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ALFONSO MENDIOLA MEJIA Compilador INTRODUCCION AL ANALISIS DE FUENTES ANTOLOGIAS UNIVERSITARIAS * _ UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA DEPARTAMENTO DE‘ HISTORIA Introduccion al andlisis de fuentes Alfonso Mendiola Mejia Compilador {AVERDAD NSH LINES UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA DEPARTAMENTO DE HISTORIA MEXICO, 1994 UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Lie, Carios Vigil Avalos PHYS Rector T5? Ing. Guillermo Celis Cottn Director’Ceneral Académico Dr. Guillermo Zermeiio Padilla Director del Departamento de Historia \- 669 470 La adlelén de ta presente antologia no persigue fines comercial Talo material es parm uso exclusivo de los estudiantes de esta itucién, Dopnriamento de Historia Universidad tberoamericana Prolongncién Paseo de la Reforma 880 Juomas de Sania Fe, Delegacién Alvaro Obregén .P. 01210 Impreso y hecho en México {NDICE PRESENTACION ¢ INTRODUCCION 4A @- 407 B/ I. ESTRUCTURA BASICA DEL ACTO DE LEER Prélogo 1, La literatura en el lector: estilistica "afectiva" Stanley Fish 2. El proceso de Lectura Wolfgang Iser 3, El lector modelo Umberto Eco Cuestionario Il, LA HISTORICIDAD DEL ACTO DE LEER Prélogo 4, Fundamentos para una teorfa de a experiencia hermenéutica HG, Gadamer 5, La historia de la literatura como provocacién de la ciencia literaria Hans Robert Jauss Cuestionario IIL CRITERIOS DE VERIFICABILIDAD DE LA INTERPRETACION: LA HISTORIA SOCIAL DEL LECTOR Prdlogo 6. Para una historia literaria del lector Harald Weinrich 7. Un desafio a la teorfa literaria Jean Starobinski 8. La estética de la recepcién en cuanto pragmética en las ciencias de la literatura Rainer Warning Cuestlonario n 13 1S 7 61 121 123 125 129 149 233 235 237 239 259 275 B19 PRESENTACION DE LA COLECCION Este libro forma parte de una coleccién de Antologias Universitarias, cuyo propésito principal es didactico. Lo anterior es un proyecto del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana. Pretende exponer algunos de los problemas actuales en las 4reas de la historia. ‘ba coleccién surge de 1a necesidad de ofrecer al alumno -de historia una serie de textos que compendien 1a discusién que hoy en dia se lleva a cabo sobre el quehacer de la historia. Las antologias no quieren ser exhaus- tivas, sino tan s6lo sefialar las distintas posiciones. ¥ de esta manera tomar parte en la discusién. INTRODUCCION Las fuentes han sido lefdas para encontrar en ellas datos. Lo que se pretende en esta antologia es problematizar ese modo de lectura. La actual filosofia de las ciencias, atin en su tradicién empirista, nos ha ensefiado que no existen datos empiricos independientes de un lenguaje tedrico que los posibilita. El dato no es algo dado sino construido. Bajo este planteamiento, lo minimo que debemos hacer al leer las fuentes es fijarnos en el lenguaje a través del cual se producen los datos que nos ofrecen. Es decir, analizar el mundo de vida desde el cual lo que se nos relata es generado. Si el mundo de vida desde el cual se cuentan las cosas es distante al mundo de vida del lector, como es el caso en la investigacidn de historia, esto exige un trabajo especifico para mantener en la interpretacién esta alteridad. Con ello queremos afirmar que ver y contar sélo se logra al referirse a un sistema de reglas que ha sido integrado al individuo por un proceso de ‘socializacién. Contar es comprender los sucesos desde su subjetividad configurada histérica-socialmente. Para que el acto de leer adguiera dimension temporal es necesario realizarlo tomando en cuenta tres momentos distintos. Primero, hay una lectura inmediata © espontdnea que comprende el sentido del texto: este sentido encontrado en esta lectura aparece como inserito en el texto mismo. Segundo, trabajar el sentido encontrado en el primer momento refiriéndolo a la subjetividad que lo construye, es decir, convertir el sentido del texto concretizado en la lectura seponténea en una actualizacién, ya no inmediata, sino reflexiva. El sentido adjudicado en el primer momento ya no se atribuye al texto en si sino en referencia al lector (para 61): el mundo de vida desde el cual es lefido el libro. Al haber elaborado este segundo momento ya tenemos situado una forma de leer el texto: la que hace el lector actual. Gracias a eso es que se puede hacer el tercer paso, que consiste en reconstruir la manera en que el texto-documento era leido en la época en que fue escrito: tensién de mundos de vida, el del lector actual y el del lector original al que el texto se dirigfa. Esta diferencia de lecturas, la que hace el lector actual y la del lector originario, es lo que nos permitiré superar la lectura positivista que se hace tradicionalmente en la investigacién de historia, Y con esto saber quién, cémo y de qué nos hablan las fuentes. I. ESTRUCTURA BASICA DE ACTO DE LEER LOGO for fundamenta la validez de os resultados de sus investigaciones en ‘actode leer. La garantia de verdad de sus enunciados depende de si entendié stamente los documentos que ley6. El tinico control argumentativo que Ia ciencia hist6rica es el proceso de la lectura . Por esto es importante sobre qué es leer. — Blacto de leer es bdsicamente el acto de entender. Una reflexi6n sobre la Tectura es, ante todo, preguntarse qué es entender. Leer es poder diferenciar ‘entre entender omal entender, Cuando terminamos de leer cualquier texto nos amos acerca de si lo habremos entendido correctamente 0 no. Pero entender qué?, el sentido o significado del texto. Ahora podemos destacar lo ‘siguiente: entender es preguntarse por qué los textos tienen sentido. Es décir, ‘porqué un texto nos dice algo. Leer es dialogar con un escrito. La accién de leer la dialdgicamente entre lector y texto, por ello podemos sostener que srelaci6n intersubjetioa: yo-td. Noes una relacién entre yo y mundo, sino ién en donde el mundo se hace presente por la mediacion del el mundo es lo que le dice un yo a un ti. En la lectura no tengo una sensible de un fragmento de lo real. La estructura basica delacto de estructura de la experiencia comunicatioa. todo aquello por lo que nos interrogamos por su sentido. Lo mismo 1un libro que una acci6no un objeto, siempre y cuando nos preguntemos significado de cada uno de ellos. Todo lo que se nos manifiesta como lleno ‘de sentido nos exige leer. De este modo, todo lo que pertenece a una cultura ser objeto de lectura: un texto, un comportamiento, una casa, una ta, etcetera. Si como hasta ahora hemos visto, leer es entender el significado de un texto, ‘el siguiente paso es explicar por quéalgo tiene sentido, Solo hay sentido cuando el sujeto que lo genera sigue un cOdigo. Para que haya significado hay que womclerse a un sistema de reglas, y éstas deben ser ptiblicas. Entender compartir con otro u otros un mismo cédigo, Este sistema de reglas puede ser desde wna gramutica hasta un conjunto de costumbres. El cédigo es aquéllo que 16 interioriza un individuo en su proceso de socializacién. Introducirse en el significado es formar parte de una comunidad. Para comprender et significado de un enunciado o de un objeto material es necesario referirlo a un sistenta de reglas. Pero todo enunciado es un acontecitniento, es decir, sucede en una situacién determinada. Por esto debemos explicar el paso que hay de la regla a su aplicacién en una situacién concreta: de lo universal a lo singular. Toda produccién de sentido, en tanto que relacién comtimicativa da cuenta reflexiea por parte del hablante y del oyente del uso de las regins: El uso ilel cddigo no es mectinico, La comunicaci6n en tito que suiceso exprese la situncidn en que se desarrolla, Los élemeritos que en la generacién de enianciados:manifiestan to contextual se conocen com detcticos. Los detcticos sort aquéllos términos que s6lo adgitleren sentido cuando se reconoce ta Situacién espacio-teniporal eit que se usan, por ejemplo: aqut, alld, ahora, ayer, yo,tit, étcétera, Enesencia, la deixis seocupa de como las lenguas codifican o gramaticalizan rusgos del contexto deenunciacién oeventos de habla, tratandoast también de como depende la interpretacién de los enuntciados del andlisis del contexto de vuuonciacign, Ast, el pronombre esté no se refigre a ni denomina una entidad coucrela en su uso, sino que nuds bien es una variable o soporte de lugar para wia entidad concreta dada por el contexto (por ejémplo mediante un gesto). El acto de leer tiene la estructrira general del didtogo. Primero, es.wna relacién intersubjetion, es decir, sujeto (hablante)- sujeto (oyente). Esta rela cidit yo-ti tiene por intencidn Ia de entenderse. Segundd, los dos que intervie- nen entel dislogo deben compartir un nitsmo e6digo. Tercera, elaccesouat mundo estd mediado por lo dicho en la conversacién. Cuarto, el didlogo seda conto evento de habla. Los niveles en que se ntueve el acto de leer son: a) lo dicho es ta relacién con el nruudo, b) el modo como se dice es la relacién con el sujeto leclor, yc) lo dicho en tatto que dicho por alguien es Ia relacién consigo mismo. LA LITERATURA EN EL LECTOR: ESTILISTICA “AFECTIVA” + Stanley Fish x i La significacién como suceso Si en este momento alguien preguntase: "Qué est4 usted haciendo?”; podria contestar: “Estoy leyendo”, y set conceder que la lectura es una actividad, algo que so hace. Nadie afirmarfa que el acto de leer puede tener lugar en ausencia de alguien que lea -icémo separar la danza del bailarin?- pero, curiosamente, a la hora de hacer enunciados analiticos sobre el producto final de la lectura.(significaciones o comprensién), el lector suele ser olvidado o ignorado. Ciertamente, en-la més reciente historia de la literatura ha sido excluido por ley. Me refiero, naturalmente, a los pronunciamientos ex cathedra de Wimsatt y Beardsley en su articulo "La falacia afectiva”, de enorme influencia: “La falacia afectiva consiste en la confusién entre el poema y sus xesultados (lo que es y lo que hace) [...] Comienza intentando derivar las, normas de la critica a partir de los efectos psicolégicos del poema, y termina en el Ampresionismo y el relativismo. El resultado [...] es que el poema mismo, en cuanto objeto de un juicio erftico especifico, tiende a desaparecer”+ Tqonado de Rainer Warning (Ed.), Estética de 1a recepeidn, (trad. Ricardo Sénchez ortiz de Urbina), Madzid, Editorial Visor, 1989, pp. 11-132. 1 the Verba Zeon Lexington, Ky., 1954, p. 21. 