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La Argentina Insolente
La Argentina Insolente
LA ARGENTINA INSOLENTE
En mi casa me ensearon bien, pero todo estaba mal
Cuando yo era un nio, en mi casa me ensearon a honrar dos reglas sagradas:
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cantidad de "reglas" que no se cumplan, porque el que las cumple es simplemente un
estpido (o un boludo, si me lo permite).
El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas arriba. Conoc algo
que, desde mi ingenuidad adulta (s, an sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero
siempre me lo tengo que comer: la impunidad. Quiere saber una cosa? En mi casa no
Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. As fue en mi casa. Y as cre que
sera en la vida. Pero me equivoqu. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia haba
algo que haca la diferencia, y haca que todo funcionara. En mi casa haba una
"Tercera Regla" no escrita y, como todas las reglas no escritas, tena la fuerza de un
precepto sagrado.
Esta fue la regla de oro que presida el comportamiento de mi casa:
1.
2.
3.
4.
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parece mentira. As nos vamos a quedar sin trabajo todos. Porque a la insolencia no le
importa, es pequea, ignorante y arrogante.
Bueno, y as estn las cosas. Ah, me olvidaba, Las reglas sagradas de mi casa seran las
mismas que en la suya? Qu interesante. Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que
sas eran tambin las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirm que llegu a la
conclusin que somos una inmensa mayora. Y entonces me pregunto, si somos tantos,
esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa. Porque hay que aprender a
hacerlo todos los das. se es el desafo. Los insolentes tienen xito porque
son insolentes todos los das, todo el tiempo. Nuestro pas est
condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargar siempre con el
arrepentimiento.
A USTED QU LE PARECE? PODREMOS RECONOCERNOS EN LA
CALLE?
Espero no haber sido insolente. En ese caso, disculpe.
(Sera muy insolente si le pido que lo reenve?)