Dios y El Estado

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No hay ms que dos medios para convencer a las masas de la

bondad de una institucin social cualquiera. El primero, el nico


real, pero tambin el ms difcil, porque implica la abolicin
del Estado es decir la abolicin de la explotacin polticamente
organizada de la mayora por una minora cualquiera , sera la
satisfaccin directa y completa de todas las necesidades, de todas
las aspiraciones humanas de las masas; lo que equivaldra a
la liquidacin completa de la existencia tanto poltica como econmica
de la clase burguesa, y como acabo de decirlo, a la abolicin
del Estado. Ese medio sera, sin duda, saludable para las
masas, pero funesto para los intereses burgueses. Por consiguiente
no hay que hablar de l.
Hablemos del otro medio, que, funesto para el pueblo solamente,
es, al contrario, precioso para la salvacin de los privilegios
burgueses. Este otro medio no puede ser ms que la religin.
el protestantismo es mucho ms cmodo.
Es la religin burguesa por excelencia. Concede justamente tanta
libertad como es necesaria para los burgueses, y ha encontrado
el medio de conciliar las aspiraciones celestes con el respeto
que reclaman los intereses terrestres. As vemos que es sobre
todo en los pases protestantes donde se desarrollaron el comercio
y la industria.
La inmensa mayora de los individuos humanos,
no solamente en las masas ignorantes, sino tambin en
las clases privilegiadas, no quieren y no piensan ms que lo que
todo el mundo quiere y piensa a su alrededor; creen sin duda
querer y pensar por s mismos, pero no hacen ms que reproducir
servilmente, rutinariamente, con modificaciones por completo
imperceptibles y nulas, los pensamientos y las voluntades ajenas.

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