Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Índice
Por un tiempo, el cine fue considerado una atracción menor, incluso un número de feria,
pero cuando George Méliès usó todos sus recursos para simular experiencias mágicas,
creando rudimentarios -pero eficaces- efectos especiales, los noveles realizadores
captaron las grandes posibilidades que el invento ofrecía. De esta manera, en la primera
década del siglo XX surgieron múltiples pequeños estudios fílmicos, tanto en Estados
Unidos como en Europa. En la época, los filmes eran de pocos minutos y metraje,
trataban temas más o menos simples, y tanto por decorados como por vestuario, eran de
producción relativamente barata. Además, la técnica no había resuelto el problema del
sonido, por lo que las funciones se acompañaban con un piano y un relator (ver cine
mudo). Pero en este tiempo surgieron la casi totalidad de los géneros cinematográficos
(ciencia ficción, históricas o de época); el género ausente fue, por supuesto, la comedia
musical, que debería esperar hasta la aparición del cine sonoro.
También en la época se produjeron los primeros juicios en torno a los derechos de autor
de las adaptaciones de novelas y obras teatrales al cine, lo que llevaría con el tiempo a la
creación de las franquicias cinematográficas basadas en personajes o sagas.
En Estados Unidos, el cine tuvo un éxito arrollador, por una peculiar circunstancia
social: al ser un país de inmigrantes, muchos de los cuales no hablaban el inglés, tanto el
teatro como la prensa o los libros les estaban vedados por la barrera idiomática, y así el
cine mudo se transformó en una fuente muy importante de esparcimiento para ellos.
La mayor parte de los estudios fundados en aquella temprana época (Fox, Universal,
Paramount) controlados por (Darryl F. Zanuck, Samuel Bronston, Samuel Goldwyn,
etcétera), y miraban al cinematógrafo más como un negocio que como un arte.
Lucharon entre sí con tesón, y a veces, para competir mejor, se fusionaron: así nacieron
20th Century Fox (de la antigua Fox) y Metro-Goldwyn-Mayer (unión de los estudios
de Samuel Goldwyn con Louis B. Mayer) Estos estudios buscaron controlar
íntegramente la producción fílmica. Así, no sólo financiaban las películas, sino que
controlaban a los medios de distribución, a través de cadenas de salas destinadas a
exhibir nada más que sus propias películas. También contrataron a directores y actores
como si fueran meros empleados a sueldo, bajo contratos leoninos; fue incluso común la
práctica de prestarse directores y actores entre sí, en un pasando y pasando, sin que ni
unos ni otros tuvieran nada que decir al respecto, amarrados como estaban por sus
contratos. Esto marcó la aparición del star-system, el sistema de estrellas, en el cual las
estrellas del cine eran promocionadas en serie, igual que cualquier otro producto
comercial. Sólo Charles Chaplin, Douglas Fairbanks y Mary Pickford se rebelaron
contra esto, pudiendo hacerlo por su gran éxito comercial, y la salida que encontraron
fue sólo crear un nuevo estudio para ellos solos: United Artists. Se habla así, de la
producción hollywoodense entre las décadas de 1910 y 1950, como de cine de
productor, donde contaba más el peso del productor que conseguía el financiamiento,
que el director encargado de plasmar una visión artística.
Cine mudo
Suele hablarse de cine mudo, de la época silente o muda, y esto no es del todo exacto aunque
es cierto que las proyecciones no podían por sí mismas sino mostrar imágenes en movimiento
sin sonido alguno. Pero las proyecciones en las salas iban acompañadas de la música tocada
por un pianista o una pequeña orquesta y además comentada por la voz de un explicador,
imprescindible figura que hacía posible que multitudes analfabetas o inmigrantes
desconocedores del idioma entendieran la película. Además las productoras encargaban
partituras originales para sus películas más prestigiosas, con lo que al cine ya sólo le faltaba
hablar, pero se tenía ya la concepción de una obra creada entre la imagen y el sonido. El cine
mudo, en realidad, mudo del todo, en cierto modo no era.
