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GOBIERNO

de
CANTABRIA
I. E. S.
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN
MANUEL
I.E.S. “Manuel Gutiérrez Aragón” G UTIÉRREZ
ARAGON
Teléfono 942 80 31 47 - Fax 942 80 18 08
Paseo Fernández Vallejo, 13
39315 Viérnoles

DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

NOMBRE: CURSO: 1º Bach. FECHA:

0. PRESENTACIÓN (Hasta 1’5 puntos):


0.1. No cometas faltas de ortografía.
0.2. Guarda márgenes por los cuatro lados del folio.
0.3. No taches ni uses corrector, para ello es conveniente que pienses bien qué quieres escribir.
0.4. Cuida la redacción: no utilices expresiones coloquiales, esquemas, flechas ni abreviaturas.
0.5. Redacta por párrafos, evita el estilo telegráfico y sé claro en tus exposiciones.

1.- COMENTARIO DE TEXTO (3 puntos)

1.2. Localización: Autor, época, obra género y subgénero del texto.


1.2. Contenido: Enuncia el tema que se trata en este texto y explícalo con una buena redacción.
1.3. Forma: cuál es la estructura de esta estrofa y qué nombre recibe.

Nuestras vidas son los ríos


que van a dar a la mar
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
allegados son iguales,
los que viven por sus manos
y los ricos.

2.- COMENTARIO DE TEXTO (3 puntos).

2.1. Localización: época, autor, composición, relación con las características de la época, dónde se
recogen...
2.2. Contenido: enuncia el tema que trata esta composición.
2.3. Forma: Explica las características formales características de estas composición.

Gar, ¿qué fareyo? Dime, ¿qué haré?


¿cómo vivreyo? ¿cómo viviré?
Este al-habib espero, A este amado espero,
Por el murreyo. Por él moriré.
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I. E. S.
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN
MANUEL
I.E.S. “Manuel Gutiérrez Aragón” G UTIÉRREZ
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3.- COMENTARIO DE TEXTO. (4 PUNTOS)

3.1. Localización: Título, época, autor.


3.2. Contenido: Resume el contenido del cuento. Después enuncia su tema y explica qué estructura tiene el
texto.

Cuento XXXIV Lo que sucedió a un ciego que conducía a otro

Otra vez, hablando el conde Lucanor con Patronio, su consejero, díjole así:
- Patronio, un pariente mío, de quien me fío mucho y del que estoy seguro que me quiere, me
aconseja que vaya a un lugar al que yo temo ir. Él me dice que no tenga miedo, que antes morirá
él que permitir que a mí me pase nada. Os ruego que me aconsejéis lo que debo hacer.
-Señor conde Lucanor-respondió Patronio-, para daros consejo me gustaría que supierais lo que
le pasó a un ciego con otro.
El conde le preguntó qué le había pasado.
-Señor conde-dijo Patronio-, un hombre que vivía en una ciudad perdió la vista y se quedó ciego
y pobre. Otro ciego que también vivía en la misma ciudad vino a proponerle que se fueran los
dos a otra ciudad que estaba cerca de ésta, en donde esperaba que, pidiendo por Dios, podrían
sostenerse. Nuestro ciego le dijo que conocía el camino que allí llevaba y sabía que tenía pozos,
barrancos y pasos muy dificultosos, por lo que temía mucho aquel viaje. El otro ciego le
contestó que no temiera, que él le acompañaría y no pasaría nada. Tanto se lo dijo y tantas
ventajas le aseguró que tendría en la otra ciudad que nuestro ciego le creyó y se fue con él.
Cuando llegaron a un sitio difícil cayó el ciego que guiaba al otro, que también se mató, perdido
el compañero.
Vos, señor conde, si teméis el motivo y el peligro es real, no os metáis en él porque vuestro
pariente os diga que antes morirá que recibáis vos daño, pues poco os aprovechará que él muera
primero y vos recibáis el daño y muráis después.
El conde tuvo este consejo por bueno, lo puso en práctica y le fue bien. Viendo don Juan que
Era bueno, lo hizo poner en este libro y escribió unos versos que dicen así:

Huir del peligro es mayor seguridad


Que la que ningún amigo puede dar.
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Paseo Fernández Vallejo, 13
39315 Viérnoles

DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

NOMBRE: CURSO: 1º Bach. FECHA:

0. PRESENTACIÓN (Hasta 1’5 puntos):


0.6. No cometas faltas de ortografía.
0.7. Guarda márgenes por los cuatro lados del folio.
0.8. No taches ni uses corrector, para ello es conveniente que pienses bien qué quieres escribir.
0.9. Cuida la redacción: no utilices expresiones coloquiales, esquemas, flechas ni abreviaturas.
0.10.Redacta por párrafos, evita el estilo telegráfico y sé claro en tus exposiciones.

