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14 de origen térmico 132. Casos sencillos de tensiones de origen térmico. Una de las causas que originan tensiones iniciales en un cuerpo, es el calentamiento no uniforme del mismo. Como sabemos, al elevar la temperatura, los cle- mentos que componen un cuerpo, se dilatan. Tal dilatacién no puede, por lo general, desarrollarse libremente en un cuerpo continuo, por lo que el calor provoca en el mismo tensiones internas. En muchos proyectos de maquinaria, tales como turbinas de vapor o motores Diesel, las tensiones de origen térmico revisten gran importancia debiendo ser estudiadas con todo detalle: r Rl ar EB t — —-— —— fara — : y a ~ Fic, 222 Los problemas més sencillos de tensiones de origen térmico pueden reducirse facilmente a problemas, ya estudiados, de fuerzas de contorno. Consideremos, para empezar, ef caso de una placa rectangular delgada, de espesor uniforme, cuyos puntos se encuentran sometidos a una tem- peratura T que es funcién par de y (fig. 222) y que no depende de x y¥ 2. 2 TEORIA DE LA ELASTICIDAD La dilatacién térmica longitudinal a7, quedara suprimida si en todo punto de la placa aplicamos tensiones longitudinales de compresion, de valor: (a) Dado que la placa puede extenderse libremente en direccién lateral, la aplicacién de las tensiones (a) no producira tensiones laterales, de donde se deduce que para mantener las tensiones (a) bastard con aplicar fuerzas compresivas de valor (a) en los extremos de la placa. ‘Tales fuerzas supri~ mirén completamente la dilatacién longitudinal de la placa provocada por la elevacién de la temperatura T. Para obtener las tensiones térmicas exis- tentes en la placa, cuando sobre ella no actta ninguna fuerza exterior, tenemos que superponer a las tensiones (a) las producidas en la misma por la accién sobre sus extremos de fuerzas de traccién de intensidad aTE. La resultante de estas fuerzas e [Park ay y el efecto que producen a suficiente distancia de los extremos, serd aproxi- madamente una distribucién uniforme de tensiones, de valor: ea 6 fi alk dy Asi, pues, las tensiones térmicas existentes en la placa (de extremos libres) en puntos alejados de lo’ extremos, serin: t [ TE dy — aE () ze I, Suponiendo, por ejemplo, que la distribucién de la temperatura es para- bélica y que viene dada por la ecuacién: Es obtenemos, segtin (4): os aT oH — aT oh ( ave © Esta distribucién tensional es la mostrada en la figura 222b. En tos puntos préximos a los extremos, la reparticién de tensiones producida por las fuerzas de traccién, no es uniforme, pero puede ser calculada me- diante el método explicado en la pagina 196. Afiadiendo a estas tensiones las dadas por (a), tendremos las tensiones térmicas correspondientes a los Puntos préximos a los extremos de la placa Si la temperatura T no es simétrica respecto al eje x, comenzamos ( | PENSTONES DE: ORIGEN THRMICO 443 de nuevo con las de compresién (a) que anulan la deformacién €.. En los casos no simétricos, estas tensiones dan lugar, no solamente a una fuerza resultante — | || «ET dy, sino también a un momento — J aET y dy, por lo que para satisfacer las condiciones de equilibrio, debemos afiadir Pelas tensiones de compresién (a) una traccién uniforme, que se deter- nina en la forma indicada anteriormente y tensiones flectoras a4” —= oy/¢, que vienen determinadas por la condicién de que el momento de las {uery Gistribuidas sobre una seceién transversal debe ser nulo. Tendremos entonces: +0 -f aBTy dy = 0 de donde: o_ 3 ce. Be J. aBTy dy, 2” 54 | aETy dy La tensidn total sera, pues oe: —oET +0 [ D aET dy + a [ aBTy dy @ En el estudio realizado, hemos supuesto que la placa era delgada en Ja direccién =, Imaginemos ahora, que la dimensién segtin esa direecion sea grande. ‘Tenemos entonces una placa cuyo plano medio coincide con. el xe » cuyo espesor es 2c. Supongamos, asimismo, que la temperatura T sea como antes funcién de y solamente. La dilatacién libre de un elemento de la placa segun las direcciones x y =, quedaré suprimida completamente si aplicamos las tensiones a, ‘soa cb obtienen aplicando las ecuaciones (3) del § 6 en Ins que se hace aT, a, = 0. Bstas ecuaciones nos dan entences: aT r =n - poy © Podemos mantener a los elementos en esta condicién aplicando en las atistas @ ~ cte., 2 = cte.), la distribucién de fuerzas de compresion dada por (2). La tensién térmica en la placa libre de fuerzas exteriores se obtiene pe idiendo a las tensiones (e) las que resultan de la aplicacién de distribu- Ciones de fuerzas iguales y opuestas en las aristas. Si T es una funcion par de y, tal que su valor medio a través del espesor de la placa es cero, Pe ucrzg resuitante por unidad de longitud de arista es nula y segtin el principio de Saint-Venant (§ 18), resulta que las tensiones que produce dn cero en todos los puntos excepto en aquellos préximos a la arista Si cl valor medio de T no es cero, seré necesario afiadir a las tensiones sciones uniformes, correspondientes a la fuerza resul- de compresion (e) tra bt TEORIA DE LA ELASTICIDAD tante, segtin las direcciones x y x. Si ademas la temperatura no es simétrica respecto al plano xz, tendremos que agregar las tensiones de flexion. De esta forma Hegamos a la siguiente ecuacién final TE 1 vena Ty tm ae J, Tee By ae y eTEy dy (f) feet) naire la cual es andloga a Ia (d), obtenida mds arriba, Mediante la ecuacién (/) podemos calcular facilmente las tensiones de origen térmico, creadas por una determinada distribucién de temperatura 7, supuesto que esta dis- wibucién sea conocida. Consideremos, por ejemplo, el caso de una placa, inicialmente a la temperatura uniforme J, que es enfriada al mantener sus caras y — =e a una temperatura constante 7}. La teoria de’ Fourier da Ia