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| { | Accién colectiva’ Charles Tilly** Ly sccién cotectiva requiere recursos combinados con intereses compartidos. En la historia social europea le accién colectiva ha va- riado desde el hornesdo comunitario de pan hasta las eampafias elec- torales, desde la destruccién de fdolos religiosos hasta la revolucicn. ‘La mayorfa de las acciones colectivas realmente consiste en episodios de conflicto 0 de cooperacién. Tratar un episodio como “accién co- lectiva” es, por lo tanto, una simplificacién analitica; ello destaca la perspectiva y el comportamiento de s6lo uno de los participantes en interacciones complejas. Los actores colectivos a veces incluyen cuer- pos corporativos como los gremios de artesanos y las confraternida- des religiosas, aunque a veces también incluyen redes de amistad, ve~ cinos y participantes en mercados locales. La accién colectiva, més ‘exactamente, rara vez incluye a todos los miembros de las estructuras sociales existentes al mismo tiempo, pero a menudo recluta a gran cantidad de participantes activos de una o més de las estructuras exis~ feu Los participant in colectiva, ademés, reclariisn re _gulatmente ilar en sombre des rics a remo, © Con fraternidad, o linaje, o barrio, etcétera—o en el nombre de colectivos més abstractos como los trabajadores, las mujeres, los hugonotes, los pacifistas, o los ambientalistas. Algunos de los momentos mis vividos de la historia social europea se centraron en este estilo de reclamo: los trabajadores florentinos levanténdose contra la oligarquia en nombre de los artesanos excluidos del poder municipal, montafieses recién convertidos que resistian las demandas de sus sefiores catélicos en nombre de las sectas protestantes, residentes parisinos atacando ia Bastille en nombre de toda la ciudadanfa, Sin embargo, en el trans- curso de la misma historia, la mayorfa de las acciones colectivas toma- ron formas menos espectaculares como celebraciones locales, delite- + Bree scala ee nua parse to tive Aevon® en Ie ics urooon Scie ir Traduccién Benzeery y Rect Ho * Columbia Univ paramento de Soci TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIA ACCION COLECTIVA raciones de un jurado, o la produccién cotidiana de bienes y servicios por talleres y duefios de casa. ‘Los historiadores sociales y los cientificos sociales generalmente reservan el término “accidn colectiva” para episodios que comprome- ten a participantes que no acnfan juntos de modo rutinario y/o que emplean medios de acci6n distintos que adoptan para la interaccién cotidiana. En este sentido scotado Ja accidn-colectva se paress lo _que otros analistas Manian protesta, rebel disturbio, Difiere de “owrad déciones eolectivas en que es discontinua y ‘contencioss: no esta _construida sobre rusinas diarias y tiene Tiniplicancias para Tor interests de personas distintas al grupo ae sepia ast com para los proplos t= ereses Compartidos de os actores. Cuando estas implicancias son ne gavas podemos hablar de conflict; cuando son positives POGETNOS “blend eogpesién La efinicin wine mas yeotada GE accion CO ar Féfiere 2 una contencién colectiva pero discontinua, ya re- ~Taeionade ° saflicto, ya relacionada con I: cooperacién. ‘Nadie deberia addptar la definicion acotada sin reconocer antes cvatro calificaciones importantes: (1. ‘No existen fronteras precisas entre qué es “rutina” y qué “ex- teaordinario”; tanto protestar piblicamente como atacaf riva 1 les étnicos, por ejemplo, puede constituirse, a veces, en acti vidad cotidiana. Tr "Un nimero excepcidnal de participantes 0 los modelos inusua- tes de accién siempre dependen en parce de las relaciones so ciales preexistentes y de los modelos conocidos de realizar re~ \ ‘clamos, En la Europa del Antiguo Régimen, por ejemplo, las | 3. cortes populares no autorizadas que se formaban repetidamen- te para juzgara los violadores del interés piblico siempre atra- jeron a sus miembros de redes poiticas ya establecidas ej ban generalmente las rutinas de las corses reales. . Incluso en las formas de accién colectiva en apariencia repe~ tdtivas como la atencién de las tierras comunales o el estable- Cimiento de defensas contra enfermzdades infecciosas, los pardeipantes estaban negociando inoesantemente, improve Eando y utlizando la presién del grupo hacia aquellos que contribuyen de mala gana. 4, Entonces, tanto los episodios excepeicnales como los cotidia~ nos de accién colectiva, plantean esencialmente los mismos problemas explicativos. ta De todos modos los histori res sociales que han adoptado la definicién estricta de acci6n Colectiva se han dado cuenta de modo 10 APUNTES DE INVESTIGACION i ! correcto que algo separa la accién colectiva contenciosa y discontinua de las formas continuas y no litigiosas, Las acciones colectivas discon- tinuas y.contenciosas siempre involucran tina teféera Parte; genieral-. ence plantea amenamay'r iv distribusieiexstente de ~cientemente incita & ly Wigilandia, [a intervencién y/o represin por parte dé Ié"zutoridad-politica. Como consecuencia también genera rads evidentid histérica en-forma de crénicas, memorias, correspon- dencia administrativa, procedimientos judiciales, reportes militares y archivos policiales, que las formas continuas y no contenciosas de ac- cién colectiva, De acuerdo con esto los historiadores sociales que quieren reconstruir procesos de accién colectiva pueden hacerlo con ‘mayor facilidad con aquellos que adoptaron formas discontinuas y contenciosas que con los otros. La presentaci6n subsiguiente, enton- ces, se apoya'mucho mnfs en estudigs acerea de formas contepciosas ¥ discontinuas de accién colectiva. También trata principalmente con acciones Caléctivas populares més que caw colaboraciones entré los #- _c0s y podatasos. Finalmente; porque los historiadores de Europa del ‘Norte, Europa central y occidental han hecho la mayorfa del trabajo ‘europeo sobre accién colectiva, los argumentos y las conclusiones que siguen no califican més que como hipétesis de trabajo para Europa dei sur y oriental, eee Desde la perspectiva del interés individual, la accién colectiva (especialmente en su sentido acotado) presenta un rompecabezas 16- gico. La mayoria de las acciones colectivas produce bienes de los cus- siembros dé iii grupo se benefician, hayan participado Eo en la accién, Limpiar tna provisién local de agua, construir un Tnuév6 tie#Cado, o elevar el salario minimo para toda una categoria de trabajadores son obvios ejemplos de ello. Ya que la participacién de- anda esfuer 3 riesgos; cual= ‘quier miembro de la categoria beneficiaria se interesa en “mantencr- se al margen” mientras otros realizan el trabajo crucial y absorben los costos de los riesgos. Ya quela.accién colectiva es discontinva y lid- sa, Jos costos y tiesgos generalmente aumentan. En tales circuns- tancias los costos individuales aumentan en grandes proporciones en _comperacion con-1os-beneficio# individuales. Sin embargo, si todo el_ fuerzo y 2 menudo expone a los participant ‘mundo se queda al margen, no se