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Craceros Espacio Regional Revista de Estudios Sociales ; on eS DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES UNIVERSIDAD DE LOS LAGOS Volumen 2, Numero 3 Afio 2006 ECONOMIAS LOCALES Y MERCADO REGIONAL. LA ARAUCANIA, 1883-1935" Jaime Flores Chavez jflores@utro.cl Universidad de La Frontera RESUMEN Este trabajo analiza la formacién del mercado regional de la Araucania entre los aftos 1883 y 1935. Para ello, examina las articulaciones intemas de la economia de La Frontera y la participacion de mapuches, terratenientes, colonos nacionales y extranje- ros. Después de 1883, la Araucania entré en una nueva etapa, marcada por el inicio de procesos como la radicacién mapuche, la llegada masiva de nuevos pobladores nacionales y extranjeros, el crecimiento de los centros urbanos, el desarrollo de las vias de transporte y la transformacion de la estructura econémica. Hacia 1935, en tanto, se manifiestan tres fenémenos. El primero es el notable desarrollo alcanzado por las vias de transporte, una vasta red ferroviaria y de caminos articulaba el espacio regional, aunque estos dltimos continuaban siendo precatios y, en cambio, asistiamos ala decadencia de los vapores; el segundo, la desaceleracién de la economia regio- nal, agravada por la crisis de 1929; el tercero, se asociaba a los paradigmas del desa- rrollo, era la época en que se vivia la antesala de la implementacién del modelo de crecimiento hacia adentro. Palabras claves: Araucania, mapuche, economia regional ABSTRACT This article analyzes the formation of a regional market in Araucania between 1883 and 1935, To that end, it examines the internal linkages in the Frontier region's econ- omy, and the role of Mapuche communities, landowners and Chilean as well as foreign colonists. After 1883 the region entered a new stage, characterized by processes such as the reduction of the Mapuche people, the massive arrival of new settlers, the growth of urban centers, the development of means of transportation, and the transformation of the economic structure. By 1935, three important phenomena were also taking place. First, the remarkable development of roads and railways that connected the regional space; second, the slowdown of the economy, which was aggravated by the 1929 Depression; and third, the rise of new development paradigms related to the so- called “inward-oriented economic growth model", Key words: Araucania, mapuche, regional economy * Este articulo forma parte del proyecto FONDECYT N°1060320, denominado “Economias locales y Merca- do Regional. La Araucania, 1883-1938" y del cual el autor es Investigador Responsable. Dossier La Araucani. istoriografia, mercado y region La Araucania ha concitado el interés de numerosos investigadores, particularmente antropdlogos e historiadores, como lo revela la significativa produccién historiografica acerca del periodo colonial, el siglo XIX y, en menor medida, el siglo XX. Asi, importantes trabajos han permitido tener una visién del proceso de ocupaci6n y transformacién que afect6 al territorio y sus habitantes durante la segunda mitad del siglo XIX y primeros ajios del XX. En buena parte de estas investigaciones, el “contacto fronterizo”, para unos, y las “relaciones interétnicas”, para otros, han constituido el tema principal el analisis.' Otros estudios hacen mas énfasis en la sociedad mapuche y en el periodo post- reduccional, incluyendo trabajos que exploran aspectos legislativos, educacionales, organizacionales, territoriales, y el desarrollo de la propiedad. En otros casos, el uso sistematico de fuentes orales ha hecho posible una aproximacién a la historia de los “vencidos” y su visin de los procesos histéricos, el impacto de la “ocupacién” y desarticulacion de su territorio, y las transformaciones que experimenta la sociedad mapuche con posterioridad a la ocupacién.’ En la linea de investigaciones que abordan este periodo post-ocupacién, otros trabajos analizan los procesos inmigratorios que se desarrollaron en La Frontera, tanto con inmigrantes europeos como nacionales.° * Destacamos entre otros los trabajos de Sergio Villalobos, La vida fronteriza en Chile (Madrid: Editorial MAPFRE, 1992); Arturo Leiva, El primer avance en la Araueanta. Angol 1862 (Temuco: Ediciones Universi- dad de La Frontera, 1984); José Bengoa, Historia de! pueblo mapuche, siglos XIX y XX (Santiago: Ediciones Sur, 1985); José Bengoa (comp), La Memoria Olvidata. Historia de fos Pueblos Indigenas de Chile (Santia- go: Publicaciones del Bicentenario, 2004); Leonardo Leén, Maloqueros y conchavadores en la Araucania y las Pampas, 1700-1800 (Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera, 1991), Leonardo Leén, Patricio Herrera, Luis Parentini y Sergio Villalobos, Araucania: frontera mestiza, siglo XIX (Santiago: Editorial Uni- versidad Catélica Cardenal Rail Silva Henriquez, 2004); Jorge Pinto, De fa Inclusion a la Exclusion. La formacion del estado, 1a nacion y el pueblo mapuche (Santiago, Coleccién Idea, 2000) y su reedicion como La Formacién de! Estado y la nacién, y del pueblo mapuche. De fa inclusion a la exclusion (Santiago: DIBAM, 2003), ® José Aylwin, “Estudios sobre tierras indigenas de la Araucania: Antecedentes Historico Legistativos (1850- 1920)", Serie Documentos N° 3 (Temuco: Instituto de Estudios Indigenas. Universidad de La Frontera, 1995); Pablo Mariman, “Demanda por educacién en el movimiento mapuche en Chile, 1910-1918", Alvaro Bello y otros, Pueblos indigenas, educacién y desarrolio, (Santiago: Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer-instituto de Estudios Indigenas de la Universidad de La Frontera, 1997); Rolf Foerster y Sonia Montecinos, Organizaciones, lideres y contiendas mapuche 1900-1970 (Temuco: CEM, 1988); Christian Martinez, Comunidades y Terntorios Lafkenche, los mapuche de Rucacura a Moncul (Temuco: Instituto de Estudios Indigenas, Universidad de La Frontera, 1995; Florencia Mallon, La sangre del copihue. La ‘comunidad mapuche de Nicolas Ailio y el Estado chileno, 1906-2001 (Santiago: Ediciones Lom, 2004), Alvaro Bello, "Nampilkafe: El viaje mapuche a las Pampas Argentinas 0 Puelmapu (siglos XIX y XX)" Espacio de Convergencia. Primer y segundo encuentro de investigadores jovenes, Museo Nacional Benjamin Vioufia Mackenna, (Santiago: Ediciones LOM, 2001); Martin Correa, Rail Molina y Nancy Yariez, La reforma agraria y las tierras mapuches 1962-1975 (Santiago: Ediciones LOM, 2005). *"Jean-Pierre Blancpain, Los alemanes en Chile (1816-1947) (Santiago: Ediciones Pedagégicas Chilenas, 1989); Juan Contreras y Gino Venturelli, Nueva Italia, un ensayo de colonizacion italiana en la Araucanta, 1903-1906 (Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera, 1969); Baldomero Estrada, *Colonizacion y civilzacién europea en la Frontera: el caso de la colonia Nueva Italia’, en Jorge Pinto (ed.), Araucania y Pampas, un mundo fronterizo en América del Sur (Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera, 1996), Carmen Norambuena (ed.), ¢Faltan 0 sobran brazos? Migraciones internas y fronterizas (1850-1930), (San- tiago: Editorial Universidad de Santiago, Coleccidn IDEAS, 1997); Jaime Flores, Terntorio lafkenche de! Budi, 1850-1930. Autonomia, ocupacidn y transformacién. Tesis doctoral, Universidad de Sevilla, 2005. -12- También han sido objetos de investigaciones recientes el mercado del trabajo y las ciudades intermedias. Sin embargo, la historia de La Frontera de la post-ocupacién plantea importantes de- safios cuyo analisis es fundamental para comprender la compleja dinamica social de la region en la actualidad. Uno de estos es el que atafie a la economia. Al respecto, nuestro trabajo busca explorar la constitucién de una economia regional, la Araucania, en el periodo que va de 1883 a 1935; lo que, a su vez, hace necesario precisar, en primer lugar, qué entendemos por Araucania en el periodo sefialado y, en segundo término, fundamentar el marco temporal de dicho proceso. Respecto del primer punto. partimos de la base que los limites espaciales de la Araucania se fueron modificando durante los siglos XIX y XX, lo que genera un desaffo metodolégico. La necesidad de incorporar este territorio en el régimen administrativo del resto de la Republica llev6, en 1887, a la constitucién de las provincias de Malleco y Cautin las que terminaron por sancionar una nueva delimitacién que fue asumida como la Araucania. Este sera el espacio geografico que privilegiaremos en nuestro trabajo, entendiendo que una re- gién econémica no necesariamente queda contenida en los limites administrativos, como los sefialados aqui. En relacién al marco temporal, su inicio esta vinculado con procesos nacionales y regionales, entre los primeros destacan: el fortalecimiento del modelo de “crecimiento hacia fuera” con el desarrollo de la mineria del salitre; y en el plano regional, la llegada de las tropas chilenas a las ruinas de Villartica, que marcé el fin de la resistencia militar mapuche y dio pié al desarrollo mas pleno de una etapa econdmica; momento en que se intensifica el proceso inmigratorio a la Araucania de nacionales y extranjeros y la aplicacién de una etapa mas potente en las politicas re- duccionales sobre los mapuches. La fecha de término esta asociada a procesos na- cionales como la recuperacién de la economia chilena luego de la crisis de 1929, los inicios del cambio de modelo econémico, esta vez de “crecimiento hacia adentro”; mas coyunturales, como fue la realizacién del censo agropecuario de 1935-1936; y otros propios de la regidn, como el fin de los principales ramales hacia la costa y cordiliera; la mayor fuerza que adquiere el proceso emigratorio de los mapuches hacia otras regiones y la desaceleracién de la economia regional En este contexto creemos necesario subrayar dos elementos conceptuales que permi- ten dar mayor sentido al presente trabajo. Por un lado lo relativo a la historia regional y local; y, por otro, las implicancias en la constitucién de un mercado regional con sus dindmicas internas. Nuestro trabajo se inscribe en lo que podriamos llamar la historia regional y local. Desde esta perspectiva quisiéramos destacar dos aspectos, aquel que asume a este enfoque como un mecanismo “democratizador” en el sentido que permite entrar en la historia, como protagonistas, a otros sectores sociales ademas de las élites, devolviendo a la gente su principal patrimonio social y cultural, su memoria y su identidad.° El otro aspecto apunta a la mirada generalizadora que, si bien ayuda a comprender las dinamicas histéricas de la regién en sus lineas gruesas, por esa mis- * Guillermo Bravo, "Mercado de trabajo en la Araucania, 1880-1910", Cuadernos de Historia, N° 18, (San- tiago: Universidad de Chile, 1995); Carmen Norambuena, “Inmigracién, agricultura y ciudades intermedias 11880-1930", Cuadernos de Historia N°11, Santiago, 1991 * Mauricio Folchi, “La Incorporacién de la Historia Local a la Ensefianza Formal de la Historia: Desaflos y Oportunidades’, Revista Enfoques Educacionales, Vol2, N°2, (Santiago: Departamento de Educacién, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, 1999-2000} -13- Dossier ma “virtua”, oculta y tiende a la homogeneizacion de los procesos y los espacios mas particulares. En el caso de la Araucania dos ejemplos nos permiten ilustrar esta linea argumentativa. El primero es la denominacién de “granero de Chile", la cual lleva a pensar a La Frontera como un area monoproductora y por ende a ocultar e! desarrollo de otros sectores como la ganaderia, el sector forestal y dentro de la agricultura, las chacras; el segundo, asociado en gran medida al anterior, es el asumir a los terrate- nientes y colonos extranjeros como los grandes o exclusivos sujetos econdmicos, en desmedro de los mapuches y colonos nacionales. Este acento en la articulacion de la region “hacia fuera’, dado por las economias “mayores" (como la produccién de trigo en gran escala) que permitian la conexién con otros mercados, no ayudan a observar, “hacia adentro’, el desarrollo de las economias locales o “menores” y sus circuitos interiores y, por esta via dar cuenta de la diversidad social y productiva y reconocer sus distintos aportes en la construccién de la historia de la Araucania. Al respecto, hacia fines de la década del '60 el historiador mexicano Luis Gonzalez, en su obra “Pueblo en Vilo", efectuaba algunas reflexiones que siguen teniendo vigen- cia.® Construir la historia “matria’ en contraposicion a la historia “patria” (nacional) era uno de sus propésitos mas sentidos, explorar aquellos lugares y personas ausentes de la historiografia nacional mexicana representaba todo un desafio metodolégico en la medida que, confiesa, no podia echar mano a una serie de esquemas, modelos e hipdtesis existentes. El tema de las fuentes no era menor: {qué papeles usar? Pare- ciera que mientras “mas pequefio” y “menos importante” las huellas de su presencia se hacian mas tenues o inexistentes y que, en caso de existir, la discontinuidad y la dispersion constituian una de sus principales caracteristicas. En este sentido, esto sigue siendo como antes. Por ello, el recurrir a la tradicién oral fue uno de los caminos seguidos para adentrarse al pasado, aspecto que en la actualidad ha logrado mayor reconocimiento y aceptacién. En el fondo, como dijera Rudé, para dar cuenta de la multitud, “el historiador debe usar cuanta prueba caiga en sus manos’, expresion que hacemos nuestra.’ En el caso de la historia de México para los siglos XVIII y XIX, sostiene Pedro Pérez Herrero, la historia regional constituye un enfoque apropiado para el estudios de so- ciedades precapitalistas, de conciliar perspectivas macroscépicas y microscépicas, de resolver tensiones entre generalizaciones y particularizacion, facilitando, ademas, la combinacién de distintos enfoques de las ciencias sociales. Agrega este autor que resulta evidente que la suma de estudios regionales no produce mecanicamente una comprensién del conjunto; es necesario un andlisis de los cambios de la estructura general, por ello el analisis de una regién no debe hacerse en forma aislada, desco- nectado del conjunto del sistema nacional e internacional. Factores exdgenos y endo- genos se combinan para “dibujar las redes espaciales internas” de una region." Este mismo enfoque contribuye a la comprensién de las articulaciones internas_ permitien- do observar las continuidades entre la historia colonial y nacional, en nuestro caso entre la economia desarrollada antes de 1883 y aquella que se proyecta luego de esta * Luis Gonzalez, Pueblo en Vilo (México: El Colegio de Michoacan, 1995) 7 George Rude, La mutitud en la histone (Buenos Aires: Editorial Sigio XI, 1971) * Pedro Pérez Herrero (comp.), Regién e Historia en México (1700-1850). Métodos del anélisis regional (Mexico: Instituto Mora, Universidad Autonoma Metropolitana, 1991), -14- época. La historia regional como un sistema abierto y que logra establecer ese dificil equilibrio entre “micro” y lo “macro” es el enfoque que adopta Susana Bandieri para desarrollar su tarea investigadora relativa a la Historia de Neuquén.” Pero han pasado largos afios desde la aparicién de la obra de Gonzalez, y en este tiempo muchas in- vestigaciones siguieron el camino que ella ayud6 a trazar. Una de las discusiones tedrico-metodolégicas generadas ha girado en torno a la concepcién de regién, como lo veremos mas adelante, pero es indudable que el enfoque regional presenta una serie de virtudes para el estudio de las sociedades pasadas y presentes. En Chile, la preocupacién por los temas regionales y locales también ha tenido su espacio. Traba- jos como los de Mateo Martinic para la “region magallanica” y los de Sergio Gonzélez y José Gonzalez para la "region pampina” constituyen importantes referentes en esta linea."° Mas préximo aun, Jorge Pinto se han identificado con la “region de la Arau- cania’ historiandola, principalmente, hasta fines del siglo XIX. En este sentido, nuestro trabajo pretende avanzar en dos aspectos: la historia del siglo XX y el andlisis intrarregional. Eso nos lleva, en el primer caso, a preocuparnos por la transformacion de la Araucania en los ultimos afios del siglo XIX y las primeras déca- das del XX, momento constitutivo de la economia regional que se proyecta hasta el presente y que difiere de aquella de mediados del XIX. En el segundo, no sdlo nos preocupa como se articula la economia regional a la nacional e internacional, sino también cémo se desarrolla la dindmica econémica interna, como se desenvuelven las ‘economias locales y se articulan al resto de la economia de La Frontera, pero también explorar la vinculacion de ésta hacia areas menos estudiadas como es la economia de Valdivia, Concepcion y Neuquén. Nuestros estudios preliminares demuestran la in- fiuencia de Valdivia en la zona costera que va de Puerto Saavedra a Nueva Imperial, expresada en intercambios comerciales y la presencia de comerciantes valdivianos en los pueblos de la costa, lo que también se observa en el caso de Concepcién. Otro tanto ocurre en el rea cordillerana de Curacautin y Lonquimay que muestra fuertes procesos de intercambios con Neuquén."! Esta mirada de la economia regional “hacia adentro y adelante” permite poner de re- lieve otros sectores como la ganaderia, el forestal, la minerla, y en la agricultura, ade- més de la produccién de trigo, la importancia de otros productos como la papa y la arveja, por ejemplo. Asi también, este enfoque contribuye a comprender el rol del gran productor en la dinamica econémica interna, de los medianos y pequefios y, por si puesto de los mapuches, en sus articulaciones hacia fuera y hacia adentro. La mineria ° Susana Bandieri, “Entre lo micro y lo macro: la historia regional. Sintesis de una experiencia’, Entrepasa- dos, VI, (Buenos Aires: 1995) " Mateo Martinic, Historia de la Regién Magallénica (Punta Arenas: Universidad de Magallanes, 1992); Mateo Martinic, “La mineria aurifera en la regién austral americana (1869-1950)", Historia, 36, (Santiago: 2003); Sergio Gonzélez, Hombres y mujeres de la Pampa. Tarapaca en el ciclo de expansidn del salitre (Santiago: Ediciones LOM, 2002); José Gonzalez, La pampa salitrera en Antofagasta. Auge y ocaso de una era historica. fa vida cotidiana durante los ciclos Shanks y Guggenheim en el desierto de Atacama (Antofa- gasta: Imprenta Ercilla, Corporacién Pro Antofagasta, 2003) Jaime Flores, “Megaproyectos y proyectos de vida: las redes socioeconémicas en el territorio de Arau- cania-Neuquén, 1880-1930", Revista de Estudios Trasandinos, N°%4, (Santiago: 2000). Susana Bandieri (Coord.), Cruzando la cordillera... La frontera argentino-chilena como espacio social, (Neuquén: Centro de Estudios de Historia Regional-CEHIR. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del Comahue, 2001) -15- es un buen ejemplo: absolutamente irrelevante “hacia afuera’, “hacia adentro” y por momentos, constituye un polo de dinamismo, como fue el caso de los lavaderos en Carahue y Lonquimay. Respecto al segundo aspecto, la constitucion de un mercado regional con sus dinamicas internas, hoy parece necesario preguntarse si {es la Arau- cania una region? Eric van Young sostiene que las regiones son hipétesis por demos- trar y que cuando escribimos historia regional estamos tratando de hacer justamente eso.'? Segtin Méndez y Molinero una regién es un territorio delimitado y continuo, dotado de cohesion debido a las estrechas relaciones entre los elementos y territorio que la componen; con permanente relaciones con otras regiones ya fuera a través de la circulacion de mercancias, migracién de poblaci6n. Asi, ciertas regiones juegan el papel dominante y otras actian como espacios dependientes; de manera que este caracter de sistema abierto conduce a que la regién manifieste una permanente evo- lucién acorde con el propio desarrollo de la sociedad que la sustenta, de sus fuerzas productivas y de las relaciones de produccién imperantes; con una organizacion inter- na; con un centro 0 “coraz6n” regional, en donde se presentan con nitidez los rasgos que a personalizan, y unos margenes 0 areas de transicién en donde se van desdibu- jandg progresivamente hasta llega a confundirse con los de las regiones circundan- tes. Hasta mediados del siglo XIX, la Araucania era un territorio continuo y delimitado des- de el rio Bio Bio, por el norte hasta el rio Cruces, por el sur, con una cohesién cultural y econdmica, con organizacién interna, con relaciones econémicas con otras regiones al norte, sur y este, con un centro entre los rios Cautin y Toltén el que algunos deno- minaban el “corazén de la Araucania". Tanto los mapuches como los espafioles y chi- lenos no tenian dudas de que esta era una regién que tenia su propia denominacion la Araucania, La Frontera o La Tierra, como dan cuenta las fuentes. Ahora bien, a partir de 1883, por sefialar una fecha, ¢se puede hablar de la Region de la Araucania? Por de pronto debemos observar que en 1887 se crearon las provincias de Malleco y Cautin, y que esa divisién administrativa no respetd los antiguos limites. Por ejemplo, el limite sur de la provincia de Cautin era el rio Toltén, las tierras al sur de éste queda- ron bajo la jurisdiccién de la provincia de Valdivia. En la actualidad la IX Region de la Araucania no es homologable a La