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LA ESPADA DEL ESPRITU

El Espritu Santo nos conduce a travs de los reinos de la verdad y del


error. Nos da la piedra de toque con la cual descubrimos lo falso, y nos ensea
a responder a Satn aun cuando ste nos cite las Sagradas Escrituras
empleando, como lo hizo Jess, las mismas armas blandidas por l, dicindole:
Tambin est escrito.
l sabe distinguir entre la falsa paz y la verdadera; entre el gozo terrenal
y el incorruptible; entre el amor que nace nicamente del instinto natural y el
de la caridad nacida del amor de Cristo, que no falla jams; entre el celo de
Jeh que es una pasin egosta, y el celo santo que nace cuando nadie lo
aplaude, y se mantiene firme cuando nos cuesta la vida, como cuando nos
conduce al trono. l sabe distinguir entre la adoracin falsa y la verdadera;
sabe cuando la oracin que se eleva al Padre Celestial es inspirada por el
Espritu Santo y que se ve en secreto, lo mismo cuando la emocin religiosa
nace de una sensacin asctica producida por un sermn elocuente, por un
relato conmovedor, por un llamamiento sentimental o por una sublime sinfona
musical que haga saltar las lgrimas, aunque el corazn permanezca duro
como una piedra, sin sentir nada con respecto a Dios o nuestros semejantes.
El Espritu Santo nos ensea a orar como lo hizo el salmista:
Examname, oh Dios, y conoce mi corazn: prubame y reconoce mis
pensamientos; y ve si hay en m camino de perversidad, y guame en el camino
eterno (Salmo 139: 23, 24).

Albert Benjamin Simpson


El Poder de lo Alto.

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