siguiente distribucién de temperatura para cualquier instante t: Tattle ty (ones en la que pi,’ Ps = 31, 5 Pn — népr, representan ciertas constantes en (f), se tiene: _ tak(Pa fee Al cabo de algtin tiempo, el primer término adquiere una importancia predominante y entonces podremos admitir: on TS om Z — oon Bt) moe 2 = = 9) 4, obtenemos tensiones de compresién: En el plano medio y Yeme (1 2 ere = Mee (1-2) Los puntos en los que las tensiones son nulas vienen dados por la ecuacién. Bo eg tt 2 — cos 54-0 de la que se deduce: y = 40,5606 * Este problema fue resuelto por Lord Rayleigh, Phil. Mag., serie 6, vol. 1, pag. 169, 1901 TENS{ONES DE ORIGEN TERMICO 445 Si las superficies y = -be son mantenidas a dos temperaturas diferen- tes T;, Ts, se origina un flujo calorifico que después de cierto tiempo, sera estacionario. La temperatura, entonces, estaré dada por Ja funcién lineal: Lott) +54 tot @ Sustituyendo en la ecuacién (f), vemos que si la placa pucde dilatarse libremente las tensiones térmicas serén cero‘. Si se impide toda dilatacién o rotacién de Jos bordes, la tensién producida por e] calentamiento viene dada por las ecuaciones (¢). Si, por ejemplo, T: = ~ Ty, se tendré, con- forme a @ a y la ecuacién (e) da: os = @ La tensién maxima es: (adorn = (z)mex = @ En esta formula no figura el espesor de la placa, pero en el caso de una placa mas gruesa, lo probable es que exista una mayor diferencia de tem- peraturas. Esto es lo que explica el que una placa gruésa de un material frdgil, esté mas expuesta a romperse bajo la accién de tensiones térmicas que una placa delgada Consideremos, para acabar, una esfera de radio grande y supongamos gue un pequefo elemento esférico dela misma, de radio a, situado en el centro, sufre una elevacién de temperatura T. Puesto que este elemento no puede dilatarse libremente, en su superficie se producira una presion p Las tensiones radial y tangencial que esa presién produce en un punto cualquiera de la esfera, distante 7 > @ del centro, pueden obtenerse apli- cando las ecuaciones (197) y (198) (véase la pag. 399). Suponiendo gue él radio exterior de la esfera sea muy grande, comparado con a, resulta: A la distancia r = a, se tiene =P, = EP 1 Bn general, cuundo T es funcién Tineal de x, 5 2, ln deformacién correspondiente a la libre dilatacion de enda elemento, es decir a. maT, rh =e Sn 0 satistuce Jas ecuaciones de compatibilidad (129), por lo que no existirén tensiones térmicas, 6 TEORIA DE LA ELASTICIDAD y el aumento de ese radio, producido por la presién p, sera: Ar = (Ge)rea [oe — (er + o1)] rma pa onl +») aumento que deberd ser igual al producido por la elevacién de la tempera- tura y la presidn p en el elemento esfé ‘Tenemos entonces: de donde: 2 aTE P37 > (@ Sustituyendo en (m), obtenemos las relaciones siguientes para las tensio- nes en el exterior del elemento calentado. _2_e@PEa* a <2 aT Eat oe oe 30 — oy «= 30 — rs 2. 133. Algunos problemas planos de tensiones de origen térmico. Supongamos que una faja de una placa delgada (fig. 223), es calentada de forma no uniforme, de manera tal que la temperatura T sea funcién de x solamente, manteniéndose constante a lo largo de cualquier seccién recta D-fix) @kT ) Si la placa es cortada en bandas tales como la AB (fig. 223), esas bandas sufririn dilataciones verticales diferentes. Es por ello, y a causa del enlace mutuo entre esas bandas en el conjunto de la pieza, que se produciran tensiones. Considerando las bandas como si fueran libres, podremos suprimir su dilatacién vertical sometiéndolas a las tensiones de compresién oy = —aET (a) [TENSIONES DE ORIGEN TFRMICO 447 en los extremos 4 y B de cada banda. Conseguimos presenten como si la placa no bubiera ‘as, debemos afiadir a (a) las cuales son aplicada: entonces, que las distintas bandas s lentada. Para obtener las tensiones térmi sido ¢ la tension producida por la aplicacién de fuerzas iguales y opuestas, es decir, de una traccién de valor wT, a lo largo de los bordes y = ¢ de la faja. @ET, } kage ak. Si el calentamiento se limita a una zona de Ja faja corta en comparaci6n con su anchura, 2c, tal como la CDFE de la figura 223, el efecto de las tracciones aET se hard notar solamente en la proximidad de CD, en el borde superior y de EF en el borde inferior. Podemos, pues, considerar, que estas dos zonas representan un problema del tipo estudiado en el § 34. Hemos mostrado en la pagina 121 que una tensién normal aplicada sobre un borde recto produce una tensién igual, normal, sobre ese borde, que cs paralela al mismo, Las tracciones aT produciran, por tanto, una ten- sién de traccién aET en la direccién x. Las dos tensiones normales se anulan cuando se penetra en el interior de la placa perpendicularmente a la arista, Si estas tensiones son superpuestas a la compresién (a) de direc cién ¥, podemos trazar curvas? que dan oz ¥ o @ lo largo de una linea tal como la AB, trazada en la parte mas caliente de la pieza, cuyo aspecto es el mostrado en Ia figura 223b. Cerca de los bordes, la tensién prevale- ciente es c,, cuyo valor es «ET y cuyo signo es el de una traccién cuando T es positivo. Las tensiones maximas toman el valor GET max Si la temperatura T es funcién periédica de x, In aplicacion de las trac- "representa un problema del tipo considerado en el § 23. Cuando vr @) ciones aE 1936. + J. N. Goodier, Physics, vol. 7, ply 448 TRORIA DE LA ELASTICIDAD B=—a las ecuaciones (&) del § 23, poniendo A > y teniendo en cuenta (f), nos dan: = au T, te ch we — sh ue) ch uy — ay sh uy sh 46. son gy Gants sh 2ue + 2ue oy = 2uET, ech ac + sh ac) ch uy — ay sh ay Shae. soy yy sh 2ae + dae a _we ch ue sh uy — ay ch ay sh ue. og, , Geaatreteie ae A sh 200 + Jac eee Las tensiones térmicas en la placa' vienen, pues, dadas por aquellas cuya