Frontera de 1850. Mas complejas de analizar re- sultan las otras caracteristicas sefialadas: ,cudl es su centro?, Zexiste cohesion?, {qué la identifica? Sin duda las respuestas son variadas y complejas, y no buscare- mos ahora intentar responderlas, sino s6lo sefialar la profundidad del cambio que se registra en el periodo de nuestro estudio, etapa que marca el fin de un proceso y el comienzo de otro, Para avanzar en esta linea, podemos considerar la propuesta de Mario Polése, quien sostiene que la economia regional se distingue por su apertura, pues los intercambios de bienes y servicios se efectéan sin tomar en cuenta las fronteras regionales y, en verdad, aquella no tiene fronteras econémicas, a diferencia del territorio nacional, Las personas, mercancias, capitales y las ideas pueden circular libremente en la region y * Eric van Young, “Haciendo historia regional: consideraciones metodolégicas y tedricas". En: Pedro Pérez Herrero (comp.), Region @ Historia en México (1700-1850), Métodos del andiisis regional (México: Instituto Mora, Universidad Aut6noma Metropolitana, 1991), * Ricardo Mendez y Fernando Molinero, Espacios y Sociedades (Barcelona, Editorial Ariel, 1998) -16- Dossier entre regiones ya que no existen trabas administrativas. Asi, la intensidad de las rela- ciones con el exterior es la caracteristica de la regién como objeto de andlisis econd- mico."! Esta apertura economica conlleva a la inexistencia de “la” regién como con- cepto absoluto, la Unica condicién de su existencia como concepto econdmico, argu- menta Polése, es su pertenencia a un espacio econémico y politico mas amplio. Por tanto, la regién es necesariamente sensible a las influencias externas ya fuere de de- manda econémica de sus productos o de politicas superiores del gobierno central. De esta forma, son las actividades de exportacion las que, en un contexto de apertura interregional, generan la prosperidad regional. A partir de estas ideas surge la “teoria de la base econémica”, uno de los modelos mas generalizados en la actualidad, el cual establece que el nivel de produccién y el nivel de empleo de la region dependen de sus actividades de exportacién, los cuales a su vez dependen de la demanda exte- rior y de las ventajas comparativas de la region, consideradas como variables “exoge- nas”. De esta forma la region vive de la demanda externa y debe adaptarse a ésta para sobrevivir, Este modelo traza una linea de demarcaci6n entre actividades basicas y complementarias: las primeras permiten a la region la entrada de ingresos y las se- gundas son derivadas de aquellas actividades basicas. Asi, afirma Polése, aunque la légica del modelo parece sencilla ésta refieja una realidad sobre todo en el caso de regiones pequefias y dependiente de sus recursos naturales. Desde la teoria de la base econémica, una lectura de la economia de la Araucania en el periodo de estudio, definiria como actividades basicas la agricultura, la ganaderia y el sector forestal, en tanto que el comercio seria una actividad complementaria. La aplicacién del modelo exige que la economia de la regién pueda dividirse en dos, pero el problema meto- dolégico reside en la dificultad para delimitar las actividades basicas. Por otro lado, para avanzar en la mirada hacia adentro de la region, resultan sugeren- tes las observaciones tedricas de Carol Smith respecto de la “teoria del lugar central” y el “sistema mercantil dendritico", que permiten entender cémo las mercancias produ- cidas por los campesinos fluyen desde las areas rurales hacia los centros urbanos 0 puertos mas grandes. "° En este esquema los centros de nivel bajo son tributarios de s6lo un centro de nivel mas alto y los centros se vuelven progresivamente mas peque- fios con la distancia al centro primario mas grande. Asi, los centros de menor categor- ia son controlados por los de mayor categoria ya que en los primeros los compradores no pueden escoger entre dos o tres centros equivalentes de alto nivel; esto es, no pueden comprar al mejor precio. Por lo tanto el centro de nivel alto es capaz de unir a un precio de compra bajo para los productos locales, un precio de venta elevado para los productos especializados que proporciona al area rural. Al mismo tiempo los cen tros de menor categoria estan en competencia para proveer al centro primario con los productos que requiere. El resultado es que los términos de! comercio para la agricul tura se determinan en los centros urbanos, mientras que los centros urbanos mas grandes no tienen una verdadera competencia en sus funciones de servicio, “ Mario Polese, Economia urbana y regional. Introduccién a la relacién entre territorio y desarrollo (Costa Rica, Libro Universitario Regional, 1998), " Carol Smith, "Sistemas econdmicos regionales: modelos geogréficos y problemas sociseconémicos com- binados", en Pedro Pérez Herrero, (comp.) Regién e Historia en México (1700-1850). Métodos de! aniisis regional. (Mexico: Instituto Mora, Universidad Autonoma Metropolitana, 1991). <17- La complejidad es atin mayor, en la medida que este esquema resulta valido para el funcionamiento de una economia en la que el mercado es la instancia que regula la produccién. Sin embargo, y transformando en afirmacin lo que Carol Smith propone como pregunta, muchos indigenas prefieren producir para abastecer sus necesidades basicas antes que hacerlo para un mercado, aunque puedan tener ganancias mucho mayores produciendo sélo para el mercado." En este sentido, a partir de los plantea- mientos de Méndez y Molinero la naciente region de la Araucania, estaria clasificada dentro de las “areas subdesarrolladas” donde la caracteristica seria el bajo nivel de integracién espacial derivado del “dualismo econémico” que contrapone amplios terri- torio dominado por economias agrarias orientadas a la subsistencia, con areas pun- tuales ocupadas por actividades que se destinan, en gran parte, a la exportacion. A diferencia de “éreas desarrolladas” donde la circulacién es relativamente fluida y los intercambios son intensos y los espacios estan fuertemente especializados y jerarqui- zados.'” Por ello es valido preguntarse por el grado de integracion econdmica de los, distintos sujetos productivos de la region o si existia esta “dualidad econdmica’ Desde una perspectiva historica global, Eric J. Hobsbawm sostiene que la economia capitalista transformé la agricultura debido a la demanda masiva. A nivel mundial ésta se dividio en dos sectores, uno dominado por el mercado capitalista nacional e inter- nacional y el otro, ampliamente independiente respecto de este ultimo. Asi, por ejem- plo, los productores de cereales podian sentirse preocupados por la competencia na- cional e internacional, lo que no ocurria en caso de los productores de bienes perece- deros que no pudieran transportarse a largas distancias (leche, huevos, vegetales, frutas, carne fresca entre otros). De esta forma la gran depresion agricola de las dé- cadas de 1870 y 1880 result una depresién de los precios de los alimentos naciona- les e internacionales y no de los locales.” Desde luego, e! desarrollo econdmico de Europa durante el siglo XIX provocé una fuerte presin sobre la economia de América Latina. La busqueda y produccién de materias primas fue la forma como respondieron las elites de los estado-nacién en formacién, a través de un proceso expansivo hacia espacios con nula o baja densidad poblacional y/o bajo dominio indigena. Para el caso de Pert y Bolivia, Pilar Garcia Jordan ha hecho interesantes aportes respecto del avance hacia la Amazonia; en Argentina la expansion hacia el interior de la frontera agricola ha sido analizada por un nimero importante de investigadores y su articula- cion con Chile.