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FINAL FANTASY XIII

Episode Zero
Treasure - Capíulo 3

by Vanille
Final Fantasy XIII Blog
http://novacrystallis.blogspot.com

Nunca había entendido la frase "todo se volvió negro" hasta ahora. Pero era verdad. No
realmente negro, pero sí lo suficiente como para no ser capaz de ver nada del todo bien. No
importaba lo que miraras, simplemente no lo detectabas.

Recuerdo haber accedido a la información desde algún grupo de estudio de la universidad,


un comité de expertos o algo por el estilo. Pero no recuerdo lo que decía. Aunque sí haberlo
leído, de eso estoy seguro. Creo que decía algo sobre los "l'Cie del Sanctum".

Pero nada de eso era la información que yo quería saber, la que yo quería oír. Sabes lo que
papá quiere oír, ¿no? Solo una cosa. Una simple cosa; que su hijo va a estar bien.

No sé por qué pensaba que la Teniente Nabaat sería capaz de decirme eso. Estaba
aterrorizado. Cada nueva cosa que leía era simplemente increíble. No quería creerlo. Pensé
que una soldado que se había graduado en lo más alto de su rango podría contármelo de
otra forma. Me aferré a ese pensamiento cual chaleco salvavidas.

Solo varios días después pude finalmente verla. Tres días tras el accidente...

"Siento haberle hecho esperar tres días." Nabaat inclinó severamente la cabeza. "Estoy
segura de que ha estado bastante preocupado." Su expresión denotaba tristeza.

Estaban en una habitación de observación médica, mirando un monitor que había en la pared
y que mostraba a Dajh jugando con algo que parecía un puzzle. Le dijeron que eso era una
de las cosas que estaban utilizando en su investigación. A Sazh no le estaba permitido
visitarle aún, pero Nabaat había preparado la sala para él, para que por lo menos pudiese ver
que su hijo estaba bien.

"Lo que sea. No me importa. Pero Dajh, mi hijo..." "Déjame llevarle a casa.", quería decir,
pero no lo hizo. Observó a Dajh desde el monitor, aplaudiendo alegremente. Estaba ahí, el
símbolo, justo en el dorso de su mano. "Todavía no puedo pedírselo,", pensó, "tenemos que
hacer algo con eso primero. Antes de irnos a casa."

"Seguramente ya se ha dado cuenta, pero..."

Nabaat tenía pinta de ir a decir algo que resultaba difícil. Respiró, y dijo lo que quería decir.

"Su hijo ha sido elegido para ser un l'Cie. Por el fal'Cie Kujata."

Durante los tres días anteriores, Sazh había buscado y estudiado cosas sobre los l'Cie, tanto
como el tiempo le permitía. Pero solo le había hecho perder la esperanza. Nabaat era el
último rayo de luz que le quedaba. Estaba seguro de que ella le diría: "Lo has entendido todo
mal. No hay forma de que tu hijo pueda ser un l'Cie.", y espantaría así todos sus miedos.

Pero, ante las palabras de ella, cayó en la desesperación. Ni siquiera se daba cuenta de que
estaba gritando.

"¿Cómo puedes bromear sobre esto? Los l'Cie no son más que una vieja historia..."

"Entiendo como se siente." Nabaat cerró los ojos tristemente. Sazh no sabía qué decir.
Debería decirle, "¡No entiendes nada!" o "¡No te compadezcas de mí!". No, no cambiaría
nada. Dijera lo que dijera, nada cambiaría. En lugar de eso, empujó esos sentimientos al
interior de su corazón.
No entiendo esto. Nada de esto. Sazh apretó los puños en señal de frustración.

"Nosotros también nos sorprendimos.", continuó con calma.

"Según los registros, no se elige un l'Cie desde hace cientos de años. Desde la Guerra de las
Revelaciones."

"Entonces, ¿por qué? ¿Por qué le ha pasado a Dajh?"