realiza ninguna accién. Este proble- ~ ‘ma de accién colectiva nos ayuda a explicar por qué muchas poblacio- nes que estarian mucho mejor colectivamente si hubieran coordina fo sus acciones para producir beneficios compartidos -por ejemplo, !a mayoria de las mujeres en le produccién textil- raramente actan a ‘gran escala Sin embargo los europeos frecuentemente se las arreglan para actuar colectivamente. Algunas circunstancias especiales redujeron B CHARLES THLLY TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL II ee accion COLECTIVA pore. gtr nT inns CEs be pe) tod om 7 pine by wo. _Jos problemas para la acci6n colectiva. Si ndmero de potenciales ‘participantes y beneficiarios en una accién colectiva c= ‘bastante Pe |. guefios por ejemplo cada miembro ganarfa una porcién sustancial de se \ los ‘beneficios, podria facilmente medir si otros contribuyeron con so : arte de esfuerzo, y asf ejercer presiGn en los ppotencisles perez0s0s- presencia de interesescomparidos, entonces, un pequene ndme- > \yo promovia la accién colectiva. A veces alguno de los beneficiarios E .. porenciales (por ejemplo una firma mercante ‘contemplando Ia cons- 777 Tiheciéa de tn puerto sobre un rfo peligroso) tenfa vante GNe ganar Z te le acei6n colectiva que invertia una gran porcién de recursos lle e producir el bien colectivo y para recompensar la participacion de re personas en la produccign del bien en cuestén. Ouras rents: sea favorables para la acci6n colectiva incluyen las amenazas sore y simultdneas a Ja supervivencia del grupo, la comunicacién ‘extendi- i da entre partes vinculadas por un interés en ‘comén y las oportunida- tes para obtener ganancias sustancales (por ejemplo, + Past del \adauisicion de informacin interna o pillae) mientras sesinve 2 los in ‘ereses colectivos ‘Los europeos, sin embargo, actuaron colectivamente de modo repetido en ausencia de estas circunstancias favorables. Por qué? Co- ro otros pueblos, los europeos consiguieron la mayorfe de sus accio~ sears Feas medianie insisiciones y pefeicas que ellos mismos > Jenearon, comiiron” préstadas, © adoptaron durante sv experiencia “{inoricaAlganas de esas instivuiones y précrcasemergioron deii- are ands o mnos delibérados pot Gordinar accionéscolecivas; los. “sindicatos y las asociaciones revolucionariés surgen “desde esa preo- upacién”, Sin embargo, muchas de ellas fueron ue subproducto de la sera in socal local rtinaria, como cuando los varones 4}eF0S del pueblo que bebian, jugaban en deportes y peleaban juntos, forma- aes beganizadas que ecogian madera para las hogueras "aa: defias”, dirigfan ceremonias de deshonra en Ja puerta de las casas de fos adiltreros (“cornudos”) ¢ impedian ritualmente las procesiones ‘maritales para las prometidas locales que se casaban con hombres de otras comarcas (0 “parroquias”)- jes peta € ynatruciones que promueven acciones colectivas acta significativamente en la combinacién de incertivos solidarios, vari ales ycoereivos. Los estas, por ejemplo, hen empleado BS Seana un grado de coercion signficati para producir accion aerartaas allo han eonécripto soldados, han forzado a los coneiba. yentes esquivos a pagar su parte para emprendimientos colectivos ¥ han embargado para propésites piblicos tierras de propiedad priva- da. Aunque los talleres y las fabricas también utilizaron de modo ex- go ova coerei6n, en contaste se organizaron macho més en for- f 12 APUNTES DE INVESTIGACION seonrnniturunnenuencomasint no a recompensas materiales que los estados. Mientras tanto, los gra- pos de parentesco, las congregaciones religiosas, os circalos de bilan- deros ¢ instiruciones similares, sumados a las recompensas materiales y 2 la coercién han ofrecido de modo sustancial incentivos solidarios ‘a los participantes. Ellos proveyeron oportunidades para Ia intimidad, la afirmacién de la identidad, la ayuda mucua, el seguro social, la in- formacién, y la propia participacién-, secundada por la amenaza de aislamiento, deshonra y exclusiOn extrema para aquellos que violaran las expectativas de sus congéneres. Durante gran parte de la historia de Europa, la mayoria de los earopeos llevaron a cabo actividades riesgosas, emocionalmente com- prorpetidas y con recompensa diferida, tales como la procreacién, Ia cohdbitacién, elfintdQamblo Comercial de latga distancia y la perse- cacién de una vida en el més all por medio de instituciones y précti- cas centradas en los incentivos solidarios, jugando un rol menor In coercién y las recompensas materiales. Los grupot de parentesco, las redes vecinales y las congregaciones religiosas tivieron gran impor- tancia dentro de estas instituciones y précticas, pero también la tuvie~ ron organizaciones més especializadas como las confraternidades de- vocionales y penitenciales, los pabellones y las sociedades de ayuda mutua. En total, los europeos aislaron a estas estructuras de Ia inter- ferencia de los extrafios y las autoridades piblicas; lo hicieron tanto manteniendo las estructuras imperceptibles o apoyandose en la pro- tecei6n por parte de los miembros poderosos de la misma estructura. ‘Uno de los grandes cambios de la historia europea es el pasaje / masivo de estas estructuras ligadas por solidaridad hacia los gobiernos, las empresas, los sindicatos, asociaciones especializadas y otras organi- zaciones que enfatizan las recompensas materiales y coercién como lu- _gares de gran riesgo, de involucramiento emotivo y actividades a lar- go plazo. El cambio ocurrié en la mayor parte de Europa durante los siglos XIX y xX. Con seguridad, esto no sumié en el olvido a las insti- tuciones y précticas centradas en los incentivos solidarios. Los euro- peos todavia encuentran a sus compafieros sexuales y matrimoniales, por ejemplo, principalmente a través de redes de amistad, parentesco y vecindad, que son tipicamente homogéneos con respecto a la clase, Ja religién y/o la exnicidad, Comparado con el siglo XV o el xvi, sin embargo, el europeo promedio del siglo xx evaba a cabo una amplia gama de actividades riesgosas € importantes a través de instituciones y prdcticas centradas en la coercién y los incentivos materiales. / La gran transformacién de instituciones y pricticas interactué /con cambios sustanciales en la accién colectiva, Para entender estos [ cambios debemos reconocer cuatro aspectos profundos de ls accién | colecsiva cada ven que est ocarre. Primero, siempre ocorre como par (CHARLES TILLY TEMA CENTRAL: PROTESTA SocIAL 13 S ACCION COLECTIVA te de la interaccién entre personas y grupo antes que como wns per Fenmance individual, Segundo, opera dentro de fos limites impuestos /_-paslas instituciones y précticas existentes y Tos Even’ jimientos co! Prides. Tere, los participantes aprenden, innovan y constvy™ historias en eh propiorours6 de la ac ion coléttiva, Cuarte, precisa L_ sreae porque las interacciones histéricamente situadas crean acuer” “dos; Hremorias, historias, antecedentes, practicas y relaciones sociales, ~ cada forma de ace, coleciva poses ne histor.a que dirige y & Forma usos subsecuentes de est forma, La