El cine mudo europeo
Mientras tanto, el cine seguía otros caminos en Europa. Allí, el sentido del negocio se
basó en el monopolio del celuloide. Surgieron grandes empresas cinematográficas que,
con Francia a la cabeza, dominaron el mercado mundial hasta la Gran Guerra, en que su
hegemonía fue reemplazada por la de la industria estadounidense. Hasta 1914, Europa,
con productoras como la Gaumont, la Pathé o la Itala films, dominaron los mercados
internacionales. Así, el cine cómico francés, con André Deed y Max Linder o el colossal
italiano, con grandes escenografías y participación de extras, en películas como Quo
vadis? (1912) o Cabiria (1914) fueron la escuela donde aprendieron Charles Chaplin y
el cine cómico norteamericano o David W. Griffith que asumió los presupuestos del
peplum en Judith de Betulia o Intolerancia. Más tarde Europa sufrió una patente
decadencia debido a la Primera Guerra Mundial, que marcó la pérdida de la
preponderancia internacional de su cine.
Aun así, tras la guerra, se crearon obras maestras que iban a crear escuela. El
movimiento más importante en estos años fue el Expresionismo, cuyo punto de partida
suele fijarse con la película El gabinete del doctor Caligari (1919), y cuya estética
extraña y alienada respondía a los miedos de la Europa de postguerra, seguida después
por Nosferatu, el vampiro (1922). También, en paralelo al movimiento surrealista en
pintura y literatura, surgió un cine surrealista, cuyo exponente más célebre es Un perro
andaluz.
La creación del lenguaje cinematográfico
En esos años, la técnica de contar una historia en imágenes sufrió una gran evolución.
Los primeros cineastas concebían al cine como teatro filmado. En consecuencia, los
escenarios eran simples telones pintados, y se utilizaba una cámara estática. A medida
que pasó el tiempo, los directores aprendieron técnicas que hoy por hoy parecen básicas,
como mover la cámara (por ejemplo, el travelling) o utilizarla en ángulo picado,
contrapicado), pero que en esa época eran ideas revolucionarias. También se pasó desde
el telón pintado al escenario tridimensional, por obra especialmente de los filmes
históricos rodados en Italia en la década de los años diez (Quo vadis? o Cabiria).
Dos cineastas fueron claves en este proceso. En Estados Unidos, David W. Griffith, con
El nacimiento de una nación e Intolerancia, cambió el cine para siempre, hasta el punto
que se afirma que con él nace de verdad el lenguaje cinematográfico. En la Unión
Soviética, otro tanto realiza Sergéi Eisenstein, con películas claves como El acorazado
Potemkin u Octubre, entre otras; a Eisenstein se le debe el llamado montaje de
atracciones, que busca mezclar imágenes chocantes para provocar una asociación
emocional o intelectual en el público. Gracias a ellos, y a los expresionistas alemanes ya
mencionados, el lenguaje fílmico alcanza su madurez en la década de 1920.
Corrientes cinematográficas
El cine sonoro
Quizás el único de los grandes del cine mudo que siguió haciendo filmes sin
sonido fue Charles Chaplin como Tiempos modernos" (1936). Sin embargo, a
partir de 1940 comienza a realizar películas con sonido, la primera de las cuales
es "El gran dictador". Así mismo, Eisenstein, Pudovkin y Alexandrov publicaron
un manifiesto en 1928 manifestando su negativa al cine sonoro.
En cuanto a la comedia, su edad de oro comenzó con los Keystone Cops, los
alocados cortos con policías de Mack Sennett, que inventaron el concepto de
gag, incluyendo uno clásico: lanzarle pasteles de crema a la cara de la gente.
Pero el primer gran personaje cómico fue el vagabundo sin nombre que Charles
Chaplin interpretara en numerosos cortos, y más tarde en largometrajes como
The Kid (1921) o Luces de la ciudad (1927). Otro cómico importante fue Buster
Keaton. Más tarde llegaron El gordo y el flaco, Los Tres Chiflados, y Jerry Lewis.