¿Por qué a Dajh? Había otros niños en el mismo lugar, montones de ellos. De su misma
edad. No, ¿es que siquiera tenía que ser un niño? También había adultos allí. No hubiese
importado que eligiesen a uno de ellos en su lugar. Entonces, ¿por qué, por qué eligió a
Dajh?

"Para serle sincera, no lo sabemos. Solo podemos pensar que fue juzgado por el fal'Cie
como la mejor elección."

"¿Un niño de seis años? ¡Eso es ridículo!"

"Señor Katzroy..." Abrió la boca como si fuese a decir algo, pero desvió la mirada sin articular
palabra. "Sabe algo.", pensó Sazh. "Todavía me sigue ocultando algo."

¿Qué va a hacer PSICOM... el Sanctum, con Dajh?" Nabaat había dicho en la nave que la
seguridad de Dajh era importante. Pero Sazh sabía que el ejército no se esforzaría mucho
por un simple niño civil.

"Si va a guardar lo que estoy a punto de decirle como un secreto..."

"Bingo.", pensó Sazh. Nabaat le miró fijamente a los ojos.

"Un gran peligro se aproxima a Cocoon. Hemos estado observando Pulse y sabemos que
una invasión está en camino."

"¿Eh?"

¿Qué querría decir con invasión? ¿De Pulse? Esto era demasiado, Sazh no entendía lo que
quería decir.

"El Sanctum está retrasando el realizar un anuncio público de esto, pues lo que pasó en la
planta no fue un accidente. Fue cosa de enemigos nuestros, provenientes de Pulse."

Esa niebla blanca, el suelo temblando... el Sanctum había anunciado que no fue más que un
accidente. Pero había sido algo planeado, algo de Pulse.

"La razón de que la destrucción fuese leve, fue Dajh. Él fue elegido por el fal'Cie para ser un
l'Cie."

"Imposible. ¿Cómo podría un niño de seis años hacer algo?"

Era increíble. ¿Cómo podría un niño de seis años hacer algo contra los enemigos de Pulse?

"Es la verdad.", dijo Nabaat, cortándole en seco.

"Pero los enemigos escaparon, todavía andan sueltos. No sabemos cuándo o dónde habrá
otro ataque. Es por eso que le estamos pidiendo cooperación."

"¿Cooperación?"

Sazh seguía sin poder dejar de pensar que todo esto no era más que una horrible broma. ¿
Cooperar? ¿En qué sentido?

"Dajh ha sido elegido. Él es la llave para salvar Cocoon. Puede que no tenga conocimiento de
su poder, pero el Sanctum le proveerá apoyo. Estará al frente en la invasión de Pulse. Así
que, por favor, señor Katzroy, ayúdenos, por favor."

"No sé qué responder a eso. Simplemente es... demasiado."

Quería escuchar una explicación más concreta. No entendía nada de esto. No le importaba
esa invasión de Pulse. Solo quería saber cuando podría llevarse a Dajh a casa.

... había alguna oportunidad de que pudieran volver a llevar a una vida normal?

"Sí, sí, lo entiendo." Nabaat asintió varias veces. No parecía una soldado, más bien una
profesora hablándole a un niño pequeño.

"No le estamos pidiendo que hagas nada especial. Solo nos gustaría que le cuidaras."

"Seguro que parezco un niño enfurruñado en este momento.", pensó Sazh.

"No sabemos qué objetivo o poderes le han sido dados a Dajh. Estamos intentando
averiguarlo tan pronto como podamos. Por eso estamos investigando ahora.
Desafortunadamente, todavía no podemos permitirle visitarle, pero entiendo que esté
preocupado. Así que, por favor..."

¿Objetivo? Oh, claro. Si un l'Cie no completa su objetivo, le convertirán en un Cadáver Cie. A


eso es a lo que se refería ella. Ahora mismo lo más importante era descubrir qué "objetivo"
era. Él lo entendía. Lo entendía con su cabeza, pero con su corazón...

"Intentaré ver si se le permite visitarle mañana. Pero hoy tenemos que hacer todos los tests
que podamos. Por favor, espere solo un día más."

No había nada más que Sazh pudiese decir.

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