expresién acabamos de dar, junto con la tensién de compresién o, = —a&T de la ecuacién (a). La figura 224 muestra la variacién de o- a lo largo de las lineas de temperatura maxima para distintos valores de la longitud de onda 2/ = 2Ja. Vemos que la tensién maxima aumenta cuando la longitud de onda disminuye, tendiendo hacia el valor aE Ty. Obtenida la solucién para el caso de una distribucién sinusoidal de la temperatura, pueden tratarse otros casos en los que la temperatura es funcién periédica de x. Puede igualmente concluirse, que la tensién maxima en una placa de longitud finita difiere s6lo ligeramente del valor aE'T,, obtenido para una placa infinita 134, Disco circular delgado. Reparticién de temperatura simé- trica respecto al centro. Si la temperatura T no varia a lo largo del espesor del disco, podemos suponer que ocurre lo mismo con las tensiones y desplazamientos produicidos por el calentamiento. Las tensiones a; y ov satisfacen Ia ecuacién de equilibrio: dor, o are ace =0 (@ deducida de la ecuacién (40), pagina 83, haciendo R = 0. La tensién tangencial r,s sera nula por tazones de simetria. Las relaciones (52) entre tensién y deformacién, deberén ser modifi- cadas ya que la deformacién es debida por una parte a la dilatacién térmica y por otra a la tensién. Si €, representa la deformacién radial real, €, — ¢T seré la parte correspondiente a la tensién. ‘Tendremos entonces: (or — voe) (b) e-al= y dé forma semejante: eo — of (on — vor) fe) ' Bete problema fue estudiado por J. P. Den Gartog, J. Franklin Inst., vol. 222, pag. 149, 1936, al investigar las tensiones de origen térmico producidas durante el proceso de la solda- dura i PENSIONES DE ORIGEN TERMICO 449 Despejando a, y ey de (b) y (0), resulta: on = gle +e — + ar, oo = leo + ve — (1 + eT] (a) con lo que la ecuacién (a) toma la forma: ad aT rage + veo) + (= ¥)fer — es) = (1 + var a ©) Si uw es el desplazamiento radial tenemos, segtin el § 28: a u «-% o-% o Sustituyendo en (e) obtenemos: dey ddu ar dr rdr - expresién que puede ser eserita en la forma: d [lidvru iz AES |-0+€ @ La integracién de esta ecuacién da we atned f Tr dr + Or + ® donde el limite inferior de integracién, a, puede ser elegido arbitraria- mente. Para un disco con un agujero, puede ser el radio interior. Para un disco macizo podemos tomar a = 0. Las componentes de la tensién se obtienen, ahora, Hevando la solu- cién (h) a las ecuaciones () y sustituyendo los resultados en (d). Se tiene [ea +) ~ Cll - o al @ [eats +ea~9 A] = donde las constantes C; y C. vienen determinadas por las condiciones de contorno. Para un disco macizo tomamos a = 0 y observando que: m+ [" trar =0 mot Jo 450 TRORIA DE LA ELASTICIDAD vemos, segtin la ecuacién (#), que Cz debe anularse para que wu sea nula en el centro, En el borde r = 6, debemos tener o, = 0, de donde segiin la ecuacién (2): ie sag / Tr dr ° Las tensiones vendran, pues, dadas por las relaciones: fe Bl o = aE (Sf Trar — Tr dr (237) BF Jo r Jo 1 [? 1 ft oo ob(-T4 af Tear +, | Pear (238) que dan valores finitos en el centro, puesto que: af Trdr =i Te donde 7; es Ja temperatura en el centro, lim. oO 135. Cilindro largo de seccion circular. En el estudio de este imétrica problema, se supone que la distribucién de Ia temperatura es respecto al eje € independiente de la coordenada axial s'. Comen estudiando el caso en el que el desplazamiento axial zo es idénticamente nulo y modificaremos a continuacién la solucién para incluir el caso de extremos libres. Dada la simetria axial del problema y la uniformidad del mismo seatin esta direccién, las tres tensiones y las tres deformaciones tangenciales serdin nulas, por lo que sélo tendremos que considerar las tres componentes o,, ou, 53. Las relaciones tensién-deformacién son: 6 al = flor — ves +a) 1 fe — aT = [oy — v(0, +0.) (239) 1 f — af = Flo. — v(e, +09) ‘Teniendo en cuenta que w = 0, € = 0, la tercera de estas ecuaciones nos da go. = vor +00) ~ ET (a) Sustituyendo este valor en las dos primeras ecuaciones (239), resulta: ' La primera solucién de este problema fue obtenida por J. M. C. Duhamel, Memoires. par divers savants, vol. 5, pax. 440, Paris, 1838. ‘TENSIONES DE ORIGEN TERMICO 451 1- — (+ veP = 5 () eg (1+ v)aF Vemos fiicilmente que estas ecuaciones pueden deducirse a partir de las correspondientes a la tensién plana, ecuaciones (6) y (6) del: parrafo precedente, sustituyendo en ellas E por E/(1 — »*), » por (1 — ») ya por (+a Las ecuaciones (a) y (f) del pérrafo precedente siguen siendo validas. El calculo de w, o, ¥ om, se realiza exactamente de la misma forma. Pode- mos escribir, por tanto, los resultados, realizando las sustituciones citadas en las ecuaciones (i), (#) ¥ (j). Obtenemos de esta manera ue aif’ Tr ar + Cr + & (©) Boni @ eET E ( Pratt ot Po, PTS @ y segtin (a): ee SE M T-+* @+00 — 2) Para mantener w = 0, es preciso que una fuerza normal, definida por la ecuacién (f), sea aplicada en los extremos del cilindro. Afiadiendo una ten- sién axial a. -= Cy, podemos elegir C; de forma tal que la fuerza resultante La distribucién de fuerzas de resultante nula que acttia sobre cada extremo, producird Gnicamente tensiones locales, como se deduce del principio de Saint-Venant. Las ecuaciones (d) y (e) seguiran dandonos las tensiones cy yo». El desplazamiento uv, sin embargo, es afectado por la tensién axial Cs, siendo necesario afiadir al segundo miembro de (c) el término —y»Cyr/E. El des- plazamiento axial ser el correspondiente a la tensién uniforme Cs, Cilindro macizo. En este caso anulamos la cantidad a limite inferior de las integrales de las ecuaciones (c), (d) y (e). El desplazamiento w debe sobre los extremes sea nu anularse para r = 0 lo que exige que Cz = 0. La constante C, se obtiene a partir de la condicién de que sobre