“* En Chile, este proceso se tradujo en una expansion econémica hacia el norte, sur y la zona Austral." Asi, la constitucién de economias regionales articula- '® Smith, “Sistemas econémicos”, 40. " Mandez y Molinero, Espacios y Sociedades, 25. * Ver Juan Grosso y Jorge Silva (compiladores), Mercado e Historia, (México: Instituto Mora, 1994). En particular los planteamientos de Anibal Arcondo, Maurice Aymard y Carlos Sempat Assadourian. Eric J. Hobsbawm, La Era del Capital, La Era del Capital, 1648-1875 (Buenos Aires: Editorial Critica, 1998), 186. ® Pilar Garcia (ed.), Fronteras, colonizacién y mano de obra indigena en la Amazonia Andina (Siglos XIX y XX) (Lima: Pontificia Universidad Catdlica del Peri Universitat de Barcelona, 1998); Pilar Garcia, Cruz y ‘arado, fusiles y discursos. La construccién de fos orientes en ef Pen y Bolivia 1820-1940 (Lima: IFEAIEP, 2001); Ral Mandrini, Volver al pais de los Araucano (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1992) Ezequiel Gallo, La pampa gringa (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1984). Carios Martinez, Nuestros paisanos los indios (Buenos Aires: Emecd, 1992). Susana Bandieri, Orienta Favaro y Marta Morineli (eds.), Historia de Neuquén (Buenos Aires: Editorial Plus Ultra, 1993); Bandieri (coord.), Cruzando fa cordilera * Sergio Vergara, Economia y sociedad en Magallanes 1843-1877, Cuademos de Historia, N° 3, (Santiago: Universidad de Chile, Santiago, 1973) -18- : Do. das a los mercados internacionales pas6 a ser un tema de interés de los historiadores; el salitre, el trigo y el ganado lanar, respectivamente, fue la respuesta como esta peri- feria respondid a las demandas del centro. Para el caso de la Araucania, las investigaciones han permitido explicar el impacto de la economia atlantica en el proceso de ocupacién y transformacién de la regién.” En este contexto la produccién y exportacién de trigo conecté a la economia regional con el mercado internacional. Sin embargo, estos analisis han puesto mas la atencién respecto de su vinculacién con los mercados internacionales (primeras décadas de explotacién) y en menor medida con la demanda interna o nacional (siglo XX), respec- to de la cual es necesaria mayor investigacion. En efecto, mas alla del trigo, poco sa- bemos de la produccion ganadera y forestal en esta etapa, las que se constituyeron en sectores econémicos importantes en la conformacion de la economia regional La actividad econémica en la Araucania A diferencia del periodo anterior a la Ocupacién, en el que la ganaderia constituyé la base de la economia de la Araucania, después de 1880 la economia regional se sus- tent6 en la agricultura, la ganaderla y el sector forestal; la mineria tuvo un desarrollo mas limitado, en la forma de lavaderos de oro ubicados en Carahue y Lonquimay, mientras que la industria tuvo un caracter complementario de los sectores sefialados. En el caso de la agricultura, la “economia atlantica” generé una demanda de trigo que constituyé uno de los factores detonantes de la ocupacién de la Araucania y, en con- secuencia, de la expansi6n de la frontera agricola chilena hacia el sur del rio Bio-Bio. Para 1881-1885 el 65% de las exportaciones de trigo provenia de La Frontera, porcen- taje que aumento al 89,7% en el quinquenio siguiente, bajando a 85,16% y a 69.44% en los periodos 1891-95 y 1896-1900, respectivamente.*” Producto de la apertura de nuevos mercados productores, la mecanizacién agricola y la mejora de los transportes se produjo una baja de los precios del trigo en el mercado internacional; en este con- texto la economia nacional no fue capaz de competir y asi se cerré para Chile el mer- cado externo. A pesar de ello la produccién triguera de la Araucania no decay®, pues el “granero de Chile” se constituyé en una realidad que abastecia a un mercado interno que crecia bajo la dinamica de! proceso de urbanizacién y el desarrollo de la economia minera del salitre, cobre y el carbén.”* Sin embargo, hacia las décadas de 1920 y 1930, se comienza a manifestar un menor dinamismo en el sector. Factores estructurales como el agotamiento de las tierras, o coyunturales como Ia crisis de 1929 se dejaron sentir ® Sergio Sepilveda, El trigo chileno en el mercado mundial (Santiago: Editorial Universitaria, 1959) Arnold Bauer, “Expansion econémica en una sociedad tradicional. Chile Central en el siglo XIX", Historia, N° 9, (Santiago: Universidad Catolica de Chile, 1967), Amold Bauer, La sociedad rural chilena desde la con- Quista esparola haste nuestros dias (Santiago: Editorial Andrés Bello, 1994). Marcello Carmagnani, Desa- rrollo industrial y subdesarrollo econémico. EI caso chileno (1860-1920, (Santiago: Direccién de Bibliotecas, Archivos y Museos, 1988). ® Bauer, La sociedad rural chilena, 109 % Carlos Hurtado, Concentracién de la poblecién y desarrollo econémico. El caso chileno (Santiago: Univer- sidad de Chile, Instituto de Economia, 1966): Camen Cariola y Osvaldo Sunkel, Un sigio do historia econd- ‘mica de Chile 1830-1930 (Santiago: Editorial Universitaria, 1990) -19- en la economia agricola. En Cautin, por ejemplo, el rendimiento medio por hectarea cayo de 12,26 qq/ha. a 10,62 qq/ha. entre el quinquenio 1909-10/1913-14 y 1929- 30/1933-34, respectivamente.”* Antes que la agricultura y la produccién triguera, la ganaderia desarrollada por los mapuches era la actividad que estructuraba la econom- ia de la Araucania.”° Sin embargo, para el periodo de nuestro estudio ésta ya no do- minaba la economia y tampoco eran los mapuches sus principales gestores. Un con- notado militar estimaba que en 22 afios (1860-1882) la masa ganadera de la Araucan- ia habia disminuido cerca del 27% (vacunos 21,5%, caballares 46,6%). Para los ma- Puches esto resultaba mas dramattco, el mayor porcentaje de esie ganado se encon- traba en manos de los nuevos habitantes.”’ Los afios de guerra y agitacién en La Frontera habian causado graves efectos en la economia. Las dos ultimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX dan cuenta de un incremento de la masa ganadera, seguramente como consecuencia de la demanda del mercado local y nacional (ciuda- des y centros mineros). Hacia fines del periodo de estudio los departamentos ubicados entre Angol y Villarrica contribuian con el 16,8% de vacunos en el total nacional, el aporte mas significativo recaia en el departamento de Temuco (29,1%). A la luz de las cifras registradas en los pasos cordilleranos pareciera que los viejos circuitos entre la Araucania y Neuquén continuaban activos aunque en un grado menor que en los vie- jos tiempos. No obstante, esto constituye una materia de andlisis que nos ayudaria a evaluar la magnitud del cambio y observar las continuidades. Ademéas, seria necesario prestar atenci6n a la dinamica que adquiere la ganaderia menor. Pocas referencias bibliograficas encontramos respecto de la actividad forestal en la Araucania, pero algunas fuentes permiten sefialar que tuvo una significacién importan- te en la economia regional. Al principio los bosques fueron vistos como uno de los mayores obstaculos para la ocupacién militar y econémica. La demanda por tierras agricolas hacia que la quema de bosques fuera el método mas rapido para “despejar la tierra’.”® Situacion que preocupaba a algunas autoridades que observaban como “se pierde el renuevo i aun los arboles mas hermosos, por el fuego”.*” Por otro lado, la falta de vias de transporte y el elevado precio los fletes de los vapores dificultaban aun mas el desarrollo de esta actividad.®” Durante las primeras décadas, la explotacion econémica de los bosques de la Araucania quedé limitada a la construccién de fuertes y pueblos, el entablamiento de calles y la comercializacion de cascara de lingue, lela y carb6n. En el caso de la explotacion de cascara de lingue era una “mina de oro” para muchos pobladores de La Frontera, particularmente los de menores recursos. La in- tensa tala de estos arboles llevé a que en menos de diez afios los bosques con mayor presencia de esta especie se agotaran. La madera del lingue no se explotaba; sdlo se extraia la cascara, que era comprada por comerciantes quienes luego la vendian a las curtiembres, preferentemente de Valdivia.*' Ademés, influian sobre el desarrollo de la * Direceién Nacional de Estadisticas (en adelante DNE), Anuario Agropecuario 1934/5 * Al respecto verias trabajos de Bengoa, Leén y Pinto Rodriguez. 2” Flores, Terntorio lafkenche, 2005, 454 ® Al respecto resulta ilustrativo el libro de Luis Otero, La Huella de! Fuego. Historia de los bosques nativos. Poblamiento y cambios en ef paisaje del sur de Chile, (Santiago: Editores Pehuén, 2006) * Memoria presentada al Ministro de Colonizacién por el Inspector General de Tiorras Publicas i de Coloni- zacion, Traiguén mayo de 1892, 18; en Memoria del Ministro de Relaciones Esteriores presentada al Con- gfeso Nacional en 1892 (Santiago: Imprenta Nacional, 1893) * Flores, Terrtorio lafkenche, 2005, 381-382 ** Memoria presentada al Ministro de Colonizacién por el Inspector General de Tierras Publicas i de Coloni- -20- Dowsi actividad forestal factores estructurales como el desarrollo ferroviario, la mayor de- manda del mercado nacional unida a la declinacién de la llegada de madera desde Estados Unidos; y coyunturales, como el terremoto de Valparaiso (1906), los incen- dios de las ciudades de Temuco (1908) y Valdivia (1909); al igual que la promulgacion de La Ley de Envases de Madera (1932) que hizo mas rentable la actividad.” Las cifras son elocuentes para 1934-35: de los 390 aserraderos existentes en el pais, 200 se localizaban en la provincia de Cautin, esto es, el 64% de la capacidad maxima de produccién de pulgadas del pais. En ese mismo periodo la provincia habia producido el 52.7% del total de maderas en Chile, el porcentaje mayor lo constituian el roble y rauli. En el caso de la mineria, el desarrollo de esta actividad estuvo asociada a lugares y momentos especificos en la Araucania. A este respecto resulta ilustrativo el caso de Carahue durante la Crisis de 1929. Refiriéndose a esa epoca, un antiguo carahuino sefalaba que en todas partes hubo crisis econémica, pero no en Carahue.™ Por el contrario, ese habria constituido un momento de gran actividad comercial. La llegada de los pirquineros desde los lavaderos de Santa Celia traia bienestar a los emporios locales, asi como a las cantinas y prostibulos. Luego de algunos dias de “remolienda’, los mineros retornaban a sus placeres con un “chaucho” de harina, algunos kilos de yerba, azucar, charqui y algunas otras provisiones necesarias para su alimentacién. En el pueblo los comerciantes iban acumulando el oro para luego venderlo en Temuco y Santiago. En el caso de la industria, las actividades agricola, ganadera y forestal, marcaron su desarrollo. Es asi como observamos la presencia de una significativa empresa molinera liderada en sus inicios por José Bunster y que luego de su muerte, continuaré bajo el rotulo de la sociedad molinera “El Globo” con presencia en pueblos como Renaico, Collipulli, Angol, Traiguén, Nueva Imperial, entre otros. También se desarrollé la industria de curtiembres y mueblerias, asi como fundiciones para la repa- racion y fabricacién de maquinaria agricola. Si bien la agricultura, la ganaderia y la actividad forestal fueron los pilares que permi- tieron la conexin de la economia regional al mercado nacional e internacional, es indispensable analizar qué ocurria internamente en la Araucania, cémo se desarrolla- ban las economias locales y cémo se articulaban los grandes propietarios y los me- dianos y pequefios productores. No cabe duda que los grandes productores estaban vinculados a las dindmicas econémicas extra-regionales, y que la produccién que ge- neraban respondia a las demandas del mercado nacional e internacional. En este sentido, debemos asumir que el precio de mercado determinaba el tipo de produccién y su volumen, Este hecho hacia que la especializacion productiva fuera mas marcada en las grandes propiedades que en las medianas y pequefias, aunque en los primeros afios no era extrafio observar que estas unidades productivas desarrollaran la activi- dad cerealera, ganadera y forestal, sobre todo en aquellas ubicadas en el llano cen- tral. Los fundos con una especializacion cerealera se localizaban en el area de Angol y zacién, Traiguén mayo de 1892, 18; En Memoria del Ministro de Relaciones Esteriores presentada al Con- ¢greso Nacional en 1892. (Santiago: Imprenta Nacional, 1883), 35 Matias Ordenes, La actividad maderera en la provincia de Cautin, 1900-1950. (Tesis para optar al titulo ge profesor de Estado en Historia, Geografia y Educ. Civica, Universidad de La Frontera, Temuco, 2004). © DNE, Anuario Agropecuano .. xxii a xxii °* Entrevista a Mariano del Pico, Carahue, septiembre 29 de 2006 -2t- Dossier Traiguén, asi como los forestales en la zona precordillerana y cordillerana de los An- des, en la cordilera de Nahuelbuta y otros cordones montafiosos de la regién, pero su aparicion fue un poco mas tardia.“’ Los ganaderos estaban limitados a la existencia de praderas en los llanos, la zona costera y algunos sectores especificos de la Cordi- llera de los Andes.”