del campo y de las aves ; dulce nia frgil ! Tesoro viviente de los Andes !. Cmo llegar hasta tu sonrisa y al mundo, ver por tus ojos ; me conmueves, me inquietas, me inspiras y haces un hombre de mis despojos. Rozar tu piel, dulce clamor de jardines florecidos. Or tu voz, sentir la caricia cristalina y profunda de los ros. Estar contigo : capturar una ilusin. Tener acceso al paraso, vivir, soar con una cancin. Tanto tiempo pensando en ti, recogiendo mariposas amarillas por donde t has estado y luego sentirte ; con tus pasos de ensueo : Ver dos estrellas brillando tan cerca de mis pesares. ! Oh dulce nia frgil ! que haces mgico el camino de las aves, el verde tumultuoso de los campos, ! tesoro viviente de los Andes !.