AV ello, asegurados por resistencies (anticatexias), se han inantenido firmes; en los cuales el super-yo no se dife- feneia del yo porque ambos trabajan en atmonta, Sélo pueden serros tiles los estados de conflicto y rebelién, Sando el contenido del elo inconscente tiene penper tivas de itumpi: al yo y a la consciencia, y cuando el yo AVDRE GREEN, IDEAS DIRECTRICES s2a.nla conciencia, eapaz do atravesar Ia barrera dela re- resin y presentarse en lo consciente segtin formas mas 0 Senos distrazadas. De whi la afirmactén de que el precons- “sata forma parte del sistoma Cs-Pes, mientras que el les seastituye un dominio aparte. Aguf se enfrentan dos concepciones que dividen a los psi- -analistas. Para los franceses, la separacién entre precons- :t2 e inconsciente no admite discusién. Hay un verdade- ‘corte, un cambio de régimen que sepéra dos instancias difieren en muchas de sus caracteristicas, En cambio, ralos norteamericanos (Wallerstein), tan radical escisién e reemplazarse por la idea de un continuum que, sin siato alguno, va de la conciencia al inconsciente. Para noso- 20s, este tiltimo punto de vista, que supone etapas gradua- =shacia el inconsciente, presenta el inconveniente de disol- ver la origit lad de Js teorfa freudiana y seria mucho més sropiado para caracterizar las relaciones entre consciente ‘preconsciente, par lo cual hemos impagnado la idea de itinuum.) Pasemos ahora a otra teorizacién que procede ‘una unificacin abus'va, fandada en diierentes bases ted- , Cuando se considera el preconsciente, se observa que wud estaba listo para reconocer su ngturaleza intrinse- < Camenite contradietoris, Beoribe en ol Estuéma: «Bl interior elo, que abarca sobre fodo los procésps cognitives, tiene le caclidad de lo preconscente. Esta cualidad es caracteristice Salyo, le corresponde silo a él. Sin embargo, no seria correc- ‘zo hacer de la conexién.con los restos mnémicos del lenguaje “a condicién del estado preconsciente; an‘es bien, este es in- Jependiente de aquella, aunque Ja presoncia de esa cone- én permite inferir con cortez la naturaleza preconsciente rroceso», Como ee ve, estas lineas.contradicen Ja idea sticipada por Lacan segtin la cual el inconsciente estaria. estracturadi vi sea lens ES: oe “cnidieln del estado preconsciente, que s0 define do otra ‘Sarera aunque pueda identificarse como preconsciente ol ‘proceso condicionado por la palabra. Lo que Freud trata de 4. Groen y R. Wallerstein, eu Clinical and Observational Payehoune- ‘toed Research, “Moncgraak Sories of the Paysboanalysis Unit Univer ‘College London and The Anna Froud Center Monograp, 15. 3s Freud (1998) Abrégé de psychanalyse, PUP, 1960, pd 25. 143 y_mnas atin, que sea lens in suma, la indusién en el sistema de la palabra no PARA UM PSICOKNALISIS COMTEMPORANEO }) decimos con constansia y de manera vi es quel in- consciente sélo podria estar ennai Pa wuismo ‘Gut éscupe a la estructurdeldn det chguae, y qué cata Hecho ‘seacialménte de representaciones de cosa, que son clas Snvesidura de cjets primera y gennag,§ i ‘zanjar es la cuestiOn del(afeciay todavia Se.disoute si es legitimo hablar de.afecta is ante. Tra- taremos este punto mis adelanto, pero por el momento ad- mitimos que el inconsciente est hecho de representacio- nes de cosa y de afectos en proporciones que varian segtin 10s casos. Estas precisiones permiten entender varios axiomas i a ie realidad (material), Representaciones y afectos se rigen Jas caracteristicas qice detallard mas tarde en el articulo so- 1brelo incansciente ea la Metapsicologia, y son: 1) ausencia de negacién y de contradiccién; 2) ausencia de duda o de grado en la certeza; 8) ignorancia del paso del tiempo; 4) in- ‘tensidad variable de las investiduras; 5) provalencia de me- ‘canismos de condensacién y desplazamiento. Este conjunto define los procesos rsiquicos primarios. En cambio, todas estas caracteristicas calificadas aqui en forma negativa es- ‘tin prosentes y permiten reconocer el proceso secundario. Bn ese momento, la descripeién freudiana constituye ‘una teoria fuerte y completamente segura de su legitimi- dad. Conforme a la Metapsicolagia, el inconseiente compor- ta tres dimensiones: econémica, tépica y dindmica. A esto se suma una dimensin categorial relativa a la negacién, Ja contradieciOn y el sempo, quo posee alto valor filoséfico. ‘Todo esto constituye wa avance de considerable importancia a portir de Kant. Pere hay més, Si examinamos las formu- laciones con detenimiento, observamos que, con el correr del texto, Froud habla tanto de las representaciones, como for- madoras del material del