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Ulises

(fragmento)
He all el puerto; el barco hincha la vela;
crecen las sombras en los anchos mares. Marineros mos,
almas que os habis afanado y forjado junto a m,
que conmigo habis pensado, que con nimo de fiesta
habis recibido el sol y la tormenta y les habis
opuesto frentes y corazones libres: sois viejos como yo;
con todo, la vejez tiene su honor y sus esfuerzos;
la muerte todo lo acaba, pero algo antes del fin
ha de hacerse todava, cierto trabajo noble,
no indigno de hombres que pugnaron con dioses.
Ya se divisa entre las rocas un parpadeo de luces;
se apaga el largo da; sube lenta la luna; el hondo mar
gime con mil voces. Venid amigos mos,
an no es tarde para buscar un mundo ms nuevo.
Desatracad, y sentados en buen orden amansad
las estruendosas olas; pues mantengo el propsito
de navegar hasta ms all del ocaso, y de donde
se hunden las estrellas de occidente, hasta que muera.
Puede que nos traguen los abismos; puede
que toquemos al fin las Islas Afortunadas y veamos
al grande Aquiles, a quien conocimos. Aunque
mucho se ha gastado mucho queda an; y si bien
no tenemos ahora aquella fuerza que en los viejos tiempos
mova tierra y cielo, somos lo que somos:
corazones heroicos de parejo temple, debilitados
por el tiempo y el destino, ms fuertes en voluntad
para esforzarse, buscar, encontrar y no rendirse.
Lord Alfred Tennyson.

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