18 staniey Fish En su momento volveré. a_estos -argimentos, no tanto para refutarlos cuanto para afirmarlos o integrarlos; pero antes quisiera mostrar la fuerza explicativa del método de anélisis que toma plenamente en cuenta al lector como instancia mediadora activa, y que, en consecuencia, se centra en los “efectos psicolégicos” de los enunciados. ¥ quisiera empezar con un enunciado ajeno a las cuestiones que usualmente planteamos: "Que Judas pereciese ahorcéndose es algo de lo que no hay certeza en-la Escritura: aunque en un'lugar*parece afirmarlo, y un.término»ambiguo ha'dado ocasién para interpretarlo asi, sin embargo en otro lugar, en una descripcién més precisa, se, tiene por improbable, y parece negarlo". = . . Normalmente, uno’ empezaria preguntando “Zqué signifi- ca esta frase?”, o bien, “éde qué trata?”, 6 “equé es lo que dice?", preguntas todas qué ‘presupénén “la objetividad de la expresién. Sin embargo, y’pata mis fines, esta frase tiene’ la ventaja de no decir nada. Es decir, no se puede establecer “un hecho que’ pueda sorvir de ‘respuesta a edés prégurtas. Naturalmiente, outa dificultad es ella misma un hecho. -de ‘respuesta- 1 y sugiere, para mi al menos, que lo que como enunciado punto tener un sentido problématico, éomo estrategia tiene mpleto sentido. Sé éitiende ahora el‘ enunciado coma una “accién” “que tiene como’ mensaje. Esta titrategia de la accién’és tina estrategia de progresiva incortidumbre. Simplemente con fijarse en la priméra cldusula de la frase el lector se atiene al aserto “que "that Judas perished by hanging himself, there is no certainty in Soripture: though in one place it seems to affirm it, and by a doubltful word hath given occasion to translate it; yot in another placo, in a moro punctual doseription, in makoth it improbable and Soom te overthrow it, La literatura en el lector: estilistica 'afectiva" 19 Judas pereciese’ ahorcéndose” (en-construcciones de este tipo “que” se entiende como abreviatura de “el hecho de que”j: Esto. no es una decisién consciente, sino més bien un ajuste anticipador en la proyeccién del futuro transcurso de la frase. Sabe (sin que este conocimiento tenga forma cognitiva) qué esta primera eléusula es 61° preliminar de un-largo aserto (es su “page”) y que tiene que controlarla para poder moverse f4cil y confiadaménté:en lo que sigue. Bn el contexto da este “conocimiento”, esté preparado,sin estar muy coneciente de ello, para. qué sigan algunas de estas conetrucciones: Que Judas pereciese colgéndose, es (un ejemplo para todos). Que Judas pereciese colgfndose, muestra (lo cons~ ciente que era de la enormidad de su pecado). Que Judas perecidsé colgéndose, deberfa (darnos que pensar). #1 nGmero de estas posibilidades (y hay muchas més de las listadas) se estrecha considerablemente cuando lwan las palabras que siguen: "es algo-de lo que no”. Kn w#te momento, el lector estaé esperando, incluso predi¢iendo lo que seguiria:, "hay duda”. Pero, en lugar da wllo se encuentra con “hay certeza”. ¥ entonces el hecho que le habia servido de punto de referencia se hacu ineierto. (Es ir6énico que la apariencia de certeza de ocasién a laduda, mientras que la palabra duda habria contribuido a la certeza del lector). En gunnacuencia, los términos de la relacién del lector oon la frase experimentan un cambio profundo. So snuuontra sGbitamente envuelto en un tipo diferente do actividad, M@a quo seguir un argumento a lo largo do un camino bion dluminade (una luz, dospuds do todo, oo 20 stanley Fish - ha apagado), est4 buscando uno. El impulso natural en una situacién como ésta, en la vida o en-la literatura, es seguir adelante, con la esperanza de que lo que se ha oscurecido, se aclare de nuevo; pero, en este caso, seguir adelante sdélo intensifica el sentido de la desorientacién. del lector. La prosa esté continuamente abriendo, pero después cerrando, posibilidades- de verificacién en una u otra direccién. Hay dos tipos de vocabulario en la frase; uno, ofrece.la esperanza de acleracién. -lugar, preciso, negar- mientras que el otro decepciona - aungue, ambiguo, sin . embargo, improbable, parecer-; y el lector se mueve adelante y atraés en ellos y entre la alternativa -que Judas pereci6 colgéndose o no- que ‘esta en suspenso (en realidad es el lector quien esta en suspenso) -Guando la frase termina (ése desvanece?,° icesa?). La Andeterminacién de la experiencia se confirma con la abundancia de pronombres. Se hace dificil decir a qué se refiere el “lo”, y si el lector se toma la’molestia de volver atr4s sus pasos, se encuentra nuevamente con “que Judas perecié colgdndose”.’En resumen, cambia un pronombre indeterminado pot’ una afirmacién todavia manos determinada (es decir, cierta). ho que este anélisis tiene de persuasivo ¢ iluminador (y no ha Sido exhaustivo) es el resultado de sustituir una pregunta -qué significa esta frasé?- por. otra pregunta més operativa - La concentracién’en’ la palabra como objeto, ‘comd cosa’ en si, y- como depésito de significados, tiene diversas. consecuencias, teéticas'y précticas. En primer lugar, crea una base completa de enunciados, los cuales, a causa de su pretendida transparencia, son declarados ain interés eh cuanto*objeto de andélisis..Enunciados © fragmentos de enunciados que*”tienen sentido” de modo, inmediato (frase muy reveladora.si uno se detiene a pensar) son enunciados neutrales ysifivestilo, refieren.o informan "gimplemente”. Pero la aplicacién a tales enunciadds de la preguna “Zqué es lo que hacen?” (que suponen qué siempre sucede algo) revela:que en su’ produccién y comprensién hay muchas linglistica afecta’y presiona} aunque la mayor parte tiene lugar de modo tan’ préximo, ‘en sniveles «ide experiencia ‘tan baésicos o “preconscientes”, .que- pasan desapércibidos. Asi el.enunciado ‘(éscrito o~hablado), “ahi hay una silla” se entiende inmediatamente o como: dnformacién de una situacién dada ocomo un acto de percepcién (veo una silla). En cualquiera de. los dod marcom da referencia, produce un’ sentido inmediato. Bin embargo, a mi entender, lo que interesa en el enunuiado e6 el mensaje sub rosa a que da lugar.en virtud de su f4cil comprensién. A causa de ello, da una informacion directa y simple, afirma:(silenciosa; pero @ficazmente) la posibilidad dé dar informacién: de modo dixecto y simple: y es as{ una extensi6n de la actividad ordenante que cumplimos'en la experiencia‘cuando se filtra a través de nuestra ‘conciencta tempo-espacial- En resumen “hace sentido” de’ 1a misma manéra exacta- mente que proveemos de sentido (producimos) a cual- quier cosa, si la hay, que existe fuora do nosotros; Y como quiera que tal producoién do wmi-liln an £4cd1, ejemplos de lenguaje ordinarioz .son scosas “(toda experienciar La literatura en el lector: estilistica "afectiva’ 27 nos comunica que puede f4cilmente hacerse el sentido, Y que nosotros somos capaces de hacerlo f4cilmente. un documento entero que, conste de tales enunciados -un libro.de quimica o..la.guia de teléfonos- nos .estaré comunicando esto continuamente, y esesto, més que cualquier ."contenido” .de:-informacién. lo que es su significacién. Podemos llamar a.este lenguaje, “ordi- nario”, s6lo porque confirma y reflejainuestra compren- ei6n ordinaria del mundo y nuestra posicién en é1, pero precisamente por tal raz6n es “extraordinario” (a menos que aceptemos,. 1a epistemologia ingenua que nos garantiza @1 acceso inmediato a la ‘realidad),.y dejarlo sin analizar es.correr el riesgo de,omitir muchas de las cosas que suceden -a nosotros oa través de nosotros~ cuando leemos o, (asi. creemos), cuando comprendemos. Dicho brevemente, el problema consiste en que la mayoria de los métodos de anélisis opera a un nivel tan alto de abstraccién, que los datos bésicos de la experiencia significativa son dejados de lado y/o omcurecidos. En el 4rea de los estudios especificamente literarios, los efectos de ‘una teorfa ingenua del significado y de la correspondiente asuncién del lenguaje ordinario pueden verse como el reconocimiento del estado lamentable de la critica de la novela y de la prosa en general. Se explica ordinariamente con referencia a la distincién entre prosa y poes{a, que aquivale actualmente a la distincién entre lenguaje ordinario y lenguaje poético. Se afixma que la poes{a se caracteriza por una alta incidencia de su desviaci6n con referencia a las normas alnt&cticas y los hdébitos 1éxicos. La prosa, por otra parte (a excepcién de excéntricos barrocos como Thomas Nrawne y James Joyeé) es simplemente prosa, y nada m4s, 28 stanley Fish A Es esta incapacidad para. no ocuparse sino de los efectos espectaculares a lo que yo quisiera poner xemedio, aunque, en cierto sentido, los dos ejemplos con los que empezé este ensayo estaban mal elegidos porque eran anélisis de expresiones. obvia ‘y problem4ticamente desviantes con relacién a la norma usual. Se trataba claramente de un medio para llamar 2a atencién. Suponiendo que lo haya conseguido, permitaseme insistir en que tal método posee grandés ventajas cuando se aplica a un material con pocos xecursos. Consideremos, por ejemplo, esta frase’ (mas, bien un fragmento) dé Walter Pater en el capitulo final de su El Renacimiento , que, si bien no tiene el estilo del habla ordinaria, no parece. sin embargo prestarse para su objeto de. un andlisis.critico: "Este claro y eterno contorno del rostro y los miembros no es sino una imagen de nosotros".’ 4Qué se puede decir de un entinciiado como este? Un analista de estilo encontraria, me temo, un enunciado Penosamente recto .y no desviante, un enunciado simplemente declarativo, de la forma X es Y. ¥ aunque por casualidad se sintiese interesado por él, no prestar{a mucha atencién a la primera palabra “That”. Esté simplemente ahi. Pero naturalmente ‘no es tan gencillo; esta ahiactivamente, haciendo algo, y lo que @8 algo puede descubrirse preguntando: “qué hace?”. La respuesta es obvia, est4 ante nuestros ojos, atingue no podamos verla hasta que no planteamos la prégunta. “That” es un demostrativo, una palabra que sefiala, y, al hacerlo, establece un sentido para su referente ‘That clear perpetual outline of face and ldmb da but an image of ours, La literatura en el lector: estilf{stica "afectiva" 29 (todavia indeterminado). Lo que pueda ser esa palabra est4 fuera, a distancia del lector observador, puede sefialar (lo que hace es precisamente sefialar), como algo sustancial y sélido. En términos de la xeaccién del lector, “that” genera una expectativa que impulsa hacia adelante, a buscar 10 que “that” es. La palabra y su efecto son losdatos: bésicos de la experiencia de significados, y-dirigen la descripcién de nuestra experiencia porque dirigen al lector. El adjetivo “claro” actiia en dos sentidos. Promete fl lector que cuando aparece “that”, seré:capaz. de xeconocerlo facilmente, y, conversamente, que’ puede "er reconocido fécilmente. “Eterno” estabiliza la visibilidad del objeto prometido por “that”, aun antes de percibirlo, y “contorno” le da su»forma potencial, planteando al mismo tiempo una cuestién. La pregunta =tcontorno de qué?