la superficie r = 6 no actie ninguna fuerza, o lo que es lo mismo, que (oA), 0. Haciendo entonces C. = 0 y a = 0 en Ia ecuacién (d), resulta : df rear @ 452 ‘TEORIA DE LA ELASTICIDAD. La resultante de la tensién axial () ¢ a 2, 2 QvEC, focvzerar =~ Peek ff Pre + ET an 7 y la de la tensién axial uniforme Cy es Cy xb*. El valor de Cz que anula la fuerza axial total viene dado, entonces, por la relacién. Qrab f* QvECr a7 abt mT dr — pe oe et fn a+ ya = (hy Las expresiones finales de u, 0,, 44 4:, deducidas de las ecuaciones (¢), (d), (e), (, (g) ¥ (A), son: fe : = hott e. e[a 2) f [oer ar +4 [ Tear| (240) [ te dr) (241) iE Tr dr — r) (242) (243) a ‘Tomemos, por ejemplo} un cilindro largo cuya temperatura inicial sea constante € igual a To. Sia partir del instante t — 0 la superficie lateral del cilindro se mantiene a temperatura cero', la distribucién de la temperatura que corresponde a otro instante 1, viene dada por la serie” DY 4to (ap) ors @ mn . en la que Jo(farib) €s la funcién Bessel de orden cero (véase la pag. 427) y fies el simbolo de las’ raices de la ecuacién Jy(#) = 0. Los coeficientes de la serie (@) son: An BSB) y las constantes Py vienen dadas por la ecuscién: kB Pom @ 1 Se supone que Ia superficie del cilindro toma bruscamente la temperatura cero. Sila temperatura de la superficie es T;, debemos sustituir 7, por T, — T, en las ecuaciones ob- tenidas. ? Vease Byerly, Fourier Series and Spherical Harmonics, pig. 229. El cileulo de las tensio~ nes térmicas para este caso, puede encontrarse en A. Dinnik, Applications of Bessel's Function to Blasticsty Problems, 2 parte, pag. 95. Ekaterinoslav, 1915. Véase tambien C. H. Lees, Proc. Roy. Soc. (London), vol. 101, pag. 411, 1922. TENSIONES DE ORIGEN TERMICO 453 en la que & es la conductibilidad térmica, ¢ el calor especifico del material y g la densidad. Sustituyendo fa serie (#) en la ecuacién (241) y teniendo en cuenta el hecho [e(uijea tela) se obtiene: Scotian PEP w De igual forma, sustituyendo la serie (i) en la ecuacién (242), resulta: we {Ag ED LBaCe/)1 _ LalBalr (0) {ast aa SS - SSS } e mi {2 — Laster om Bat ~ By (Bad Las formulas (4), () y (on) representan la solucién completa del problema. En los trabajos de A. Dinnik y C. H. Lees, antes mencionados, se desarrollan algunos ejemplos numéricos 4 0 10 09 OB OF 06 05 04 03 02 OF 0 zr & Fie. 225 La figura 225 representa® la distribucién de temperatura en un cilindro de acero, que se supone a temperatura inicial yniforme e igual a cero Véase E. Johnke y F. Emde, Funktionentafeln, pig. 165, Berlin, 1909, La distribucion de temperatura en los solidos durante el proceso de calentamiento 0 eafriamiento ha sido estudiada por Williamson y Adams, Phys, Rev., serie 2, vol. 14, pag. 99, fberg, Griffin, Robinson y Wilson han estudiado experimentalmente el efecto del fuego re las columnas. Véase U.S. Bur. Standards, Tech. Paper, 184, 1921 Batos datos han sido tomados de A, Stodola, Dampfl-und Gasturbinen, 6 edicién, pi gina 961, 1924. 454 EORIA DE LA ELASTICIDAD y cuya superficie se mantiene a la temperatura T; a partir de un instante += 0. Las diferentes curvas representan la distribucién de temperatura alo largo del radio para distintos valores de i/b* (¢ es medido en segundos y b en centimetros). De las ecuaciones (i) y (/) se deduce que la distribucion de temperatura es la misma en distintos cilindros, si la duracién del calen- tamiento es proporcional al cuadrado del diémetro. La figura permite caleular la temperatura media del cilindro completo y también la de una porcién interior del mismo de radio r. Obtenidas estas temperaturas, obtenemos las tensiones térmicas mediante las ecuaciones (241), (242) y (243). Si tomamos para ¢ un valor muy pequefio, las temperaturas medias antes mencionadas tienden a cero y en la superficie se tendré: abl, ity o, = 0, 76 = ho om Este valor, que es el maximo que puede adquirir la tension que se origina por calentamiento en un cilindro, equivale a la tension necesaria para suprimir por completo la dilatacién térmica en la superficie. Durante el calentamiento, esta tensién es una compresién y durante el enfriamiento, una traccién, Con el fin de reducir la tensién maxima, es corriente inicia el calentamiento de arboles y rotores a una temperatura algo inferior a [a final, T;, y aumentar el tiempo de calentamiento en proporcién al cuadrado del didmietro de la pieza Cilindro con un agujero central’. Si Namamos a al radio del agujero y 6 al radio exterior del cilindro, las constantes C; y Cz, que figuran en las ecuaciones (c), (d) y.(e), son determinadas mediante la condicién de nulidad de 9, para esos dos radios, Entonces: de donde se deduce: EC. a T+, i—vbt—ab ECs aE CFHT Sy) WT Sustituyendo estos valores en (d), (e) y (f) y afiadiendo a la ultima la ten- sién axial Cy, necesaria para anular la fuerza resultante axial, se obtienen las formulas * Veéase R. Lorenz, Z. Ver dentich, Ing., vol. $1, pig. 743, 1907, TONES DE ORIGEN TERMICO 455 fori [rva) (ean 0 pr [ Ur dr + [ Trdr 2a Tr dr — r) (246) Consideremos, por ejemplo, Ja existencia de un flujo estacionario de calor. Si la temperatura de la superficie interior del cilindro es T, y la de la superficie exterior es cero, la temperatura T a una distancia cualquiera r del centro viene dada por Ia expresion: fog 7ay 18 > se) Llevando este valor a ‘las ecuaciones (244), (245) y (246) obtenemos las siguientes expresiones para las tensiones de origen térmico ! _ el ean ene & = x =F) Tog(b7a) ad sere eele nae | aeeige o o* ~ 30») logtb7a) ee ET, ora! ee 21 = +) Tog (7a) * es positive, la tensién radial es de compresién en todos ios puntos, anulindose en las superficies interior y exterior del cilindro. Las compo- nentes de la tension c, y a. toman sus valores m4ximos en esas