28 de febrero al 6 de marzo de 2010 ev: 19
PONCE por las diócesis
“La Cuaresma va dirigida
a la conversión del
San Juan
corazón humano”
MONS. ROBERTO O. González
Arzobispo de San Juan
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, con la imposición de cenizas,
iniciamos una nueva Cuaresma en la
que, como comunidad de fe en Jesús,
se nos exhorta a una sincera revisión
de nuestra vida a la luz de las ense-
ñanzas evangélicas. Este año el San-
to Padre, Benedicto XVI, ha enviado
un mensaje para la celebración de la
por las diócesis
Cuaresma que nos invita a reflexionar
sobre la justicia de Dios, que tiene una
naturaleza distinta a la justicia humana.
La justicia humana, de la cual las per-
sonas tenemos necesidad, brota de la
ley. Sin embargo, a pesar de lo valioso
que puede resultar la justicia humana,
ésta jamás puede saciar las necesida-
des más apremiantes; sólo pueden ser
saciadas plenamente por la justicia de
Dios. El corazón humano necesita del
amor para vivir, necesita de ese amor
que es intimidad con Dios. La justicia es
todo aquello que nos une a Dios y hace
latir nuestro corazón de amor por Dios
y por el prójimo. Decía san Agustín “…
no es justicia humana la que aparta al
hombre del verdadero Dios” (De civita-
te Dei, XIX, 21).
¿De dónde viene la injusticia?, se
pregunta el Santo Padre en su men-
saje. Entonces, citando a Jesús en el
evangelio de san Marcos, nos provee
la respuesta: “Nada hay fuera del hom-
bre que, entrando en él, pueda conta-
minarle; sino lo que sale del hombre,
eso es lo que contamina al hombre.
Porque de dentro del corazón de los
hombres, salen las intenciones malas
(Mc 7, 15. 20-21)”.
La Cuaresma va dirigida a la con-
versión del corazón humano que es
de donde salen nuestras impurezas,
que es de donde sale la injusticia que
tanto daño hace al prójimo, que tanto
daño ha hecho a la humanidad. Antes
de culpar al prójimo por el mal, de-
bemos examinarnos y buscar en nues-
tros corazones todas aquellas cosas
que nos impiden amar a Dios, amar
a nuestro prójimo y amarnos a noso-
tros mismos. También debemos pre-
guntarnos con el Papa, al iniciar esta
Cuaresma, ¿cómo puede la persona
liberarse del impulso egoísta y abrirse
al amor y a la justicia de Dios? Bene-
dicto XVI nos propone lo siguiente: “es
necesario un “éxodo” más profundo
que el que Dios obró con Moisés, una
liberación del corazón, que la palabra
de la Ley, por sí sola, no tiene el poder
de realizar”.
“Iniciemos esta
Cuaresma participando
especialmente de
los sacramentos
de la Penitencia,
la Eucaristía y las
obras de misericordia
y solidaridad. La
penitencia, como
hijas e hijos pródigos,
nos acerca al Padre
y la eucaristía, como
discípulos de Emaús, nos
permite reconocerle al
partir el Pan, el maná
de vida eterna.”
El éxodo fue para los israelitas, la
liberación de la esclavitud, la liberación
de la opresión y el inicio de un largo re-
corrido que duró 40 años por el desierto
y cuyo destino era la tierra prometida, el
cumplimiento de una promesa hecha a
Abraham, el Padre en la fe.
Esta Cuaresma debe ser para to-
das y todos nosotros, los cristianos
católicos y las personas de buena vo-
luntad, un éxodo, un momento privi-
legiado para liberarnos de la esclavi-
tud del pecado y de la opresión de la
maldad; es una invitación a un recorri-
do por cuarenta días de preparación,
de ayuno y abstinencia y de obras de
caridad para vivir la Pascua y para lle-
gar a la tierra prometida, la Jerusalén
celestial.
Iniciemos este éxodo Cuaresmal
para vivir con renovado ardor en Cris-
to que es la justicia de Dios, justicia
que viene de su gracia, y que es la jus-
ticia más grande que pueda conocer
el corazón humano, porque es la jus-
ticia que brota del amor de Dios y nos
hace vivir y palpar su Amor.
Iniciemos esta Cuaresma parti-
cipando especialmente de los sacra-
mentos de la Penitencia, la Eucaristía
y las obras de misericordia y solida-
ridad. La penitencia, como hijas e hi-
jos pródigos, nos acerca al Padre y la
eucaristía, como discípulos de Emaús,
nos permite reconocerle al partir el
Pan, el maná de vida eterna.
Que el Señor les bendiga y les
guarde.
(Homilía pronunciada por el Arzobispo de
San Juan en la Universidad de Puerto Rico el
miércoles de ceniza.)
“Dios está cerca,
acércate tú a Dios”
VIVIAN Maldonado Miranda
v.maldonado@elvisitante.net
“La cuaresma siempre tie-
ne un mensaje que se repite
todos los años y no cambia
nunca: Dios está cerca, acér-
cate tú a Dios”.
Con esta expresión, el
Arzobispo Emérito de Sevi-
lla, Cardenal Carlos Amigo
Vallejo, hizo un llamado a la
feligresía a “buscar a Dios en
todas las cosas” durante esta
Cuaresma.
Las expresiones del Car-
denal surgieron en entrevista
exclusiva para El Visitante, du-
rante la reunión del clero de la
Diócesis de Ponce en las ins-
talaciones de la Casa Manresa
en Aibonito.
Monseñor Amigo Vallejo
destacó que la oración es “po-
nerse delante de la palabra de
Dios y dejar que esa palabra
sea luz que ilumine la vida”.
En cuanto al ayuno, amplió
que es “una especie de solida-
ridad espiritual. Yo voy a pasar
un día hambre, para unirme a
todos aquéllos que la sufren
y de aquello de lo que yo me
privo, que sirva para ayudar a
los demás”.
En esa línea, subrayó que
la limosna “no puede ser un
(FOTO / VMM)
gesto paternalista del pode-
roso hacia el débil, sino una
ayuda del hermano, hacia el
hermano”.
Monseñor Amigo Vallejo
CITACION EDICTAL
Ante Rvdo. Mons. Elías S. Morales Rodríguez, J.C.L.
Vicario Judicial
Nulidad de Matrimonio
Prot. No.: 004/07 Pn
Caso: PADILLA-CRUZ
11 de febrero de 2010
Ignorando el actual domicilio de la parte demandada, Mariana Cruz Torres,
en la causa antes mencionada, citamos a la misma a presentarse, o personalmente
o representada por su procurador legítimamente nombrado, ante este Tribunal
Eclesiástico, ubicado en la Calle Isabel # 31, Ponce, Puerto Rico, el día de 25 de
marzo de 2010, a las 9:00 de la mañana, para concordar o firmar el dubio; según
el c. 1677.4.
Los ordinarios, los párrocos y los fieles, que conozcan el domicilio de la parte
mencionada, dígnese informar a la misma de la presente citación edictal.
Mons. Elías S. Morales Rodríguez, J.C.L., Vicario Judicial
María de los A. Raldiris Aponte, Notario