- es contestada inmediatamente por la expresion del rostro y de los miembros, lo qué, en efecto, cierra’ ese contorno. En ese momento el lector #@ encuentra con el verbo declarativo “es” que pone el mello de la realidad objetiva a todo lo precedente ast& orientado de modo pleno y seguro hacia un mundo de objetos perfectamente discernibles, y de observa~ dores que disciernen, entre los que 61 se encuentra. Pero entonces la frase se vuelve contra el lector y le quita el mundo que ella misma ha creado. Con el “sino” al progreso f4cil a lo largo de la oracién se detiene (transcurre una fraccién de segundo antes de darnos cuenta de que “sino” tiene la fuerza de “sélamente”); la fuerza declarativa de “es” se debilita, y elstatus da ese contorno firmemente establecido gue el lector habia sido forzado a aceptar, se hace inseguro; "{magen” resuclvo esa inseguridad, pero en la direc~ oién do algo insustancial, y osa figura ahora confuse se le 30 stanley Fish . desaparece completamente . cuando las. palabras. "de nosotros” anulan.la.distincién entre.el lector y lo que esté (o estaba). fuera.de 61. Pater da y Pater quita. También ahora esta desctipcién de la experiencia del lector es un anélisis del significado de la frase, y ai se preguntara “pero, équé es'lo que significa?”, tendriamos simplemente que ‘repetir la descripcion. Lo que ocurre con este enunciado.es lo que nos afecta, en mi opinién, en‘ ntiestro 4mbito de competencias en cuanto criticos-y profesores.de litefatura. Hay mas en 61, es decir, en nuestra experiencia, de lo gue encuentra un ojo superficial. Lo que se requiere es.un método, si’ se quiere, un mecanismo, que con sus operaciones haga observable 0, al menos, accesible, lo que est& por: debajo «del: nivel. de la respuesta consciente. Todo &1 mundo.admite que algo, "rare" ocurre en la frase sobre dudas de la Religio Medicide Browne, y que ‘hay una dificultad incorporada ‘en Ja lectura y comprensién del verso del Paraiso perdido: Pero hay. una tendencia a suponer que el enunciado-de Pater es un simple aserto’ (sea cual. fuere). Naturalifente -no es nada parecido. Realmente no es una asercién de ninguna manera, aunque la promesa de una.asercién es uno de sus componentes. Es una: experiencia, ocurre, hace algo, nos obliga a hacer algo. Me atreverfa a decir: directa contradiccién con Wimsatt-Beardsley- gue lo que hace es‘ lo. que+significa. -en Légica y, estructura de la respuesta Afixmo simplemente que no hay una relacién directa entre el significado de una frase (pérrafo, novela, pooma) y lo que significan sus palahrnn, 0, para La literatura en el lector: estilfstica "afectiva" 31 decirlo de manera-menos provocativay: que la informa- cién que proporciona un eniinciado, su mensaje, es un constituyente de, su. significado, pero .no_, puede identificarse..con..61; Es 1a experiencia. de un enunciado, todo él, y no algo que pudiera decirse sobre 61, incluyendo lo que yo pudiera decir, lo que es su significado. . Se sigue de aqui, pues, que es imposible expresar la misma cosa de dos’ (o mas) mareras diferentes, aunque tendemos a pensar que esto ocurre continuamente. Lo que hacemos sustitair inmediata experiencia lingiifstica por una interpretacién o abstraccién de ella, con 1a qué esta inevitablemente comprometida. Hacemos lo posible por olvidar lo que nos ha sucedido en nuestra vida con el lenguaje, distan~ edéndonos tan lejos comd nos es posible del aconteci~ miento lingliistico, antes de hacer cualguier afirma- cién sobre 61. As{ decimos, por éjempio que ‘vel libro del padre” y “del padre él libro” significan lo mismo, elvidando que “padre” y “libro” ocupan diferentes posiciones de énfasis en las diferentes experiencias; Y, & medida que avanza este proceso de olvido, somos capaces de creer que enunciados diferentes son equivalentes en significad . entonces (es “nuestra "Este hecho queda oculto por 1a influencia del Lenguaje que, moldeado por las ciencias, presiona a favor de conceptos exactos, como si éstos representasen los resultados inmediatos de la experiencia".t 1 N. Whitehead "Dhie fact i concealed by the influence of language, mouldad hy soionea, which folste on us exact concepts as though they reproaonted the immediate deliverancoa of experience, 32 stanley Fish "Y si continuamos con nuestros pensamientos en ese mando gue no consiste en objetos cuya solidez es un revestimiento del lenguaje, sino en impresiones, inestable, vacilante, inconsistente, mundo que se enciende y apaga con nuestra conciencia entonces-se contrae cada vez més".* we Walter Pater Es (literalmente) tentador decir que estas frases quieren decir lo mismo: que el lenguaje que pretende ser preciso, opera oscureciendo el flujo y el desordén de la experiencia actual. ¥ naturalmente os asi si las consideramos en un nivel de generalidad suficientemen- te alto. Sin embargo, en tanto que experiendias individuales vividas por un lector, no son en absoluto semejantes, ni lo son sus significados. Si empezamos por la frase de Whitehead, no significa simplemente, lo que dice, porque, a medida que el lector avanza en su lectura, experimenta la estabilidad de ese mundo cuya existencia supuestamente niega, La palabra whacho” establece la idea de inexactitud medante un concapte exacte, y cuando el léctor, retrocede para buacar el referente -"el cardécter radicalmente inéexac- ko y tosco de [...] la experiencia” realiza la accién caractoristica que de 61 exige la frase, la fijacién de las cosas en su lugar de referencia. No hay nada inexacto, ni en la frase ni en nuestra experiencia de ella. Cada cldusula estaé relacionada légicamente con la precedente y prepara el camino a la que sigue, y como nuestra atencién activa sélo es * and if we continue to dwell in thought on this world, not of objects in the solidity with which language invests them, but of Ampreasions unstable, flickering, inconsistent, which burn and are extinguished with our consciousness of them, it contracts still further. Whe xedically untidy ill-adjuotod vhruactor ef [..+) axvarionco. La literatura en el lector: estilistica "afectiva" 33 requerida en esos puntos de enlace, la frase queda dividida para nosotros en una secuencia de éreas discretas, cada una de las cuales esta dominada por el lenguaje de la certeza. Incluso la expresién “como si 6stos representasen” entra dentro de esta categoria, porque el énfasis recae en “ellos representasen", que @ntonces nos empuja a esperar los “resultados: de la experiencia’. En resumen, la frase, en la acci6n que @jerce sobre nosotros,.declara el carécter bien ordenado de nuestra experiencia efectiva, y ése es su significado. > A primera vista, ‘la frase de Pater transcurre de la misma manera. La palabra.con menos fuerza de las dog primeras cldusulas es “no”, que queda literalmento desbordada por las palabras que la rodean (“mundo", "objetos”, “solidez", “lenguaje”); y cuando el lector llega al “sino” de “sino en impresiones”, se encuentra 4 sf mismo viviendo en un “mundo” de objetos fijos y "g6lidos”. Bs-naturalmente un mundo hecho de palabras, construido en gran parte por el lector:mismo a medida. que realiza acciones gramaticales que .refuerzan la estabilidad de los fendémenos. Cuando el ‘lector ratrocede hasta “objetos”, reconoce.a.estos “objetos" un lugar en la frase y en su mente (algo a lo que se puede referir uno debe ocupar un lugar). Sin embargo, an la segunda parte de la frase ese mismo mundo se daconstruye. Ciertamente que la experiencia de la luctura depende todavia de lo precedente, pero el punto da referencia es ahora la palabra “impresiones”, y la warie que sigue (“inestable”, “vacilante”, “inconsis~ tante") sélo sirve para subrayar su inestabilidad. Al dyual que Whitehead, Pater comete el engafio contra ol qua ha advertido, pero esto os sélo una parte do au entratogia, La otra parto conaiste on rompor (oxtin= 34 stanley Fish guir) la coherencia de la ilusién que ha creado. Cada fase sucesiva de la frase es menos exacta (en términos de Whitehead) que las anteriores, porque en cada una de ellas el lector tiene menos y menos a lo que aferrarse, y cuando 1a corporalidad de “ese mundo” se desvanece en un “se” (“se contrae’‘cada vez m4a”),. no, queda verdaderamente nada de 61. Supongo que podria: decirse que al menos las dos frases tienden hacia.un.mismo objetivo, pero, incluso esta minima coincidencia me deja. incémodo, porque “objetivo” es otra palabra que implica algo asi ‘como “ahi est4, lo he conseguido”. Y esa es -exactamente la” diferencia que hay entre las dos fiases: Whitehead nos hace conseguirlo. (el. mundo neto, claro, exacto), mientras que Pater nos proporciona la experiencia de disolverlo entre los dedos. S6lo cuando ‘se observan estas frases a distancia es cuando aparecen.equivalenz tes; pero justamente'esa consideracién a distancia es lo que no permite un andlisis en términos de actividad y acontecimiento. HL anélisis de la frase de Pater ilustra. otra unractoristica del método, ‘su independencia de -la loglen linglfstica. si. se preguntase a. un .lector cunlquiora sefialar la palabra més.-importante de la sugunda cléusula -“no consiste:en.objetos cuya solidez os un revestimiento. del lenguaje”~ probablemente contestarfa “no”, porque como signo: légico “no” controla todo lo que sigue. Pero en.cuanto componente de la experiencia, diffcilmente controla nada; -puesto que a medida que se despliega la frase “no” atrae cada vez menos nuestra atencién y nuestra memoria. Una ininterrumpida sucesién de palabras mAs potentes trabajan en su contra, y, finalmente, la dosbordangomo ya homos visto. Mi argumentacién radica on osto en un La literatura en el lector: estil{stica "afectiva’ 35 anélisis de ‘enunciados consiterados como'cosas en si, consistentes en palabras dispuestas en’-relaciones sintécticas, “no” ocuparia un lugar eminente, mientras que en un andlisis experimental resaltaria principal- mente su debilidad. Todo esto se aclara mejor,, y de modo quizés més interesante, en esta frase de un sermén de Donne: "y por lo tanto, como los misterios de nuestras religiones no son objeto de nuestra raz6n, sino que por la fe descansamés on el desighio y 1a voluntad de Dios (asf es, oh Dios, porque tu voluntad es que sea asf), asi los designios ‘de Dids:han.-de ser siempre considerados como testimonios de ello".