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CUENTO

El cuento
De
Las viejitas
EL CUENTO DE LAS VIEJITAS

Había una vez, dos viejitas apesadumbradas, se miraban una a la


otra y se decían...

¿Tú tienes miedo?


Yo sí, mucho y ¿Tú?
Sí yo también, no quiero ir por ahí, está muy oscuro
Decían esto, mientras ambas miraban el pasaje que debían pasar,
largo, oscuro y angosto.
No había otro lugar por donde pasar, era sólo ese.
Ambas tiritaban de temor y el temor les bloqueaba el acto de pensar
Una le dice a la otra...
¿Tienes algún tipo de luz?
No, le dice la otra, ni fósforos, ni linterna, ni encendedor
¿Qué haremos?
No sé le dice la otra, pero tenemos que atravesar, no nos podemos
quedar aquí, estancadas.
Tienes razón, le dice la otra viejita, pero ¿Cómo lo haremos?
En ese momento nada se les ocurría
Mira, le dice una a la otra, tengo una idea

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Pasa tu primero y si llegas al otro lado, me dices que no tenga
temor y que vaya, esto me ayudará a pasar al otro lado.
¿Chis!, le dice la otra, si que eres fresca, ¿por que no pasas tú
primero y a mi me dices que no tenga temor y que pase?.
No, le dice la otra, es que tú eres más valiente
¡Qué valiente, ni que nada!, lo que pasa que tú eres fresca, te
quieres aprovechar de mí
Bueno, bueno, no te enojes, si solo era una idea
Así, las dos viejitas se sientan en el piso y se ponen a pensar
¿Qué haremos? ¿Qué haremos? ¿Qué haremos?
¡Ya sé!, le dice una, que tal si vamos juntas por el pasaje, espalda
con espalda, tu miras para atrás y yo miro para adelante, así la
unión hace la fuerza y llegaremos al otro lado.
¡Que buena idea!, le dice la otra viejita, hagámoslo así entonces, y
diciendo esto se pusieron en marcha, espalda con espalda.
De pronto, la que iba mirando hacia delante ve dos luces y le dice a
la otra viejita....
¡Oye!, fíjate que veo dos lucecitas que se mueven junto a nosotras
La otra viejita le dice....
¡Si!, yo también veo dos luces que nos acompañan
No, le dice la otra, éstas tú no las puedes ver por que estas a
espaldas de mí.
No, le dice la otra viejita, si las veo
Que no te digo, por que tú estas a mis espaldas y estas luces están
delante de mí

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Que sí que las veo y diciendo esto, no se dieron cuenta como
llegaron a la salida del pasaje, hasta que una le dice a la otra....
¡Oye!, ¿Te fijaste?, ya pasamos
Es verdad, le dice la otra, ya pasamos, ¿Fue fácil cierto?
¡Cierto!, le dice la otra, fue fácil
y ambas dan un suspiro y se alejan.

Moraleja:

No dejes que tu mente se distraiga del momento


Debes confiar en tu propia luz,
Que nada te ha de pasar, si tú no quieres que pase.

El confiar en sí mismo es la mayor herramienta contra todo temor, si


confías que nunca estas sola.
En la confianza está el saber, hacer y osar.
Y que una luz llamada Ángel te acompaña
¡Siempre!

******************************* Fin ***********************

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