mismas superficies. Haciendo r = a, resulta: oT, log *) (248) (9)raa = (G2)rma = —— Para r = 6 se tiene (Carns = (a2)enn = La figura 226 muestra la reparticién de las tensiones de origen térmico a través del espesor de Ia pared cilindrica para el caso particular en que vol. 124, pag. 443, 1927, ha dado ciertos gréficos gue facilitan mediante las ecuaciones (247) L. Barker, £% el aileulo de lis te 456 TEORIA DE LA ELASTICIDAD ajb = 0,3. Si T, es positiva, las tensiones son de compresién en la super- ficie interior v de traccin en la superficie exterior. En el caso de materiales tales como piedra, ladrillo u hormigén, que son débiles a la traccién, es de temer la aparicién de fisuras en la superficie exterior del cilindro. Fic, 226 Cuando el espesor de la pared del cilindro es pequefio, comparade con su radio exterior, las ecuaciones (248) y (249) pueden simplificarse poniendo 2 ae, tog 2 Lee (2489 Arma = (Berna (249") (eo)raa = (02)r. Si la temperatura en la superficie exterior del cilindro es distinta de cero, los resultados anteriores podrin ser aplicados sin mds que sustituir en todas las ecuaciones la temperatura 7, por la diferencia T, — T,, entre las tem- peraturas exterior e interior n el caso de una pared muy delgada podemos despreciar el término mj3 en comparacién con la unidad, en Ias ecuaciones (248’) y (249). Resulta entonces: aETs 20 = ‘ aET: ao)rms = (os)rad — 3p yy (0)rma = (0:)raa = 250} lo que nos dice que la distribucién de las tensiones de origen térmico, a través del espesor de Ia pared, es igual a la que se produce en el caso de una placa de espesor 2c = b — a, cuando la temperatura viene dada por la ecuacién (fig. 222): TENSIONES DE ORIGEN TERMICO 487 siempre que los bordes estén sujetos, de tal manera, gue la flexién de la placa, producida por el calentamiento no uniforme, sea impedida [véase la ecuacién (R) del § 132] —b—=+ ome ay c Aye A @ ) Si al flujo estacionario de calor se superpone una fluctuacién de tem~ peratura de alta frecuencia, las tensiones que esta dltima provoca pueden ser calculadas de una manera andloga a la explicada para el caso de placas planas (véase el § 132)! En el estudio precedente, se supuso que el cilindro es muy largo y el cAleulo de las tensiones que hemos realizado es aplicable a las regiones alejadas de los extremos. Cerca de los mismos, las irregularidades locales complican el problema de la distribucién de las tensiones de origen térmi- co, problema éste que vamos a considerar ahora para el caso de un cilindro de paredes delgadas, La solucién (250) exige que las fuerzas normales, indicadas en la figura 227a, estén distribuidas sobre los extremos del cilindro. Para hallar las tensiones en un cilindro con extremos libres, de- bemos superponer a las tensiones (250) las producidas por fuerzas iguales ¥ opuestas a las mostradas en la figura 227a, fuerzas que en el caso de una pared delgada de espesor f, pueden ser reducidas a momentos flec- tores, como se muestra en la figura 2276, uniformemente distribuidos a lo largo del borde del cilindro y cuyo valor por unidad de longitud es: ali; 20-9 6 M = (0) | EI cAleulo de Ins tensiones de origen térmico en las paredes de los cilindros tiene gran importanem en el digefio de mdquinas Diesel, G, Eichelberg (Forschungsarbeiten, nim. 263, 1933) ha dade una solucién gréfica del problema para el caso en el que el espesor de In paréd via temperitura varian a Io largo del eilindro. Se puede encontrar informacién sobre la dis- Tribucian de temperatura en los motores Diesel en los siguientes trabajos: H. F. G. Letson, Proc, Mech, Eng, piss. 19, Londres, 1925; A. Nigel, Engineering, vol. 127, pags. 59, 179, 279, 466 626, 1929, 458 ‘TEORIA DE LA ELASTICIDAD Para calcular las tensiones producidas por estos momentos, imaginemo: una faja longitudinal de anchura unidad separada de la envolvente cilindri- ca, Una faja tal puede ser tratada como si estuviese apoyada sobre una fundacién elistica. La curva de deflexién de esta faja viene dada por In ecuacién! Me ; = Sop (cos pe — sen Bz) (p) donde Eh “ eae ) 8 D=5 7) @ a curva de deflexién permite calcular las tensiones de flexién 9. correspondientes y las tensiones tan- genciales 5, para todo valor de z. La flecha maxima se encuentra eviden- temente en el extremo » — 0, donde: y ces el radio medio del tubo cilindrico. E M acl: VI = ¥ thet = gees = gag OL wh La componente de la deformacién, que corresponde a este valor, segtin la direccién tangencial, es: (r) La componente de Ia tensién de direccién tangencial en la superficie exte- rior de la pared, se determina, empleando la ley de Hooke, por la ecuacién: eET: VI — “ve ETs IVs —y. 20») eo tb von = Sumando esta tensién a la tensién correspondiente culculada mediante la ecuacién (250), obtenemos la tensién tangencial maxima para un cilindro de pared delgada y extremos libres, la cual es: eET: (VI = 20 = Ve (70) max set ) (251) j ‘Tomando para » el valor 0,3, resulta: ohT: = LB Ey ‘Timoshenko, Strength of Materials, 2.» edicién, vol. 2, pag. 166. YTENSIONES DE ORIGEN TERMICO 459 La tensién maxima de traccién en el extremo libre de un cilindro es, pues, un 25% mayor que la obtenida mediante las ecuaciones (250), para los puntos alejados de los extremos. La ecuacién (p) permite constatar que el aumento de la tensién en la cercania de los extremos libres del cilindro es de cardcter local, puesto que depende de la flecha u, y disminuye répida- mente cuando la distancia = al extremo aumenta Este método aproximado para el cdlculo de las tensiones de origen térmico, basado en la curva de deflexién de una barra sobre fundacién elistica, puede aplicarse también en el caso de una temperatura variable a lo largo del eje del cilindro’. 