forma cok que Hamanios buélga ene una historia distinuva, como. lo tienen | quae foumas como e gp de Estado, los liigiory las proces jones 5 rajas, Por estas razones, la accién colectiva cat dentro de repertorins Fien definidos y limitados que son particulares« iversos actoF8s; ol jetos de accién, teriipos; lugares y circunstancies estratégicas. Gealquier actor colectivo emplea wna gama mucho menor de _perforraven oldies que les ae porta tt om op principio, y ‘ue todos Tos actores de su clase hayan manejado alguna vez, en al- ~ Fin luge Si einbargo Tas performances que constituyen on FePetso- _tono dado permanecen fleibles, sujet a negociacion © innovacién. + Dede luego, las performances, precisamente repertvas tienden @ ee oat siad porque hacen la accidn predecible y reducen, €1 5 ero ezaatéico. El término teatral “repertorio’ . ‘pinacidh de elabioracion de libretos historicose ‘provi- ia sacion Que Caractériza genefalmente a Ja accién colectiva- TN “Las performianees de’ If 3éci6n “colectiva euifopea’ se_han ido moditicando y aumentando como resultado de tres ‘clases de influen: wre 1) elinblos producides por aprendizaje, innovacién y negociz~ pe ool curso de la propia accion colectiva;2) aleeraciones del me- APE Sip inaeacionaly 3) las interaecione paieras. Dentro eis pimieny calegita,las aris Drtsnicis de pecs el siglo xvii cambiaron de presentaciones hhumildes de un petitorio firmado Tlevaco por unos pocos representantes dignificados de fos muchos aque hablan pedcionado a las marchas clamorosas de miles Por las ca- fe para confrontar las autoridades con sus demandas. Las camps- saa yonn Wilkens en favor del derecho a sentir pblicamente de- tante 1760 tuvieron un lugar central en este cambio. ‘Lac alteraciones del medio institucional ~entre ellasy a supre- sin de milicins vices como fuerzas armadas~ yacen detrés de la = sit da desaparicign en ln Europa occidental del siglo Xvi al xv1H de senceign eolectiva por medio de bandas armadas locales que marcha ban militarmente bajo la autoridad de capitanes electos. (El siglo que aan Jenza en 1789, de cualquier modo, vio e revivir extendido de ac~ ‘caciones similares pot parte de milicias autorizadas de modo contra” ns 14 APUNTES DE INVESTIGACION & | i i i | -v-aipeetemenaneceomnmtintnni lizado pero a veces independientes, como la Guardia Naciomial fran- esa.) Ejemplos de interaccién son mds usuales. Un caso instructivo es Ia legalizacién de las huelgas en la mayoria de los paises de Europa oc- cidental durante el siglo xix. Esa legalizacion protegia en general los derechos de los erabajadores 2 reunirse en asamblea, @ deliberar y a abandonar el trabajo de modo colectivo, pero declaraba ilegal, simul- ‘tineamente, un amplio rango de acciones frecuentes de los trabajado- res (por ejemplo, la coercin de los no-huelguistas y el ataque a la ca- sa de los empleadores). También ponia 2 los huelguistas bejo el escrutinio de especialistas gubernamentales en relqciones industrials. De modo similar, las invervenciones gubernamentales en salud pbli- ca, educacién, control de aguas y otras producciones de bienes colee- tivos dé organizactities gtheralmente c&tandarizadas de lugar a lugar, redujeron la autonomia de instituciones locales y subordinaron los es- fuerzos locales al control de arriba hacia abajo. ‘Aunque los cambios que se incrementaron en los repertorios nunca cesaron, en algunos perfodos, la interaccién entre las alteracio- nes internas de las actuaciones y las transformaciones de los medios institucionales se aceler6. En esos periodos, ocurrieron las transfor- maciones masivas de los repertorios de accién. Las transformacionés, de esta clase mejor documentadas afectaron a la mayor parte de Eu-| ropa occidental durante el siglo_posterior-a_]780. Por lo menos en| Gran Bretafia, los Pafses Bajos, Francia, Alemania e Italia, una gran| red de cambios en la accién colectiva popular tuvo gs. ‘Al comien- zo del cambio, querrfamos caracterizac prevalecien- tes como parroquiales; particulares y bifurcadg berets nto orientadas principalmente alrededor de obje abjecRe 7 wantos locaes| antes que preocupaciones @ nivel nacional; partieulares en tanto varian significativamente del formato de sivuaci6mrerrsi6saci6n, de grupo en grupo y de tema en tema; bifureadas en tanto se dividen de modo ts-! jante entre la accién directa en relacién a objetivos locales y pedidos de intervencién a las autoridades establecidas (principalmente curas,, terratenientes y funcionarios) en lo que concierne a asuntos naciona- , podemos llamar al repersorio que lleg6 a prevalecer durante el siglo xt cosmopolita, modular y aur6nomo: connopolita ros y asuntos, inéluyendo de modo enfitico asuntos nacionales; modular porque la gente utilizaba Jas mismas formas de accién (por ejemplo las reuniones puiblicas) pa- 4 una smplia gama de asuntos; auténomo porque sus participantes se isigian al objeto de sus reclamos ex Si propio nombre, a través de is terlocutores de su mismo rango. Esta tilkima observacién requiere una clarificaci6n. Los propios CHARLES TILLY TEMA CENTRAL: PROTESTA SoctaL IS + ACCION COLECTIVA cambios que produjeron el repertorio de accion del siglo xix también Sbrieron oporranidades sin precedentes para una variedad de inter” fnediarios que hablaban o reclarnaban hablar por parte del voto POPS” lor, Estos intermediarios inclufan Kideres trabajadores, organizadores ge sociedades populares y un mimero importante de campesinos, Pe ro también inclafan a veces curas, burgueses y fancionarios forjadores Ge alianzas, Estos intermediarios a menudo jugaban roles importan- tes en acciones colectivas populares, especialmente conectando inte~ taeciones de grupos separados, También competian entre ellos, @ ve~ ces, por ser reconocides como representantes vélidos de sus respectivamente atribuids jurisdicsiones. El cuadro 1 resume los principios contrastantes en los primeros y sltimos: repertorios de accién colectiva de Europa occidental. Po- > cmos llagiatlOS-"SI—IO XVID” 0 “siglo XIN” bajo las siguientes ‘adver= tencias: a) las transiciones de.uno a otro ‘tomaron décadas en todas partes y ocurrieron en diferentes partes en distintos tiempos; b) ¢a- ea actualizacidn de accién colectiva tiene wna historia y un tempo relativamente distintos a los de los otros; ¢) varios segmentos de la poblacién cambiaron de los repertorios del “sigho xvii” a los del “si- glo xix” 2 Su propio ritmo. La gente podleresa y las autoridades lo- tales, por ejemplo, se unieron, de modo tipico, por propia iniciati ‘va, mucho antes del “siglo XX"; parte del cimbio de repertorio, de hecho, consistié en generalizar estos privilegios de elite a la gente comin. “Hechas estas salvedades, noten cuén cercanamente los repert rios de accién colectiva de la Evropa occidental del_siglo i se adaptaron a Tas condiciones locales. Ellos dependfan principalmente de las conesons dia Cr de Tam- bign se apoyaban especialmente én éf conadimien Tocal de las per- sonalidades, los simbolos, y los lugares. Ejemplos bien ‘documentados— Scluyen ceremonias vergonzantes, itt