Al celebrar las grandes fechas de su historia, como nosotros celebramos hoy
182 aos de la declaracin de la Independencia de nuestro pas, los pueblos proceden de una manera doblemente justificada y persiguen una doble y alta finalidad. Por una parte, se trata de rememorar los acontecimientos gloriosos que son el punto de partida de la existencia de esos pueblos o han influido en su desarrollo y brindar un homenaje a los hombres que fueron protagonistas de tales hechos. Por otro lado se busca extraer los ejemplos y enseanzas que nos posibiliten la contemplacin de ese pasado, a fin de inducirnos a realizar los esfuerzos necesarios por asegurar la perduracin indefinida de la nacionalidad y su progresivo engrandecimiento. A los hroes de julio en Tucumn, les correspondi la ardua tarea de tomar una decisin importantsima: declarar la independencia de toda dominacin extranjera. Ellos nos proclamaron libres, tomaron acertadamente la decisin madura de cortar lazos y no aceptar nunca ms todo en forma pasiva. A las generaciones actuales nos toca no slo mantener el Honor de la Nacin y conservar intacto el patriotismo, sino tambin rever la actitud pasiva que parece haberse instalado entre nosotros. Preguntarnos si es suficiente lo que tenemos, si es que acaso somos conformistas y aceptamos la cosas como son o como quieren que sean. Muchas veces crecemos, pero no somos capaces de tomar decisiones de adultos. Pues bien, por eso tambin tenemos que luchar para impulsar a la Repblica a una superacin constante y por fin or, como dice nuestro Himno el ruido de rotas cadenas. Pero todo esto debemos llevarlo a cabo en todos los mbitos donde nos desempeemos, porque si bien hoy ya no estamos bajo dominio espaol, son otras las fuerzas que nos dominan. Depender de nosotros, de nuestro compromiso, de nuestras decisiones maduras, entonces, el que podamos ejercer de pleno la libertad proclamada en Tucumn el 9 de julio de 1816.