# Aqui la palabra “no” -también dominante desde la porapectiva l6gica- es.absorbida por la construccién @n 1a que est4 incorporada, pues tal construccién fuerza al lector de manera discreta, pero no menos @ficaz, a realizar exactamente aquellas operaciones guya adecuacion esté cuestionando lo que la oracién afirma (lo gue dice). Una paréfrasis del material anterior al paréntesis podria ser asi: “las cuestiones de fa y religién no son objeto de nuestra razén", pero @l simple acto de leer las. palabras “y por lo tanto”, nos implica inevitablemente en un razonamiento sobre Quastiones de fe y xeligién., De hecho es tan fuerte el empuje de estas palabras que nuestra respuesta primaria a esta parte de la frase es de anticipaci6n; estamos esperando el “asi” de 1a cldusula que complete Aégicamente la secuencia que comenz6-con el “y por lo Wind therefore, ae the mysteries of our religions are not tho eb Jauta of our reason, but by faith we rest on God’s decroe and purpose, (it Ls #0, 0 God, because it 1a thy wild it should bo 20) gv God’ decrea are ever to be considered in tha manifootation jermat, 36 stanley Fish tanto”. Pero cuando aparece el “asi”, noes de ninguna manera lo esperado, porque es el “asi” del divinofiat (es asi oh Dios porque tu voluntad es que sea asi) de una causalidad més real que la que pueda observarse en la naturaleza o describirse en un lenguaje natural (humano). £1 hablante, sin- embargo, . completa. su enunciado “explicativo” y. “ordenador” como si» su silenciosa pretensién de ser una ventana abierta a la realidad estuviese todavia fuera de discusi6n. Como consecuencia de ello el lector queda alertado de la dnadecuacién del proceso en el que esté implicado (por la sintaxis), y al mismo tiempo acepta. 1a necesidad, para los limitados seres humanos, de proceder: dentro de los supuestos, ahora desacreditados, del proceso. Naturalmente, un andlisis formalista de la frase habria descubierto ciertamente la tensién: existente entre los dos “asi”, uno sinénimo de “por consiguien- te”, el otro una abreviatura de “asi sea”, y quiza habr£a llegado a sugerir que 1a relacién que hay entre allos es un espejo de la relacién entre los misterios de la fe y las operaciones de la raz6n. Sin embargo, dude de que un andélisis formalista nos hubiera llevado al punto an que pudiéramos ver ¢1 enunciado y el modo dy discurse que representa como una broma que ‘se dosonmascara a si misma ("thereof” imiita a “therefore”), a la que el lector responde y de 1a que'es victima. En resumen, y repitiéndome, considerar los enunciados independienteménte de la conciencia que los recibe es correr el riesgo de perderse Una gran parte de lo que se trae entre manos. Es un riesgo que un andlisis realizado en téxminos de “actividades y sucesos” logra minimizar.? gome esta formulacién del libro do P. W. Bridgman, The way Thinga Aro. La literatura en el lector: estilistica “afectiva" 37 La falacia de la falacia afectiva En las paginas anteriores he defendido 1a causa de un método de andlisis centrado més en el lector que en el producto, y, en lo que queda de este ensayo quisiera considerar algunas de las objéciones més obvias contra tal método. Naturalmente, la objecién principal es que una critica de los efectos nos aparta de las “cosas mismas” y su.solidez para llevarnos a impresiones fragmentarias de variados y variables lectores. Este argumento tiene varias dimensiones, y requiere una respuesta rifiltiple. En primer lugar,, espero que el xeproche de impresionismo ha sido ya contestado con algunos de mig anteriores anélisis de muestras. Las distinciones que @1 método exige y fomenta son demasiado finas incluso para los mayores niveles analiticos. Ocurre en gran parte porque en la categoria de respuesta incluyo no s6lo “ldgrimas, espinas” y otros sintomas psicolégi- eos, sino también todas las. operaciones mentales precisas implicadas en la lectura, incluyendo la formulacién de -pens*mientos completos, la realizacién {y renuncia) de actos de juicio, el seguimiento y confeccién de secuencias légicas. Hay que afiadir que, a causa de mi insistencia en las exigencias acumuladas sobre la experiencia lectora, surjan restricciones a las posibles reacciones ante una palabra o una frase. La objecién principal persiste. Aun cuando se puedan @ascribir con alguna precisién las reacciones del actor, por qué ocuparse de ellas si la més palpable objetividad del texto esté inmediatamente disponible ("el poema mismo en cuanto objeto de un juicio critico expecifico tiende a desaparocor”). Mi contestacién os simple, La objotividad dol toxto oa una ilusién, y madamfa una polieresa itundén, nor sor tan flsdeamonto 38 stanley Fish convincente. Es una ilusién de. autosuficiencia. y completitud. Una linea impresa’o una pagina de libro esté ahi tan obviamente’ -puede ser ‘manipulada, fotocopiada, cortada- que parece ser el depésito de todos los valores y significaciones que, ascciamos”a ellas. Asi es naturalmente la suposicién tacita qué sé esconde tras la palabra “contenido”. La lined, la pAgina o el libro contienen todo. Bl gran mérito (desde mi punto de vist'a) del arte cinético es que fuerza a uno a vérlo como in objeto cambiante -y por lo tanto no como un “objeto”- y, en consecuencia, fuerza también al espeétador a ser consciente de si como ser canbiante. El arte cinético no conduce a una interpretacién estatica; porque’ se niega a “estar”, e impide también® que lo haga 61 espectador. En su operacién es inevitable actualizar el papel del’ observador. La literatura es “in arte cinético, pero la forma fisica'de que se reviste nos impide ver su naturaleza esencial, aungie la experi- mentemos. La disponibilidad de un libro a mano, 3u prosoncia on el estante, su listado’en los catélogos, Lodi upto nos anima a pensar en 61 coito un objeto entéticu, Cuando dejamos un libro, olvidainos gue, minntxzay lo lefamos, se movia (cambio de paginas, rutrocase de renglones hacia él pasado) y olvidamos que tanblén nosotros nos moviamos con él. La orf{tica que considera el “poema mismo como objeto de un juicio critico especifico” extiende este olvido a los principios; transforma una experiencia temporal en una espacial; lo deja, y de una sola mirada lo capta como un todo (frase, pagina, obra) que el lector conoce (si lo hace) s6lo trozo'a trozo, momento a momento. Es una critica que toma como drea suya (roatringiéndola) las dimensiones fisicas del artofantin, y dnntre de esas La literatura en el lector: estilistica "afectiva" 39 dimensiones marca el comienzo, el médio y. el” fin, descubre distribuciones de frecuencias, rastrea mode- log de imagenes, traza estratificaciones diagramaticas de complejidad (vertical, por supuesto), todo ello sin tener en cuenta 14 relacién (si existe) entre los datos y su fuerza aféctiva. Su pregunta es: qué pasa en la obra, mas que: a déndé cénduce la obra. Bs’ “objetiva” exactamente en cl-falso. sentido del’ término, porque ignora decididanienté”1o' que hay de. objetivamente verdadero en: la actividad de leer.-Un-anélisis en ‘términos de accién y acontecimiento #5, por otra parte, vardaderamente objetivo, porque reconoce’ la fluidez, la “movilidad” de las éxperiencias “de sighificacién, y porque nos ‘encamina’a dordé esta la accién: la gonciencia activa y activante del lector. Ahora bien, qué lector? Cuandd«-hablo de las reacciones “del lector”, ino estoy realmente hablando de mi mismo, subrogaéndome en los’ millénes de lectores qua no soy yo? Si y no. Si, en el sentido de que on ninguno de nosotros funcionan de la misma manera los Macanismos de respuesta. No, si sé arguye que, a causa @e la unicidad de lo individual, es imposible Genaralizar las respuestas. En este punto el método puede aplicar los conocimientos ‘dé la lingliistica modarna, especialmente la idea de “competencia Aingllistica”, “la idea de que es posible caracterizar un wigtema lingilistico que comparte todo hablante”# Bi se intenta realizar esta caracter{stica, nos encontrarfamos con un “modelo competencial”, que sorrosponde més o menos a los mécanismos internos que fax pormiten procesar (comprender) y producir frases qua nunca habfamos visto. Serfa un modelo espacial, on “jamald Wardhaugh, Roading: A Lingudotde Porapostive, Nuova York, Oy Be Lid 40 stanley Fish el sentido de*que reflejaria un sistema preexistente de reglas, haciendo realmente posible toda experiencia lingiiistica efectiva. El interés de lo anterior radica en su incidencia en el problema de la respuesta especifica. Si el hablante de un lenguaje comparte un sistema de reglas que cada uno ha interiorizado en cierta medida, la comprensién sera, en cierto sentido, uniforme. Es decir, procederé en términos del sistema de reglas que todos los hablantes comparten. Y, en la medida en que esas reglas limitan la produccién, estableciendo limites en los que se califica a las expresiones de “normales”, "desviadas”, “imposibles”, etc., restringiraén también la amplitud, e incluso la direccién, de la respuesta. Es decir, inducirén respuestas predictibles y norma- tivas, hasta cierto punto. Este es el transfondo de la férmula, tan familiar en la literatura de. .los lingiiistas: “todo hablante nativo, reconoceré[...]". Una mayor restriccién "regularizadora" de la res- puesta es la sugerida por lo que Ronald Wardhaugh, siguiendo a Katz y a Fodor, llama “competencia seméntica", cuestién que versa menos sobre un conjunto abstracto de reglas que acerca de un precipitado de exporiencia lingliistica que determina la probabilidad do opcién, y por lo tanto, de respuesta. "Bl saber semantico de un hablante -dice Wardhaugh, es tan poco accidental como su saber sint&ctico[...] ; en consecuencia, parece itil considerarla posibilidad de disefiar, para el conocimiento sem4ntico, un conjunto de xeglas, similares en la forma, al conjunto utilizado para caracterizar el conocimiento sintactico. Cémo formular exactamente tal conjunto de reglas, yémo explicarlas con exactitud, es algo dnseguro en amplia medida, Al menos, las regia \dabencaracteri- ba literatura en el lector: estilistica "afectiva" 41 arse por una suerte de norma, el tipo de conocimiento Beméntico que habré de tener un hablante ideal de la lengua en un’ conjunto’ ideal de circunstancias, es decir, su competencia semantica. De este modo, las feglas caracterizarén justamente ese conjunto de hachos de la semantica inglesa que todos los ingleses hablantes han interiorizado y pueden lograr cuando Anterpretan palabras en combinaciones nuevas. Cuando uno oye leer una fhueva frase, extrae un sentido de ella, acudiendo a su competencia sintéctica y seméntica. La gompetencia seméntica le capacita para conocer lo que significan las palabras aisladas y cémo componer esos aignificados, de manera que sean compatibles. Se puede decir que la descripcién ‘resultante es una represen~ tacién del tipo de sistema que los hablantes de un Jenguaje han interiorizado en cierto modo y al que acuden al interpretiar’las ‘oraciones" (pp. 90 y 92). Wardhaugh concede que la “descripcién resultante" se paracerd, no que sera equivalente, al sistema efecti~ vamente interiorizado, pero insiste en que "lo que es