1.- EXPOSICIÓN. (3 PUNTOS)


Explica, con una buena redacción y de manera ordenada, todo lo que sepas sobre el Poema de Mio Cid;
tanto lo que tienes en tus apuntes como lo que hayamos comentado en clase.

2.- COMENTARIO DE TEXTO. (4 PUNTOS)

3.1. Localización: Época (relaciona las características de la época con este poema), composición, autor….
3.2. Contenido: Enuncia su tema del poema.
3.3. Forma: Explica las características formales de este tipo de composiciones.

Olas del mar de Vigo (Ondas do mar de Vigo)


Un mensaje he recibido (Mandad'ei comigo)
Hermosa hermana mía (Mia irmana fremosa)
Ay Dios si supiera mi amigo (Ay Deus, se sab' ora meu amigo)
Cuantas sabéis amar a un amigo (Quantas sabedes amar amigo)
En lo sagrado en Vigo (Eno sagrado, en Vigo)
Ay olas que vine a ver (Ay ondas que eu vin veer)
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3.- COMENTARIO DE TEXTO. (4 PUNTOS)

3.1. Localización: Título, fecha y autor.


3.2. Contenido: Resume este fragmento y ubícalo en el argumento de la obra. Después enuncia su tema y
explica qué estructura tiene el texto.
3.3. Forma: Argumenta a qué género puede pertenecer la obra teniendo en cuenta este fragmento.

MELIBEA.- Tú lloras de tristeza, juzgándome cruel; yo lloro de placer, viéndote tan fiel. ¡Oh mi señor y mi bien todo,
cuánto más alegre me fuera poder ver tu faz que oír tu voz! Pero, pues no se puede al presente más hacer, toma la firma y
sello de las razones que te envié escritas en la lengua de aquella solícita mensajera. Todo lo que te dijo confirmo, todo lo he
por bueno. Limpia, señor, tus ojos, ordena de mí a tu voluntad.

CALISTO.- ¡Oh señora mía, esperanza de mi gloria, descanso y alivio de mi pena, alegría de mi corazón! ¿Qué lengua será
bastante para te dar iguales gracias a la sobrada e incomparable merced que, en este punto de tanta congoja para mí, me has
querido hacer en querer que un tan flaco e indigno hombre pueda gozar de tu suavísimo amor? Del cual, aunque muy
deseoso, siempre me juzgaba indigno, mirando tu grandeza, considerando tu estado, remirando tu perfección, contemplando
tu gentileza, acatando mi poco merecer y tu alto merecimiento, tus extremadas gracias, tus loadas y manifiestas virtudes.
Pues, ¡oh alto Dios!, ¿cómo te podré ser ingrato, que tan milagrosamente has obrado conmigo tus singulares maravillas?
¡Oh cuántos días antes de ahora pasados me fue venido ese pensamiento a mi corazón! Por imposible lo rechazaba de mi
memoria, hasta que ya los rayos ilustrantes de tu muy claro gesto dieron luz en mis ojos, encendieron mi corazón,
despertaron mi lengua, extendieron mi merecer, acortaron mi cobardía, destorcieron mi encogimiento, doblaron mis fuerzas,
desadormecieron mis pies y manos, finalmente, me dieron tal osadía que me han traído con su mucho poder a este
sublimado estado en que ahora me veo.

MELIBEA.- Señor Calisto, tu mucho merecer, tus extremadas gracias, tu alto nacimiento, han obrado que, después que de ti
tuve noticia, ningún momento de mi corazón te partieses, y, aunque muchos días he pugnado por disimularlo, no he podido
tanto que, en tornándome aquella mujer tu dulce nombre a la memoria, no descubriese mi deseo. Y viniese a este lugar y
tiempo, donde te suplico ordenes y dispongas de mi persona según quieras. Las puertas impiden nuestro gozo, las cuales yo
maldigo y sus fuertes cerrojos, y mis flacas fuerzas, que ni tú estarías quejoso ni yo descontenta.

CALISTO.- (Aparte) –Maldigo estos cerrojos que cortan mi camino- ¿Cómo, señora mía? ¿Y mandas que consienta a un
palo impedir nuestro gozo? Nunca yo pensé que, demás de tu voluntad, lo pudiera cosa estorbar. ¡Oh molestas y enojosas
puertas!, ruego a Dios que tal fuego os abrase como a mí da guerra, que con la tercia parte seríais en un punto quemadas.
Pues, por Dios, señora mía, permite que llame a mis criados para que las quiebren.

MELIBEA.- ¿Quieres, amor mío, perderme a mí y dañar mi fama? No sueltes las riendas a la voluntad. Que si ahora
quebrases las crueles puertas, aunque al presente no fuésemos sentidos, amanecería en casa de mi padre terrible sospecha de
mi yerro. Y, pues sabes que tanto mayor es el yerro cuanto mayor es el que yerra, en un punto será por la ciudad publicado.

Fragmento del acto XII

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