iitervenciones populares en eje- cuciones piblicas (atacar a un verdugo torpe, burlarse de la victima o fa veces rescatarlo), el saqueo de las casas ocupadas por criminales, y las invasiones de tierras piiblicas cercadas. En dominios donde no existian tantos conflictos, como las celebraciones locales, los sistemas de concrol de agua'y el uso de hornos comunales, también se depen- dja en gran modo de una gran densidad de conexion y conocimiento local, Los formas exactas, el personal y les circunstancias de estas per~ formances variaban mucho de lugar en lugar. Los ‘repertorios poste= iors sacrificaron un poco del conocimiento local y las conexiones: pero ofrecieron la posibilidad de coordinacién entre miltiples sitios y {a posibilidad de transferir el aprendizaje de un Inger al otro. Los mi- tines, las demostraciones piblicas, las asociaciones voluntarias por 16 APUNTES DE INVESTIGACION a | ———— Cusdro 1. Contrastes principales entre los repertorios ios eal y IK fe Europa Occidental en los de Europa Occidental en k | seen || Frecuente empleo de tos significados normales de acc'én de las autordades, crcaturizada o Selberada, ainque tansitoi: 2 | waves de ia vsuncién de mandates | prerogatvos en el nombre dela | comunidad focal. Corivergencia en residencias de malhgchoregy,"aguantaderos". en ‘opasicion a Ws bases y simbolos del | poder public. || Uso extensive de las celebraciones | pablicas y asembleas autorizadas para la exposicién de quejas y demandes. lerupciones comunes de los participantes, en tanto miembros representatives de grupos corporstivas y comunidades constituidas, antes que de intereses particuleres. Tendencia af accién directa conta snemigos locales, pero apelando 3 protectores poderosos a fin de | emediarel agavio mis alls del | lance dels comunided loca. con | el objeto de ta representacién visa | ute con fs autoridaces xtranje. Reiteradas adopciones parddicas. simbolismo irreverente en forma de | efigies. pantomima, y oposiciones ritualizadas afin de manifestar queias y demandas, Organizacién de la accién de acuerdo a fas cicunstancies y 2 los lugares particulares. Sintesis: local, particular y bijurcada (CHARLES TILLY Siglo xx Uso relative de sentidos de accién auténomos, de clases raramente 0 ‘nunca empleadas por las. autoridades.. Preferencia por acciones previamente planificadas en lugares pdblicos visibes. Organizacién deliberada de asambleas para la articulacién de las demandas.. Participacién como miembros 0 ‘representantes de intereses ‘especiales, consttuyendo cuerpos pablicas y asociaciones. Desafio directo a rivales 0 autoridades, especialmente autoridades nacionales y sus — representantes. Reperorio de programas, eslégans. y simbolas de comin pertenencia {ales como banderas, colores y estandartes con consignas. Preferencia por formas de accin ficilmente tansferibles desde una cireunstancia 0 localidad 2 otra Sintesis: cosmopotita, modular y ‘auténoma, TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL a 7 ACCION COLECTIVA 18 APUNTES D { propésitos especiales, ls campatias eletorales st generalizaron fé- tilmente de un lugar u ocasién 2 otro. seas ereaban el nuevo repertorio, los europeos inventaron 10 las generaciones posteriores llamaron movimientos sociales. ‘aque los historiadores a veces uizan e.trmino indiscriminad ~iiente para refrirse a toda clase dé accién popular colec a mids alla pel empoy ‘cl espacio, el mismo se fefiere @specialmente al désafio { sostenido ala autoridad constituida en nombre de las poblaciones em- peoradas, desafios apoyados por demostracionespablicas de! mereci- miento, 1a unidad, el niimero y el c :promiso de los activistas. Las verformances preferidas dé 10s miovishientos, Gociales eran todavia eer las demostraciones pica, las procesiones los mines, las maF- thas de petici6n, ls promunciamientos impresos,y ls intervenciones fn canipaias léctorales. Los activists de los movimientos sociales comninmenie formaron asociaciones pare propésitos especiales dedi- caune 1 ls promocién de sos causis, También crearon, fpicamentts hombres identificatorios, banderas, carteles y eslogans “Una minima parte del repertorio de los movimientos sociales hu- biera sido posible sin la interacciGn extensiva entre cambios internes cage performances de [a acién colectvay ls transformaciones de sn oneexto inseacional. Los activists de los movimientos sociales Srapujaron los limite establecidos de asociacién y asamblea, pst cambién aprovecharon los cambios en los controles legales, consegti- dos por otros. Aungue las asociaciones populares proliferaron en las ‘adades francésas después de la victoria prusiana y. de la iiiuy burgue- Ga tevolucién de 1870 que desplomé el imperio de Luis Napoledh.._ Géociaciones populares 5¢ unieron con las unidades de la Guar “Fe Nacional como cuadros para él activismoen Tas Comunas inst creccclonaties devParis, Lyon y otras ciudales, eo Szambios de gobierno y de regimen influyeron de modo sig- nificative sobré os reperenion de AreOn elec, En cualquier m0-” quer Tao Paanto cada Féfimen realiz6 distinciones tosces ¢ implicitas, pero @ vrei efecivas ence las performances que promovia (por e)emp/o {a parsicipacién ceremonias pablica),voleraba (por ejemplo, el peti- Gewar),o prohibia (por ejemplo el saquec de pedjes) Los regimencs poyaben estas dstinciones como modos de recompensar 0 castigar aoe rnlectvos reales o potencales: pars promoverciers activida- eee soliba el honor los especticulos, la comida y bebida; para las performances prohibidas se utlizaban ls sprisionamiences, Jas ejecu- ernes, las hurmllaciones y los ataques militares. Hablando en ermi= fos generals, lo regimenes democrétios roleraban un rao mis, propio de tipos de acci6n colecva, La tolerancia afind la distincién tnve performances toleradas y prohibidss, haciendo de las activide- E INVESTIGACION so des prohibidas una provincia del destierro, politico y dando brios 2 tuna amplia gama de sctores para realizar sus reclamos por medio de actividades promovidas 0 toleradas. Los regimenes no democréticos, fen general, teazarcn lineas més precisas entre les actividades promo vidas y todas las : tras (por ejemplo, gritar eslégans anti-régimen en ‘un acto oficial) » adoptar medios claramente prohibidos (por ejem- plo, asesinar of ciales 0 colaboradores piblicos). Los regimenes no democriticos hicieron més estrecho el medio tolerado. ‘Los hist ariadores sociales saben mucho acerca de los detalles de la acci6n e¢ .ectiva popular en la Europa occidental porque los espe- cialistas de esta regi6n han estudiado més a menudo la acciéa colec- tiva popular de modo sistemético, En el resto del mundo, Ia mayor's _ge la informacion publicada sobre el tema viene como material ilus- ‘fativé!en Historias pdlificas gencrales 0 como documentacién de grandes conflictos. Cvalquiera sea la region y el perfodo de la espe~ Gializacién, sin embargo, los estudiosos serios de la accién colecriva en Europa generalmente adoptan una combinacién de tres procedimien- tos dis{miles: la recoleccién y ¢l andlisis de un catélogo de