realmente importante es el principio baésico implicado @n el esfuerzo global, el principio de intentar formalizar, de*mianera lo m&s explicita posible, el gonocimiento semantico’ que un oyente o lector maduro aporta a su tarea dé comprensién, y que subyace en su @factiva conducta de comprensién" (p. 92). (ES interesante observar que se trata de ‘una buena @escripcién de lo que Empson intenta hacer, natural- Mente de modo menos sistemético, en la Estructura de Jag palabras complejas}. Evidentemente, la intersec~ clén de los dos sistemas de conocimiento haré posible ruwtringir (es decir, hacer predictible y normativo) #1 alcance de la posible rospuosta, de manera quo so podria presumir (como ho hoshe) 1a dosexipeién do la 42 stanley Fish - wk al experiencia lectora'en.términos vélidos para todos. los hablantes en posesién de .ambas. competencias. La dificultad radica en que, hasta.el presente, no tenemos tales sistemas. El modelo: sint@ctico, esta todavia construyéndose, y el modelo semAntico apenas ha: sido propuesto (en realidad, no necesitaremos un‘ modelo, sino modelos, porque "el conocimiento seméntico que un lector maduro[...] aporta a su taxea de comprensién, varia en cada.siglo' o periodo")# Sin embargo; lo Ancompleto de nuestro conocimiento no debe impedir atxevernos. a. realizar-.anélisis nuestros actuales, conocimientos en el, presente estado del saber: ‘ Més-arriba, he ofrecido la siguiente descripcién de mi método: "un andlisis de las respuestas sucesivas del lector a las, palabras que se van-desplegando una tras otra en-la pagina". Deber{a quedar .ahora claro que el desarrollo de tales respuestas tiene lugar dentro del mecanismo regulador y organizador de estas (y:otras.) competencias, que preexiste a la efectiva experiencia verbal. Siguiendo ,a Chomsky, la mayorfa “de los psicolégos y psicolingilistas insisten: en. que la comprensién es m4s que un proceso lineal de informa cién. Beto significa, como sefiala Wardhaugh, que los “@nuncdados no son simplemente, secuencias }ineales, de alomentos", y que "los enunciados no se entienden como resultado de la adici6n del significado del segundo elemento al primero,, del tercero al segundo, y asi siguiendo’ (p. 54)- hay . algo exterior al enunciado, ‘algo que existe fuera de su sobre la base -de ‘Dicho brevemente, ™ gato quiere decir que hay gran diferencia entre ambas competencias. Una es uniforme a lo largo de la historia humana, otra ea diferente en diferentes momentos de ella. i Noam Chomsky, Syntactic structures, Ta Mayay 1957, pp- 21-24. — ba literatura en el lector: estilistica "afectiva’ 43 marco de referencia, que todula la experiencia de la pecuencia del: lector.** En-mi método ‘de andlisis, el flujo temporal es controlado y éstructurade. por todo lo que el lector aporta:consigo, con sus competencias; y precisamente porque’. tomo ‘en consideracién esas competencias, tal cono’interacttan conta recepcién de la cadena verbal en-el transcurso temporal de izquierda a derecha, posible trazat. y proyectar la respuesta>en su desarrollo. : Deberia, sin-embargo obseivarse-que mi categoria de respuesta, y especialmente de respuesta significati- va, incluye mas que las transformaciones gramaticales, que creen que la comprensién es uha ‘funcién de la percepcién de la estructura profunda. Hay, una tenden- ela, al menos.en los escritos de algunos lingiiistas, a infravalorar la estructura superficial -la forma de las frases efectivas- rebajaéndolas al status de una envoltura, cupierta o velo, una..capa excrescente que dabe sex pelada, penetrada o. eliminada en‘favor del niicleo que subyace. Es una ‘consecuencia comprensible da la hecha’ por.“ Chomsky de la estructura como "“equivocadora"” y "“desinformante";” y de su insistencia (algo modifi- pada recientemente) “en que s6lo la estructura profunda datormina la significacién. Asi, por ejemplo, Wardhaugh escribe que "toda estructura superficial es interpretable me.-"es caracterizacion superficial Giz. Wardhaugh, p. 55: "Las oraciones tienen una cierte (profundidad), profundidad que modelos gramaticales como los @atructurales y los generativos intentaf exponer. ‘Estos modelos sugloren que si el principio del movimiento de izquierda a derecha en rolovante para la interpretacién de una frase, debe ser un principio do tipo extremadamente sofisticado que’ permita una (arprotacién aiiulténoa on divoracs niveles algunos de los eujaloa oon muy abstracten: fonolégico o grafolégico, estructural y nondntico". ‘Won Chomaky, Languago-and Nand, Nueva York, 1968/ p. 32. 44 stanley Fish s6lo por referencia a su estructura profunda" (p. 49), Y que, “mientras que-la estructura. superficial de la frase proporciona. claves para su interpretacion, la interpretacién, misma depende de la. correcta posesién de estas claves para’reconstruir todos los elementos y relaciones de la.estructura profunda". Presumiblemente, la “correcta posesién", es decir, el .descubrimiento de la estructura profunda y la extraccién de la signifi- cacién profunda, es:el tinico objetivo, y todo lo que contribuya a tal descubrimiento ha de ser tolerado, pero sin asignarle‘un -valor definitivo. Después de todo, esas claves.son a\veces desorientadoras,. y dan lugar a “"errores". "Por ejemplo, a veces’ anticipamos palabras en una conversacién oun texto sdlo para descubrir que estamos equivocados, © no esperamos.a que se completen las frases porque creemos conocer lo que sera su fi- nal[...]. Muchas de las equivocaciones que, cometen los estudiantes al leer se deben a que han adoptado estrategias no apropiadas en el procesamiento de las estructuras superficiales" (pp. 137-138). Sin embargo, en mi exposicién del proceso de. lectura’ aparece que la adopcién temporal de estas estrategias dnapropiadas es ella misma una respuesta. ala estxategia de un autor; y.los errores resultantes.son parte de la experiencia proporcionada por el lenguaje de ese autor, y, por lo tanto, parte de su significado. Los teéricos de la estructura profunda niegan, naturalmente, que las diferencias de significacién puedan localizarse en las formas superficiales. ¥ esto es lo que me parece que vicia 1a obra de Richard Ohmann, que presta atencién al flujo temporal, pero sélo en tanto que descubre bajo ella la ostructura profunda, que, supone, es lo que roalmontin haan Al trabajo. ba literatura en el lector: estilistica "afectiva’ 45 a palabra claves es, naturalmente, la experiencia lectora. Para Wardhaugh, la lectura (y la comprensién, @n general) es un proceso de extractién: "Se exige del Lactor que extraiga la significacién de lo que est4 impreso frente a 61" (p.°139). ‘Para m{, la lectura, y la comprensién en general, es un acontecimiento, y ninguna parte de él puede. descartarse. En este Bcontecimiento, que es la actualizacién del signifi- gado, la estructura profunda.juega un. papel importan- ta, pero no es todo. Porque no comprendemos s6lo en Wdrminos de la estructura profunda, sino en términos fe la relacién entre el despliegue temporal de la @structura superficial y su examen continuado sobre el fondo de nuestra representacién (naturaliente en forma fie estructuras superficiales) de lo que se espera seré dn estructura profunda. ¥ cuando se ha hecho el @ascubrimiento final, y se: percibe la estructura Profunda, no quedan eliminados todos los “errores" Burgidos por’ la representacién incompleta de las @mtructuras profundas. Han sido vividos en la expe- @iancia; har existido.en la vida mental del lector; Significan (este es obviaménte el caso de nuestra @xpariencia del verso: "ni ellos dejaron de percibir "a desgracia de su situacidn"). Todo lo cual nos devuelve a la pregunta original. #Quisn es el lector? Evidentemente, mi lector es un @enetructo, un lector ideal o idealizado, algo as{ como @1 "lector maduro” de Wardhaugh o el lector "adecuado", @; wn mi texrminologfa, el lector es el lector dnfoxmado. B1 lector informado es alguien que: 1, Be un hablante competente del lenguaje en el que \A genstruido el texto. 2. EBt& en posesién completa de "los conocimientos mantiLeos quo un loctor adulto aporta a su tarea de 46 stanley Fish comprensi6én". Ello incluye el conocimiento.(es decir, la experiencia, como emisor y receptor):de las unidades léxicas, las posibilidades combinatorias, expresiones idiométicas, profesionales, dialectales, etcétera. 3. Posee competencia literaria. ° © Es decir, tiene suficiente experiencia como lector por haber interiorizado las propiedades del discurso literario, desde las més especializadas (figuras de diccign, retéricas, etc.) hasta, los grandes géneros. En esta teorfa, por lo tanto, los dominios de trabajo de otras, escuelas de «critica literaria -cuestiones sobre géneros, - convenciones,, txasfondo intelectual, etc.,. quedan redefinidos..en términos de una,respuesta potencial y probable. Asi, por ejemplo, el significado: y.el valor que. el lector espera se atribuya-a-la idea de "épica",, a: la utilizaci6n de. un .lenquaje arcaico,' etcétera. El lector, de cuyas reacciones estoy hablando, “es; pues; ese lector informado, que noyes una abstracciény ni un lector vivo actual, sino un hibrido de ambos: un lector real (yo mismo) que hace.tedo:lo posible: para estar informado. Es decir, .yo puedo, con. alguna justiticacdén, proyectar mis respuestas en: las. del actor, porque han sido modificadas por las limitacio~ nos quo impone los supuestos y maneras de.trabajo-del métedo: 18) el intento ‘consciente-de convertirse en.el loctor informado haciengo.de mi conciencia el: lugar de las reacciones (posibles} que un texte puede suscitar, y 28) la retencién adecuada, en la medida de lo posible, de lo que en mi respuesta hay de personal, idiosincrasico @ hist6ricamente condicionado, En resumen, informado es determinado, en cierta medida, método que lo utiliza como control. Cada uno de técnicas el lector por:.el nosotros, si somos suficientomonto ronponsables, y ba literatura en el lector: estilietica “afectiva" 47 nosotros mismos podemos, en el curso de la Licacién del método, conyertirnos el lector s(mformado,-y asi ser informadores m4s seguros de su experiencia. . (Naturalmente, es fécil que alguien indique que'no he contestado a la objecién de solipsismo, sino que. sélo lw presentado las Bases racionales de un procedimiento jlipsista; pero esatobjecién seria‘ acertdda sdlo si @ispusiese de un’ procedimiento mejor. £1 Gnico normal— “Mente ofrecido esla consideracién de 1a obra como una ‘goa en ‘si, como un objeto.iPero, como he argumentado antes, se trata de-uneobjetividad-falsa:y derivada Sircularmente’de’manera peligrosa. Supongo que lo que @stoy diciendo-es- que-prefiero-habérmelas. con una sub- etividad reconocida’ y controlada que con:una objeti- Widad que, én Gltimo-término, es sélo una ilusién) ' Bvidentemente, mi método es padicalmente histérico. Bl critico tiene la responsa~ pilidad de convertirse ‘no. en .uno, sino en~una Pluralidad de lectores informados, cada uno de~los @uales queda identificado por una matriz de determi- fantes politicos, culturales«y litérarios. £1 lector tnformado: de Milton no‘'es el. lector, informado de ‘Whitman, aungue.este Gltimo comprende -necesariamente @l primero. Esta pluralidad de lectores informados Amplica una pluralidad de estéticas de’ esos ‘lectores finformados, y, por lo tanto, no hay una estética. £1 MMtodo:de andlisis que pone: a punto una descripcién {estructurada) de las respuestas, posee, incorporado, un criterio operative. La cuestién no es si es un buen Método, sino cémo funciona. ¥ tanto.la pregunta como la respuesta estén formuladas en términos de una orminada sitwacién.que incluye las ideas pertinen- an oobre el valor literario. guros de en en este modo de operar, 48 stanley Fish Esto suscita el problema de la consideracién de las ideas condicionadas temporalmente como base de una respuesta posible. Si el comparte los supuestos centrales de un texto, é¢ser& capaz de -res- ponder a 61 de modo pleno? Wayne Booth ha planteado la pregunta siguiente: "ces catélico, 0 ateo, serio, por sensible, tolerante, cui- dadoso y bien informado que esté sobre las ideas y cre- encias de Milton, goce.del Paraiso perdidoen la misma medida que un contempordneo de Milton, de sus mismas ereencias e igual .inteligencia. y sensibilidad?