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Cartruto 1 LA EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN EL MUNDO ROMANO, § 1. La srruaci6n socrat. —El Cristianismo fue desarrollandose a lo largo de los Iuengos afios de la Pax Romana, a la que hemos prestado ya cierta atencidn. Antes de pasar a sus relaciones concretas con el vasto sistema que Hamamos Imperio Romano, conviene que destaque- ‘mos algunas de las circunstancias que debian de afectar, no sélo su cre- Después del periodo de consolidacién de ta in , rincipado (declarado Imperator ,, sobreviene la gran dinastia antonina, nsa, época de crisis pol 38), Antonino Pio (quien con Nerva (96.98), Trajano (98-117), Adriano ({ da nombre al gr (cuyas doctrinas conoce- mos, 161-180) y su hijo Cémodo (quien no estuvo a la altura de sus pre- ), Durante esta época de excepcional paz y progreso se redujo jlotaron mu- pleto, mientras que la riqueza creaba una sélida burguesia a base de toda clase de ciudadanos y libertos venidos a més. Estos aspiraban a entrar en el orden de los caballeros y aun en el de los senadores. Mu- chos lo consegufan, de modo que el contenido de estos cuerpos se reno- leas y actitudes nuevas. La nivelacién no se produjo nizado en gremios con sus sistemas sus cultos y su defensa de la profesién, Esto iba acompafiado, y fue en parte una consecuencia, de la reduccién del niimero de esclavos, cuyos sron un saludable colapso. El otro ser cay ido de Ja sociedad antigua, también su condicién: se le jonio y Ia consecucién del divorcio. nque quedaran intocadas muchas zonas de a realid: us EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN EL. UNDO ROMANO | Aunque a primera vista sorprenda, frente a esta corriente de socfal lidad y civismo, en el terreno de la filosofia se percibe una clara deca- menos desde Séneca. Marco Aurelio es la ador, siendo a la vez itica, de un modo ef con este filé- ciente, los principios morales que pre: filosofia «pa- sofo rey (que no quiso o no pudo ser! 1a» da a su fin. Sin embargo, la re Ja misma suerte. Por Ja antigua ya hecha afticos hacia ud. C,, pues iba inextricablemente unida a los de Pero, por otra parte, las rel de origen jiones, etc). Las hubo de todo tipo, unas basadas en astrélogos y res, otras en sacerdotes consagrados. La mas importante de todas de Ia carne, e: Ima. Estas creencias y esta a de valores al hombre del Imperio, que pertenecia a jones profundas. sobre ella. Su it del contenido de su mensaje social! Ese mensaje inc jn total de los mas humildes, menos ambigua que las de las otras jones y una mayor dignidad para las mujeres, quienes, en el Cris- , eran aceptadas como miembros de las io nos lleva a una cuestin importante de esta época de la itudes frente a la mujer y su categoria social, asi como a la y la moral sexual. Es menester tratar de este wus consecuencias en el futuro del pensamiento ético, asi s, fue considerable. Ya hemos smpos la mujer romana sufre un En el momento de la aparicién de iperial occidental, la mujer ro- in embargo, las gue a medida que pasan los pauilatino de emancipac igiones orientales en el amt Poree un ntimero muy notable de derechos. A Horo Worl Clon, 0 at. Lomi tries mm m9 us. EL PENSAMIENTO SOCIAL. CRISTIANO Y MEDIEVA aa [EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN EL MUNDO ROMANO | tono de los Padres de 1a Iglesia en esta ente. San Ambrosio (aprox. 