inconsciente, como de mociones ppulsionales que estarfan en la base de ellas. Esta vacilacién puede considerarse reveladora, dado quo Freud alude ya al murdo de las representaciones en sus diversas variedades, 98 Freud (1912) Métopeycholoie, Gallimard, 1968, 144 ANDRE GREEM, IDEAS DIRFETRICES PARA UW PSHOAWKLISIS ContEMPa A propisito de la vida de las palabras, y tal como lo de- sestran los trabajos de P. Guiraud,? se le debe otorgar ==-Tugar especial a la seaalidad. Dado que, camo mfnimo, Jenguaje pone en relacién a una pareja enunciador/eo- sunciader, resulta imposible minimizar aquello mismo ze caracleriza a la mds intensa de las relaciones: la eréti- sxsexual. ¥ sobre este fondo se manifiesta la dinémica del ‘saguaje. La actividad de la cue habla Culioli implica el re- scnocimiento. Y, més allé, en tun nivel incluso més general, ‘alengua esté atravesada por meeanismos con‘radictorios, ‘=gunos delos cuales tienden a conservar y otrcs a cambiar <3 formas, es decir, a la destruccién de las formas antario- 728. Asi, en una sorprendente convergencia, coinciden de- sszminados lingtiistas y el Freud de la viltima teorfa de las es. Sin duda la cuestiGn de la palabra y del lenguajo no ha- ccupado un lugar tan capital en psicoandlisis si Lacan. yhubles ental ou oneeein de insmrionteaa Szguaje. Fero, antes de Heger a eso tema, todavia nos fal- ‘3 examinar su punto de partida. Las relaciones del pensa- siento freudiano con el lenguaje no siempre son claras. Esco hace que algunos de nuestros contemporéneos afir- sen, con idéntica conviecién, que del lenguaje Freud se ocu- =a poco y nada, y que otros sostengan que la obra freudiana ‘seeordemos aquella observacién del Esquema del psicoand- ‘sis donde reud sostiene que «un proceso condicionado por -:palabra Pormiite concluir con total seguridad que dicho #foceso €3 do natureleza preconsciente». De hacho, ya en “2 Metapsicologta habia precisado que etd. =o trata mds que de oso. Para llevar el debate diva] sje ‘echos, pue- decirse que la obra de Freud tiene por principal objeto subrayar la diferencia entre el pensamiento ordenado por el je, tal como lo ilustren los procesos que Hamaba 3 ‘ios, y el pensamiente de los procesos inconscientes #P, Guiraud, Sémiologie de la secraité, Payot, 1978; Dictionnaire dro: 279 | ® * yy aE a ! q ll (primera t6pica) o provenientes, gunda t6pica denominé el nada Je quita al pense- siento innorador de Lacan, con Ta tinica Feseiva de que > haya presentado comd'ti Fétorno a Frend cuando en real dad no lo era/Tatcan tenfa como excusa que en Ja época que 61 habia’empezado a teorizar Ia obra de Freud, esta s= habia sido prostituida. Ahora bien, si nos intereséramos e= Freud como un autor digno de que su pensamiento y ex conceptos se analicen con el mismo rigor que ge les aplica = los filésofos, los resultados del examen no levarian en gin caso a Jas mismas conclusiones que Lacan. Al menc= e208 lo que surge dela obra de Paul Ricoeur Entonces, 2o-r «qué no haber tenido el coraje de decix desde el primer 3 mento que, después de examinar la obra freudiana, prefir Tanzar una tesis nueva diferenie de las suyas, lade at ‘inconseiente esté estructarade como un lenguajew? Era: arriesgado, pero se habrian podido evitar muchas con: versias inditiles. En reslidad, Lacan queri caucién de Freud para hacer sisar un mensaje que tex: que no pasara sin tan alto pétrocinio. Sin embargo, ai = nal de su vida, cuando estuvo seguro del éxito, Lacan Jas cartas sobre la mesa y afirmé: ¢E] ineonsciente no ex Freud, tong que desrlo, en de Laces. aga sifuc late ‘bre todo porque lo dijo en eoinedencia con el reconoeimie==: del fracaso de su ensefianza. ¥ también es cierto que, cc=: corrr del tiempo tampoco Freud conoci un destino == envidiable, Sin embargo, quien, sin inquietarse por el padrinazs: Freud, 2e incline sobre los tropes y examine las condici l6gicas de los cambios de sentido (sinéedoque, absarci cfproca de lo determinante y ée lo detarminado; exte del sentido: metonimia y metAfora, catacrosis)® no de! de compararlas con las deseripsiones freudianas sobre ‘transformaciones que operan en el ineonsciente. Pero: trata, en todo caso, sino de comparaciones que sugiere= laciones existentes entre las transformaciones de la lex y aguellas que tienen lugar en el inconsciente. La eues= es entonces saber si, cuando él analista escucha la pas del analizante, su ateneién y su modo de pensar e:72 1a instancia que en la se- SP. Riccnur, De "interprétation. Rsea ur Freud, Paste: La Sui =e Cf, Darmstotr, lo. et. 280 Neo

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