® La respuesta, me parece; es ndv:Hay ciertas creencias que no pueden ser ‘momentdéneamente suspendidas..o, asumidas. éSignifica esto que el Paraiso perdidoes una obra de arte menor porque exige un: lector, més estrechamente definide (es decir, adecuado)? Sdélo~si mantenemos la idea de una estética’ universal, en -cuyo contexto conecten los valores con cualesquiera de los numerosos lectores que experimenten la obra, independientemente de “sus condicionamientos histdéricos. Mi métedo no permite este tipo de estética ni esos valores fijos. Bs dificil decir, fundadndose en sus resultados, que una lector ro realmente verdad que un obra es mejor que otra, ’o incluso que una obra es-buena - © mala. ¥, dicho de manera m&s fundamental;,.no permite la valoracién de la como literatura, independientemente de ser publicidad, predicacién, propaganda o "entretenimiento". En cuanto descripcién de una relacién estimulo-respuesta muy compleja,: no ofrece posibilidad de distinguir entre efectos ‘lite- xarios y no literarios, excepto quizds los componentes literatura que entran en unos o en otros, mantendria la teorfa claves de recepcién. Para algunos opto pareceré una y nadie, creo yo, de una diferencia literaria en "tho Rhoterie ef Fiction, Chienqa, Il, jy. 139, ha literatura en el lector: estilistica “afectiva” 49 dimitacién fatal del .método. porque me arece que hemos ido demasiado lejos, y sin resultados Retables, al intentar determinar lo que distingue a la Qiteratura del-lenguaje ordinario. Si entendemos el "Lenguaje", sus constituyentes y “sus operaciones, Beremos capaces de entender sus: sub-categorias. El echo de que mi método no empieza con la suposicién de funa superioridad de la literatura, .ni acaba:con esa @fixmacisn, pienso, uno de sus maycres méritos. Bato no significa que no valoro: La seleccién de @extos para’su andlisis es ya una indicacién de mis Quetos. En general me dirijo a: obras que no permiten @l lector la seguridad:de sus esquemas normales de Jensamiento y creencia:, Seria, creo; posible,. erigir ‘na norma estandar de valoracién sobre la base de esta Praferencia, una escala en la que la experiencia dntranguilizadora literaria mayor ocuparfa’el primer dugar (quizds la literatura es lo que impide nuestro antido de autosuficiencia: personal y lingliistica); Paro el resultado serfa probablemente més, una re- @lexién. acerca de las necesidades fisioldgicas perso- 8 que una verdadera estética universal. Lo -acepto, es, Otras versiones, otros lectores Por Gltimo, voy a tratar de Michael Riffaterre, cuya pbra ha llamado Gltimamente mi atenci6n. Riffaterre se QoUupa del desarrollo de las respuestas del lector, e Ansiste en la conduccién de esa reaccién por la acuencia del flujo temporal, de izquierda a derecha, Y pone objeciones, como hago yo, a los métodos da Andlisis que pretenden descripciones de los caracteres @bworvables de un enunciado sin referencia a su — 50 stanley Fish. xecepcién por el lector. Replicando a la lectura. que Jakobson y Levi-Strauss hace deLes chatsde Baudelaire; Riffaterre establece su posicién.de modo muy claro? de correspondencias que pretende un andlisis estructuralista no son necesariamente. per— cibidos ni conocidos: por el lector; y los resultados, encuadrados. a menudo en formidables ‘esquematizaciones espaciales, nos impiden:con frecuencia mirar.lo que pasa en el- acto de comprensién. La cuestién, insiste Riffaterre, es "si una lingliistica ‘estructural no modificada es.relevante en general’ para el andlisis de la poesia" (p: 234)..La respuesta, me parece, es si-y no. Claramente tenemos que rechazar toda pretension de una relacién directa entre descripciones ‘derivadas estructuralmente y significaciones. Pero de ahi no se sigue para mf, como para Riffaterre, que los datos co- nexionados con esas descripciones.sean’ irrélevantes: "Los métodos de‘los autores se basan ene] supuesto de que todo sistema estructural: que son capaces de definir en el poema es una estructura poética. No podemos suponer, por el contrario, que el poema puede contener ciertas que -no juegan papel alguno en su funcién y efectos como obra literaria de arto, y que puede no haber manera, para los lingiiistas ostructurales, de distinguir éntre esas éstructuras ‘no marcadas y las que son literalmente activas? A la Anversa, puede muy bien haber estructuras poéticas estrictas que no puedan ser reconocidas Gomo tales en un andlisis no dirigido a la especificidad del lenguaje poético" (p. 235). 3 Los sistemas. estructuras Describing Poetic structures, Yale French Studies xxxvI~ XxxVET, 1966. [La versién alemana de este artfoulo se encuentra en ol libro colectivo de M. Riffatozca, Strukturale Stilistik, Munich, 1973, pp. 232-262, do donde outén tomadas las citas quo aiguon. Lac indicactonos dol toxto aa raMaren a este Libro). La literatura en el lector: estilfstica "afectiva" 51 i \: aqui esta la base, claramente expuesta, de mi acuerdo ¥ mi. desacuerdo Riffaterre. £1 cree en la @xistencia-de dos lenguajes, ordinario..y.poético, y, } por lo tanto, en dos estructuras de discurso y dos tipos fie respuesta. ¥ cree, én consecuencia, que el andlisis ‘¢@ebe ccuparse ‘de poner -de-relieve rasgos del: lenguaje, da estructura y la respuesta; que sean especificamente _pdéticos y literarios: , p "La poesia es lenguaje; pero produce-efectos que el Egenguaje diario no produce de modo consistente. Es un fgupuesto razonable que el andlisis lingiiistico de un oema debe. poner de relieve sus caracteres especifi- f 0a, y que hay una relacién casual entre la presencia #@s esos rasgos en.el texto y nuestro sentimiento Ygmpirico de que tenemos:ante nosotros un poema [...). #n el lenguaje comin que utilizamos para finalidades Qrécticas, la atencién. se -dirige normalmente a un @entexto de situacién, a una realidad fisica o mental # @errospondiente [...]. En el caso del arte verbal, la F@tencién se centra en el mensaje como un fin en si {@damo, y no simplemente-como un medio [...]" (p+.232)- (fe @a trata de la teorfa de la desviacisn, por desgracia muy extendida, que’ tiene sus. raices claras en la Wiptincion de Mukarovsky entre lenguaje normal y funguaje poético, y en.la distinci6n de Richard entre wnguaje cientifico y-lenguaje emotivo. La concepcién tw Rigfaterre acerca de la relacién entre lenguaje wutdndar y lenguaje poético es més flexible y ywefleticada que otras muchas, pero, sin embargo, su Bstodo comparte la debilidad de sus origenes te6ricos, da suposicién apriorfsticade que gran parte del texto @o ouonta. Las teorfas de la desviacién estrechan la Amplitud de la respuesta significativa, exeluyende do con Ruantra considoracién los rasgos efectos qua no oon a aces 4 52 stanley Fish . poéticos; y en la-versidn de Riffaterre, como veremos, la amplitud de.los efectos poéticos es terxriblemente estrecha, porque se restringe exclusivamente a.lo que Llama la atencién del lector del modo més espectacular. Para Riffaterre, el estilistico es el estudio de los. SD (dispositivos . estilisticos). © procedimientos estilisticos, definidos como mecanis- mos del texto que “impiden al lector inferir o predecir caracteres importantes por reflexién. La prediccién da lugar a una lectura superficial. La impredictibilidad, por el contrario, potencia la atencién: la intensidad de la recepcién se corresponde con la intensidad del estudio mensaje". *° Hablar, pues, de estilo es hablar de los momentos de la.experiencia lectora en los que la atencién est4 forzada porque se ha generado. una expectativa por la. aparicién de un: elemento impredictible. La relacién entre esos momentos y otros momentos de la secuencia que sirven. para hacerlos resaltar, es lo que Riffdterre entiende por "contexto estilistico": "El contexto estilistico" es un modelo (pattern) lingliistico que ha sido roto-por un elemento no predictible, y el contraste que resulta de esta interferencia es el estimulo estilistico. La.ruptura no dabe ser interpretada como principio . de disociacién. El valor estilistico del contraste radica on la relacién que establece entre ambas clases de olomontos enfrentados; no habria efecto alguno sin su asociacién en la secuencia. En otras palabras, el contraste estilistico, al igual que otras oposiciones tiles del lenguaje, crea una estructura" (p. 93). Riffaterre es més interesante que otros partidarios del “contraste" estil{stico, porgue sittia la ruptura un * “Criteria fer Style Analyoso", Wort, XV, 1959 (Stcukcurale meddiatdk), B. 35. ta literatura en el lector: estilistica "afectiva" 53 del modelo mas. en el. contexto que-en una norma exterior preexistente. Porque si "en el sistema de relaciones gstilo-norma establecemos el polo norma como universal {como seria el. caso de la. norma lingiiistica), podriamos entender cémo uha desviacion puede ser unas veces un procedimiento estilistico y en otros casos no Berlo" (p. 52). Esto significa, "EL gontexto estilistico",™ que podemos tener.el modelo: gontexto -procedimiento estilistico en. cuanto punto de partida de nuevo contexto ‘procedimiento tilfstico: "El procedimiento estilistico genera una wie de procedimientos estilisticos del mismo tipo (p. e. series de arcaismos desencadenadas por: un ar~ gaismo inicial); la saturacion resultante hace que el procedimiento pierda su valor de contraste, destruyen- do su capacidad de. acentuar un punto especial del texto, y los reduce a la condicién de componentes de un nuevo contexto; este contexto, a su vez, permitixé nuevos contrastes". Bn el mismo articulo. (p. 62) redefine flexible y cambiante en términos de microcontexto ("el contexto que crea la oposicién que constituye él procedimiento estilistico") no como sefiala en un se esta relacién y macrocontexto ("el contexto que modifica esa eposicion reformaéndola o debiliténdola"). Esto posi- bilita gue Riffaterre hable. de la relacién entre Sfectos locales y una serie de efectos locales o singulares que determinan en su totalidad o duracién, an cierta medida, 1a significacién’de sus elementos; pero el principio de la norma contextual y sus ventajas pormanece siendo el mismo. Esas ventajas son ciertamente reales. La atencién gixa desde el mensaje hacia su recepcién, y, por lo W Word, XV, 1960 (Strukturale Stilietik), pp. 60-83, 54 stanley Fish 2 tanto, desde el objeto, al’. lector.: (En un‘ ‘articulo posterior pide Riffaterre "una Linglifstica separada del descodificador", y afirma que la ‘funcién estilistica; el efecto producido en: el ‘lector."prevalece. siempre sobre la funcién referencial", sobre todo en los. textos de ficcién) .