340-397) logro jer otro cris- Jerarquia de (0, junto con se dedicé a enmarcar la herencia clisica dentro de la dog- ero ademas quiso incorporar la hebrea. A él se debe pletamente de esta doctrina, Mientras tanto fue atraido por Ia filosofia neoplaténica, hasta que fue finalmente convertido al Cristianismo por san Ambrosio, el afio 386. Tomé Ia cosa con su seriedad caracteristica y abandoné mujer y prole. Su madre, santa Monica, se Hevd una gran legria; durante la?gos afios habia estado esperando, parece ser, la con- no tenia naturaleza divi época, claro est, es muy tiano, cor valores pal de Hipona, cuando morfa el emperador Teodosio y el Imperio lo entre Arcadio y Honorio. Una fecha, pues, bien significativa Ja gran crisis que sacudia al vetusto e inmenso cuerpo politico. de Roma, por ejemplo, pas6 a ser cabeza de Ja Telesia, San Agustin nos ha descrito su propio periplo intelectual en dos obras lamentales, as Confesiones y las Retractaciones. Estas son obras de ‘a considerable honestidad, en las que puede seguirse paso a paso iste tado por la marcha de los emperadores y sus cortes a tantinopla, Ja aventura de un hombre en busca de Ia verdad. Para él ésta con: ién progresiva de los errores en que ha sido induc’ fancia por la sociedad; esos errores quedan plasmados en la sabiduria pagana? De todos modos, sus cons- {antes ataques al clasicismo no son dbice para que toda su obra no esté jmpregnada de sus conocimientos. Precisamente lo que san Agustin re- Jatonismo (0 neoplatonismo) y de la § 3. SaN AousriN, SeMBLANZ\ INTELECTUAL. —San Agustin es el més grande de los Padres de la Iglesia y uno de los fil6sofos sociales m: portantes de la historia, Comparte con san Pablo de Tarso y santo To- més de Aquino la honra de-ser uno de los del Cristianismo y, muy especialmente, Nacié en Tagaste, en 354, juventud no excesivamente préspera, pero fue educado a expensas de un vecino rico. Segiin é1 mismo nos cuenta en sus Confesiones, de mucha- cho no se privé de los placeres, aunque debié de estudiar mucho, pues pronto era profesor de retérica en Cartago. El ambiente le parecié exce- si, por ejemplo, su obra cumbre —desde nuestro punto de vista soe Fe ita a raiz de las acusaciones que hacian ad a Miléa (3) para ta eStedra s contra los cristianos con motivo del saco de Roma. Alarico, rey de retérica. Bste era un puesto importante, pues Milén se habfa conver- fa fea auea oA tido en la residencia imperial. San Agustin, en su juventud, combinaba tiano no habia sabido protegeria, una extraordinaria fogosidad con un conocimiento muy profundo de los cls ISVS UAZTAeT clasicos, en especial de Cicerén. San Agustin era un intelectual cabal, ete Mn tech nt i cuyo rasgo mds descollante era el entusiasmo y el ardor en todo cuanto igustin miei lenjelf efin/de\$30 [en en(clnded| oD i= Ce aioe emprendia, Su amor a las ideas y los libros no le impedia estar plenamen- aes is fens SSN D0 Se te inmerso en una turbulenta vida de amores y pasiones, la que mas tarde habria de aborrecer. No es posible separar en él su curiosidac telectual de su vida emocional y social. San Agustin estudiaba y medita- ba para entender esta tiltima, para hallar normas de conducta y el sen- tido ultimo de las relaciones interhumanas. De joven, hasta sus 21 afios, san Agust maniqueos eran los seguidores del profeta el Imperio durante los sig! mundo entre las fuerzas del desgarrado entre su «yo oscuro» con un «deseo de muerter y un «yo propio» o divino® Después tardé todavia diez afios en renunciar com- ia apologética. Pero fue mucho , ademas de ser defensivas y jonamiento y dimensiones de ia sociedad tal como § 4. Las pos crupapes. — Como hemos ido viendo, desde Séneca y Mar- Aurelio iba madurando Ia idea de la existencia de dos sociedades. El iWio que muchas de las sectas judias anteriores al Cristianismo hacian th sociedad establecida, fue heredado por los cristianos, quienes re- ‘sociedad imperial como civitas diab {a su contrapartida antropologica. El Me fo corporal, de naturaleza depravada, y lo espiritual. Y los neopla- fen