eventos re~ Jativamence homogéneos; la reconstruccién de uno © algunos pocos episodios caracteristicos la reformulacién de narrativas politicas pre= vias por sa inclusién en la accién colectiva, vistas generalmente desde las experiencias de algunas localidades o grupos. ‘Los catiloges sistemdticos de episodios de accién colectiva re~ quieren grandes esfuerzos, pero ofrecen grandes recompensas a la historia social. Porque muchos gobiernos europeos comenzaron 2 re- coger informes comprensivos de las huelgas durante el siglo x1%, los testudiosos de los confictos industriales se han concentrado, a menu- do, en la realizaciGn de catélogos sistematicos de huelgas y lock-outs Outros historiadores, sin embargo, han utilizado correspondencia ad~ ministrativa, periddicos y otras fuentes para construir cattlogos de eventos a los que llamaron motines, protestas o reuniones contencio- sas, Los catdlogos de este tipo tienen la ventaja de facilitar la compa- racidn y detectar el cambio, pero resultan vulnerables ante los huecos en la informacién, Los episodios estudiados minuciosamente ofrecen Ja posibilidad de unir a los participantes y las acciones a su medio social de un mo- do mucho més firme que los catélogos. Ellos han atraido, entonces, muchos estudiosos de crisis, revoluciones y rebeliones. En sf mismos, tienen la desventaja de extraer el evento de su contexto politico més amplio (inclayendo sus relaciones con acciones colectivas previas, subsecuentes ¢ incluso simulténeas) y de dificultar las comparacio- nes. La narrativa aumentada tiene dos ventajas advertibles: primero, TEMA CENTRAL: PROTESTA socIAL — 19 44 ACCION COLECTIVA clarifca el aporte del estudio dela acciGn colecriva alas interpsst® 0 care nencionales de la historia politica en cuestién. Segundo, PY" AEe respaestas directs ala pregunta: gpor qué los historiadoves debe~ vee rsDitorse por esta clase de eventos? Con demasiada faclidac, Gn embargo, se presta «la suposicién de que las preguntas cons sre or las nacrauivas prevas eran vidas. Ya que las preguntas form05 Tadas por las narraciones existentes (Por ejemplo, dla gente apoyaba el regimen 0 no?) ¢ menodo hacen perder Ia pista a los investigadores (por ejemplo, cuando los participantes en ‘accién colectiva estin fuer~ (Bor cosa lideres locales que mandenen un compromiso 619 cGpringente con el xégimen), es siempre prudence reals wpa exami= corgi minuciosa de la accién colectiva por su propio objeto. or mos wer ls ventas de los catslogs sintéticos, Ios episodios specific y las narsativas samentadas, observando las acciones co- reageas populares en los Paes Bajos desde 1650 hasta 1900- Doran- eae erglosy medio, as regiones ahora conocidas como FHolen Gh Belgica y Loxemburgo, soportaron grandes cambios de rg T00" 7 de politica populares. Vistos desde arriba los Pafses Bajos cambiaron tie peleas dinésticas 2 politcas intermitentemente revolucionarias, ‘Rovilizando porciones sustanciales de Ia poblacién general en un in- tonto por controlar a los gobiernos cencrales- \"Supongamos que reconocimos como situaciones revolucionarias -aquellas instancias en que por un mes o més al menos dos bloques de ante respaldados pr fuerza armadis yreibiendo 2Po¥e de una par- were reaetl de la poblacién general, cjercieron el control sobse in portantes segmentos de la ‘organizacién estatal. Por esta prueba de peso, las posibles situaciones revolucionarias en los Paises Bajos entre 1650 y 1900 incluirfan: a 1650 Golpe fallido de Guillermo TI 1672 {Los parsdarios de Orange roman el poder en varios pueblos. 1702 Dresplavamiento de clientes de los Orange en Geldes- land y Overijseel. 1747-1950 Revuelta de Orange en las Provincias Unidas, lvego de que la invasin francesa precipita el nombramien- to de Guillermo IV como Stadhouder. 1785-1787 Revolucion Patriética holandesa, finalizada por lain vasi6n prusiana, 1789-1790 Revolucién de los Brabante en el sur. 17901791 Revolucién en el Principado de Lie), terminada por Jas tropas austrfacas. F 1792-1795 Guerras franco-austriacas, culminan con Ia conquista 20. APUNTES DE INVESTIGACION 42 (CHARLES TILLY francesa de los Paises Bajos, se instalan galicismos y reglas de estilo francés. 1795-1798 —_Revolucién Batavia en el norte. 1830-1833 _Revolucién belg contra Holanda, con intervencién francesa y brivinica En detalle, estos eventos consistfan principalmente en marchar, reunirse, protestar, peticionar, confronter, saquear, discutir y organi- zar. Los cambios més importantes, de hecho consistieron en las trans- formaciones de la movilizaci6n de la clientela militar de la aristocracia y de las milicias burguesas a la integracién sostenida de propietarios a la lucha nacional por el poder. En conformidad con los cambios en to- ‘ das partesge} aurnento de la capacidad estatal promovié cambios hecia a movilizacion baseda en identidades piblicas més abarcativas me- diante los repertorios estandarizados nacionalmente. \Vistos desde una perspectiva local, la contencién colectiva ocu- ria de modo mucho més frecuence, e, incluso, cambiaba de cardeter mucho més dramaticamente. Rudolf Dekker (1982) ha catalogado do- conas de “revueltas” ~eventos durante los cuales por lo menos veinte | personas se reunfan en piblico, voceaban quejas contra otros, y datia- ban personas o propiedades~ en la provincia de Holanda durante los s “Siglos xvi y xvil. En comparacién con todos los repertorios conten- ciosos desile 1650 hasta el presente, los eventos en cuestién general- mente califican como pequefios, locales, variables en forma de un lu~ gar y grupo al otro, y bifarcados entre (varios) ataques directos sobre ® | ___ lancos locales y (pocos) pedidos mediados a las altas autoridades, En Le concreto, el catélogo de Dekker enfatiza cuatro clases de eventos: 1) Ja toma por la fuerza de comida del mercado o el ataque a sus vende- ores; 2) la resistencia a nuevos impuestos; 3) los ataques realizados por miembros de una categoria religiosa a una persona, propiedad 0 os 2 los simbolos de otra; y 4) las intentos por desplazar a la autoridad politica. Los eventos que calificaban por fuera de estas categorias, en ge~ neral, involucraban: 5) la venganza colectiva ~por ejemplo el saqueo de casas~ hacia figuras que habian violado la moralidad paiblice. El saqueo de casas era generalmente acompafiado de protestas contra los granjeros impositivos y otras figuras puiblicas sefialadas en las cus two primeras categorias de eventos violentos; en ese sentido, las ac- ciones populares holandesas se parecieron de modo notable 2 sus | _-contrapartes francesas, briténicas y norteamericanas (para referencia a y resefia apropiada, véase Tarrow, 1998 y Trabgor, 1995).’Como los hacen los estudiosos en otras freas de Ia protesta en el Antiguo Ré- gimen, Dekker llama la atencién hacia la aim‘sfera festiva de muchos TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL — 2J 4a SnniMeieii i I ACCION COLESTIVA dde esos rituales: “Un participante en un disturbio orangiste de 1787 - declaré”, dice en el informe, “Nunca me he diversdo tanto como ceado destrocé