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Cristo y del Evangelio aun no revelado, o a no


ser que el mismo Cristo hubiese determinado lo
contrario en general o en especial. Porque, quitadas aparte estas tres causas, no puede inventarse otra, de por qu lo que estableci en otro tiempo la lev de Moiss est ahora fuera de lo lcito.
4. La tercera observacin es : cuanto estaba
mandado en la ley de Moiss respecto de las virsus discpulos, tambin
tudes, que Cristo exige
ahora, si no ms, deben hacerlo los Cristianos.
El fundamento de esta observacin es, que las
virtudes exigidas a los Cristianos, como la humildad, paciencia, amor, se exigen en mayor grado que se exigan en el estado de la ley Hebraica; y con razn, porque tambin las promesas divinas se proponen con mucha ms claridad en el
Evangelio. De aqu que la ley antigua comparada
con el Evangelio dcese que no es ' niperfecta ni
amemptroi (ad Hebr. VII, 19, VIII, 7), y a Cristo se le llama el fin de la ley (ad Rom. X, 5), y a
la ley, que conduce por la mano a Cristo (ad
Gal. III, 25).
As la ley antigua sobre el sbado y la otra sobre los diezmos demuestran que los Cristianos
estn obligados a separar para el culto divino por
lo menos la sptima parte del tiempo, y por lo
menos la dcima parte de los frutos para el alimento de los que se ocupan en las cosas sagradas,
o para otros usos piadosas semejantes.

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