especial Filén y Plotino, demostraron un creciente desprecio lementos no psiquicos del hombre. San Agustin bas6 gran parte fiento sobre Ia idea de la dualidad social: existen dos ciu- habfa sido maniqueo. Los om ety pM, 120 [EL PENS4MIENTO SOCIAL CRISTIANO Y MEDIEVAL, dades —o sociedades—. U1 €s la de los hombres, y puede llamarse it ic Frente a ella se alza ara los no cre- yentes. Las dos sociedades corresponden, pues, respectivamente, a Satin y a Dios. En medio, el hombre. Ahora bien, no hay que creer que la cosa pueda dejada en este la concepcién unilateral di igualmente potentes, el Bien y el Mal, Segin él la Ciudad de representada y enraizada en la terrena, a través de Ia Iglesia. lena justificacién doc: sno dentro de un gran esquema os hombres son ciudadanos de dos socie- , esta dividida en estados diversos, mientras otra, la divina, es una sola; por eso Ia Iglesia debe ser tinica y no admite divisiones." As{ comparece el problema de Jas relaciones entre Esta cuestién tendria una importancia capital hasta los tiempos de la Reforma y hoy en dia sigue atin en (aunque con mucha menos virulencia en la mayoria de los paises lizados), San Agustin opina que el gobierno civil es sin duda menos perfecto que el representado por la Iglesia, pero no parece imaginar que los conflictos entre ambas instituciones puedan llegar demasiado Iejos; después de todo, los menesteres eclesiasticos no eran temporales, y su estricta finalidad era la salvacién de las almas de los pecadores. La ciudad de los hombres posee una ley que no es la lex aeterna, Esta, segtin ¢l, no coincide con la natural, como ensefiaban los estoicos, Para san Agustin Ia «lex aeterna es un orden ordenante (ordo ordinams); y la lex naturalis es un orden ordenado (ordo ordinatus) frente a la eterna; pero Ia natural es un ordo ordinans para la humana».? Hay también la lex temporalis que dice aquello que est permitido 0 prohibido en un momento concreto. De este modo se crea una escala de derecho y una pues es deber del hombre mante- ner el orden legal divino y subordinar las leyes més bajas a las mas altas. La ley eterna representa la voluntad de la divinidad y el hombre debe de entregarse a ella por completo. Sin embargo, en virtud del pe- cado original, la ciudad de los hombres es irremediablemente imper- fecta, y de ahi que la salvacién deba buscarse, sobre todo, en forma individual. El estado cristiano es el tinico que puede acercarse un tanto a una idea de perfeccién; por eso, en su defensa contra las acusaciones las virtudes imaginables al estado que antes de la promulgacién del Edicto de Milén pel del estado no es necesaria- ‘ado es una solucién ante la maldad de los hombres a un cierto grado de orden, hasta en sus formas més injus- tas y rudimentarias. El estado es un mal menor. San Arustin, 3. Are Ver ‘Viena, 190) (14 ad 198), p, 3, EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN LL MUNDO ROMANO 121 En la ciudad de y mds que una asociac hombres que estén en gracia. Esta com parecen estar predestinados por la vol ambigiiedad del pensamiento teolégico permit predestinacional del pensamiento agus! que, para lesia no po cl cielo. Por lo tanto, el tinico sentido que posee el pertenecer a la ciudad terrena es el de abandonarla y abrazar la de Dios. Esto debia de hacerse través de la Iglesia la que, sin embargo, no se identifica totalmente, en la mente de san Agustfn, con Ia Ciudad de Dios. § 5. LA FILOSOF{A AGUSTINIANA DE 1A. HISTORIA. —Si Platén habia ima- ginado una politeya perfecta frente a la imperfecta de la realidad, san Agustin, en cambio, crefa en la existencia real y palpable de ambos cuer- pos politicos. Naturalmente la idea de la polis perfecta era también real segtin