la casa saqueada” (Dekker, 1982:92). De modo més teneral, los eventos que describe Dekker se parecian de modo Focible a los repertorios de contencién popular del Antiguo Régi- wen en Europa Occidental. Dentro de ese patrén podemos encon- weer dende 2) peticiones y parodies hasta b) venganzas locales, hasta ©) disputas y resistencias, hasta d) rebeli6n de masas, reunidas en los limices de las formas prescriptas y toleradas de Ia accién politica pS blica. Sin embargo, en esos tiempos de dispaas polfticas generales como la revuelta de Orange de 1747-1750, ellos se mezclaron en abjerta rebelién. Entonces, hasta donde el catélogo de Dekker indica, las Iuchas en Holanda alrededor de Ia comida se concentraron de 1693 2 1768 en Jos pueblos eon mercados en los perfodos de alza de los precios ar do las auroridades locales no cumplfan en garantizar productos al al- cance del bolsllo de los pobres locales. Su ca:slogo de rebeliones im- peditivas (que Dekker pienss que sélo ha sido “la punta del iceberg” Dekker, 1982:28) esté concentrado en impusstos derivados més que cen impuestos directos, y agrupa las rebeliones en une época de lucha generalizada acerca de la autoridad politica como: el perfodo 1747- Bo, En una Holanda donde la mitad de le poblacion pertenecia a la Iglesia Reformada Holandesa establecida, ¢] 10% a otras denomina~ ciones protestantes, el 40% a la Iglesia Cat6ica Romana, y un nime- ro muy pequefio a congregaciones judiss, los conflictos religiosos 2 eenudo ineiufan de modo ostensible luchas por hacerse escuchar en Gnantos locales asi como respuestas a eventos externos identificados religiosamente, por ejemplo la persecuciSn.de Savoy de los protestan- tes de 1655. Del mismo modo que las rebeliones impositivas, sin em- bargo, a beligeranciareligiosasurgia en tempos de lucha pollica Be~ nerel como 1747-1750. En esos tempos, Ia suerte de cada actor politico en la arena publica enfrentabe riesgos. Como resultado, un amplio rango de acciones de toma de lugares y de preservaci6n de lu- gares sucedieron, mis alld de c6mo habia comenzado el ciclo belige- ante. “Los eventos que Dekker clasifica como abiertamente politicos pivotearon sobre la Casa de los Orange. Bajo el mando de os Habs- burgo, el rey ausente habia tipicamente delegado el poder en cada provincia aun Stadbouder (deventador del Estado = Ingartenient = "> Frente o delegadc). Desde la revuelta del siglo xv1 contra la Espafia de los Habeburgo en adelante, las provincias holandesas haben nom- bprado generalmente (aunque de ningtin modo siempre o automética- mente) al entonces principe de la linea de los Orange su Stadboude, 22. APUNTES DE INVESTIGACION 44 ‘su ocupante provisional del poder estatal; esto sucedia especialmente fen tiempos de guerra. Mas allé de que un principe de los Orange fue- 3 Stadbouder o no, su clientela siempre constituia una faccién mayo- ritaria en la politica regional, y la oposicién a ella generalmente se Feunia en tomo 2 una alianza de gente por fuera de la Iglesia Refor- ada, los a-tesanos organizados y la poblacién rural explotada. Du- rante las luchas de 1747 a 1750, la discusién en torno a los reclamos del Stadbonder sobre el mando se mezclé con la oposicién a los cam- pesinos que pagaban impuestos y las demandas por la representacién popular en las politicas provinciales. Este tipo de eventos fueron ‘ransformados sustancialmente encre 1650.y 1800, mucho més que los eventos centrados en torno a la religién, la comida y los impuestos. Durante el final del siglo xvui, hemos visto surgir las demandas concertaclas para Ia mayor participacién en el gobierno provincial y local, tanto es asf que el libro de R-R. Palmer Age of the Democratic Re- volution (1959, 1964) equiparaba la Revuelta Patriética Holandesa de 1780 con la Revolucién Norteamericana (1775-1783) como represen ‘antes significativos de la corriente revolucionaria. El andliss sistemé- ico de Wayne te Brake de la revolucidn holandesa en la provincia de Overijssel identifica la década de 1780 como un punto de apoyo his- térico en ls historia de los reclamos populares, Las reuniones pabli- cas, las peticiones, y las marchas de las milicias, hicieron mucho del trabajo politico cotidiano, pero en compaifa con otras formas més an- ‘iguas de venganza e intimidaci6n. En la pequetia ciudad de Zwolle, informa te Brake, que, por ejemplo, en noviembre de 1876: “Una reunién de més de mil personas en la Grote Kerk produjo una de- claracién que decia que una eleccisn fjada para completar ls vacante en €1 Consejo Completo por el viejo método de la cooptacién, no seria re- conocida como legitima. Cuando el gobierno, sin embargo, procedié con la eleccién, el candidato elegido fue intimidado por la multitud de los pactiotas y obligado a renunciar” (te Brake, 1989:108). Cuando las tropas prusianas culminaron Ia revolucién con una invasion en septiembre de 1787, sin embargo, los activistas opuestos 2 los patriotas de Orange tomaron venganza por mano propia, al sa- (uear las casas de los partidarios de los Patriotas. Hablando de la cer- cana Deventer, te Brake concluye que: “EI pueblo de Deventer habia entrado en la politica para quedarse, No sélo la invencién rerérica de los panfleteros patriéticos o escribas cons- ‘inucionales, het Volk’ se habfa convertido en el curso de la década de 1780 en una realidad armada y organizads que probaba que era Ficil- CHARLES TILLY TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL 23 45 ACCION COLECTIVA mente capaz de, cuando se encontraba unida, irumpir en el espacio po- Iisico urbano. Cuando la unidad dej6 su lugar ala divisi6n, el conflicto en todos los niveles sociales, sin embargo, la fuerza y la significacin de las nuevas politicas populares no estaba para nada extinguida. Asi, como hhemos visto, Ia contrarrevolucién en Deventer representaba la victoria de un nuevo segmento politizado y activado, ‘el pueblo’, contra otro no simplemente la restitacin de la politica sristocréties, como siem- pre~ De hecho, la contrarrevolucién de los partidarios de Orange en Deventer consolidé inintencionalmente dos cambios momenténcos en Ja politica de esta ciudad provincial, combinaciSn que sugiere que el ca- ricter de Ia politica urbana fue transformada para siempre: la politica privada, aristocrética del pasado, habia quedado quebrada y se habfan asentado las bases para la politica publica y pacticipativa del futuro” (te Brake, 1989:168). En la polftica piblica a escala regional y nacional, tanto el reper- torio como Ia participacién beligerante habfan cambiado notable- mente Durante la segunda mitad del siglo xvm, los trabajadores organi- zados y sus huelgas se volvieron, también, més importantes en la hu- cha politica holandesa (Dekker, 1982:50). Uns transformacién signi- ficativa de los repertorios beligerantes habia comenzado incluso antes ue la conquista francesa alterara profundamente la politica belige- rante de los Paises Bajos. En resumen, nuevas performances en el re- pertorio de los Paiges Bajos movilizaban més gente de lugares cada ‘vez mis distintos; construidas