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Antón Chéjov - Una Pequeñez
Antón Chéjov - Una Pequeñez
UNA PEQUEEZ
Cuando estuvo enferma y se lo dijimos, se cogi la cabeza con las dos manos...,
as..., y empez a ir y venir por la habitacin como un loco... Siempre nos
aconseja que obedezcamos y respetemos a mam... Diga usted: es verdad que
somos desgraciados?
-Por qu?
-No s; pap lo dice: Sois unos desgraciadas -nos dice-, y mam, la pobre,
tambin, y yo; todos nosotros. Y nos suplica que recemos para que Dios nos
ampare.
Alecha call y se qued meditabundo. Rein un corto silencio.
-Conque s? -dijo, al cabo, Beliayev-. Conque celebris mtines en las
confiteras? Tiene gracia! Y mam no sabe nada?
-Cmo lo va a saber? Pelagueya no dir nada... Ayer nos dio pap unas
peras!... Estaban dulces como la miel. Yo me com dos...
-Y dime... Pap no habla de m?
-De usted? Le aseguro...
El chiquillo mir fijamente a Beliayev, y concluy:
-Le aseguro que no habla nada de particular.
-Pero, por qu no me lo cuentas?
-No se ofender usted?
-No, tonto! Habla mal?
-No; pero... est enfadado con usted. Dice que mam es desgraciada por
culpa de usted; que usted ha sido su perdicin. Qu cosas tiene pap! Yo le
aseguro que usted es bueno y muy amable con mam; pero no me cree, y, al
orme, balancea la cabeza.
-Conque afirma que yo he sido la perdicin...?
-S. Pero no se enfade usted, Nicols Ilich!
Beliayev se levant y empez a pasearse por el saln.
-Es absurdo y ridculo! -balbuceaba, encogindose de hombros y con una
sonrisa amarga-. l es el principal culpable y afirma que yo he sido la perdicin
de Olga. Es irritante!