# No es posible’ realizar un.inventario fijo y artificial de procedimientos estilisticos, puesto que en términos. de: normag contextuales ‘nada puede “ser un procedimiento estilfstico. El-flajo temporal.de-la experiencia lectora es central y constituyé la-ins= tancia de control; localiza literalmente,..con ayuda del lector, los objetos del-andlisiis. La mirada sobre el lenguaje y la. comprensién no. es estética; el contexto y los procedimientos‘estilisticos son movientes y cambiantes;. el lector se mueve con ellos.y los crea mediante sus reacciones, y también el critico se mueve y Mueve su aparato de andlisis ya sea aqui, -ya sea alli: Todo esto, sinvembargo,:esté viciado para mi-por ‘una teorfa del lenguaje y del estilo en cuyo contexto (otra vez la palabra) opeia la metodologia..Me .réfiero naturalmente ala..posicién de dos’clases de lenguaje y ala restriccién resultante de la respuesta significativa o-:interesante alos : efectos. de~ la sorpresa y la ruptura.\Riffaterre lo. dice’: muy claramente: "Por ‘una parte,; los hechdés estilisticdés 8610 son aprehendidos .en.el lenguaje, puesto que es su vehiculo; por otra parte, tienen’ que tener un cardcter especifico, porque, de ‘otra manera,.':no podrian distinguirse de los hechos linglifsticos[...]..Primero hay que reunir todos los elementos que presentan rasgos estilisticos, y después someter a andlisis linglifstico s6lo a ellos, con exclusién de los demés (no relevantes 4 tho Stylistic Function" , Procoodings of the 2th International congress ef Linguiotica, Conivcidge, 1962, (Strukturalo Linguiotik), p. 132. ba literatura en ‘el lector: estilistica "afectiva’ 55 estilisticamente)..-S6lo :entonces::podré. evitarse la confusién entre estilo y lenguaje.Para esta clasifi- caci6n; preliminar al anélisis, tenemos que encontrar critérios especificos que sirvan.para determinar los rasgos distintivos del estilo[::.]. El estilo hay que entenderlo. como énfasis: (expresivo,. afectivo'o esté- tico) que’se afiade a la infoniadién transmitida por la estiuctura.lingllistica;~sin‘alteracién del significa- do. Lo.que quiere decir: que el lenguaje expresa y que el..estilo: resalta[...]"?% : "Hechosiestilisticos”,. "hechos.lingilisticos", “esti- listicamente ‘irrelevantes". "rasgos distintivos de estilo", "“énfasis(...]-afladido ala informacién [...] sin.alteracién del signifitado"..Se trata obviamente de.algo més que’una distincién; es una jerarguia en la que la més baja: de las: dos clases se declara sin interés, y,lo.que es'.mis importante, inactiva. Bs decix, el-énfasis del estilo esté haciendo algo, y es, por consiguiente, el objeto’ apropiado de 1a atencién, mientras que laexpresién, la codificacién y descodifi- cacién'de la‘ informacién,: la significacién, estan ant simplemente, y no necesitan de una especial atencién. (EL lenguaje expresa;el estilo enfatiza).:Se podrian simplemente formular objeciones a esto basaéndose en la xadical .séparacién de estilo y significado, y en la ecuacién ingenua entre significacién e. informacién. Pero, para mi objetivo, es sufi-ciente sefialar las Amplicaciones que se producen en la especificacién y andlisis de la respuesta. La teoria de Riffaterre da por supuesto que en grandes’ trechos del lenguaje, en ambos discursos, ordinario y literario, no hay xespuestas que susciteh la atencién porque no ocurre nada (decodificacién minima, xespuesta minima}. 7 “Criteria for Atvlo Analvaio" = Strukturale Linoutotik. op. 29-31. 56 stanley Fish 4 Esta suposicién se refleja en todos los pasos ‘del: Proceso. Es la base de la distincién entre lo que‘es estructura literaria y lo que no es. Es también la base de la relacién entre el contexto-y ¢l procedimiento estilistico, una relaciér.que adquiere un valor tan pronto como se identifica una estructura literaria. Es una relacién, como Riffaterre, dice, de “oposicién binaria" en la que.no se pueden separar. los polos"? Naturalmente son polos variables, .no fijos.: Pero, dentro de sus relaciones individuales, uno es siempre inactivo, pero prepara. (pasivamiente) el. camino para el otro, para el "gran, momento" cuando el modelo. contextual se.quiebra y se. fuerza la atencién .(es decir, hay una reaccién). ¥; finalmente, es la base :de la utilizacién por Riffaterré del lector como dispo> sitive local. Como no todos Ios.-rasgos objeto del anélisis lingiiistico son poéticamente actives, debe haber un método para aislar.a los gue lo son; y como se trata de los rasgos que rompen el modelo y fuerzan la atencién, los. localizaremos atendiendo a las. respuestas de los lectores efectivos, ya sean lectores de nuestro seminario experimental o lectores que nos han dejado informes de su éxperiencia en notas °o articulos. El lector.de: Riffaterre es un: lector compuesto (o "lector medio" o "superlector"), no muy lejano a mi lector: informado: La diferencia, natural- mente, radica en que su .experiencia se considera relevante sélo en aquellos puntos en que es extraor- dinaria o "trabajosa". "Todo.lugar del texto que capta al superlector, se considera provisionalmente compo- nente de la estructura poética. La experiencia indica que esas unidades son sefialadas por informantes W stylistic Context", en op. eit. (strukturale bingulettk), p. 61. ha Litezatura en el lector: estilictica "afectiva" 57 diversos que ordinariamente. aportan explicaciones racionales divergentes entre si"? Me preocupa menos la idea de un: superlector que la idea de lo que.ocurre a su experiencia en el curso de un anélisis. comé*el de Riffaterre. También aqui encontramos una estructura binaria, una sucesién de momentos’ elevados alternando con‘intervalos de normas contextudles que los han creado, de modo mas ciclico que. lineal, “y,. naturalmente, en-grandes ‘trechos no ocurre nadd..En un momento de su lectura deles chats de Baudelaire Riffaterre se acerca al verso: Ils cherchent le silencg y he aqui. Vo. que dice: “Todos los informadores ignoran undnimemente Ils cherchent le silence. Indudablemente cherchent ‘es, el sustituto poético'6 en un Sobre el tema de las reglas conversacionales hay que‘réferirse, natiinlneste, worice;11967. Deaton modoe, recordenos cuélee 208 las.maximas conversacionales de Grices. M4xima de la cantidad: haz de tal modo que tu contribycién sea tan informativa como Lo Sainte la aituacién de intercanbio; maxinas dela cualidad: no digas lo que creas que es falso ni’hables de algo oi no dispones de ord adecuadas; méximas de la-relacién: sé pertinente; méximas fo estilo: evita 1a cecurided do oxprooién, evita le ambigledad, » breve (evita los detalloo initilon), 06 oxdenado. 100 Umberto Eco competencia del destinatario no coincide necesariamente con la del emisor . Fi fi Ya se ha criticado ampliamente (y en forma definitiva 6n el Tratado, 2.15) el modelo comunicativo vulgarizado Por los primeros te6ricos de 1a informacion: un Emisor, un Mensaje y un Destinatario, donde el Mensaje se genera y se interpreta sobre la base de un Cédigo. ahora Sabemos que los cédigos del. destinatario «pueden diferir, totalmente o en parte, de.los cédigos. del emisor; que el cédigo no es una entidad:simple,..sino &@ menudo un complejo sistema de sistemas de reglas;. que el cédigo lingiiistico no, es, sufiente para.comprender ” un mensaje lingiifstico: "tFuma?", "No" es.descodificable lingiifsticamente como pregunta y respuesta acerca de ios haébitos del destinatario de la pregunta: pero, en determinadas-circunstancias de emision, 1a respuesta Sonnota "mala educacién" sobre 1a base de un c6digo que no es lingliistico, sino ceremonial: hubiese debido decirse "no, gracias". asi, pues, para "descodificar" un mensaje verbal se necesita, adem4s de'la-competencia lingiifstica, una competencia circunstancial diversi- ficada, una capacidad para poner en funcionamiento clertas presuposiciones, pava réprimir idiosincrancias, etcétera. Por eso, también en el Tratado sugerfamos una” Serie de constricciones pragméticas que se ejemplifican en la figura 1. Oe nee oe Qué garantiza la cooperacisn textual frente a estas posibilidades de interpretacién més o menos “aberrantes"? Gm la comunicacién cara a cara intervienen infinitas formas de reforzamiento extralingiiistico (gesticular, dstensivo, etc.) e infinitos procedimientos de redun- dancia y feed back (retroalimentacién) que se apunta— lan mutuamente. Esto Tevela que nunca se da una somunicacién meramente linglifstica, sino una actividad a El lector modelo 101 Esfuerzos, presuposicionales Presuposiciones aberrantes neem ee PASH emi dee ene me semiética en sentido amplio, en la gue varios sistemas de signos se complementan entre si..Pero équé ocurre en el caso de un texto escrito, que el autor’genera y después ertrega’a una variedad de actos’ de ; interpretaci6n, ‘como quien mete ‘un mensaje en una Botella y luego-la arroja al mar?. ; Hemos’ dicho-que el texto postula’ la cooperacién del lector. como condi¢ién de: sii actualizacién. Podemos mejorar esa: formulacién diciendo .queun‘ texto es i Producto cuya suerte interpretativa ‘debe formar parte de su propio mecanismo generativo: generar -un texte significa aplicar una estrategia.que incluye ‘las previsiones de los movimientos del otro; como ocurre, por lo. demés, en toda estrategia. En la estrategia militar (o ajedrecistica, digamos: en toda estrategia de juego); el\estratega se fabrica un modelo de adversario.. Si. hago este movimiento, arriesgaba Napoleén, Wellington deber{a reaccionar