° Por su parte, los medianos y pequefios propietarios desarrollaban una diversificacién Productiva mayor. Por las caracteristicas de su unidad productiva y su capacidad eco- nomica no sélo debian responder a las demandas del mercado, sino también a sus Propias necesidades de consumo. En el caso de las demandas de mercado observa- mos dos instancias, una vinculada al mercado externo y otra asociada al regional y local. Por ejemplo, en el caso de su vinculacién al mercado del trigo, ésta no era por via de una relacion directa sino mediatizada por los grandes productores y las casas comerciales. A partir de la revisién del Archivo Notérial de Nueva Imperial se puede observar el mecanismo de compras “en yerba” de algunos agricultores-comerciantes como Martin Olhagaray, José Andueza, José Tomas 2° Muftoz Navarro y Rodolfo Wagner, 0 de empresas molineras como Thiers, Suarez y Alarcon y Molinera el Globo, En el primer caso, el agricultor-comerciante acumulaba en sus bodegas la produccién propia y la que adquiria, fundamentalmente, a pequefios productores, para revenderla, a molinos y casas comerciales; en cambio el segundo procesaba el cereal obteniendo harina y afrecho. Por su parte, los productores medianos poseian capacidad econdmi- a para esperar la cosecha y vender el trigo a estos mismos poderes compradores En relacién al mercado local, aunque no podemos evaluar su impacto sobre los me- dianos y pequefios productores, la demanda ejercida por los numerosos centros urba- NOs que surgieron en la region debi6 estimular estas unidades mas pequefias. Algu- nas fuentes orales y escritas permiten afirmar que poblados como Carahue, Nueva Imperial y Temuco se constituyeron en significativos mercados abastecidos por los Pequefios y medianos agricultores de su entorno. Productos como el trigo, las papas, los vacunos, e! ganado menor y las aves eran regularmente vendidos por los campe- sinos en las poblaciones de La Frontera. Por ello no es de extraiiar que el desarrollo Ge la chacareria fuera una actividad predominante entre los medianos y pequefios productores. Las estadisticas muestran una significativa produccin de papas y arve- jas, a las que se agregan frijoles, maiz, garbanzos y lentejas. Otras fuentes confirman 0 generalizado de este tipo de produccién entre los pobladores de la Araucania. Hacia 1930, una mirada a la agricultura de la zona costera de la Araucania, esto es el Departamento de Imperial, compuesto por las comunas de Nueva Imperial, Puerto Saavedra y Carahue, permite observar que junto a la produccién de trigo, destacan la “* José Bunster, hasta la fecha de su muerte en 1905, fue uno de los productores trigueros mas importantes de la zona y el pais, °* En este sentido podemos sefialar a José Duhalde propietario de varios fundos ganadetos en la zona de la costa, destacéndose en particular su proiedad “La Esperanza’. Duhaide se especializé en la produccion de ganado de raza Durham Shorthorn (came), obteniendo una serie de Champions en la Exposicion de Anima. les en Santiago, en el transcurso de las tres primeras décadas del siglo XX. Ademas era proveedor de la Armada. También encontramos productores ganaderos como Carlos Schleyer, propietario del fundo "Freire" y Alfredo Reichert, duefio "Santa Ana’, localizados en la zona de Freire. Ambos se especializaron en la rianza de ganado de la raza doble proposito clave! aleman (came y leche), obteniendo importantes premios en las décadas del 20 y ‘20, -22- de papas y arvejas.*” Para la fecha el Departamento aportaba con el 43,6% del total de la provincia de Cautin. Internamente, el mayor porcentaje era de la comuna de Puerto Saavedra con un 59,8%, luego seguian Carahue y Nueva Imperial con un 21,8% y 18,3%, respectivamente.*° En el caso de las arvejas, Nueva Imperial produc- ia el 41,3%, Puerto Saavedra el 41,8% y Carahue 16,7% De acuerdo a las cifras, al parecer, el rendimiento de papas por hectérea no era un factor que estimulaba este tipo de cultivo. Puerto Saavedra mostraba un 42,7 aq.m/ha., muy por debajo de las otras comunas y del pais, en que llegaba a un 79,9 qq.nvha. Entonces, g.cual es la explicacién? Descartando la producci6n de las grandes propiedades y las condiciones propias del suelo, creemos que la presencia de comu- nidades mapuche en el sector debiera ser un factor a considerar, asi como los peque- ‘ios propietarios nacionales; la posibilidad de explotacion en campos reducidos y con una tecnologia mas bien rudimentaria, eran elementos que estaban en el marco pro- ductivo del antiguo territorio lafkenche del lago Budi. Ademas, la papa les posibilitaba integrarse al mercado local, asi como acumular alimentos para el invierno. Una pro- duccién de pequefia escala, familiar podriamos decir, pero de caracter masivo, pudie~ ra explicar esta especializacion productiva de la comuna de Puerto Saavedra Pero los medianos y pequefios propietarias no solo desarrollaron la produccion articu- lada a las chacras. Por sus caracteristicas, la fruticultura fue un sector que también incorporaron. Por ello no es de extrafiar la presencia de “quintas" en sus predios y que, con el pasar de los afios, la realizacién de exposiciones fruticolas fuera dando cuenta de la fuerza que esta actividad iba adquiriendo. Asi, en Angol se desarrollaron, en los afios de 1930 y 1936, dos eventos de esta naturaleza. En este ultimo se desta- caron los productores Ventura Maturana, Adolfo Bustamante, José Olegario Cortes, Rufino Delgado, Victor Rios. Pero la presentacion que mas llamé la atencion por la calidad y variedad de productos fue la de “El Vergel", propiedad perteneciente a la Iglesia Metodista.°° En su muestra, la manzana fue la fruta predominante: entre otras variedades expuestas se encontraban la Delicious, Richard, Starking Delicious, Wine- sap, Seando Winesap, Rome Beauty, Jonathan, King Davis, White Winter Pearmain, Yellow Newtown, Hoover, Reineta de Inglaterra y Esopus Spitzenburg. Ademas de manzanas era significativa la presencia de peras y frutas secas en los stands de la feria; la fuente agrega que la produccién presentada se encontraba orientada a la ex- portacion. En el Ambito de medianos y pequefios productores, también es posible ob- servar otros sectores y productos como el carbon vegetal, por ejemplo. En entrevista con Enrique Thiers, antiguo molinero de Carahue, sefialaba que el carbén, junto con su utiizacién en la calefaccién de Jos hogares tuvo una alta demanda para el funcio- namiento de motores a “gas pobre” con los cuales funcionaban “las plantas eléctricas y muchos molinos de la zona’."” Dan cuenta de esto también dos juicios en contra de ia Empresa Luz Eléctrica de Nueva Imperial, por el no pago del carbon entregado por *" DNE, Censo agropecuario 1929-1930, (Santiago: 1983), 32. “De acuerdo a estas cifras, Puerto Saavedra representaba el 22,11% de la produccion de papas de la Provincia de Cautin, * E/ Campesino, val. LXVIIl N° 5 de mayo de 1936. La fuente sefiala que en estas exposiciones las varie- dades de frutas estaban orientadas a la exportacion * Hernan Thiers, Carahue, 20 de junio de 2006. -23- Dossier 1 José Domingo Saavedra y José Paredes.