Por último se debe mencionar que con los largometrajes Blancanieves y los
siete enanitos (1937) y Fantasía (1940), Walt Disney impulsó definitivamente la
industria del cine de animación, aunque la primera película del género es El
Apóstol (1917), producida en Argentina por Quirino Cristiani.
ORÍGENES
El cine se desarrolló desde el punto de vista científico antes de que sus
posibilidades artísticas o comerciales fueran conocidas y exploradas. Uno de los
primeros avances científicos que llevó directamente al desarrollo del cine fueron
las observaciones de Peter Mark Roget, secretario de la Real Sociedad de
Londres, que en 1824 publicó un importante trabajo científico con el título de
Persistencia de la visión en lo que afecta a los objetos en movimiento, en el que
establecía que el ojo humano retiene las imágenes durante una fracción de
segundo después de que el sujeto deja de tenerlas delante. Este
descubrimiento estimuló a varios científicos a investigar para demostrar el
principio.
Cine Argentina
Cine Brasil
El cine de Brasil se inició durante el cambio de siglo XIX al XX, pero tomó un
poco de tiempo antes de consolidarse como una forma popular de
entretenimiento. La industria cinematográfica de Brasil ha pasado por períodos
de auge y declive, un reflejo de su dependencia del financiamiento e incentivos
estatales.
Las salas de cine solo aumentaron en número en Río de Janeiro y Sao Paulo a
comienzos del siglo XX, cuando la corriente eléctrica se hizo más segura.
Empresas extranjeras y películas cortas que documentaban eventos locales
fueron las más comunes. Algunos de los primeros trabajos de ficción filmados
en Brasil fueron las denominadas "películas posadas", reconstrucciones de
crímenes que habían llegado a los titulares de la prensa recientemente. El
primer éxito de este género es la película Os Estranguladores (1906) de
Francisco Marzullo. También fueron populares las películas "cantadas", en las
cuales los actores se escondían detrás del écran y se doblaban a sí mismo
cantando durante la proyección. Durante los años 1920, la producción
cinematográfica floreció en varias regiones del país: Recife, Campinas y
Cataguases.
Cine Colombia
La historia del cine en Colombia inicia en 1897 cuando se registra la llegada del
cinematógrafo al país. Solo dos años antes, el aparato de los Hermanos
Lumière habría hecho su legendaria aparición pública en París y con la reciente
euforia ocasionada alrededor del mundo por la aparición del invento, muchos
camarógrafos extranjeros se volcaron con sus cámaras en busca de nuevos
paisajes por descubrir, de esta forma se conoce que algunos incursionaron en
territorio colombiano aquel año donde se realizaron exhibiciones inicialmente en
la ciudad de Colón, por entonces todavía ciudad colombiana; de allí pasó a
Barranquilla luego a Bucaramanga para llegar más tarde a la capital Bogotá
donde en agosto de ese mismo año fue presentado en sociedad en el Teatro
Municipal, que estaba localizado en la Carrera 8 y fue posteriormente demolido.
[1]
PEYDIXITA.
Inicios
Poco después de la introducción del cine al país se desata la Guerra de los Mil
Días por lo que las primeras producciones tienen que esperar hasta el fin del
conflicto civil para salir a la luz, en un principio las producciones
cinematográficas del país se limitaban a capturar paisajes y momentos de la
vida nacional y la exhibición de películas extranjeras era dominada por los
Hermanos Di Doménico propietarios del Salón Olympia de Bogotá, quienes
también producirían la primera película documental "El drama del quince de
Octubre" que narra el asesinato del general Rafael Uribe Uribe desatando una
gran polémica.[2]
Cine Cuba
El Cine de Cuba o Cine cubano fue introducido a la isla a principios del siglo
XX, con el inicio de la producción cinematográfica que produjo alrededor de 80
películas completas antes de la Revolución cubana en 1959. En su mayoría
éstas películas trataban sobre melodramas. Después de la revolución, Cuba
entró al período conocido como "la época de oro del cine cubano".