Platén, més real que los ciudadesestados conocidos aunque, po! ast decirlo, no estaba habitada, era una idea pura. La de san Agustin, por otra parte, palpitaba con el intenso amor de Dios y con las animas de los elegidos: era una comunidad de hombres auténticos, La creacién de esa comunidad habia sido el gran fin del movimiento histérico. La his- ia era el resultado de una liza herciilea entre las dos ciudades, una cha cuyas caracteristicas principales son de orden trigico. Contemplar las Iuchas y los afanes de los verdaderos cristianos, or- gonizados en la Iglesia, era contemplar el gran combate entre la ciudad de Dios y la de Satan. La Iglesia es el agente o brazo de la divinidad fn el gran teatro del mundo. Sobre é1 se extiende, solemne y mayes- el gran plan de Dios para que se salven los humildes y los que Je obedecen. Ahora bien gqué decir de quienes v San Agustin consideraba que los lel Mesias eran imperfectos porque en el Nueva. Sin embargo, Dios mantuvo su mensaje sobre Ja tierra encarnado fen el pueblo de Israel y sus profetas. La historia de los reinos y los Imperios anteriores a Cristo esta ord: como las’ desgracias que se los en ciertos momentos, son, para san Agustin, mues- del plan divino de la histori: jismo tal como el saqueo de Rom: Jo efimero, En el fondo, la filosofia agustiniana de la historia ‘os una moral, 122 EL PENSAMIENTO SOCIAT. CRISTIANO Y MEDIEVAL un desentenderse de los des- invasiones bérbaras, cada vez Capéroto TIT EL MEDIOEVO § 1. PRODLEMAS DE DEFINICION. ORIGENES DE LA EPOCA MEDIEVAL. —Des- el Renacimiento suele designarse con el nombre de Edad Media el llongado perfodo de tiempo que va desde Ia liquidacién final del Im- Romano hasta la caida de Constantinopla en poder del Turco (1453), del descubrimiento de América por Ios castellanos (1498). Estas 1a8 no sélo son perfectamente arbitrarias sino que el concepto mismo Edad Media no es muy sélido; dentro de ias épocas, ue tampoco pueden ser encuadradas por la division tradicional en Alta y Baja Edad Media. A nosotros estos problemas nos afectan relativa- mente poco, pero hay que consignar que existen. De Ja Iectura de las paginas que siguen se deduciré que hubo una larga edad de varios siglos que, a pesar de sus muchas diferencias, poseyé un cierto tono comin, que se desprende de la tura social predominante —llamada feudal en muchos casos—, del filtracién constante de tribus germénicas en el interior del Imperio Romano ya desde el siglo ut, pero abiertamente a lo largo del rv prepara su desmoronamiento definitivo, cuya fecha suele fijarse en 475 con la deposicion del emperador Rémulo Augtstulo por Odoacro. Pero, de hecho, para esa época toda Ia zona occidental del Imperio estaba en manos bérbaras. Las lamadas invasiones no fueron s6lo de guerreros sino de pueblos enteros, que trajeron con ellos su derecho y Sus concepciones de la vida, del poder y de la religion. De su mezela eon el mundo romanizado habian de salir nuevas organizaciones socia- les, que comenzaron a tomar cuerpo hacia finales de la Epoca Oscura. La Epoca o Siglos Oscuros es el periodo que va del siglo 1 0 V al vir u Viti; 8 una época de atraso y confusién, en que la contienda constante y el ‘azar de las circunstancias impiden el sosiego que toda obra cultural ima asia este periodo tanto por el cardcter poco bri- Hlante de sus instituciones sociales como por la ignorancia en que esta. ‘mos con respecto a los eventos en él acaecidos. Los reinos 0 estados més importantes del perfodo son el visigodo el franco, que ocupaban, respectiva y aproximadamente, lo que son ‘ivies el, pasinn Tambien V. Boo: vb 4 seccionespreced ‘police de ris 10, nh Broce

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