136. Tensiones de origen térmico en una esfera. Estudiarernos aqui el caso sencillo de una distribucién de temperatura simétrica respecto al centro, funcién, pues, solamente, del radio r’, Por razones de simetria no habri més que tres componentes de la tensién no nulas: la componente radial a, y dos componentes tangencia- les o,, como en el § 121, las cuales deberdn satisfacer la condicién de equi- librio de un elemento en la direccién radial [fig. 202, ecuacién (e), pag. 399] (a) Las relaciones tensi ) © y siendo u el desplazamiento radial, tendremos lt « De (6) y (e), resulta: ae Wes 2 Sy (O — er + Bree ~ + aT @) c= ay le te + er] wo noshenko y J. M, Lessells, Applied Elasticity, pig. 147, 1928 y C. H. Kent, Trans, ‘Applied Mechanics Division, vol. 53, pdg. 167, 1931 problema fue resuelto por Duhamel, fac. cit. F. Neuman, Abhand!. Akad. Wiss Berlin, 1841; vénse tombién ott Vorlensungen izber die Theorie der Elastizitiét der festen Koper, Leipsig, 1885; J. Hopkinson, Messenger of Math., vol. 8, pig. 168, 1879. El caso de tempe- raturas no simétricas ha sido estudiado por C. W. Borchardt, Monatsber, Akad. Wiss., Berlin, 1873, pag. 2 460 TEORIA DE LA EL.sTICIBAD Llevando estas expresiones a la ecuaci (a) y sustituyendo €, y €, por sus valores, dados por (d), resulta la sig. iente ecuacién diferencial para ui du 2du GA” Far @ Ia cual puede eseribirse: @ ar y cuya solucién es: (h) donde C, y Cy son constantes de integracién que habré que determinar con arreglo a las condiciones de contorno, y @ cualquier limite inferior de integracién conveniente, tal como el radio interior si se trata de una esfera hueca Esta solucién puede ser lHevada a las -cuaciones (d) y utilizar los resul- tados en las (e) y (f). Resulta entonces: Qe 1 fe : om POL Pra ty @ eft F me 7) Consideremos ahora algunos casos jparticulares Esfera maciza. En este caso, poder... dar el valor cero al limite infe- rior, a, de las integrales. Asimismo, es preciso que u = 0 para r = 0, lo mn (h) implica que C, 0, puesto que: fitea-o Las componentes de la tensién, dadas por (i) y (), seran pues finitas en el centro, ya que: Kim [" pay, = Lo mors Jy 7” 3 donde % es la temperatura en el centro. J.a constante C, viene determinada por la condicién de que la superficie exturior, r = B, esté libre de fuerzas, © lo que es lo mismo que o, = 0. Haciendo entonces «, = 0, a = 0, Cy = 0, 7 =}, en la ecuacién (i) results que levado a Ia ecuac Jim 1 no By 2a [ ea Ps Jo ‘TENSIONES DE ORIGEN TERMICO 461 de donde las componentes de la tensién seran ; : e oe G trae — 4 [re =) * Jo T—>\b Jo 3 (252) ok (2 f* Te = eila fl tata lf, 7 La temperatura media de la esfera en el interior de la superficie esférica = 3 [ree a Vemos, pues, que el valor de la tensién 7, en un punto cualquiera, definido por el radio r, es proporcional a la diferencia entre Jas temperaturas me- dias de Ja esfera completa y de la esfera de radio r. La tensién tangencial, en un punto cualquiera, se obtiene multiplicando el coeficiente: 2B aa — de radio 7 es: por la expresién [Temperatura media de Ia esfera completa + (1/2 de la temperatura media de la esfera de radio r} — 3/2T}. FI cdlculo de las tensiones en cada caso particular, puede realizarse sin dificultad si se conoce la distribucién de la temperatura’, G. Grinberg? ha desarrollado un ejemplo interesante de la aplicacién de célculos de este tipo, en relacién con el estudio de la resistencia de materiales isdtropos sometidos a una solicitacién triaxial de tracciones iguales. Si una esfera maciza cuya temperatura inicial es 7) es introducida en un liquide que se encuentra a una temperatura mayor Tj, la porcién exterior de la esfera se dilata, ejerciendo sobre el centro de la misma una traccién uniforme en todas las direcciones, cuyo valor maximo, acontece después de trans- currido el tiempo: 0.0874 Bee @) En esta formula } es el radio de la esfera, & la conductibilidad térmica, ¢ el calor especifico del material y 9 la densidad 1 Varios ejemplos de tales cdleulos son dados en el trabajo de E. Honegger, Festchrift Prof, 4 Stodola, Zitrich, 1929. Bn la obra citada de Adams y Williamson se da una tabla part eee ee ein distribucion de temperatura en una esfera durante su calentamiento o enfria- miento. G, Grinberg, Z. Physik, vol. 35, pag. 548, 1925, 462 TRORIA DE LA ELASTICIDAD La magnitud de esta traccién méxima es! or = 01 = 0, 20-y (Ti = Te) @O La tensién maxima de compresién, que se produce en la superficie de la es fera en el momento de aplicar la temperatura T; es igual a aT, — T)/1 —»). Este valor es el mismo que antes obtuvimos para un cilindro (véase la pag. 454). Aplicando las ecuaciones (k) y (J) al caso del acero y tomando b=10 em y T;— T) = 100°C obtenemos o, = «, = 1270 kg/em® y t= 334s Esfera hueca. Llamando a y 6 a los radios interior y exterior de la esfera, determinamos las constantes C, y C; de las expresiones (i) y (j) empleando la condicién de que o, sea cero en las superficies interior y exterior, La expresién (j) da: EC. 2EC2 1 — oy IF a 5 EC, _ 2EC, 1 Bf Eg Be rae =0 ¥ G) obtenemos : ] (253) 57 Vemos, pues, que las componentes de la tensién podran ser calculadas cuando se conozea la distribucién de temperatura Consideremos, a titulo de ejemplo, el caso de un flujo estacionarie de calor. Llamaremos 7 a la temperatura de la superficie esférica interior y supondremos nula la temperatura en la superficie exterior. La tempera- tura a distancia r del centro es entonces: ra te a. ) (m) Sustituyendo este valor en las expresiones (253), resulta: A ab Pc mo pete walers -1@+adtay +) aET; ab ae om SETS ala to hot ab +0) - a * Hemos supuesto en este céleulo que la superficie de la esfera toma inmediatamente Ia temperatura T, del fluico, TENSIONDS DE ORIGEN TERMICO 463 Como vemos, la tensién a, es nula para r = a y r = 6. Se hace maxima o minima cuando is 3a%B? * a ab +o Para T, > 0, la tensién a, aumenta a medida que 7 crece. Para r = a. tenemos: _ b@ — a)(a + 2%) oe Seer gan () Si r =}, resulta a a(b = a)(2a + b) ©) 20 =») ea En el caso de una esfera hueca de pared delgada, podemos poner: b= all +m) donde m es una cantidad pequeiia. Sustituyendo en (7) y (0) y despreciando las potencias superiores de m, obtenemos: (+49) para r = a, para r = 6, Si despreciamos Ia cantidad 2/31, obtenemos para las tensiones tangen- ciales los mismos valores que antes fueron deducides para un cilindro de pared delgada [véase las ecuaciones (250)] y para una placa delgada em- potrada en su contorno. 