Primeros años
Cine pre-revolucionario
Cine post-revolución
Los dibujos animados cubanos se iniciaron en 1974, con el filme Elpidio Valdés,
un personaje que representa a un guerrero mambí batallando por la
independencia cubana de la ocupación española en el Siglo XIX. Fue
popularizada entre los niños cubanos. Otra filme de animación destacado fue
Vampiros en La Habana (1983), también de Juan Padrón.
Otro ícono del cine cubano fue el Noticiero ICAIC Latinoamericano , dirigido por
Alfredo Guevara, actual presidente de la ICAIC. Años después fue dirigido por el
director Santiago Álvarez y el mexicano Rodolfo Espino, productor de
documentales. Otro evento importante es el Festival Internacional del Nuevo
Cine Latinoamericano, el cual se celebra cada año en La Habana desde 1979,
de los más importantes en América Latina.
Post-Guerra Fría
Cine México
En esos años, el cine mexicano abordó más temas y géneros que en ninguna
otra época. Obras literarias, comedia, comedias rancheras, películas policíacas,
comedias musicales y melodramas, formaron parte del inventario
cinematográfico mexicano de aquellos años. Y también en la recta final de este
periodo se inauguraría otro género que podría considerarse nacional y que al
igual que la comedia ranchera, no tuvo rivales fuera de México, que fue el
género de luchas o películas de Lucha Libre.
La decisión de alinearse con los Aliados trajo para México un estatus de nación
favorecida. El cine mexicano nunca tuvo problemas para obtener el suministro
básico de película virgen, dinero para la producción y refacciones necesarias
para el equipo. España y Argentina nunca tuvieron un apoyo semejante por
parte de Alemania o Italia, y el curso de la guerra marcó también el curso de
las cinematografís de estos países.
En el panorama nacional, la situación de guerra también benefició al cine
mexicano porque se produjo una disminución de la competencia extranjera.
Aunque Estados Unidos se mantuvo como líder de la producción
cinematográfica mundial, muchos de los filmes realizados en ese país entre
1940 y 1945 reflejaban un interés por los temas de guerra, ajenos al gusto
mexicano. La escasa producción europea tampoco representó una competencia
considerable.
Al terminar la guerra
, el cine mexicano gozó del prestigio que había alcanzado durante unos años
más. Sin embargo, el repunte del cine norteamericano y la aparición de la
televisión representaron una seria amenaza para una cinematografía que ya
daba señales de cansancio.
Entre 1946 y 1950 ocurrieron cosas importantes dentro del cine nacional: Emilio
Fernández consolidó su fama mundial al obtener distintos premios
internacionales, el director español Luis Buñuel inició la etapa mexicana de su
filmografía y Pedro Infante se convirtió en el actor más popular de nuestro país.
El género de las rumberas, y el cine que mostraba la vida en los barrios pobres
de la ciudad, reflejaban el fenómeno de la creciente urbanización del país. La
población de la ciudad de México había aumentado entre 1940 y 1950 más que
en toda su historia.
Por otra parte, el cine de rumberas representaba una opción atractiva para una
industria cinematográfica ansiosa de encontrar la manera de filmar más por
menos dinero. Casi todos estos filmes contaban, con algunas variantes, la
misma historia: una chica humilde de provincia llegaba a la ciudad, era
"devorada" por la maldad imperante en la urbe, y quedaba condenada a bailar
en el cabaret hasta encontrar la redención.
Cine Perú
Cine Venezuela
A finales de la década de los treinta, Rómulo Gallegos crea los Estudios Ávila en
la ciudad de Caracas, y a principios de los años 40, Guillermo Villegas Blanco
constituye formalmente la empresa Bolívar Films, la cual comienza a realizar
alianzas estratégicas con el mexicano Rodolfo Espino y el argentino Lino
Veluvirretti, para producir largometrajes dentro de un esquema industrial. Tal
vez su película más conocida La Balandra Isabel llegó esta tarde , de Carlos
Hugo Christensen, llegó a ganar el premio a mejor fotografía en la cuarta
edición del Festival Internacional de Cine de Cannes en el año 1951.
