Podr secarse en un instante el mar; Podr romperse el eje de la tierra Como un dbil cristal. Todo suceder! Podr la muerte cubrirme con su fnebre crespn; pero jams en m podr apagarse la llama de tu amor. Autora: Gustavo Adolfo Becquer. ( 1836 - 1870 ). Te vi llorar. Yo te vi llorar! Tu lgrima, ma, en tu pupila azul brillaba inquieta, como la blanca gota de roco sobre el tallo delicado de la violeta. Te vi rer! Y un frtil mayo, las rosas deshojadas por la brisa no pudieron dibujar en su desmayo la inefable expresin de tu sonrisa. As como las nubes en el cielo del sol reciben una luz tan bella, que la noche no borra con su beso, ni eclipsa con su luz la clara estrella. Tu sonrisa transmite la fortuna al alma triste, y tu mirada incierta, deja una dulce claridad tan pura que llega al corazn despus de muerta. Autora.- I saw thee weep, Lord Byron (1788-1824)
ELEGA A LA MUERTE DE ATAHUALPA
En un corpulento guabo un viejo crabo est
con el lloro de los muertos
llorando en la soledad; y la tierna tortolilla en otro rbol ms all, lamentando tristemente le acompaa en su pesar. Como niebla vi los blancos en muchedumbre llegar, y oro y ms oro queriendo, se aumentaban ms y ms. Al venerado padre Inca con una astucia falaz cogironle, y ya rendido le dieron muerte fatal. Corazn de len cruel, manos de lobo voraz, como a indefenso cordero le acabasteis sin piedad! Reventaba el trueno entonces granizo caa asaz, y el sol entrando en ocaso reinaba la oscuridad. Al mirar los sacerdotes tan espantosa maldad, con los hombres que an vivan se enterraron de pesar. Y por qu no he de sentir? Y por qu no he de llorar si solamente extranjeros en mi tierra habitan ya? Ay!, venid hermanos mos, juntemos nuestro pesar, y en ese llano de sangre lloremos nuestra orfandad, y vos, Inca, padre mo que el alto mundo habitis estas lgrimas de duelo no olvidis all jams. Ay! No muero recordando tan funesta adversidad. Y vivo cuando desgarra mi corazn el pesar! Jacinto Collahuazo