*" Para los mapuches, en tanto, su situacién de relativa riqueza y prosperidad al inicio del periodo dio paso a un estado de verdadera miseria, cambio asociado a las incur- siones militares iniciadas en la década del sesenta, las que se intensificaron entre 1868 y 1872 con la llamada “guerra de recursos" y con el levantamiento general de 1881. A este respecto, Gregorio Urrutia sostenia que “los indios estén verdaderamente pobres, i que la necesidad los obligaré a dedicarse al cultivo de la tierra, de la que deben esperarlo todo sino quieren perecer de hambre”. Alimentandose de vegetales silvestres como “yuyos, romaza, etc.”, en los Ultimos afios. Era tal la pobreza en algu- nas reducciones que, advierte Urrutia, una en la que se contaba 46 familias no tenia mas que 14 animales caballares, 16 vacunos y 130 cabezas de ganado lanar; mas aun, casos como este habia muchos al norte del Cautin. En una expedicién que co- mando hacia las tierras comprendidas entre los rios Cautin y Muco, buscando reprimir a un grupo de mapuche que habian robado, Urrutia se internd hasta las cercanias del volcan Llaima y quedé impresionado por la miseria en que vivian las comunidades, por lo que procedié a repartirles trigo, frijoles y arvejas. Segun su apreciacién, en dichos parajes habia unas 2.000 a 3.000 personas que se alimentaban de “yerbas con agua i sal” y aun esto ultimo les faltaba.? Con respecto a la pobreza mapuche, José Bengoa sostiene que ésta fue producto de la ocupacién. Asi, la politica de “reduccién” obligé al indigena a campesinizarse sin tener la preparaci6n para ello, por lo que debid vivir con lo que producia su estrecho territorio y, como esto fue insuficiente, se vio obligado a trabajar en las haciendas ve- cinas, particularmente en tiempo de siembra y cosecha. En suma, se establecié una relacion complementaria entre hacienda y comunidad, que Bengoa denomina el "com- plejo hacienda-comunidad”.** Sin embargo, ello no impidié que los mapuches se man- tuviesen, desde el comienzo de la ocupacion, en una condicién de pobreza crénica como Io sostienen algunos autores.“* Por otro lado, tempranamente debieron articu- larse productivamente con los centros urbanos. Si bien los precios del mercado no fueron determinantes en su economia, debian concurrir al mercado a vender sus ex- cedentes con el fin de transformarlos en moneda corriente y, por esta via, poder acce- der a los bienes que ellos no podian producir (yerba, azticar, por ejemplo). En este sentido la venta de textiles, animales, aves, frutas, hortalizas, lefia y carbén en los pueblos de la Araucania, asi como la “venta en yerba”, constituyeron practicas de los “*' Archivo Regional de la Araucania (en adelante ARA), Fondo Juzgado Civil de Imperial, Unidad de Con- servacién N? 3, Causa rol n® 5.604, marzo, 4 de 1931 y' Unidad de Conservacion N° 4 Causa rol n? 6.300, 412 marzo de 1833 “ ARA, Memoria del Ministerio de Guerra, Correspondencia del Cuartel General Ejercito del Sur 1882-1883 yol. 1045; Gregorio Urrutia a Ministro de Guerra, Angol, 10 de octubre de 1882. * Bengoa, El campesinado chileno, 130-136. “José Bengoa y Eduardo Valenzuela, Economia mapuche, pobreza y subsistencia en la solead mapuche contemporénea, (Santiago: PAS, 1984): ivo Babarovic, Pilar Campafia, Cecilia Diaz y Esteban Duran, Cam- pesinado Mapuche y procesos socioeconémicos regionales, Documento de trabajo N° 34, (Santiago: GIA, ‘Academia de Humanismo Cristiano, 1987). * ademas de los testimonios orales, se puede dar cuenta de este fendmeno en “Memorias de Familia", un notable documento manuscrito que contiene las impresiones cotidianas de los miembros de la familia de colonos espafoles Suarez Lopez desde 1924 a 1929 y que residian en Nueva Imperial, El documento fue faclitado por Santiago Suarez Lopez. -24- Dossic comerciantes locales, quienes por esta via acumulaban estos excedentes marginales y los vendian a las casas comerciales y grandes productores trigueros. En efecto, para e! caso del departamento de Nueva Imperial, una revision de las “ventas en yerba” desde 1899 (fecha del primer libro de registro notarial) hasta 1935, indica que para los mapuche este tipo de transaccién adquirid mayor intensidad a partir de la década de 1920 y que los principales compradores eran agricultores-comerciantes y, en menor medida, las empresas molineras sefialadas anteriormente.*° Al mismo tiempo, el true- que seguia siendo importante para los mapuche en los primeros afios, pero no era suficiente para satisfacer sus necesidades. pe esta forma, la medieria también se convirtié en una estrategia de sobrevivencia.” Una muestra en este sentido es la so- ciedad que establecieron Alberto Figueroa y Artemio Curihual, en la cual el primero daba al segundo en medias “de crianza i de lana” 44 ovejas madres y dos carneros. El plazo de la sociedad era de dos afios. El acuerdo establecia que, cada afio los socios. sé repartirian en partes iguales “de la crianza y de la lana", agregando que, en caso de pérdida Curihual debia pagar a Figueroa $20 por cada oveja, si algtin animal moria debia ser comprobado con el cuero y la sefial, y entregarselo a Figueroa sin cargo alguno para Curihual.“° Por otra parte, los centros urbanos y vias de trasportes y comunicaci6n tuvieron un rol fundamental en la conformacién de la economia regional en la Araucania. En el caso Ge los centros urbanos su fundacién y desarrollo constituyé un fuerte incentivo para la actividad econdmica, particularmente de los pequefios productores y aquellos mas asociados a una economia de subsistencia. Seguin el corone! Pedro Godoy, los fuertes nillitares eran la simiente de las futuras ciudades de La Frontera y con el tiempo, sos- tenia el coronel, se transformarian en “focos de comercio y civilizacién para los barba- ros i para nosotros mismos”.*° En opinion de Cornelio Saavedra, la presencia de los fuertes resultaba clave en el proceso de dominacién militar y expansion econdmica. “Este, sostenia, ha sido el origen de las actuales poblaciones de la frontera...Una guamicién de cien 0 doscientos hombres lleva consigo muchos especuladores al me- nudeo, que expenden los articulos de consumo i ensanchan poco a poco su comercio sobre los indios”.° A ello se unirian agricultores y militares retirados con sus familias. Afiadia que las misiones deberian instalarse en los pueblos. En su vision, el mismo comercio estimularia el crecimiento de las ciudades en la medida que se dispusieran normas que prohibieran su desarrollo fuera de las plazas fronterizas. Asi también, la proximidad de éstas y la facilidad de los caminos ayudarian a prestar pronto auxilio, en caso de ser necesario, convirtigndose en espacio de refugio para los habitantes de los campos, “ ARA, Fondo Notaria de Nueva Imperial (en adelante FNNI) 1889-1935. Parece légico que, con el transcu- rrir del tiempo, este tipo de instrumento juridico adquirié mayor “familiaridad entre los mapuche, pero cree- mos que ello no puede ser la tinica razén que explique el aumento de este tipo de transaccién a partic de la década del 20. *" Al respecto ver Milan Stuchiik, La vida en medieria. Mecanismos de reclutamiento social de los mapuches (Santiago: Ediciones SOLES, 1999) “TARA, FNNI, 1924, vol. 53, tomo I, f8.7-7v. “ Pedro Godoy, "La Conquista de Arauco". Santiago, 25 noviembre de 1861; en Comelio Saavedra, Docu- mentos Refativos a la Ocupacion de Arauco. (Santiago: Imprenta de La Libertad, 1870). Documentos ‘Anexos, 96. * Saavedra, Documentos, 12. -25-

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