El Mercurio de Valparaíso Página 1 de 1

¿Viña da la espalda a la realidad?

Hace unos días, este medio informó que mientras en algunas zonas de nuestra región se prohibiría la entrada de
team de verano en sus playas para asegurar la tranquilidad de los veraneantes, nuestra alcaldesa señaló que en
Viña del Mar estaban las puertas abiertas, porque éstas generaban un interesante atractivo.
Qué duda cabe que es un atractivo para la ciudad, pero ¿a qué costo? Según un estudio realizado el año pasado
por DuocUC y publicado en este medio y que pretendía conocer el lugar donde alojan, cuando vienen a Viña del
Mar, los que provienen de las comunas ABC1 de Santiago (Las Condes, Providencia, Vitacura, Lo Barrenechea).
Este arrojó como resultado que un 32,4 de los entrevistados tienen casa propia en Viña del Mar.
El tema de la segunda vivienda es de una tremenda trascendencia para esta ciudad, pero esta realidad no ha
sido evidenciada y cuantificada por el Municipio de Viña.
El estudio de Identidad Regional realizado por la UVM, constató que al 2002 existían 11.771 segundas viviendas,
lo que equivalía a casi el 11% de todas las existentes en la ciudad. En relación al 1992 estás viviendas crecieron
en más de un 25% en la ciudad. Esta estimación es aún conservadora dado que desde el 2002 a la fecha la cifra
ha tenido un importante crecimiento no considerado y sólo se contabilizaron las viviendas desocupadas, aún
cuando hay un importante número de viviendas que aparecen como ocupadas y sin moradores, las que según el
Censo del 2002, corresponden a 5.536 viviendas y es posible que en su gran mayoría sean segundas viviendas.
Esta cifra aumentaría entonces a 17.307 viviendas para la ciudad de Viña del Mar.
En el estudio, se hizo el ejercicio de considerar una ocupación de 48 días al año de esta segunda vivienda.
Cuantificando sólo los gastos de alimentación y bebidas, transportes y comunicaciones, recreación y
esparcimiento, se estimó un gasto de $13.500 millones. No se consideran contribuciones, servicios al hogar y
otros.
Como comprenderán, esta realidad nos sitúa en una ciudad que debe compatibilizar la segunda vivienda con el
turismo masivo, buscando no perjudicar a los primeros que son los que nos generan ingresos todo el año. Como
Viña le ha estado dando la espalda a esta segunda vivienda, muchos están emigrando hacia el litoral norte o sur
de nuestra región, o a La Serena en búsqueda de mayor tranquilidad y un mayor aprovechamiento de su vivienda
todo el año.
Es por tanto en esta dimensión donde se debe analizar el fenómeno de los team y otras actividades de verano.
Es sobre esta realidad que se debe construir nuestro destino turístico y a partir del mismo generar el desarrollo de
un turismo de intereses especiales, tremendamente complementario. Pero lo que no pueden hacer nuestras
autoridades, es desconocer o darle la espalda a la realidad porque en definitiva lo que hacen es "matar la gallina
de los huevos de oro".

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