sobre identidades adjuntadas antes que fijadas, apuntaban a figuras y temas nacionales y regionales, adopta~ ban formas que estaban estandarizadas a través de toda la regién e in- volucraban presentacién de demandas directasantes que mediadas. El“ emprendedor politico especializado (en oposicién a las autoridades establecidas, tanto locales como regionales) emergia como un actor cxitico en la beligerancia popular. En un estudio paralelo al de Dekker, Karin von Hornacker ha catalogado cerca de ciento quince “acciones colectivas” dirigidas contra las autoridades centrales en Ja parte més austral del pafs, en Brabante -més precisamente en Bruselas, Antwerp y Lovaina- de 1601 a 1784. Algunas de las acciones ocurrieron una sola vez, pero muchas otras consistieron en eventos agrupados distribuidos a lo largo de dias o semanas. Von Homnacker clasifica sus eventos bajo cuatro encabezamientos: resistencia a la violacién de los derechos politicos locales, conflictos fiscales, disputas civico-militares, y hu- cchas fior la provisién de comida. Las primera’ dos categorias se su- perponen considerablemente, ya que en Bruselas las asociaciones dominantes (las “nueve naciones”) frecuentemente se resistfan al pa- 24° APUNTES DE INVESTIGACION 46 g0 de impuestos apoyados en Io que ellos consideraban los derechos ‘otorgados por la carta comunal. Las disputas religiosas de la clase que figuran de modo destacado en Holanda escapan de la red de von Homacker porque tipicamente no enfrentan a miembros de la po- blacién urbana contra las autoridades. Con Brabante bajo el mando de Espafia, que se encontraba entonces controlada por Austria, las disputas de los civiles con los soldados reales, disputas acerca de sv mantenimiento y pago, la libertad de los desertores militares capta- rados, y la competencia entre las milicias urbanas con las tropas re. les por la junsdiccién, se extendié en gran medida y de modo preo cupante mis allé de Holanda. Las luchas por la provisi6n de comida, sin embargo, se parecfan mucho tanto en el norte como en el sur; re~ petidamente los habitantes de Ia ciudad atacaron a los mercaderes gue elevaban los precios y a los extraiios que buscaban comprar en el mercado local. Con todo, el catélogo de eventos del Brabante de los siglos xv y xvi de von Hornacker revela menos cambio en.el cardeter de las demandes populares que lo que descubre Dekker para Holanda. En Jas tres ciudades surefias vemos la repotida resistencia a la centraliza- ci6n real en nombre de privilegios ya establecidos, pero no observa- mos el crecimiento desmesurado de demandas de soberanfa popular. ‘Los reclamos siguieron el repertorio caracteristico de la Europa Oc- cidental del Antiguo Régimen; segin von Hornacker: + el empleo frecuente o la parodia de los medios y los simbolos po- liticos propios de las autoridades ++ la participacién de gente como miembros de comunidades esta- blecidas y grupos corporativos + la concentracién del reclamo en feriados y otras fechas prohibidas * un rico simbolismo, que generalmente inclufa ceremonias de de- gradacién + la orientacién de los vengadores hacia las moradas de los perpe- tradores y hacia los lugares donde los supuestos ataques ocurrie- ron (von Hornacker, 1994:541-543). El repertorio del siglo xvii no duré mucho mds. Luego de la Re- volucién Francesa, Gita Deneckere habfa ensamblado un eatilogo de “acciones colectivas” en toda Bélgica desde 1831 hasta 1918, de un amplio espectro de archivos, publicaciones oficiales, periédicos y tra- bajos histéricos. Su catdlogo incluye cerca de cuatrocientas cuarenta ocasiones en las que la gente se reunié y realizé demandas colectivas “en el campo socio-econémico de conflicto”, lo que significa prind- palmente acciones de los trabajadores y acciones que se ocupaban del TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL At (CHARLES TILLY 25 ACCION COLECTIVA abajo (Deneckere, 1997:10), Dentro de ese cimpo, su evidencia de- muestra una alteracién significativa en los repertorios belgas de con- tienda, ‘0, mejor dicho, dos slteraciones. Hasta la revolucién de 1848, los eventos beligerantes de Deneckere inclufan asambleas de trabaja- ores y marchas para peticionar, ataques a los bienes o las personas de Jos mercaderes que encarecian la comida, y el piquete laboral reliza- do por gente en varios talleres del mismo oficio. Las acciones de los trabajadores frecuentemente tomaron la forma de reuniones que pro- vvocaban el abandono del trabajo: ocasiones en las que un miimero pe- aquefio de actvistas de un oficio local iba de taller en taller demandan~ do a los coleges del oficio que abandonaran su trabajo para unirse 2 la multitud creciente. La ronda se completaba, los participantes se jun- taban en un lugar seguro (generalmente un campo al borde del pue- blo), decian pablicamente sus reclamos, formulaban demandas, pre- sentaban esas demandas a los jefes de 1a actividad (a menudo a través de delegaciones de ambas partes), abandonando el trabajo hasta tan- to los patrones hubieran respondido satisfactoriamente o los hubieran forzado a volver al trabajo. Entre la revolucién de 1848 y la década de 1890, los abandonos Jaborales précticamente desaparecieron como demostraciones y las huelgas en las grandes firmas se convirtieron en eventos mucho mas frecuentes ¢ importantes. Aunque las huelges y las demostraciones continuaron a gran velocidad hasta bien entrado el siglo xx, de 1890 en adelante huelgas generales coordinadas nacional y regionalmente cemergieron como las formas principales de la accién beligerante. Co- mo dice Deneckere, los trabajadores y los lideres socialistas diseftaron fas huelgas generales para que fueran grandes, mantuvieran una for- ma estindar, coordinadas a través de miltiples localidades, y,orienta~ das hacia los detentadores nacionales del poder. Estas nuevas acciones ‘se construfan sobre la identidad socialista o de los trabajadores como ‘un todo, Ellas representaban un cambio significative de repertorio. Por supuesto estos cambios reflejaban los principales cambios so- Gales del siglo XIX, como la répida urbanizacién y la expansi6n de la industria de capital intensive, Pero el cambiante-repertorio conten oso también tenia una historia politica. Deneckere ve una creciente estrecha interdependencia entre la beligerancia popular y la politi- ‘ca nacional, En la década de 1890: “La correspondencia entre las acciones de masa de los socialistas y la apertura parlamentaria hacia el sufrgio universal es muy evidente co- ro para perder la conexién causal, Basados en la correspondencia pu- blicada y privada de los circulos gobernantes uno puede coneluir que la 26 APUNTES DE INVESTIGACION Ae hhuelga general euvo un impacto gemuino, de hecho més significativo que lo que los propias socialistas habian pensado. Uns y otra vez las protestas de los trabsjadores socialistas enfrentardn a los detentadores del poder con una amenaza revolucionaria que aplanarfa el terreno pa~ ra la abrupta expansién de la democracia” (Deneckere, 1997: 384). Asi, en Bélgica, la politica de la