de tal monera. argumentaba Wellington, En ese caso Si. hago este movimiento, Napole6n deberia reaccionar de tal manera. : concreto, Wellington generé su estrategia mejor que Napoleén, se conatruyé un Napoleén Modelo que se parecLa 102 umberto Eco més al Napole6n concreto que el Wellington’ Modelo, imaginado por Napoleén, 41 Wellington, conéreto. La analogia s6lo falla por el‘hecho de que; en el caso de un texto, lo que el autor \suele querer es _que el adversario gane, no que pierda- Pero no siempte es asi. El relato de Alphonse -Allais que analizarémos én el Ultimo capitulo se parece més a la bataila de. waterloo que a la Divina Comedia , Pero en la estrategia militar (a diferencia de la ajedrecistica) pueden surgir acciderites casuales (por ejemplo, la ineptitud de Grouchy). Otro tants ocurre en los textos: a veces, Grouchy. regresa (cosa que no hizo en Waterloo) ,..a,veces llega.Massena ; (como, sucedié @n Marengo)... El buen estratega debe contar incluso con estos acontecimientos, casuales, debe preverlos me- diante un calculo probabilistico. Lo mismo debe hacer el autor de un texto. "Ese brazo del ago de Como": ey si aparece un lector que nunca ha ofdo hablar de Como? Debo apafidrmelas para poder recobrarlo- mAs, adelante: por el momento juguemos como,si Como: fuese un, flatus vocis, similar. a-Xanadou. Mas adelante se -harén alusiones al ciclo.de-Lombardia, a la:relacién entre Como, Milan y Bérgamo, a la.situacién.de la peninsula itélica. Tarde o temprano, el lector enciclopédicamente pobre quedara atrapado. : ue Ahora, la conclusién parece-sencilla. Para organizar su estrategia textual, un autor, debe referirse a una serie de competencias (expresién. més: amplia que conocimiento de los cédigos") capaces de dar conte- nido a las expresiones -que -utiliza. Debe suponer que el conjunto de competencias a que se refiere es el mismo al que se refiere su lector. Por consiguiente, deberd Preveryun Lector Modelo capaz da cooperar en la actualizacién textual de 1a manora provieta por 61 y de ¥ El lector modelo 103 moverse interpretativamente, igual que é1 se ha movido vamente. & reat a,que recurre son néitiples:, la eleccién de una lengua. (que excluye obviamente a quien no la habla), la eleccién.de un tipo de enciclopedia (si comienzo un texto con ‘eome esta explicado claramente en la primera Critica..." ya ‘vestrinjo, y en un sentido bastante. corporativo, la imagen de mi Lector Modelo), la eleccién de determinado patrimonio léxico y estilistico",..7 Puede proporcionar, ciertas marcas distintivas de género que seleccionan 1a atidiencia: habia una vez.en un pais lejano.. campo . geografic "Vamigos , Muchos textos. sefialan cudl : : verbis "Queridos nifos, puedo restringir el romanos, conciudadanos!".. es, su Lector, Modelo - presuponiendo apertis rbi, (perdén por el oximoron). yna competencia enciclopédica especifica. Para: rendir homenaje a tantos andlisis ‘ilustres de ,filosofia del lenguaje,, consideremos el comienzo de-Waverley,. cuyo autor .es notoriamente su autor: ae ar ee (10) '"..."2qué otra cosa nubiesen podido esperar mis lectores de ep{tetes caballerescos como Howard, + Mordaunt, Mortimer o Stanley, 0 de sonidos més dulces y sentimentales como. Belmore, Belville, Belfield y Belgrave, sino paginas, triviales; como las que fueron bautizadas de ese modo hace ya,medio siglo? Sin embargo, en este ejemplo ‘hay algo mas que lo ya mefcionado. Por’ un lado, el autor presupone 1a competenciia de su Lector Modelo; por otro, én cambio, la instituye. También a nosotros, que.no teniamos expe- riencia de las novelas géticas conocidas por los lectores de Walter Scott, se nos invita ahora a saber que ciertos nombres connotan "héroa caballeresco” y que 104 umberto Eco existen novelas de caballeifa pobladas’ de personajes como los mencionados, que ostentan ‘caracteristicas estilfsticas en cierto dentido lamentables: De manera que ‘prever el correspondiente Lector’ Modelo no significa s6lo "esperar" que ésté exista, sino también mover el texto’ para construirlo. Un'texto no s6lo se apoya sobre una competencia: también contribuye a producirla: Asi, pues; 2un texto no és tan perezoso y su exigencia'de cooperacién rio 6s’ tan amplia como lo que quiere hacer creer? Se parece a una caja llena de elementos prefabricados ("kit") que hace trabajar al usuario s6lo’ para producir‘un Gnico tipo de producto final, sin perdonar los posibles errores, © bien a un "mecano" que permite construir a voluntad una multiplicidad dé formas? Es ‘una lujosa caja que contiene las piezas de in ‘rompecabezas. que, una vez resuelto, siempre dara como resultado a la Gioconda, ©, en cambio, es una simple caja de apices de colores? éHay textos dispuestos a asumir- los‘ posibles ‘eventos previstos en la figura 1? éHay textos que juegan con esas desviaciones, que las sugieren, que las esperan; textos "abiertos" que admiten innumerables lecturas, capaces de proporcionar un. goce infinito? Estos textos de goce renuncian a postular un Lector Modelo ©, en cambio, postulan uno dé otro tipo?! i Cabria tratar de elaborar ciertas tipologias, pero ia Lista se presentarta en forma de continuum graduado con infinitos matices. Propongamos s6lo, ‘en.un plano intuitivo, dos casos extremos (més adelante buscaremos “Sobre 1a obra abiarta remitinos, naturalmente, a obra abierta (Eco, 1962), pero aconsejamos coneultar la segunda edicién Baotellana Obra abierta, barcelona-Caracas-Héxico (Editorial ariel, 1979), que incluye el ensayo “sobre la ponibilidad de gonaror mensajes ostétices en un longuaje odénioo”» El lector modelo 105 una regla unificada’y. unificadora, una matriz generative que justifique esa diversidad). Textos "cerrados” y textos, “abiertos Ciertos autores” conocen 1a situacién pragmética ejemplificada en la figura 1. Pero creen que se trata de la descripcién de una serie de accidentes posibles, aunque evitables. Por consiguiente, determinan su Lector Modelo, con sagacidad sociolégica y con un brillante sentido de la media estadistica: se dirigi- rn alternativamenté a los nifios, a los melémanos, a los médicos, a “los homosexuales , a los aficionados al surf, a las amas de casa pequefioburguesas, a los aficionados a las telas inglesas, a los amantes de la pesca submarina, etc. Como dicén los publicitarios, éligen un target (y una “diana” no coopera demasiado: s6lo espera ser alcanzada). Se las apafiarén para que cada término, cada médo de hablar, cada referencia enciclopédica sean los que previsiblemente puede comprender su lector. Apuntardn a estimular un efecto preciso; para estar, seguros de desencadenar una reaccién de horror dirén de entrada “y entonces ocurrié algo horrible". En ciertos’ niveles, este juego resultaré utd add r Pero bastard con que el. Libro de Carolina Invernizio, escrito para modistillds turinesas de finales del siglo pasado, caiga en manos del més entusiasta de los degustadores del kitsch literario para que se convier- ta en una fiesta de literatura Cransversal ¢ de interpretaci6n entre l{neas, de saboreado poncif, ie gusto huysmaniano por los textos balbucientes. Ese texto dejaxé de sox “corrado" y xrepresivo para 106 Umberto Eco, convertirse en un -texto sumamente abierto,*en una méquina de generar aventuras perversas. Pero también puede ocurrir algo peor (o mejor, segtin los casos): que la competencia del Lector Modelo no haya sido adecuadamente prevista,’ ya sea por un“ertor de valoracién semiética, por un andlisis histérico Anguficiente, por un prejufeio éultural. o por una apreciacién inadecuada de las circunstancias de destinaci6n. Un ejemplo: espléndido dé tales aventuras de la interpretacién lo’constituyen Los misterios de Parfs, de Sue. Aunque fueron escritos ‘desde la perspectiva de un dandi para contar al piblico culto las excitantes éxperiencias de una miseria pintoresca, el proletariado log’ 1dy6 como tina descripcién clara y honesta de su opresién. Al advertirlo, ei autor los siguié escribiendo para ese proletariado: los embutié de moralejas Socialdémécratas, destinadas 4 persuadir @ esas clases "peligrosas" -a las que comprendia, aunque no por ello dejaba dé temer- de que no desesperaran por completo y confiaran én el’ sentido de la justicia’ y“en la buena voluntad de las ‘clases’ pudientes. Seflalado por Marx y Engels como modelo de perorata reformista, el libro realiza un misterioso viaje en’el Animo de unos lectores que volveremos a encontrar en las barricadas de 1848, empefiados en hacer la revolucién porque, entre otras cosas, habian letdo Gos misterios d@ Parfs * éAcaso él libro contenta también esta actualizacién posible? 2Acaso’ también Mbujaba en filigrana a esé Lector Modelo? Seguiramen- * efx. 8c0, 1976, en particular “sue: mace a pec ee SNe 5 = "6900, adonds, "Della difficolta di essere Marco Polo”, on Dalla veriferia dell “impero, Milan Bompi 5 2 mpiani, 1977. Cfr. también Pa ‘abbri, 1973, avf como Eco y Fabbri, 1978. e El lector: modelo 107 te; siempre y cuando sé 18 Ieyera salt4ndose las partes moralizantes 0 no queriéndolas, entender . Nada mas abierto. que un.texto cerrado. Pero esta apertura es un efecto provocado por una iniciativa externa, por. un modo de usar el texto, de negarse a aceptar que sea 61 quien nos use. No se trata tanto de una cooperacién con el,texto como.de una.violencia que se le, inflige, Bodemos yiolentar un texto (podemos, incluso, comer. un, Libro, como el apéstol en Patmos) y hasta gozar sutilmente.con ello. Pero lo que aqui nos interesa es la cooperacién textual como una actividad promovida por el texto; .por..consiguiente, estas modalidades no nog. interesan. Aclaremos que no nos interesan desde esta perspectiva:.la frase de valéry "il n“y a.pas de vrai sens dun texte" admite dos lecturas: que.de un texto puede hacerse el uso que se quiera, ésta es,la lectura que aqu{ no nos interesa; y, que de un texto pueden darse infinitas interpreta- ciones, ésta es la lectura que consideraremos, ahora. Estamos ante un texto "abierto! cuando el autor sabe sacar. todo el partido posible de la figura. 1..La lee como modelo-de-una situacién pragmética:ineliminable. La asume como hipétesis regulativa de su estrategia. Decide, (aqui es precigamente donde lastipologia de los textos corre el riesgo de convertirse en un continuum de matices), hasta qué punto debe vigilar la cooperacién del lector, as{ como dénde’ debe suscitarla, d6énde hay que dirigirla y dénde hay que,dejar que se convierta en una aventura interpretativa libre. Dirdé "una flor" y, en la medida en que sepa (y lo desee) que de esa palabra se desprende el perfume de todas las flores ausentes, sabr& por.cierto, de antemano, que de elle no llegaré a desprenderse el aroma de un Licor muy

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