137. Ecuaciones generales. Las ecuaciones diferenciales (132) gue expresan las condiciones de equilibrio en funcién de los desplaza- mientos, pueden ser generalizadas para incluir los casos de tensiones y deformaciones de origen térmico. Las relaciones tensién-deformacién para los problemas tridimensionales son e — oT = Zz les — (oy + ¢,)] 6 — a = F lov — (oz + 22)] (a) ee é « — aT = Ze. ~ vo. + 0) 464 TEORIA DE LA ELASTICIDAD Las ecuaciones (4) no son afectadas por la temperatura, puesto que la dilatacién térmica libre no produce ninguna distorsién angular en un cuerpo isétropo. Sumando las ecuaciones (a) y usando la notacién definida en (7), resulta: a 4 (1 — 2290 + Bar Despejando las tensiones de las ecuaciones (a) y empleando este resultado, obtenemos: o. = de + 2G, — © Llevando estas expresiones, asi como las ecuaciones (6), a las ecuaciones de equilibrio (127) y suponiendo que las fuerzas mdsicas son nulas, resulta be i ee or O+O 5, + OV — Toa, ae - (254) Estas ecuaciones remplazan a las (131) en el calculo de las tensiones tér- micas. En cuanto a las ecuaciones de contorné (128), sustituyendo los valores ‘(c) y (6) y suponiendo que las fuerzas de superficie son nulas, nos quedan: eET ou), ou au Pol rte S14 Mm En) ou av ow (255) +G OU 1 4 Bm 4 Mn) con las (131) y 134) -vemos que Comparando las ecuaciones (254) y (255 los términos: ok oT _ a at ae ags = op de sustituyendo a las componentes X, Y, Z de las fuerzas misicas y los: akT | oET aT Too To” TB” alas componentes X, Y, Z, de las fuerzas de superficie. Los desplazamien- tos u, 2, w, producides por el cambio de temperatura T son, pues, los mismos que provocarian las fuerzas masicas: eE aT ak aT Lowe * Tesae tye eee TENSIONRS DE ORIGEN TERMICO 465 y las tensiones normales: oET sobre la superficie. Si podemos determinar la solucién de las ecuaciones (254) que satis- faga las condiciones de contorno (255), esta solucién nos dara los despla- zamientos u,v, %, a partir de los cuales, y mediante las ecuaciones (b) y (c), podremos determinar las tensiones tangenciales y normales. Estas ultimas ecuaciones, las (c), nos muestran que las componentes normales de la tensién constan de dos partes: a) una parte deducida en la forma habitual de las componentes de la deformaci6n; b) una presién chidrostaticay de valor: ow proporcional en todo punto a la variacién de temperatura en ese mismo punto. La tensién total producida por un calentamiento no uniforme se obtiene, pues, superponiendo la presién hidrostética (f) a las tensiones producidas por las fuerzas mésicas (d) y las fuerzas de superficie (e) A la misma conclusién podemos Hegar por otro camino. Imaginemos, en efecto, que el cuerpo sometido a calentamiento no uniforme es sub- dividido en elementos infinitamente pequefios, y supongamos que las deformaciones térmicas €, = €, = €. = aT, de estos elementos, son con- trarrestadas por la aplicacién a cada elemento de una presién uniforme p cuyo valor, conforme a la ecuacién (8), viene dado por (f). De esta forma, la _deformacién térmica es eliminada y los elementos toman su posicion mutua para formar un cuerpo continuo, que conserva su forma inicial. La distribucion de la presién (f) puede realizarse aplicando al cuerpo inicial, formado por los elementos, ciertas fuerzas masicas y ciertas presiones superficiales, que deberdn satisfacer a las condiciones de equi- librio (127) vy a las de contorno (128). Sustituyendo en estas ecuaciones los valores: kT - << Ta =, =O @) encontramos gue: para mantener la forma inicial del cuerpo formado por los elementos, en su forma inicial, las fuerzas mdsicas necesarias son: aE eT or at oE oF a) T= 2» dz’ - TA 2 oy” a Tie y ademés, deberd aplicarse la presién (f) sobre su superfic Supongemos, ahora, que los clementos estén vinculados entre suprimamos las fuerzas (#) y la presién superficial (/). Las tensiones térmi- 466 TEORIA DE LA ELASTICIDAD cas se obtendran entonces, evidentemente, superponiendo a kk nes (f) las tensiones producidas en el cuerpo elastico por las fue ak aT ak oT __a@k oT ay oa ea geag oy Sc T= pez presio- 1s maisicas: y por la traceién, normal a la superficie, de valor Estas dltimas tensiones satisfacen a las ecuaciones de equilibrio oz, Ory 4 Ory _ _@E @T _ 4 ax" Oy T= 2p oe Oey , Arey , dry: _ aE aT a ‘ay ee fee menage (256) ao: aE oT a y a las condiciones de contorno: aET aad + roy + ran = A oym + yn + tel = ee" (257) oET aun + ted + Tm = an junto con las condiciones de compatibilidad estudiadas en el § 77. La so- lucién de estas ecuaciones, afiadidas a la presién (f), nos da la expresién de las tensiones de origen térmico en un cuerpo sometido a un cambio de temperatura. ‘Tendremos un estado de deformacién plana en un cuerpo alargaclo, cilindrico © prismatico, cuando la temperatura variable en In seccién recta no varie a lo largo de las paralelas al eje del cilindro o del prisma (el eje 5). T es entonces, indepen- diente de = ‘Comenzando dé nuevo con Ja aplicacién de las tensiones (¢) que anulan Is defor- macién, tendremos que afladir las fuerzas mésicas (f) en las que ahora Z ~ 0, y la presion’ (f) actuard sobre toda la superficie, extremos incluidos. ‘Supongamos, ahora, que estando los elementos unidos unos a otros, suprimi- mos las fuerzas mésicas y la presién que acttia sobre la superficie lateral curvada, presion ésta que conserva nula la deformacién axial €,, La distribucion tensional Fesultante, se obtiene resolviendo el problema que corresponde a la aplicacién de H fuerzas masicas: @ TENSIONES DE ORIGEN TERMICO 467 y de Ia traccién normal os @ la cual actiia sobre la superficie lateral solamente. Este problema, que corresponde aun estado de deformacion plana (€.