calle y la politica parlamentaria liegaron a depender la una de la otra. El andlisis de Deneckere indica que tanto antes como durante'la democratizacién, las principales al- teraciones del repertorio interactiian con profundas transformaciones del poder politico. Identifica a la confrontacién como una espuela pa- ra la democratizacién. Metodolégicamente, los anélisis de Dekker, von Hornacker y Deneckere nos ofrecen tanto esperanza como precauciones. Los tres utilizan los catélogos de eventos contenciosos para medir tendencias politicas y variaciones en el carécter del conflicto Franzosi, 1987, 1994; Olzak, 1989; Rucht, Koopmans y Neidhart, 1998). Estos caté- logos, claramente, disciplinan la busqueda de la variacién y el cambio en Ia politica contenciosa, Pero, la comparacién de los tres catélogos también establece cudn sensibles son estas enumeraciones a las defi- niciones y las fuentes adoptadas, La busqueda de Dekker de archivos holandeses para los eventos que involucran por lo menos veinte per- sonas en encuentros violentos, més allé del asunto, le brindan un am- plio espectro de acciones y alguna evidencia de cambio, pero excluye los reclamos a menor escala y sin violencia. La biisqueda dedicada de ‘Von Hornacker de desafios colectivos a las autoridades publicas den- to de los archivos belgas, encuentra muchos de los episodios a me~ nor escala y sin violencia, pero omite los conflictos intergrupales ¢ in dusttiales. Las fuentes y los métodos de Deneckere, por el contrario, concentran su catélogo en eventos industriales. Ninguna de las tes elecciones ¢s intrinsecamente superior a las ‘otras, pero cada una hace la diferencia a partir de las evidencias a ma- no. Cuando tratamos de hacer comparaciones acerca del tiempo, el espacio y el tipo de area de accién, debemos tener en cuenta en nues- t7o juicio la selectividad de estos catélogos. Estamos sin embargo, mucho mejor con estos catdlogos que sin ellos. Los Paises Bajos se en- cuentran entre las pocas regiones en donde los académicos han mo- nitoreado los episodios de beligerancia en una escala sustancial antes del siglo xx. Francia y Gran Bretafia son los otros dos. Para la mayo- tia del resto de Europa, debemos conformarnos con escoger de entre las Historias Generales y estudios especializados ocasionales de luga- res, temas, y poblaciones particulares existentes. Preguntas histéricas significativas estén en disputa en cada inves- Ag TEMA CENTRAL: PROTESTA SOCIAL CHARLES THLLY 7 ssD0¥d Tad NOIDwNAIDIS dnd 2p eyed ees omyve9 wgpeZMNO 5083 ‘| opaup Nagyossa | osjnduy, ) ae agondwy | TwHos OMAN touaovey — AWGTTYNOIDRESLNT wom surwea + suopoy © 20 seadoanq sazejndog seanoajog sauopsay se} ap seysando savo}2duosep A souoppeaydig °Z 1penD APUNTES DE INVESTIGACION ACCION COLECTIVA 28 __ 10 los males sociales coinciden, tenemos andl tigacién, Como lo muestra el Cuadro 2, Jas descripciones de los his: toriadores y las explicaciones de la accién popular colectiva varfan sig- ificativameénte én dos dimensiones: [a Intencionali Fy lospi ~ Sociales precipitados. Con respecto a las intenciones, algunos autore ‘enfatizan el Impulso; el hambre; el miedo, la ir En €stas visiones, la gente comtin aparece de modo explosivo en la politica publi Guan> umentan que las distintas agencias y programas existentes imponen fe conciencia a Ta gente comin, como cuando las iglesias, 105 artid6s politicos, o los poderosos RS fominan Tos puntos de vis- tas populares. Historiadores mas istas 0 Fadicales cominmiente ibn cOntraponen las éxplicaciones basadas en el impulso y Ta im con el ari dimiento compartido de las situaciones sociales -mds alld de que es- “tos enteridhimnentos compartidos se desarrollen de la experiencia covi- diana o resulten en parte de la exposicién a nuevas ideas- Sobre la dimensién de los procesos sociales precipitados, los his- toriadores a veces enfatizan Jas pres os de me ica por oF ie8 Coimpro- metidas a cambiar, 0 por consultas loéale’ oi segmentos disidéntes de la poblacién. Sis investigacionesse centran-mis directamente en la or- Banizaci6n y consulta entre la gente perjudicada. Un tercer grupo de historiadores trata la accién colectiva popular principalmente coro Juna expresién de conflicto 'degrapo. Este-coniflicto ‘piiedé’ clase contra clase, pero también se forma sobre clivajes religiosos, ér- nicos, lingifsticos, de parentesco, o locales. Aunque el tercer grupo de historiadores se parece bastante al segundo en que estudian la organi- zacién y la consulta, se diferencian en que ellos también estudian las, relacionés intergrupo en los contactos diarios. Los dimensiones se correlacionan. Mientras que el impulso direc- 7 de Ia accidn colec- tiva como desorden realizados por historiadores -como una disrup- cién del orden politico local mantenido por l2 autoridad establecida- Las formas de conciencia impuestas y la movilizacién politica también se emparejan en los anélisis del cambio social, mientras que los movi- ‘mientos en competencia y los lideres se articulan cambiando los inte- Teses populares de modo més o menos efectivo. Finalmente, los histo adores que ven el conflicto como el motor de Ia historia atribuyen, de modo caracterfstico, entendimientos compartidos a actores ording- ‘ios y retratan a los conflictos grupales como la fuerza motivadora. Es- CHARLES TILLY TEMA CENTRAL: PROTESTA SocIAL 29 2h. ACCION COLECTIVA 30 casamente, en contrast, Jos historiadores que consideran alas desgra- = cias sociales como las principales precipitantes de la acién eolectiva popalar, imputan entendimienco compartido ~excepto, quizés, en for- ma de ereenciassilvestres- a los participartes. De modo similar, son pocos los historiadores que explican la accién colectiva como conse- teuencia del conflico de grupo, y que, sin embargo, leen la cosicieicia de los participantes como impulso inmediatos la mayor excepcién a la —eglaes la explicacién (casi siemapre errada) del conflict inter-gropal como la expresi6n directa de odios ancestrales. "Hay mis en juego en la descripcién y la explicacién de la accién colectiva que la mera diferencia de opinién entre los historiadores. En total, los andlsis en la 2ona de desorden deniegan la efectivided histrica a la gente connin; en su lugar, ellos tratan a historia como el producto de los grandes individuos, que de a poco cambian las rmentalidades, o a fuerzas impersonales, Ellos también watan # los rcibutos individusles (en ver de, por ejemplo, su ubicacién social en §). Telacidn a otros individvos) como las causas fundamentales de su comportamiento, incluyendo su participacién en la accién colectiva. “Dentro dela tone de cambio social, Tos Hstoriadores generalmente 3 consideran que los proces0s sodialés a gran escala, como la seculari- zaci6n, la urbanizaci6n, o el desarrollo del capitalismo, son Jos cau- santes smplia gama de efectos, incluyendo la transformacién ~ de 70s y las oportunidades para Ia accién colectiva. Aqui la reorginizacién de la vida politica y social Cotidiana jacga un rol Fan

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