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Es la hora en que el calor empieza a apretar.

Trato de resguardarme un poco del sol, cada vez


ms invasivo, pero la sombrilla no contiene lo suficiente el avance de la luz casi blanca,
cegadora, de un medioda rotundo en Alejandra. Cuando era nia, alguien me dijo que si
miraba el sol de frente me quedara ciega. En la sala de espera del dentista, cada dos por tres
apareca una ciega; tena la mirada vaca, los ojos deformes detrs del escondite imperfecto de
sus lentes con cristales verdes. Adems, sus rodillas mostraban profundas cicatrices y
malformaciones; llevaba una muleta ortopdica casi adosada al cuerpo, como si fuera un
centauro metlico y tullido. Tuvo polio, deca mi madre. Antes no haba vacunas para eso.
Y a m me daba horror pensar en volverme ciega, en usar bastones, en ser minusvlida.
Dependiente de los dems. Adolorida. Marcada por el odio de no se sabe qu destino, por la
mezquindad de un dios ciego que me creara a su imagen y semejanza. Renga. Apoyada contra
el inestable bastin de la piedad ajena.

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