= 0), es del tipo considerado en el § 16 con la sola excepeién de que es preciso pasar la ecuacién (32) del caso de tension plana al de deform: mn plana sustituyendo v por #/(1 — v). De esta forma, las ecuaciones (31) y (32) serin remplazadas por: ate. aET _ ae sage: oe — Ge oS ae oe ay w . 26g Oo ak (aT, or oz +? aatayt T vr Ge ta o La funcién de tensién correcta es, pues, aquella que satisface la ecuacién (2) ¥ pro- luce la tensién normal definida por G) sobre el contorno. En lo que se refiere a las jones, se caiculan mediante las relaciones (A) a las que deberemos superponer ‘s tensiones (). La tension axial o, se compondri del término dado por (g) junto con el oe + oy) ducido de (2). La fuerza axial y el momento flector resultantes en los extremos, vodrén ser suprimidos superponiendo una traccién simple y un par de flexion simple. El caso de tension plana sc presentard en una placa delgada en la que la tempera- tura no varia a través del espesor. Tomando como plano xy el plano medio de la placa, podremos suponer que a, = tx: = ty: — 0. Podemos, igualmente, considerar que todo elemento es libre de dilatarse en la direccién z. Bastaré, pues, para unir a los elementos, con suprimir la dilatacién en las direcciones x ey. Esto exige que: @kT =o F roy =O mn) Sustituyendo estos valores en las ecuaciones de equilibrio (18) encontramos que Tas fuerzas misicas necesarias son iguales a: Bot yy ak ar Ce @ X= ry y que es preciso aplicar una compresién normal de valor cET/(1 — ») sobre el con- torne de la placa Suprimiendo estas fuerzas, deducimos que la tensién térmica se compone de (m) y de las tensiones producidas por las fucrzas mésicas: Bom OTH eanran oe T=» oa" Tov ay y por la traccién normal aET/(1 — ») aplicada sobre el contorno. La determinacién de esta tensién plana constituye un problema del tipo considerado en el § 16, Basta solamente con poner en las ecuaciones (31) y (32) la funcién: ir ve T-7 como funcién potencial correspondiente a lus fuerzas (0). Cuando el contorno esti fijo, el problema se reduce a la obtencién de las tensio- nes producidas por las fuerzas mésicas (0). En la pagina 185 fue explicado un mé- todo de resolucién de este problema para el caso de una placa rectangular, 468 TEORIA DE LA ELASTICIDAD 138. Tensiones iniciales. EI método que hemos empleado para calcular por las fue tensiones de origen térmico, puede ser aplicado al problema més general de las 1 siones iniciales, Imaginemos un cuerpo subdividido en pequefios elementos y « pongamos que cada uno de estos elementos, sufre una cierta deformacién plist producida por una transformacién metalogréfica, definida por las componentes la deformacién i i i ; : fay? est man a i (5 ae ala 3 fuerzas m Supondremos que estas componentes de la deformacién son pequefias ¥ que viennoce la de! representadas por funciones continuas de las coordenadas. Si las componentes "fn el cas que se trata satisfacen, también, las condiciones de compatibilidad (129), Ios e ecuacione mentos en los que hemos subdividido el cuerpo se adaptan mutuamente despt Grigen tél de la deformacion permanente (a) y no habrii en él tensiones iniciales Consideremos, ahora, el caso mas general en el que las componentes (a) satisfacen las condiciones de compatibilidad, de forma que los elementos en los ¢ el cuerpo esti subdividide no se acomodarin entre si después de la deformact permanente, lo que exige In aplicacién de fuerzas sobre Ja superficie de cada uy de estos elementos, con el fin, de satisfacer las ecuaciones de compatibilidad. Sup niendo que el material sigue ‘siendo perfectamente ¢listico después de la deform cién permanente y aplicando la ley de Hooke, deducimos, de las ecuaciones (11) y (¢ que la deformacién permanente (a) puede ser eliminada aplicando a cada elemen las fuerzas superficiales: 06" + 266.9), tay = Greys @) en las que: Consider el tal bet ynocidas y jas tension Las fuerzas de superficie (6) pueden ser provocadas aplicando al cuerpo, formones inicis do por los pequefios elementos, ciertas fuerzas masicas y superficiales, 1a cualp otros ca: deberdn satisfacer a las ecuaciones de equilibrio (127) y a las condiciones de COyenos elen torno (128). Sustituyendo las componentes de la tensién () en estas ecuacioneyencia de obtenemos para las fuerzas mdsicas la expresién: BS exiaven. deformac 2s (a) de li xi esas def © » sigue qu 's compon entes, pod ga_las ec! Las ten idrio, difi ir estas t ico del vi ‘ajo Ia acc at 48 eee teat X= Zoe + 20a) + 5, Grad!) + 52 Cree) y para las fuerzas superficiales la: Rm — Oe! + 2Gea! Hl = Grey’ — Cyne eee @ Mediante la aplicacién de las fuerzas misicas (¢) y de Ins fuerzas superficiales ( hemos suprimido la deformacién inicial permanente (a), de manera que los elementé' del cuerpo se ajustarin entre si para formar un cuerpo continuo. Supongamo’ ahora, que los elementos citados se unen entre si y que suprimimos las fuerzas (MstiCo de, y (d). Las tensiones iniciales se obtendran entonces, evidentemente, superponiencttion Je a las tensiones (6) las producidas en el cuerpo eldstico por las fuerzas masicas: a niciales a} x= — Loe 42609 - Bra) — 3 Gr) © ‘HR mente por

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