Jacques Derrida El Animal Que Luego Estoy Siguiendo PDF

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El animal que luego estoy si(guiJendo Jacques Derrida ‘Texto establecido por Marie-Louise Mallet Traduccidn de Cristina de Peretti y Cristina Rodriguez Marciel EL ANINAL QUE LUEGO ESTOY SI(GUIIENDO snudez, La desnudez sigue siendo quizis insostenible. 2Y puedo dene fnamente desnudo ala vista de lo que ellos llaman con Cnombre de animal? Deberia mostrarme desnudo cuando me mira J me concierne ese ser vivo que ellos llaman con el nombre comtin, general y singular de animal? De ahora en adelante, reflexiono sobre {a misma cuestion y la reflejo introduciendo en ella un espeio; traigo tuna psique, un espejo a la habitacién. Ahf donde alguna escena auto- biogrifca se organiza, hace falta una psique, un espejo que me refleje ddesmuco de pies a cabeza, La misma cuestiOn se convertiria entonces en, 2deberia mostrarme pero, al hacerlo, verme desnudo (por lo tan~ to reflejar mi imagen en un espejo), cuando me mira y me concierne ve set vivo, ese gato que puede estar apresaclo en el mismo espeio: ‘Hlay un nateisismo animal? éPero ese gato no puede también ser, desde el fondo de sus ojos, mi primer espejo? a El animal en general Zqué es? Qué quiere decir eso? éQuién es? £A qué corresponde «eso»? ZA quién? {Quién responde a quién? 2Quién responde al nombre comin, general y singular de lo que ellos denominan asi tranquilamente el «animal»? 2Quién responde? La re- ferencia de lo que me concierne y me mira en nombre del animal, Io gue se dice entonces en nombre del animal cuando se recurte al nombre del animal: ¢s lo que se tratarfa de exponer al desnudo, en la desnudez o el desamparo de quien dice, abriendo la pagina de una autobiografia, «he aqui quien soy». «Pero yo équién soy?» 68 u Pero yo équién soy? Tanto si os dirijo a vosotros la pregunta como si, antes que nada, ime la planteo a mi mismo, ésta no me deberia concernir més que a mf, a mi mismo, a mi solo. Y cualquiera que sea la respuesta que yo le dé, ésta pertenecera a una auto-definicion, al primer gesto de una autobiogratia que no compromete sino a la escritura de mi vida, a mf mismo, a mi solo, Sin embargo, como sabéis, dicha cuestién es muchisimo mas vieja que yo: «Pero yo équién soy?». Tiene todas las arrugas de una cita y no espera, desde el origen, sino un lifting. La repito, puedo reproducirla mecanicamente; siempre se pudo grabar, siempre la pueden imitar, remedar, psitacizar los animales, por ejem= plo, es0s monos 0 es0s loros de los que se dice (aunque Aristoteles les negase la mintesis) que imitan sin comprender o sin pensar y, sobre todo, sin responder a las preguntas que se les plantean. Los animales [10 responden —ascguran tantos fil6sofos y teéricos, desde Arist6re- les hasta Lacan— y compartirian esa irresponsabilidad con la escritu- ra, al menos tal y como la interpreta Platén en el Fedro. Lo terrible (deinon) de la escritura, dice Sécrates, es que, al igual que la pintura (cographia), las cosas que engendra y que son como seres vivos (hos Jzonta) no responden (275 d). Cualquiera que sea la pregunta que se les plantea, los escritos se callan, guardan un silencio leno de dig- nnidad 0 bien responden siempre lo mismo, lo cual no es responder. Habria que comparar aquel célebre pasaje del Fedro, que en su mo- mento tanto me interes6 al igual que el tema de una animalidad de la escritura, con el de Alicia en el pais de las maravillas: cl gato —se dice alli, como recordamos— no responde porque responde siempre lo mismo, Descartes dird exactamente lo mismo, y siempre da la im- 6 presién de que el hombre tiene menos interés en hacer hineapi hecho de que el animal esta privado de habla, un zoom alogon, que en ‘ed hecho de que esti privado y de que priva al hombre de respuesta. Lo que cuenta, en el habla, serfa ante todo ef intercambio o la parcia preguntalrespuesta, Y, puesto que acabo de aludit al Fedro,seialo de pasada que este gran libro sobre la escritura, incluso sobre la escritu: Pr auroblogratica y el «condcete a ti mismo», es también un gran libro Sobre ef animal, Desde el comicnzo, vemos desfilar por él a Quim ry a Pegaso. En la misma pagina, Sécrates habla de lit ‘ 2 (eo Delphikon gramma gnonai emauton) y, al preguntarse «équién soy? no excluye (ésta constituité la gran diferencia con Descartes) ie posibiidad de ser él mismo un animal singular y de tener que co- nocerse como un extraio animal. ¥ dice: Debido a lo cual digo adi6s (chairein) a esas fabulas y al respecto, ne remito a la tradiciOn: Io dije hace un momento, no som ellas las {jue examino, sino a mi mismo. caso soy yo una fer una fer sl saject therion] extrafiamente mas complejay mas loca de orgullo que “Tin (Tifdn es el nombre de un viento que brama y el de un Gigante Tene de orgullo: ser a-typhos es ser modesto, desde el momento en ique une se comoce)? Acas0 soy yo un animal coon) ms apacible y son complicado, cuya naturaleza participa de no sé qué destino divino y que no esta henchida de orgullo? (230 a). Dues el Fedro es asimismo una especie de didlogo de animales. Nos recuerda la vor deménica (mitad animal mitad divina) de S6era- tess el tiro de los dos caballos, el bueno el malo; se pregunta por el hecho de que el zoom, el ser vivo, pueda ser denominado tanto mor- tal como inmortal dhneton/athanaton) (245b); invoca el mito de las Cigarras que antaio fueron hombres capaces, para cantar, de mori y de olvidar Ia bebida y la comida y, cuando rinden cuenta a Calfope y fa Urania, las cigarras sefialan a los filésofos porque se pasan el tiem bo honrando la misica que ¢s propia de sinbus Musas. Yo flosofon Prede querer decir: en cuanto hombre, soy una cigarra, me acuerdo Fre lo que soy, una cigarra que recuerda haber sido un hombre: volver Sobre mi mismo es hacerme volver al canto y ala misica “Ahora bien, épodemos nosotros responder a la pregunta «Pero yo aquién soy?». ¥ Zqué es lo que distinguiré alguna ver, con total pure- sla respuesta —asi llamada libre y responsable— de la reaccién a un icrema complejo de estimulos? Y équé es una cita, después de todo? “Pero yo equign soy?s: todos nosotros hemos lfdo esta frase en Ja segunda de las Meditationes de prima philosaphia. La dejaremos 70 esperando el sempo que tardamos en dar unos cuantos rodeos pero, ‘slo prometo, volveremos a pasar dentro de un rato por ese camino de una gran tradicion francesa, la cartesiana, de una filiacién que se remonta hasta el presunto padre dela filosofia francesa, Lo desono ‘con ese nombre de padre por més de una razén. En. primer lugar, para situarnos sobre la pista dela supuestaanimalida del padre absoluto, aquel al que se mata o se ofrece en sacrificio: oe fel fin de instaurar la igualdad de los hermanos. En segundo lugar, porque me gustaria someter a vuestra discusién la hipétesis sein la cual algunos de los pensamientos sobre la animalidad aparentemente menos eattesianios, los mis heteragéneos al mecanismo del animal | maquina, pertenecen sin embargo a la filiacién del cogito cartesiano, Provedeindefecblemente de sea vecxs, como ana denegiion |sintomatica que considero itrecusable y que nos ordenaré conceder un gar nortan a certo conepto del soma, Mis cempes ‘© mis re-ferencias ejemplares serdn tanto los de Kant y Heidegger om los de Levinas y Lacan. Haba otros, por supuest, pero ene empo del que dspopenan me gusta pot lo menos ecnose ess lugares y esos tipos de discurso. Los considero a la digmati- ver paradigmat- cos, predominantes y normativos, Organizan una topologia Srcal © incluso, en un sentido un poco nuevo del término, una antropologia ‘mundial, una forma para el hombre de hoy de situarse frente a lo que ‘denomina «el animal» dentro de lo que denomina «el mundo»; otros tantos motivos, el hombre, el animal y, sobre todo, el mundo fal me Sa en cierto modo re-probler ° " Vol jeremos a pasar mas de una vez por todos estos caminos; a todo cuando intente explicarme, con el fin de dar cuenta de ello, lo oa ae en el momento en que, justo en la mitad del titulo, anunciado, tal y como éste se imprimié en primer lugar en mi, El ani- ‘mal que estoy si(gui)endo, me vino hace poco la idea de inscribir la siguiente conjuncién con valor mas o menos silogistico 0 expletivo: El animal que luego estoy si(guiendo. " ° Ya lo he dicho més de una vez: volveremos a pasar por estos caminos Y es que seria preciso seguir dicha andadura. Mi tinica pre ee ae a quisiéramos reducirla a una palabra, serfa la cuestién ty eon, prose tel epee? {Qu laces cuando sguinos Qué hago cuando sigo?

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