Cine Ecuatoriano
El cine ecuatoriano es un milenar arte de este país que por ser considerado tan
exclusivo y original, ya sea tanto en contenido como en su forma de expresión,
es conocido en su totalidad solamente por algún nerd vago emparentado con
algún burócrata que le permite tener acceso al archivo de la cinemateca
nacional, en donde se encuentran las pocas y mal conservadas películas
sobrantes de los incendios y cuartelazos que afectaron al país.
Películas ecuatorianas
Dirigida por la trigésima novena asistente del director de "Proof of Life", Tania
Hermida, cuya experiencia cinematográfica se destaca por haberle servido un
vaso de agua evian a Meg Ryan durante el rodaje de la película hollywoodense
en Quito. Es una producción que habla sobre... nada realmente. Básicamente,
una española ilusa con el tercer mundo en su visita a Quito se junta con una
adolescente histérica emo izquierdista del sur para un viaje a Cuenca que se
malogra gracias a la rutina habitual de huelgas y bloqueos en las vías
Ecuatorianas. Al llegar a esta ciudad, y cuando se espera que se desarrolle
apropiadamente el resto del argumento propuesto, la trama toma un giro
inesperado con... ¡los créditos!, arruinando así su diversión de final de semana
en el cine y despertando un ímpetu frenético de pedir que le devuelvan la plata
de la entrada.
Crónicas
Cineastas ecuatorianos
Sebastián Cordero
La ciudad y los perros es una novela del escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Fue publicada en 1962, galardonada con el Premio Biblioteca Breve y el Premio
de la Crítica.
Esta obra se adentra en un colegio militar de Lima, Perú, donde los chicos
internos reciben formación escolar y disciplina militar. En ella se narran las
diferentes historias de unos muchachos que descubren y aprenden a convivir
con una forma militar de vida alienante que no les permite desarrollarse como
personas, y donde se les somete y humilla. No obstante, a través de este
sistema, algunos encontrarán la fortaleza necesaria para asumir sus retos.
Desde dentro del colegio militar veremos los anhelos, ilusiones, desvelos y
miserias de los internos, conoceremos los códigos por los que se guían, así
como las leyes que rigen el colegio.
Los olvidados es una película mexicana de 1950 escrita y dirigida por Luis
Buñuel, que obtuvo el premio al mejor director en el Festival de Cannes y que
ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Los olvidados
cuenta una historia trágica y realista sobre la vida de unos niños en un barrio
marginal de la Ciudad de México.
Esta película es la obra más relevante desde que Buñuel comenzó su etapa
mexicana. Tras el éxito comercial que le proporcionó El gran Calavera, el
productor Óscar Dancigers le propuso que dirigiese una nueva película sobre los
niños pobres de México.
Lucía fue considerada por la crítica mundial como una de las diez películas más
importantes de la historia del cine Iberoamericano, así como también una de las
diez películas antológicas del cine del Tercer Mundo.
La historia inicia en 1940, con una familia pobre del sertão del nordeste
brasileño, en busca de un lugar para sobrevivir. Exhaustos, la cabeza de familia,
Fabiano y su mujer, Victoria, junto con sus dos hijos y la perra, Baleia,
encuentran una casa y pasan la noche en ella, ya que estaba aparentemente
abandonada. Inesperadamente, llega el dueño de la hacienda y amenza a la
familia con expulsarla del lugar. Fabiano le implora que le dé trabajo y terminan
por quedarse en la hacienda. Un año después, Fabiano ya era el vaquero de la
hacienda y cuidaba a los animales; pero no recibía el salario suficiente por todo
el trabajo arduo que realizaba. Fabiano y su familia, de camino a la ciudad, van
a una fiesta regional y, Fabiano, invitado por un soldado, va a jugar con unos
apostadores, arriesgando todo su salario y, en el momento en el que se da
cuenta de que estaba perdiendo, salió y fue abordado por el soldado,
surgiendo, así, una discusión entre ellos. El soldado llama a la policía y Fabiano
es detenido, acusándolo injustamente y siendo agredido